miércoles, junio 02, 2021

Alejandro González Acosta: Hijo de Batista: Roberto Batista. El turno del hijo




Fulgencio Batista y su hijo Roberto ¨Bobby¨  Batista

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En el excelente artículo de mi amigo Alejandro González Acosta añadí todas las fotos menos una,  así como todos los pie de foto; también en el post adjunté  mi artículo El golpe del 10 de marzo de 1952 como parte del legado de Eduardo Chibás y de la propaganda negativamente exagerada y manipuladora del Partido Ortodoxo , que no es primera vez que lo publico. Le seguí llamando  golpe y no cuartelazo (golpe manu militari) por tradición o costumbre;  no soy ducho en las cuestiones del idioma español y Alejandro sí lo es.  En mi artículo me hago eco de la existencia de dos golpes el 10 de marzo de 1952

Roberto Batista dice que dos errores de su padre fueron: Lo ocurrido el 10 de marzo de 1952 y liberar a Fidel Castro en abril de 1955. Tengo la opinión que  Batista actuó  correctamente, ante la posibilidad que se pusiera al frente del cuartelazo José Eleutorio Pedraza u otros aún menos democráticos y de más ¨mano dura¨  (Pedraza había intentado  dar otros cuartelazos, incluso al propio Batista como Presidente electo) pues ya Carlos Prío había perdido el Poder. Para mí el error de Batista  fue postularse en las elecciones multipartidistas de  noviembre de 1954; también fue un craso error de Batista  liberar a Fidel Castro y a otros ¨moncadistas¨, aunque es bueno puntualizar que  Fidel Castro Ruz había dicho públicamente que  seguiría los caminos de la lucha política pacífica; sólo fue ya estando en México que Fidel Castro lanzó la consigna: Libertad o Muerte. He oido, sin confirmar,  que Fulgencio Batista le dio 10 000 pesos cubanos o dólares norteamericanos cuando Fidel decidió  irse para México después de un cierto tiempo de ser amnistiado. No me extrañaría que así fuese pues  en el post MUERTE EN COMBATE, QUE NO ASESINATO, de Antonio Guiteras Holmes y el venezolano comunista Carlos Aponte Hernández en El Morrillo, Matanzas, Cuba, el 8 de mayo de 1935 de mi blog Baracutey Cubano se lee: 

En otras fuentes se  plantea que esa reunión entre  Ignacio Galíndez (quién había pertenecido a La Joven Cuba, organización terrorista fundada por Antonio Guiteras) y Antonio Guiteras se dió, con la autorización de Batista, y Galíndez  le ofreció a Guiteras  de parte de Batista un alto puesto en el  gabinete gubernamental   y le trasmitió a Guiteras que  el gobierno sabía de sus planes de abandonar Cuba. Antonio Guiteras rechazó lo que le trasmitió Galíndez y tampoco hizo caso lo que le decían algunos de sus allegados de que en Matanzas se habían incrementado el movimiento de tropas gubernamentales. Esa actitud de Batista de evitar la muerte  de sus enemigos políticos violentos se repitió en varias ocasiones. Polita Grau (sobrina del ex Presidente  Ramón Grau San Martín) en el libro  "Todo lo dieron por Cuba" de Mignon Medrano narra:

Cuando comenzó en Cuba la lucha política entre grupos…todo fue tan distinto a lo que yo vi cuando llegó Fidel Castro. Por ejemplo, a Batista yo le hice mucho daño; yo conspiré en Cuba muchísimo cuando dio el golpe del 10 de marzo. Tío estaba por la parte política y yo estaba con Carlos Prío por la insurreccional…

(Polita Grau después de salir de la prisión Castrista)

…Yo daba viajes a Miami trayéndoles dinero de Prío a los muchachos de la FEU y andaba en todos esos momentos mientras Esteban Ventura Novo le decía a Batista: "Presidente, hay que coger presa a Polita Grau, porque cada vez que agarro a un bandolero de ésos, o Polita le trasladó las armas, o Polita le consiguió una casa, o Polita le consiguió el exilio, pero ella está en todos lados"… …Batista agarró el teléfono y llamó a mi madre: "Paulina, me da mucha pena decirte esto, pero aquí tengo a Ventura Novo diciéndome que ya le es imposible restringir a Polita y que cada día se vuelve más arriesgada. Como usted comprenderá, yo no puedo coger presa a Polita -por ella, por usted, y por el Doctor. Así es que yo le sugiero que, a más tardar a las seis de la tarde, usted la ponga en un avión para Miami". Mi madre le contestó, "Así lo haré. Le agradezco su aviso"… …Fíjate qué
 manera más distinta de actuar, ¿no? En igualdad de condiciones, Fidel Castro me metió en una cárcel 14 años y me hicieron horrores


