martes, marzo 15, 2022

Video: Éxodo de voceros del oficialismo: Lista de periodistas cubanos que han escapado de Cuba en 2022

 
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Mar 15, 2022

Éxodo de voceros del oficialismo: Lista de periodistas cubanos que han escapado de Cuba en 2022


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La Familia Perez

Marzo 12, 2022

 YUNIOR SMITH LOS CUBANOS DIGNOS NO TE PERDONAN Y AQUI ESTA EL POR QUE


Tomado de https://www.cubanet.org/

Como Yunior hay miles en Cuba

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Por personas como ellos, cobardes y sin escrúpulos, este país no avanza, ellos contribuyen a perpetuar el mismo sistema que los oprime

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Por Camila Acosta

15 de marzo, 2022

LA HABANA.- Mucho se ha hablado ya de la salida del país del periodista oficialista Yunior Smith Rodríguez. Yo estudié con él en la Universidad de La Habana, lo conozco, aunque nunca fuimos amigos y perdimos todo contacto al graduarnos. De él apenas recuerdo su devoción cristiana y ser jaranero como pocos, con una envidiable vis cómica. Su ubicación laboral en el Sistema Informativo de la Televisión Cubana fue de las más codiciadas por los estudiantes con pretensiones de trabajar y escalar en la Televisión Cubana; no dudo de sus aptitudes para ganarse entonces ese puesto.

Este texto no se trata de un ensañamiento mediático con Yunior, ni siquiera es esta la primera vez que un acólito del régimen se exilia; pero Yunior retrata la catadura moral de esos defensores del régimen que en cámaras y medios oficiales leen ciegamente el discurso preparado u orquestado a partir de las líneas ideológicas del PCC, pero entre colegas —como él bien reconoce— no están de acuerdo con lo que dicen, no se lo creen, es todo mentira y manipulaciones, y saben que son utilizados.

Cuánta hipocresía, desvergüenza y falta de ética hay que tener para —a sabiendas— formar parte de ese macabro mecanismo de propaganda. Tienen miedo, eso dicen, con eso se escudan, pero no es suficiente. Nada justifica que contribuyan ciegamente con el poder, que formen parte del engaño cuando ellos —los periodistas— solo obtienen como beneficios —cuando más y después de años de subordinación— un apartamento, la mayoría de las veces en pésimas condiciones.

Yo formé parte de ese sistema de medios, de esa hipocresía y mediocridad, pero en cuanto me di cuenta, salí de ello a tiempo, pesaba más el asco a mí misma que una buena influencia para conseguir, por ejemplo, algunos productos alimenticios —alguna que otra vez— sin pagar o a bajos precios, algo inalcanzable para la mayoría de los cubanos. Pesaba más la vergüenza y la ética profesional que un cargo cómodo o con transporte incluido para así evitar las guaguas; pesaba más el compromiso con la realidad social y la gente, que un viaje al exterior o una ideología absurda que hace mucho tiempo demostró su fracaso.

Yunior reveló parte de ese entramado, lo cual evidencia aún más el cínico tráfico de influencias en los que, incluso, media el sexo. Según él, su viaje “comenzó con el asco y la decepción amarga por la experiencias vividas en el Estelar, por los jefes que pagan con favores y privilegios a cambio de sexo; por el acoso sexual desde el poder, secreto a voces que nadie denuncia por miedo; por las putas de pantalla, por el amiguismo y favoritismo inherente a ese sistema que no beneficia al más capaz, sino al más guatacón, al que demuestra ser más revolucionario, más comunista, al más chivatón, al más dispuesto a venderle el alma al diablo”.

Y añade: “Todo el mundo sabe o debería saber que la ‘prensa oficialista’ en Cuba es monigote y marioneta, para sostener en el poder a los que viven del poder. Víctimas en mayoría de un sistema asqueroso que nos usa y ni siquiera nos paga bien. Porque muchos creen que todos tenemos altos salarios, y carros y jabas de comida, y solo unos pocos venden su alma a niveles tales que les otorgues tales beneficios. Ignoran que compramos la mayoría de nuestra ropa y nuestro propio maquillaje, que vamos en guagua a trabajar y que ni almuerzo hay para los que se quedan horas dentro de esa redacción. Muchos de mis compañeros piensan como yo, son seres humanos dignos y saben que son usados por ese sistema”.

