jueves, agosto 02, 2018

Dimas Castellanos desde Cuba: De la Constitución de todos a la del Partido


Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Una característica de muchas constituciones iberoamericanas es su particularismo, pero son constituciones aunque algunos consideren al particularismo como un error. La Constitución norteamericana corresponde a una época y a un momento de las Trece Colonias de Norteamérica así como a una filosofía liberal, en el sentido europeo, donde se hace énfasis en los derechos del individuo; la Constitución Cubana de 1940, de carácter socialdemócrata, corresponde a una época y a momento de la historia Cuba así como a sus necesidades.

 Un error bastante generalizado entre los iberoamericanos de todas las épocas, es pensar que con una buena Constitución se resuelven los problemas de una nación; cambiar la forma de pensar y de actuar de los individuos en la sociedad es quizás más importante que una Constitución: de nada vale la mejor Constitución del mundo si ella no se acata y respeta. La Constitución de 1940, si mal no recuerdo, tomó como modelos la de la República de Weimar y la de Uruguay; no fue un invento ¨cubiche¨ sin parangón alguno. El proceso de elección de los delegados a la Constituyente y la propia Constituyente de 1939 son para mí más importante que la propia Constitución de 1940 por el espíritud en que se desarrollaron.

Es  muy poco conocido que el Mayor General (R)  José Francisco Martí y Zayas Bazán (el  hijo de José Julián Martí y Pérez,  Apóstol  de la independencia Cubana)  desde su retiro invitó a su casa de descanso  a los dos grandes líderes y  rivales  políticos del momento: Fulgencio Batista y Zaldivar y Ramón Grau San Martín  y les pidió  que por la memoria de su padre  dejaran a un lado las rivalidades y hicieran lo mejor para Cuba; ambos rivales se pusieron de acuerdo en llamar a una Asamblea Constituyente para  hacer una nueva Constitución para Cuba; ambos  se dieron un estrechón de manos  manos y el hijo del Apóstol puso su mano sobre dicho estrechón de manos.

 El Presidente Federico  Laredo Brú se reunió  con todos los factores políticos, tanto los de dentro  y los que habían estado en el exilio, y acordaron  hacer unas elecciones para elegir a los delegados a la  Asamblea Constituyente; dichas elecciones  se efectuaron el  15 de noviembre de 1939.

 
 Fulgencio Batista y Federico Laredo Brú

 
 Ramón Grau San Martín y Fulgencio Batista cuando este último traspaso en 1944 la Presidencia de la República de Cuba al primero.

Los resultados obtenidos en esas elecciones fueron:

(Tomado de http://www.vitral.org/vitral11/nushist.htm)

 RESULTADOS DEL PROCESO ELECTORAL de 1939 CON VISTA A LA CONSTITUYENTE DE 1940.

Votos obtenidos ****** Número de delegados electos


1.- Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) 225 223 ****** 18
2.- Partido Liberal 183 264 ****** 17
3.- Partido Demócrata Republicano 170 681 ****** 17
4.- Partido Unión Nacionalista 132 189****** 9
5.- Partido Unión Revolucionario Comunista 97 944 ****** 6
6.- Partido Ación Republicana 80 168 ****** 6
7.- Conjunto Nacional Democrático 77 527 ****** 4 (3)
8.- A B C 65 842 ****** 3  (4)
9.- Partido Nacional Revolucionario (Realista) 37 933 ****** 1
10.- Partido Popular 10 521 - 0
11.- Partido Agrario Nacional 9 359 - 0

TOTAL 10 989 431*******  81
Aclaración del Bloguista de Baracutey Cubano:  los números entre paréntesis corresponden a  cifras dadas en el libro La Verdadera República de Cuba, del Dr. Andrés Cao Mendiguren, página 509. Los partidos de la oposición al gobierno alcanzaron 45 delegados a la Constituyente y los partidos afines al gobierno alcanzaron los 36 delegados; observen que estas cifras difieren a las que aparecen en el artículo de Uva de Aragón que aparece en este post. Para las elecciones generales de 1940 Batista  ganaría el voto de muchos votantes del Partido Demócrata  Republicano, lidereado por el ex Mayor General mambí  Mario García Menocal, al hacer coalición  pues Batista  se comprometió, entre otras cosas, si triunfaba a darle 12 puestos de Senadores a dicho partido y la muy importante Alcaldía de  La Habana, la cual Menocal  queria para su hijo Raúl.  Ramón Grau San Martín, líder del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), sólo le ofreció a Menocal 6 puestos de Senadores y se negó a ofrecerle si ganaba la Alcaldía de La Habana, quizás la segunda posición más importante del país después de la Presidencia.



 Mario García Menocal y Fulgencio Batista
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COMPOSICIÓN DE LOS INTEGRANTES.