 
Otra ocasión fue la siguiente: el guiterista  Orlando  León Lemus, conocido como ¨El Colorao¨ había jurado matar a Batista para lo cual  había hecho planes y acciones con ese objetivo. Poco antes de la toma de posesión  de Batista  de la Presidencia  de la República de Cuba el 24 de febrero de 1955 (como consecuencia de las elecciones multipartidistas de noviembre de 1954)  Rafael Díaz Balart  se entrevistó, por encargo de Batista,  con  Orlando  León Lemus en el escondite  de éste cercano a Guanabo. Rafael le ofreció, de parte de Batista,  una maleta con 50 000 dólares y salvoconductos para que se fuera del país él y toda su familia. Rafael narra, años después,  a un familiar muy cercano de  León Lemus  que éste rechazó la propuesta y con la mirada fría le dió el siguiente recado para ¨El Indio¨, que asi es como el llamaba a Batista: ¨Dile a Batista que en este país sobramos uno de los dos; y a tí te digo que la próxima vez que nos veamos no va ser de esta manera¨. Tiempo después  ¨El Colorao¨ sería asesinado por órdenes del Coronel Orlando Piedra (Jefe del Buró de Investigaciones)  pese a que   ¨El Colorao¨ estaba en la sala de la casa fumándose un tabaco y no hizo ademán alguno de tomar la subametralladora que estaba a los pies del sillón donde estaba sentado cuando la policía irrumpió por la puert pues la dueña de la casa le había  pedido que no  combatiera porque en la casa habían menores. Al oir a Orlando Piedra  dar esa orden, Hernando Hernández (quién sucedería como Jefe de la Policía Nacional a Rafael Salas Cañizares, muerto en acción en la Embajada de Haiti) le dijo  a Orlando Piedra que había una amnistía dada por Batista a lo que este respondió nuevamente con la orden de matar al ¨El Colorao¨, lo cual sucedió;  el policía apodado  el Macagüero ( oriundo de Pinar del Río;  verdadero  asesino del relevante político  Pelayo Cuervo Navarro  y que moriría en Miami y no en el pelotón de fusilamiento como hizo la tiranía Castrista con alguien que no mató a Pelayo Cuervo) le dispararía en la cabeza, después de muerto, a ¨El Colorao¨. Por ironías de la vida,   muchos años después  el  médico que atendió a Orlando Piedra en Miami fue  un familiar muy cercano de  Orlando  León Lemus, el cual vió lágrimas correr de los ojos de Orlando Piedra cuando estrecharon relaciones. Éste  relevante médico no  quiso  cobrar un centavo o céntimo por sus servicios médicos a Orlando Piedra.

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Tomado de https://zoepost.com/

Hijo de Batista: Roberto Batista. El turno del hijo

(Roberto Francisco Batista Fernández;  ¨Bobby¨  Batista)


Por  Alejandro González Acosta

01/06/2021


A diferencia de otras naciones como Francia, Inglaterra, Alemania, Italia, Estados Unidos y la misma España, el género de las memorias no cuenta en Cuba con muchos títulos.

Quizás sea porque enfrentar el recuerdo y realizar un balance equilibrado de lo vivido, suele ser difícil, complejo y hasta problemático.

En realidad, son muy pocos los personajes de la historia cubana que escribieron sus memorias, y prefirieron dejar sus biografías para ocupación de los historiadores.

(Libro de memorias del Presidente Gerardo Machado y Morales)

(Libro de memorias de Orestes Ferrara)

Muchos menos son los descendientes de esos actores de la historia que asumieron el empeño de recordar las vidas de sus antepasados.

Por ejemplo, el brigadier José Martí y Zayas Bazán, hijo del prócer cubano por excelencia, habló poco y escribió menos sobre su padre.

Un caso aislado y que resultaría más cercano,sería el de Alina Fernández Revuelta, con suscontrovertidas Memorias de la hija rebelde de Fidel Castro (1997).

A veces las luces -y las sombras- proyectadas por sus padres, suelen ser paralizantes, unos escollos demasiado escabrosos para remontar, o pesos excesivamente incómodos de llevar.

Por eso se debe no sólo agradecer la voluntad,sino reconocer la valentía de Roberto Batista, para asumir frontalmente y evocar la figura de su padre en sus memorias como hijo.

(Libro de Roberto Batista)

Pocos personajes cubanos han sido tan anatematizados, en vida y en muerte, como Fulgencio Batista Zaldívar. Hay que asumir sincera y honestamente que la orgullosa burguesía cubana blanca nunca le perdonó que fuera mestizo y con un origen sumamente humilde. Se le encargó hacer el “trabajo sucio” cuando se le necesitó (1933), y luego se pretendió echarlo a un lado. Pero él supo aprovechar todas las oportunidades para ocupar un lugar que sentía le correspondía y se había ganado.

Si revisamos la lista de los gobernantes cubanos desde Tomás Estrada Palma hasta los hermanos Castro, veremos que casi todos provienen de la clase media o alta de la sociedad; todos tuvieron la dicha de recibir de sus padres una educación regular y, en algunos casos, hasta universitaria, al contrario de Batista, quien fue un autodidacta y el único presidente que era un auténtico proletario. Irónicamente, el otro mandatario cubano que ha sido muy demonizado, Gerardo Machado, también tuvo un origen muy humilde.

Debido a lo anterior, es una gran paradoja que no sólo por su origen, sino por su programa de gobierno, Batista fue el mandatario cubano más auténticamente popular hasta 1958 (como también ocurrió con Machado en 1933), y hasta los viejos comunistas más recalcitrantes tuvieron que aceptar esto, y pactar con él.


(Vistas parciales del acto de desagravio a Batista efectuado el 7 de abril de 1957 por el ataque al Palacio Presidencial el  13 de marzo de 1957. A ese acto asistieron casi  todos los sindicatos, agrupaciones y colegios profesionales salvo el Colegio Nacional de Arquitectos  y quizás alguno que otro.)