Como Yunior hay miles, cuya cobardía justifican con eso de que “esto no lo tumba nadie” o “un solo palo no hace monte”, sin darse cuenta —u obviando a conveniencia— de que, por personas como ellos, cobardes y sin escrúpulos, este país no avanza, ellos contribuyen a perpetuar el mismo sistema que los oprime.

Pero Yunior debió haber comenzado pidiendo disculpas a todos esos que difamó, como a José Daniel Ferrer, e incluso manifestando que no cree —si es así— todo lo mal que habló sobre los Estados Unidos, ese mismo país al que ahora intenta ingresar. Y hacerlo dentro de Cuba, no cuando fue descubierto y se vio obligado a justificarse. Así su exilio o mensaje habría sido un poco sincero, un poco menos egoísta. Tampoco es sincero cuando —aún diciendo que admiraba en silencio a colegas y profesores de la prensa independiente— nunca se solidarizó con ellos, al menos no públicamente, ni con los presos políticos siquiera.

¿Cómo se puede defender al mismo régimen que mantuvo a tu hermano preso por razones políticas? Yunior se graduó de la Universidad de La Habana justo cuando su hermano, Kessell Rodríguez, que había sido encarcelado por motivos políticos, desarrollaba una huelga de hambre en la prisión de Valle Grande exigiendo su libertad. En medio de lo que debió ser una profunda crisis familiar, Yunior iba hacia el sentido contrario, hacia el oficialismo, y no tardó en convertirse en uno de sus principales voceros.

Sobre esta experiencia, afirma Smith: “Temprano aprendí que enfrentarse al gobierno significa ir a prisión, recibir golpes, maltratos, torturas; significa tiempo aislado sin que tu familia sepa de ti, huelgas de hambre en defensa de derechos; dolor familiar, preocupaciones, separación. Y al final nada cambia. Yo no quería eso para mi vida ni para mi familia, mi madre… por eso hice todo lo posible por convertirme en un ‘hombre de bien’”.

Pero, vaya forma siniestra de convertirse en un “hombre de bien”, defendiendo ese mismo sistema que comete horrores.

Toda la complicidad de los periodistas —y su miedo— se justificaría medianamente si, como hace unos años, no se tuvieran alternativas. Muchos callaban o huían antes de enfrentar al poder por miedo a perder el sustento familiar, pero hace mucho tiempo que los medios independientes se convirtieron en la alternativa honrosa, al menos para los periodistas.

Pero, según Yunior, “no todos estamos dispuestos” al “escarnio”, “persecución” y “cárcel”: a lo que se exponen los que trabajan en la prensa independiente, no reconocida por el régimen. En cambio, sí estuvo dispuesto durante más de cinco años a mentir, manipular y formar parte de ese sistema que reprime a sus colegas. Lo mínimo que pueden hacer, si es que tanto miedo tienen, es silencio.

Su salida del país, y sus vagas justificaciones, han traído más desprestigio al sistema y la prensa oficial, pero más que todo, que sirva para exponer a los cómplices del régimen, enviándoles un claro mensaje: el arrepentimiento y corrección a tiempo es fundamental, de lo contrario, el repudio social y la vergüenza los perseguirá a donde quiera que vayan; recuerden a los oficiales de Hitler. Están a tiempo.

“Eso sí —finaliza Yunior en su post— usaré mi voz para dar a conocer la verdad desde sus muchos matices, con la mayor objetividad posible. Porque al final para eso estudié”.

Me alegro por ti, sobre todo porque creo en el mejoramiento humano. Lástima que no hayas recordado esto antes. Ahora nadie —o muy pocos— te creerán, ahora es demasiado tarde. Suerte en tu viaje, Yunior. Yo sí, desde Cuba y pese al sistema que me reprime, seguiré defendiendo y representando esta profesión que estudié, que ambos amamos, pero que pocos entendemos y asumimos con la responsabilidad necesaria.


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