    30 abogados.
    13 médicos.
    4 periodistas.
    4 propietarios.
    3 hacendados.
    2 comerciantes.
    2 ingenieros.
    2 industriales.
    2 profesores de instrucción pública.
    2 procuradores.
    2 retirados militares.
    1 doctor en Ciencias y Letras.
    1 dentista.
    1 farmacéutico.
    1 albañil.
    1 colono.
    1 empleado.
    1 pailero.
    1 zapatero.
    1 ingeniero.
    1 ganadero.
    1 agricultor.
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¨La Constituciñon no puede trazarle directrices al Partido Comunista de Cuba¨




Tomado de  http://www.diariodecuba.com

De la Constitución de todos a la del Partido

Por Dimas Castellanos
La Habana
2 de Agosto de 2018

En noviembre de 1939 los cubanos eligieron, de forma libre y directa, a 77 representantes de nueve partidos políticos para conformar la asamblea constituyente. Cada partido presentó un programa en forma de bases. De los debates seguidos por el pueblo a través de la radio, la prensa escrita y en vivo en los alrededores del Capitolio durante 119 días, emergió la flamante Constitución de 1940  .

Al interior, el texto constitucional facilitó el acceso de los cubanos a posiciones de dirección y mando en las empresas, desarrolló una clase media nacional, permitió recuperar dos terceras partes de la industria azucarera, fomentó la industrialización y ubicó a Cuba entre los tres países de la región con mayor estándar de vida. Al exterior, devino precursor de varias constituciones europeas entre 1946 y 1978: Italia, Alemania Occidental y España. El secreto: la pluralidad de las fuerzas participantes en igualdad de derechos.

Aquella Constitución nunca fue derogada ni reformada por representantes directos del pueblo. Fue suspendida en 1952, restituida parcialmente en 1955 y suplantada definitivamente en 1959, en todos los casos sin consulta popular. Luego, cuando se redactó la Constitución de 1976, sus postulados básicos —división de poderes, libertades fundamentales, derecho a la propiedad privada— fueron ignorados.

El 2 de junio de 2018 la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) anunció el inicio de una reforma constitucional y designó una Comisión de 33 diputados para redactar el Anteproyecto sin haber sido electos directamente por el pueblo para esa función. Los integrantes, del Buró Político, del Poder Popular, de las organizaciones de masas y otros funcionarios, son todos miembros del Partido Comunista de Cuba (PCC).

La Comisión inició sus labores el 3 de junio y al menos, según informó el diario Granma, sesionó durante dos semanas de ese mes. El 2 de julio presentó el Anteproyecto al VII Pleno del CC del PCC y al Consejo de Estado. Y del 18 al 20 de julio los diputados estudiaron individualmente el documento y dedicaron una sesión a la aclaración de dudas. Es decir, en menos de un mes efectivo de labor se redactó y aprobó el Anteproyecto.

La trasmisión televisiva de una de las sesiones y el suplemento del diario Granma del sábado 21 de junio ilustran la diferencia con el cada vez más lejano 1940. Veamos tres ejemplos de intervenciones.

1 -Delegado: "en la Constitución de 1976 se hablaba de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista y hoy solo se consigna el socialismo."

Respuesta del presidente de la ANPP: "es importante recordar que hay muchas cosas que en el año 1976 eran diferentes. Pero cuando estemos analizando la Constitución, no podemos olvidar que nosotros tuvimos un sexto y séptimo congresos del Partido; y en este parlamento nosotros aprobamos la Conceptualización de nuestro modelo y allí no planteamos la palabra comunista."

Comentario: Es decir, los congresos del Partido determinan el contenido de la Constitución y los parlamentarios deben guiarse por lo que el Partido aprueba.

2- Delegado: "el artículo 15 debe establecer las distintas creencias religiosas y religiones, porque de esa forma, no hay sesgo, pues creencia es todo."

Respuesta de la responsable del Departamento de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido: "en el artículo 40 se reconocen a muchas personas que por diferentes motivos... han sido discriminadas. La revolución puso en primer lugar a la mujer, para que se desarrollara, para que se incorporara a la sociedad; las personas negras... En la primera conferencia del Partido se incorporó la orientación sexual. Luego la identidad de género. Además, se explicó que si en nuestra sociedad es común que veamos personas que se bautizan en una religión y luego se convierten a las religiones afrocubanas o son miembros de una lógica masónica y/o del Partido Comunista... es un derecho que debemos mantener en nuestra Constitución."

Comentario: Si a la mujer, a los de piel negra, a los de diferente orientación sexual y a los religiosos se les reconocen sus derechos, incluso a estos últimos el de cambiar de creencia, ¿con qué argumentos se puede negar el derecho a tener ideas políticas diferentes a las del Partido Comunista, a profesarlas o cambiar de ideas como le ha ocurrido a cientos de miles de cubanos después de 1959?

3- Delegado: "el proyecto se refiere a la limitación de la concentración de la propiedad y no incluye, como sí lo hacen los Lineamientos, el tope a la concentración de la riqueza."

Respuesta del secretario del Consejo de Estado: "es el alcance de la propiedad la que podemos regular, no así el de la riqueza... hay riqueza lícita, como la de un contrato de un deportista que gana millones de dólares y no hay que ponerle un tope porque la ganó en buena lid, mediante un contrato y fruto de su esfuerzo. Nuestro modelo permite esa riqueza que, precisó, sea lícita."