(Inauguración del Túnel de La Bahía de La Habana el 25 de mayo de 1958)

Otro “casi” mandatario cubano con ese mismo origen, sería Andrés Rivero Agüero, también de procedencia muy humilde como Batista, pero no tanto, aunque aprendió autodidactamente a leer y escribir apenas hasta los 16 años, quien fue elegido en unos comicios desarrollados en medio de una guerra civil, y bajo amenazas muy severas de los guerrilleros (los cuales diseminaron bombas y petardos por muchos lugares públicos,ocasionando terror y muertes de civiles inocentes), obtuvo un 70 % de los votos, con plena vigencia de la Constitución de 1940, varios partidos políticos activos (concurrieron cuatro a la justa electoral, aunque uno de los contendientes, traicioneramente, se retiró en el último momento), y una prensa enteramente libre encabezada por la muy opositora y parcializada revista Bohemia. De haberse acordado un pacto civil como se propusoen su momento, Rivero habría tomado posesión de su mandato de transición el 24 de febrero de 1959, convocado de inmediato a una Asamblea General Constituyente y nuevas elecciones para pacificar el país… Pero por no haber sabido –o querido- esperar menos de dos meses, los cubanos han soportado 62 años –hasta ahora– de opresión.Porque, digámoslo francamente, el problema de casi todos era sacar a Batista como fuera.

Roberto Batista ha continuado el empeño que otros de sus hermanos antes que él emprendieron en el rescate y la difusión de la obra de su padre, pero confiesa que no fue nada fácil hacerlo: esto se entiende perfectamente. En efecto, una persona que prácticamente desde su nacimiento fue objeto de agresiones, provenientes de sus mismos compañeros de colegio –blancos y nacidos en cuna de oro-, y siendo un niño de apenas diez años haber sido considerado como “una mala simiente que había que exterminar por completo”,cuando el 13 de Marzo de 1957 los asaltantes del Palacio Presidencial querían asesinar no sólo al presidente Batista, sino a toda su familia, y que al llegar a su natal New York el 30 de diciembre de 1959, fue recibido por una multitud agresiva que les gritaba “asesinos” a él, sus hermanos y su madre, no puede decirse que haya disfrutado una vida plácidamente como “un lecho de rosas”.

Durante muchos años vivió con el trauma de su origen y de esa infancia y juventud, acosada, perseguida y atacada. Es realmente admirable el temple de este hombre que supo sobreponerse a todos los golpes, y a la larga, superarlos, con optimismo, dignidad, valentía y veracidad, para sanar de sus heridas emocionales mediante la escritura.

Y es que la memoria –como la escritura, que es su forma visible- es una catarsis saludable: exorcismo y conjuro que liberan y purifican al mismo tiempo.

Por supuesto que un guerrero como Fulgencio Batista buscó limpiar su nombre en vida con la publicación de varias obras, donde depositó sus reflexiones y documentó sus acciones de gobierno. Pero casi nadie quiso escucharlo y menos leerlo. Paradójicamente, un hombre cuyo origen político había sido la revuelta contra Machado –su semejante en tantos sentidos- y que había sido aplaudido por los comunistas (incluido Pablo Neruda), terminó recibiendo el asilo protector de dos personajes a los que antes aludió siempre con desdén y hasta repulsión: Rafael Leónidas Trujillo y Francisco Franco Baamonde. Esto debió ser suficiente castigo para sus culpas.

(Batista apoyó a la Segunda República Española (llegada al poder mediante  fraude electoral ya reconocido) que fue desbordada por los comunistas del Frente Popular. La creación de los Frentes Populares por los comunistas en sus países  fue un mandato de José Stalin para que los comunistas llegaran al Poder en esos países de ahí que los comunistas cubanos (después de ser enemigos de Batista) se unieron a Batista para llegar al Poder en 1940. En la foto está Batista con Fernando de los Rios el 17 de abril de 1946. Fernando de los Ríos, militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE),   fue Ministro de la Segunda República y Embajador en los EE.UU. Entre 1945 y 1946 formó parte del gobierno en el exilio que presidió José Giral en calidad de ministro de Estado, hasta que tuvo que renunciar al cargo por motivos de salud.16​ Falleció en Nueva York el 31 de mayo de 1949)

Su última fuga ocurrió con su muerte sorpresiva en Marbella, relativamente joven aún (72 años), poco antes que un comando enviado por Fidel Castro a cargo de uno de los “jimaguas asesinos”, los “killers” De La Guardia, lo despachara expeditamente, probablemente con todos los que lo acompañaran en ese momento, culminando el propósito criminal trunco de unos años antes.

Aunque siempre se habla del “Golpe de Estado” del 10 de Marzo de 1952, creo que eso es un error. Norberto Bobbio precisa que sólo se puede considerar un golpe de Estado cuando uno de los elementos que constituyen ese Estado se impone a los demás y suprime el orden vigente. En el momento de su acción, Batista no era titular del Poder Ejecutivo, ni del Legislativo, ni del Judicial, y ni siquiera era un militar en activo, pues ya había pasado a la condición de retiro: era sólo un senador que había sido elegido por una ciudad con la que no tenía un vínculo mayor (Santa Clara), y competía para unas elecciones que se realizarían en unos meses, si antes el país no caía en el precipicio de la anarquía hacia la que ya caminaba con velocidad de vértigo.

Aunque reiteradamente algunos dicen aún como artículo de fe que en esos comicios el ganador sería Roberto Agramonte (heredero sucesorio de Eduardo Chibás, pero no de su carisma), y otros aseguran que el triunfador sería el apático Carlos Hevia, hechura del desprestigiado Carlos Prío,apoyándose en unas muy amañadas “encuestas” que publicaba la entonces revista Bohemia, dirigida por uno de los enemigos más viscerales de Batista, nada permite afirmar documentadamente que eso hubiera ocurrido así.

Y nunca lo sabremos porque Batista, escuchando a “amigos” que luego en la desgracia le dieron la espalda y le negaron el saludo, se sintió de nuevo un “salvador de la patria”, y acudió al llamado de lo que supieron venderle como su “destino” y su“deber”.

Pero, regresando al Dizionario de Bobbio, aquello resultó estrictamente un cuartelazo, un motín, un alzamiento incruento, que fue recibido en ese momento con gran beneplácito general, y hasta cierto alivio por volver a sentir algo de orden en un país ya descontrolado por la anarquía de los grupos gansteriles, que ni Grau ni Prío quisieron o pudieron sujetar. Por otro lado, además de la grave situación de creciente anarquía en el país durante los últimos meses de 1951 y primeros de 1952, existen también otros testimonios que documentan el incipiente propósito del propiopresidente Carlos Prío para realizar un autogolpe, ahí sí, de Estado.

Por supuesto que de no haberlo hecho Batista, la historia cubana habría sido muy diferente, en cualquiera de los escenarios posibles mencionados, pero eso ya pertenece al territorio de los buenos deseos y no de las duras realidades.Y es muy fácil y cómodo para muchos atribuir que “toda la culpa de lo que pasó y sigue pasando en Cuba fue de Batista” (muerto hace 49 años). Habrá que asumir en un futuro todas las culpas, pero compartidas honradamente, con un líder obnubilado, grupos de poder muy ambiciosos en varios bandos, una clase ilustrada totalmente despistada, y un pueblo que como casi siempreesperaba apático para aplaudir al vencedor. Culpar “de todo” a Batista es tan desproporcionado e injusto como achacar la responsabilidad exclusiva de la Comuna de París al 18 Brumario de Luis Bonaparte.

En realidad, a Batista no lo vencieron sus enemigos, sino que fue derrotado por sus “amigos”, quienes primero le aconsejaron y casi exigieron el “golpe”, prometiendo apoyo absoluto y permanente, y luego lo traicionaron y vendieron, pensando salvarse ellos entre los restos del naufragio republicano como había ocurrido ya otras veces.

Y, en primer lugar, fue traicionado por los Estados Unidos de América, cuyos gobiernos nunca lograron tragar que el primer presidente mestizo en la América hispana fuera el cubano Fulgencio Batista, y tener que recibirlo en Washington con honores de Jefe de Estado y como aliado vencedor, mientras en el propio sur del país los negros eran vejados y discriminados.

Pero eso necesitará de una catarsis aún más profunda y desgarradora que la de Roberto Batista, y tomará mucho tiempo para asumirla, y quizás finalmente logremos “hacer las paces con Batista” que, de algún modo, será hacerla también con nosotros mismos.

Uno de quienes critica la fatal decisión del cuartelazo, es precisamente su hijo Roberto, en este libro que es al mismo tiempo confesión y balance, y también penitencia y alivio: no sólo le debía eso a sus hijos y nietos, sino a sus compatriotas.

Junto con este libro de memorias, lenta y sólidamente, va brotando una nueva bibliografía relacionada con Batista, que aporta otros enfoques y visiones, más documentados y fiables.

En la narrativa destaca la primera novela sobre el personaje, aparecida hace poco (Zoé Valdés, Pájaro lindo de la madrugá, Algaida, 2020), que contiene varios méritos: no sólo por su temática, al asumir la controvertida figura de Batista en una obra literaria que trascenderá, sino hacerlo sin acudir a la biografía, y ni siquiera a la historia, tejiendo la evocación de dos testigos protagonistas, que al final de sus vidas realizan el balance de sus aciertos y equivocaciones, de sus luces y sombras, de las equivocaciones cometidas y los sueños acariciados: estos dos viejos amigos simbolizan esa Cuba que amó y detestó a Batista,y que hoy continúa evocando su silueta como el monstruo o el ángel, como el constructor republicano o el dictador responsable.

Pero también han aparecido estudios de gran solvencia historiográfica, como el sólido ensayo de investigación documental y análisis histórico contrastado de Frank Argote-Freyre, The Makingof a Dictator: From Revolutionary to Strongman((Rutgers University Press: 2006, 416 pp.), que urge se traduzca ya al español y se difunda más ampliamente; o el de Jacobo Machover, Cuba de Batista à Castro. Une contre-histoire (Buchet-Chastel, 2018). O testimonios tan reveladores como el del ayudante personal de Batista Alfredo J. Sadulé, entrevistado por Antonio José Ponte para Diario de Cuba (4 de abril de 2012 (en línea); o artículos más puntuales, como el análisis de Abel Sierra Madero y Lilian Guerra, “El 10 de marzo fue una herencia”. (Cuban Studies, University of Pittsburgh, Vol. 44, 2016, pp. 367-383). También ensayos magistrales como los de Néstor Díaz de Villegas “Nuevas aportaciones al estudio del batistato” (Diario de Cuba, 21 de Marzo de 2012) y “Batista explicado a los niños” (El Nuevo Herald, 6 de Julio de 2001),  y de Vicente Echerri, “Vigencia de Batista, logro mayor de la revolución” (Diario de Cuba, 14 de Mayo de 2012). O textos incluso tan contrastantes como los de Alejandro Prieto Blanco, “Pogolotty”, Batista: El ídolo del pueblo (Sevilla, Punto Rojo Libros, 2017), y Arnaldo MiguelFernández, “Un sargentón llamado Batista” (cubaencuentro.com, 4 de Septiembre de 2017).Todos estos estudios se van integrando a una creciente bibliografía polifónica sobre Fulgencio Batista Zaldívar, que ayudan mucho para revisitar al controvertido y polifacético personaje histórico, tan indisoluble de la vida de todos los cubanos como el de Fidel Castro.