Comentario: lo primero es que el delegado, imbuido en la prioridad del Partido, pregunta por qué el Anteproyecto no dice lo mismo que los Lineamientos. Lo segundo es, ¿por qué al deportista sí y al cubano capaz de crear riquezas no?

Si la propiedad es un derecho de la persona que incluye los frutos del ejercicio de sus facultades físicas e intelectuales, privarla del producto de su ingenio y de su trabajo es un atentado contra la persona humana. Es así porque sin la propiedad no se puede potenciar a plenitud la creatividad humana ni generar desarrollo, como lo demuestra la historia de los pueblos con mayores niveles de vida. Por esa razón la Constitución del 40 definió la propiedad privada como un derecho fundamental a proteger frente a toda extralimitación del Estado, y en consecuencia su artículo 24 prohibió la confiscación de bienes sin excepción.

La diferencia es evidente. La Constitución del 40 fue un éxito, entre otras cosas porque fue obra de todos y refrendó la división de poderes, las libertades fundamentales y la protección a la propiedad. En la de 2018 —que será sometida a consulta popular a partir de agosto, después que ha sido aprobada por el Consejo de Estado, la ANPP y el PCC— será un nuevo fracaso, porque la parte sustituyó al todo. La de 1940 fue imperfecta, como lo es toda obra humana, pero de aquella fecha a hoy no ha sido superada.
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La Asamblea Constituyente de 1940

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Deberíamos recordar el ejemplo de la Asamblea Constituyente de 1940, en que delegados libremente elegidos por el pueblo, sin ninguna presión de poderes extranjeros, fueron capaces de discutir y conciliar criterios para lograr un equilibrio político y social en el país
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Por Uva de Aragón
12 de febrero de 2015

El 7 de febrero se cumplieron 75 años de que la Asamblea Constituyente de 1940 comenzara en La Habana las deliberaciones que dieron como resultado la carta constitucional de ese año, increíblemente progresista para su época. Muchos cubanos se sienten, y con razón, orgullosos de esa ley fundamental de la República, que otorgaba abundantes derechos sociales, algunos de los cuales no se han alcanzado aún en las democracias más avanzadas. A menudo en el exilio se ha defendido la necesidad de restablecer la Constitución de 1940. Y en la Isla, donde por tanto tiempo se negaron los méritos de la República, en los últimos años se ha reconocido su valor en artículos de prensa y seminarios.

Sin restarle importancia al documento, su brillo ha opacado un hecho más trascendental: la Asamblea que le dio vida. Tras años de “generales y doctores”, intervenciones directas e indirectas de los vecinos del norte, la violencia política, una dictadura, una revolución y un creciente militarismo, fueron electos democráticamente como delegados 72 hombres y tres mujeres, 35 representando el gobierno y 41 a la oposición.

Los debates tuvieron lugar en el Capitolio y eran seguidos por la radio con entusiasmo por el pueblo cubano. Muestran que los delegados escucharon la exhortación de José Manuel Cortina de dejar fuera a los ocho partidos a que pertenecían y mantuvieran “la Patria dentro”. Se discutieron y se incluyeron en la constitución temas fundamentales, entre ellos, igualdad ante la ley, derecho al habeas corpus, libertad de expresión y culto, educación, derechos sindicales y proscripción del latifundio.

Estas deliberaciones revelan asimismo el alto grado de preparación, inteligencia, poder de análisis y expresión de los constituyentes. La vigencia de los asuntos tratados es asombrosa.
El intercambio entre Orestes Ferrara, Alicia Hernández de la Barca y Salvador García Agüero, no sólo sobre la pena de muerte, sino sobre la posibilidad de rehabilitación de los reos, es un buen ejemplo. Otra muestra de la modernidad de los asuntos fue la discusión sobre el matrimonio y la familia, con Ferrara opuesto a que el estado fuera capaz de “regular nuestras relaciones afectivas” y Ramón Zaydín argumentando que más allá de su esencia privada, la familia poseía una proyección social pública que debería regirse por algunas normas legales. Triunfó la idea de Zaydín y la constitución declaró igualdad de derechos en el matrimonio al hombre y a la mujer, y estableció normas para las pensiones, lo que aquí llamamos alimony y child support.

Más allá de los debates puntuales y sus resultados, la Asamblea Constituyente de 1940 es el único momento en la historia de Cuba, en que delegados libremente elegidos por el pueblo, sin ninguna presión de poderes extranjeros, fueron capaces de discutir y conciliar criterios muy diversos para lograr un equilibrio político y social en el país. Los cubanos, además, tuvieron plena conciencia de que la política es el arte de lo posible. Un aire de esperanza recorrió el país y la Constitución del 40 quedó fijada en el imaginario nacional como un hito histórico.

Cada vez que los cubanos tengamos la oportunidad de debatir criterios diferentes, deberíamos recordar el ejemplo de la Asamblea Constituyente de 1940
.


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