Aunque a muchos les cueste aceptarlo y menos aún asumirlo con la entereza de la integridad y la sinceridad autocríticas, el clamor general condenó a Batista sin escucharlo ni brindarle la oportunidad de una defensa. Se entenderíaentonces la plausible actitud de decepción, fastidio y hasta de hastío cuando él salió de la isla, abandonada a los apetitos y pecados de sus ingratos ciudadanos: “Nunca me entendieron ni aceptaron: ahora ahí se los dejo”.

Al menos, los Castros no pueden negar algo incontrovertible: Batista les heredó la escenografía perfecta para su “revolución”: un país moderno y pujante, con una arquitectura notable y grandes obras apenas inauguradas. Desde el camino que recorrió hasta las oficinas flamantes que de inmediato ocuparía Castro, las construyó Batista: el Túnel por el que entró en La Habana atravesando la Bahía, lo había abanderadoBatista unos meses antes, bajo la mirada del también flamante Cristo de La Habana (inaugurado por Martha Fernández Miranda, su esposa), y lo que bautizaron inopinadamente como el Palacio de la Revolución era la sede del Tribunal Supremo de Justicia y Fiscalía General de la República: todo un símbolo de lo que vendría.

Realmente, en Cuba se equivocaron muchos en ese momento –casi todos- menos una voz fuerte y clara, auténtica, valiente y sincera, de otro mestizoque también supo desde niño del sacrificio, la exclusión, el rencor y el rechazo, y a pesar de todo se abrió paso en la isla y en el exilio; Gastón Baquero lo anunció tempranamente cuando muchos de sus “amigos” se prestaron gozosos a condenarlo como “batistiano”.

El 19 de abril, desde las páginas de su Diario de La Marina, Gastón Baquero se despedía dolorosamente de sus lectores, y “partía al silencio” y de inmediato al destierro. No pudo ser más claro ni más certero. Sus palabras de hace sesenta y dos años suenan hoy con una impresionante actualidad, en los oídos de propios y extraños, pero especialmente para quienes aún perseveran en decirse “engañados”, “traicionados” y “vendidos” y achacar a Batista toda la responsabilidad de esa formidable equivocación histórica a la cual ciegamente contribuyeron, para descarrilar un país que aunque con dificultades y tropiezos, avanzaba en la senda del progreso y de la lenta y compleja construcción de una democracia:

…El progreso cubano culminó, como se sabe, en la fuga del dictador, en la impotencia de la junta militar, y en el ascenso al poder de la juventud partidaria de la revolución. Los caracteres ideológicos de ésta no fueron nunca disfrazados por sus dirigentes. En el manifiesto dado por el Dr. Fidel Castro en diciembre de 1957, al desembarcar en Cuba, están contenidas todas las ideas que hoy se van convirtiendo en leyes. Si algún capitalista se engañó, fue porque quiso; si algún propietario pensó que todo terminaría al caer el régimen, pensó mal, porque claramente se le dijo por el doctor Castro que todo comenzaría al caer el régimen; y si alguna persona alérgica a las grandes conmociones económicas y sociales siguió y ayudó al Movimiento creyendo que éste venía solamente “a tumbar a Batista”, pero no a cambiar costumbres muy arraigadas en la organización económica y social, se equivocó totalmente o no leyó con atención aquel manifiesto. El doctor Castro no ha engañado a nadie, aunque mucha gente conservadora y enemiga de las convulsiones le siguieron sin preguntarse detenidamente hacia dónde la llevaban.

Con la certera visión que sólo alcanzan los poetas en sus intuiciones, y que los convierten dolorosamente en Casandras, dijo Baquero:

…Ahora nos encontramos en el ápice del despertar. Aquella señora que “compró sus bonitos del 26”, no soñó que la revolución le iba a rebajar un 50 por ciento de sus rentas por alquileres; aquel industrial que por ideología o por miedo abrió sus arcas, creyó que tenía adquiridos títulos revolucionarios y subsiguiente influencia; aquel sacerdote que hizo de su sotana un manto de piedad para salvar vidas de jóvenes acosados, y de su iglesia un centro de conspiración, creyó que se tendría en cuenta su filosofía de la sociedad y de la vida. …¡Cuántas ilusiones, esperanzas, elucubraciones y cálculos han fallado! Pues llegó la revolución, de veras, radical, inflexible, sin compromiso ante sus ojos, y anhelosa de llevar a cabo un enorme cambio, un programa descomunal de contenido económico y social que ha venido gestándose en la mente de los cubanos revolucionarios desde los mismos años inaugurales de la República. Llegó la revolución en la que no tienen cabida el perdón de los errores, el pensamiento conservador, la doctrina tradicionalista ni el conformismo acomodaticio que, es cierto, ha frustrado tantas esperanzas del cubano.

Por falta de aviso no quedó: miraron, pero no vieron; escucharon, pero no oyeron; sintieron,pero no razonaron; y al final, cuando la realidad no sólo los alcanzó sino que los aplastó y expulsó, lo más sencillo y fácil fue adoptar el recurso pueril de la irresponsabilidad: toda la culpa fue de Batista.

Mientras estuvieron sobre la carroza, aplaudieron y vitorearon; cuando fueron apartados, excluidos o expulsados de aquello que inventaron, cuando el mismo Golem que crearon los destruyó, entonces acudieron a descargarse de culpas, y achacar a otro sus propias equivocaciones, y sus errores.

Y mientras se mantenga esa actitud mental, no habrá solución para el problema de Cuba: si sus hijos no maduran y se convierten al fin en ciudadanos, seguirán siendo súbditos; si son incapaces de entender que ellos mismos forjaronsus eslabones, nunca podrán sacudir sus cadenas ni liberarse de ellas.

Este libro es valioso sobre todo por el testimonio de una persona que fue víctima de una trágica historia, la cual en última instancia no era la suya, condenado inapelablemente por  un juez terrible, sordo y ciego, quien no le permitió defensa alguna, y dictó bíblicamente su sentencia contra toda una estirpe. Quizás Roberto y sus hermanos fueron de los primeros en padecer un juicio así, pero después hubo muchos más en circunstancias semejantes y todavía peores, y aún hoy abundan los que sufren castigos similares.

Este libro necesario es la expresión de un doloroso ejercicio de amor filial, de fidelidad patriótica y de integridad personal: así debe entenderse.

En algún momento, cuando se empiece realmentea intentar escribir una historia de Cuba donde se aspire a dar honesta cuenta de las visiones contrastantes, además de consultar los libros de Fulgencio como Sombras de América, Paradoja, Respuesta, Leyes y piedras y varios más, habrá que incluir este doloroso y sincero testimonio de Roberto, el Hijo de Batista.

Roberto Batista Fernández, Hijo de Batista. Memorias. Madrid, Editorial Verbum, 2020, 236 pp. Serie Biblioteca Cubana.

* Alejandro González Acosta es Investigador, ensayista y académico cubano con residencia prolongada en México, donde vive desde 1988. Graduado del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona en la especialidad de Español y Literatura. En el Colegio de México colmex realizó estudios para el Doctorado en Letras Iberoamericanas, título que finalmente por la Universidad Nacional Autónoma de México unam. Miembro del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana iili, la Academia Mexicana de Estudios Heráldicos y Genealógicos, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística smge y la Modern Language Association mla, miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua acul y Correspondiente Hispanoamericano de la Real Academia Española rae. Desde 1989, es profesor de la Facultad de Filosofía y Letras ffyl (unam) e investigador titular del Instituto de Investigaciones Bibliográficas iib (unam). Especialista en historia, literatura y cultura virreinal mexicana y en literatura hispanoamericana y cubana del siglo xix.

Trabajó como profesor de literatura en el Instituto Superior Pedagógico y como periodista en el Ministerio de Cultura; también se desempeñó como vicepresidente y director de promoción en contex. En 1989, obtuvo el Premio Internacional de Ensayo Sor Juana Inés de la Cruz y en 1990 mención honorífica en el concurso de la revista Plural.

El entonces joven  Alejandro González Acosta en una sesión de la Academia de la Lengua Española en Cuba. En ella aparecen:  Dulce María Loynaz, José Antonio Portuondo y otros miembros.

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El golpe del 10 de marzo de 1952 como parte del legado de Eduardo Chibás y de la propaganda negativamente exagerada y manipuladora del Partido Ortodoxo 

Por Pedro Pablo Arencibia

26 de mayo de 2021

Se dice frecuentemente que sin el Golpe de Estado de Batista el 10 de marzo de 1952, no hubiera existido un Fidel Castro con  la Robolución de la cual se apropió dando ¨golpes de Estado¨ dentro de la mayoría de las fuerzas  antibatistianas; realmente  el Golpe de Batista  del 10 de Marzo de 1952  fue el motivo y no la causa. Las causas fueron: 1) El apego del pueblo cubano al caudillismo 2) el irrespeto (infundado o bien fundado) a las instituciones del Estado, del gobierno  y de la República, incluyendo las Constituciones 3) Tener a la  violencia y/o a las Revoluciónes  (con más o menos sangre vertida) como las vías heroica y expeditas para lograr los objetivos, los cuales pueden ya ser  sublimes o perversos llegando a ver a las Revoluciones como ¨fuente de Derechos¨.

Es conocido,  por los que hemos  profundizado un poco en la historia,  que tres  profesores ortodoxos no militares de la  Escuela Superior de Guerra,  miembros relevantes del Partido Ortodoxo:  Roberto Agramonte, Herminio Portell Vilá y Rafael García Bárcena habían conspirado con algunos militares (entre ellos el capitán García Tuñón) para darle un golpe de Estado al Presidente Carlos Prío Socarrás  con el conocimiento de Eduardo R. Chibás, el cual  se apartó de esos planes,  al igual que los tres profesores antes mencionados, al  Chibás creer posteriormente que podía alcanzar la Presidencia en las próximas elecciones de 1952 pero los militares de esa conspiración, en especial García Tuñón,   siguieron conspirando en la búsqueda de un líder político y civil que la encabezara hasta que lograron convencer a  Fulgencio Batista que a última hora se decidió ante el ultimatun de los militares que aunque él, Batista, no  se sumara al  golpe ellos lo darían;  se dice que  le preocupaba que José Eleuterio Pedraza fuera el que se sumara al golpe y asumiera el poder.

En el artículo Los dos golpes del 10 de marzo  del periodista oficialista Ciro Bianchi Ross se leen estos fragmentos:

En varias ocasiones hemos aludido en esta página a los dos golpes de Estado del 10 de marzo de 1952, hace 60 años. El primero, el de un grupo de jóvenes oficiales, encabezados por el capitán Jorge García Tuñón, que derrocó al presidente Carlos Prío, y el segundo, el del ex general Fulgencio Batista contra esos jóvenes militares.

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Unas horas después, al mediodía del 10 de marzo, la situación era otra. Recordaba Ortega: «Los papeles cambiaron y los oficiales jóvenes, incluido el capitán García Tuñón, terminan arrinconados». 

El historiador Briones Montoto, en su libro General regreso, escribe por su parte: «A partir de ese momento, Batista es el que controla el golpe. Fue una maniobra muy bien realizada y con mucho sentido, porque lo que había comenzado como un golpe de unos militares insatisfechos con un jefe civil, Batista lo convirtió en un golpe de Batista. Y a partir de ese momento empezó a decidirlo todo». 

Diría el mismo García Tuñón en una entrevista que concedió a la revista Réplica, de Miami, en marzo de 1972:

«Dimos el golpe por la madrugada. Batista quedó confinado en una oficina del edificio del Regimiento. El mando en Columbia lo teníamos los militares. Pero en casos como estos, por mucho que se haga, siempre hay presente alguna desorganización. Batista logró enviar a un capitán a distintas postas para que ordenara a sus jefes que permitieran la entrada de civiles al campamento. Cuando vinimos a ver miles de ellos estaban por toda la base militar dando vivas a Batista, confraternizando con los soldados y hasta bailando congas… El mando se nos fue de las manos.

«Lo que se nos ocurrió en el momento fue transmitir una orden por los amplificadores para que los soldados se presentaran ante los jefes de compañías a fin de que inscribieran sus nombres para los ascensos que se estaban estudiando. Cinco minutos después todos estaban en sus respectivas compañías y dimos órdenes a los jefes que las formaran para restablecer el mando… Mientras tanto, Batista había salido de la oficina donde lo teníamos y al frente de la muchedumbre de civiles que se había infiltrado en el campamento recorría las postas y compañías donde era aplaudido por los soldados, pues estaba dando la sensación de que el golpe era obra suya y que él era el jefe… Este fue el segundo golpe del 10 de marzo, dirigido contra los que habíamos conspirado con él».

Puntualizo que Newton Briones Montoto , es hermano de Antonio Briones Montoto, quién fuera de la guardia personal del tirano Fidel Castro, fundador de Tropas Especiales del MININT  y quién murió en 1967 en playas de Venezuela mientras trataba de infiltrarse  para  subvertir con armas y explosivos a Venezuela. Newton  lleva el nombre del padre de ambos, quién fue  el que armó la bomba (por indicación de Luis Busch) que llevó a la muerte a la persona que delató el escondite de Antonio Guiteras en El Morrillo (mientras esperaban Guiteras y el venezolano Aponte  una embarcación para irse del país)  el cual murió junto a Aponte cuando ellos empezaron a dispararle a las tropas del Ejército Nacional que venían a detenerlos; Newton Briones Montoto fue oficial  del  los Órganos de la Seguridad del Estado  durante 28 años y fue retirado después de la causa 1/89 o ¨Causa Ochoa-La Guardia¨; es historiador desde 1975 y vive en Cuba.

El Golpe de Estado de Batista del 10 de marzo de 1952 fue  muy debilmente rechazado. La propaganda del Partido Ortodoxo exageraba las máculas de la gestión gubernamental de los dos períodos de gobierno del Partido Auténtico, entre las que se encontraban la corrupción y el pandillismo. En particular esa propaganda exageraba las faltas y errores de los dos últimos años del gobierno del Dr. Carlos Prio Socarrás; realmente  los dos últimos años de Prío con su política de ¨los nuevos rumbos ¨ fueron mucho mejor que sus dos primeros años. Por otra parte, los ortodoxos habían perdido ostenciblemente fuerzas con la muerte de su líder Eduardo Chibás ya que el Dr. Agramonte le sucedió, pero no lo sustituyó. La famosa encuesta de Bohemia sobre los posibles resultados que tendrían los diferentes candidatos a la Presidencia de la República en las elecciones de junio de 1952 es sólo eso: una encuesta, de la cual no sabemos nada de cómo se seleccionó la muestra encuestada de la población y si efectivamente era una muestra representativa de la población electoral cubana de ese momento, para ya no hablar que fuera una burda manipulación de esa revista, como algunas que se han comprobado, y a las que hace alusión Miguel Ángel Quevedo en su supuesta carta de despedida antes de suicidarse. Además: en elecciones políticas dos o tres meses  es  mucho, pero mucho tiempo y cualquier resultado puede suceder ¿Un ejemplo? Las elecciones en España  en las que el PSOE con  Zapatero salieron  elegidos por primera vez; pues todas las encuestas  daban  como seguro ganador al PP hasta que sucedieron los atentados terroristas  en el metro de Madrid y el PSOE aprovechó oportunísticamente echarle la culpa del atentado al PP por haber participado en la coalición con EE.UU. en la guerra de Iraq; contrario a lo que hizo poco  tiempo después la oposición política británica cuando el atentado terrorista en Londres, en que se unió en la condena junto al partido de gobierno.

Volvamos al débil rechazo al Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952: La noticia, cierta o no, de los planes de Eufemio Fernández de atentar con morteros contra Batista y su familia en la casa familiar de la finca  Kuquine y otras noticias y rumores similares, ficticios o reales, sembraron en el pueblo, dado el culto al caudillismo que siempre hemos tenido como pueblo, la necesidad de un ¨hombre fuerte ¨que disciplinara o ¨metiera en cintura ¨ al país. Ese hombre para muchos era Batista, que lo había demostrado ser en la década de los años 30s, con la ayuda de José Eleuterio Pedraza, cuando la Revolución del 33 nos había dejado un país con una abundante presencia de terroristas y pistoleros políticos. Para más elementos a su favor, Batista había estado de acuerdo en llamar a una Constituyente y después de haber sido elegido Presidente y ejercido como tal durante 4 años sin grandes escándalos o críticas a su gestión de gobierno de 1940 a 1944, había dejado el poder sin objección alguna, a la oposición politica.

Es interesante señalar que en el excelente  libro La Verdadera República de Cuba  del antibatistiano Dr. Andrés Cao Mendiguren,  se plantea que a sugerencia  del Dr. Eduardo ¨Guarro ¨ Ochoa  y Ochoa, entonces Alcalde de la ciudad de Holguín por el Partido Auténtico y el Partido Socialista Popular durante dos períodos (1946-1954),  hermano del dirigente y ex constitucionalista  Millo Ochoa,   Batista le  sugirió al Presidente Carlos Prío Socarrás  hacer coalición (el exPresidente Ramón Grau San Martín había formado  otro partido político llamado Partido de la Cubanidad,  alejándose del Partido Auténtico y del Presidente Prío) de apoyo al candidato oficialista Carlos Hevia  para las próximas elecciones pero Prío no aceptó dicha sugerencia por la fuerte oposición a esa idea que tuvo Manuel Antonio de Varona Loredo, más conocido como  ¨Tony¨ Varona, quién ocupaba la alta responsabilidad política de Presidente del Senado. También es interesante conocer que el gobierno de los EE.UU.  no conocía ni vio con buenos ojos el arribo de Batista al poder mediante el Golpe del 10 de marzo de 1952 según se lee en el libro Batista, el golpe   en el que uno de los dos autores es el ex oficial del Departamento de la Seguridad del Estado y periodista (escribió muchos años en la revista Moncada, revista  del Ministerio del Interior) Luis Adrián Betancourt, el cual vive en Cuba.


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2 Comments:

At 11:20 p. m., Anonymous Ombre said...

Los que se aprovecharon de Batista y luego lo desecharon pensaron poder hacer lo mismo con Fidel Castro. Fallaron, por supuesto, porque se quiseron pasar de listos con alguien no solamente muy distinto sino evidentemente diabólico, y con el diablo no funciona ese jueguito.

Los libros de Batista fueron tratados como se debió tratar el libro de un ultra-izquierdista brasileño sobre la Red Avispa y sus «Cinco Héroes,» aunque el tipo era viejo amigo confeso de Fidel Castro y tuvo la plena colaboración del gobierno castrista (y le entregó una copia del libro personalmente a Fidel en La Habana). Sobra decir que ese libro no fue rechazado--fue llevado a la pantalla por un director francés de nombre como si hubiera sido un documento definitivo e inapelable.

O sea, lo de siempre. Todo depende de consideraciones políticas o ideológicas y de la agenda asociada con las mismas.

 
At 1:25 a. m., Blogger PPAC said...

Hola Ombre

Fidel Castro era de una inteligencia promedio; lo más sobresaliente en él era la falta total de escrúpulos con tal de alcanzar sus objetivos. Detrás de Fidel Castro Ruz estaba toda la inteligencia y experiencia del comunismo internacional, que vieron en Fidel Castro una persona que podía serle muy útil.
El periodista Salvador Díaz Versón quién había ocupado un alto cargo policial en uno de los gobiernos auténticos tenía en su poder los expedientes de la Liga Anticomunista donde estaban depositados muchos años de investigación sobre los comunistas en Cuba y fuera de Cuba. El expediente A-943 correspondía a Fidel Castro Ruz y en él se reflejaba que Fidel Castro había comenzado a trabajar para la Unión Soviética en 1943 y que en su reclutamiento y entrenamiento había desempeñado un importante papel un diplomático supuestamente llamado Gomer Bashirov, En el expediente también habían fotos y documentos que que evidenciaban su conexión con Moscú. Después del triunfo de la Revolución y concretamente tan cercano como el 23 de enero de 1959 se requisaron los archivos que estaban, si mal no recuerdo haber leido, en la casa de Salvador Díaz Versón en Cojimar. También creo recordar que esa casa fue la primera casa oficial de Fidel Castro la cual era compartida con una habitación del Hotel Havana Hilton, Una carta de Fidel Castro dirigida a Abelardo Adán en Praga que fue interceptada por Salvador Díaz Versón decía: ¨ Nuestro amigo me dijo que me mantiene reservado para mayores esfuerzos y que no debo quemarme viajando ahora. Ellos tienen un plan en el cual yo seré el eje que se implementara muypronto. Es posible que entonces volvamos a vernos sin temor al imperialismo yanqui¨. La información de casi todo lo que está en este párrafo están en las páginas 777 y 778 del excelente libro (aunque no coincido en algunas interpretaciones que aparecen en él) titulado La Verdadera República de Cuba , del Dr.Andrés Cao Mendiguren.

Más en: http://baracuteycubano.blogspot.com/2019/07/relevantes-pruebas-e-indicios-de-que.html

Se dice que Flavio Bravo era el que atendía o maneja a Fidel Castro por parte de la Inteligencia del PSP que respondía a la KGB soviética.

Osvaldo Sánchez, relevante operativo de la KGB soviética del que se dice que tenía los grados de General, fue dos veces a México para reunirse con Fidel Castro cuando los preparativos de la expedición del Granma. Se ha escrito que el 10 de noviembre de 1956
Osvaldo Sánchez se entrevistó con Fidel junto a otros comunistas para indicarle a Fidel Castro las últimas instrucciones antes de partir en el yate Granma hacia Cuba.
Gracias por leer a Baracutey Cubano

Pedro Pablo

 

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