jueves, mayo 11, 2023

Juan Antonio Blanco sobre lo ocurrido en Caimanera: Cuba y la falacia de los tres borrachos.:Si aceptamos la explicación oficial, está claro que el régimen sabe que todo pende de un hilo tan fino como el impacto potencial de una riña fortuita.


Tomadode https://diariodecuba.com/

Cuba y la falacia de los tres borrachos

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Si aceptamos la explicación oficial, está claro que el régimen sabe que todo pende de un hilo tan fino como el impacto potencial de una riña fortuita.

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Meme tomado de Internet


Por Juan Antonio Blanco

Miami

08 mayo 2023

El Gobierno cubano no deja de sorprender. El pasado sábado 6 de mayo se produjo en el municipio de Caimanera, en la provincia de Guantánamo, una explosión social al estilo de las del 11 de julio de 2021 o de las que conmovieron varias ciudades en octubre pasado. Cubanos se tiraron a las calles a exigir libertad y comida. No había apagón en ese momento. No ocultaron su rostro detrás de caretas de Covid.

Ni cortas ni perezosas, salieron las bestias uniformadas de la Brigada Especial de boinas negras del Ministerio del Interior (MININT) a repartir porrazos a los amotinados que gritaban "abajo el comunismo", parados ante la sede local del Partido Comunista. También a aquellos que vociferaban que el "bloqueo americano" no justificaba su precaria situación existencial. Mujeres, niños y ancianos que formaban parte de los manifestantes recibieron su cuota de palos e insultos.

Hasta ahí todo transcurría según el manual del MININT para estos casos. Lo realmente novedoso fue la "explicación oficial" que los sesudos especialistas en desinformación del MININT y el Comité Central diseminaron apenas pocas horas después. Según ellos, todo fue un altercado local provocado por una reyerta entre tres borrachos indisciplinados.

Muy curioso. Esa reyerta local de tres indisciplinados y ebrios ciudadanos en el pequeño pueblo de Caimanera, situado en un extremo de la Isla, provocó que salieran a apoyarlos en ese poblado más personas que todas las que desfilaron en el Malecón habanero junto a Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel el día anterior, en expresión de apoyo al Gobierno. La estúpida explicación me recordó la imagen de Charles Chaplin en Tiempos modernos, cuando corre inocentemente detrás de un camión para devolver una bandera roja y, al mirar para atrás, lo seguía una manifestación de personas que lo supusieron líder de sus reivindicaciones.

Hubo más cubanos en las calles de Caimanera que todos los emprendedores que dirigieron una lamentable carta 48 horas antes al presidente Biden, pidiendo que EEUU levantara las sanciones porque de ello supuestamente dependía la felicidad y el progreso nacional. Los que suscribieron esa misiva ni por asomo forman parte de la lógica de los amotinados en Caimanera, que era la misma de los sublevados el 11J: los culpables de la miseria nacional son quienes se aferran a un régimen de Gobierno que bloquea libertades ciudadanas, y con ellas las fuerzas productivas del país. Demasiado comprometedor; para nada cool. Ellos "no se meten en política", solo quieren que levanten las sanciones al Gobierno cubano. A Raúl y Díaz-Canel nada piden.

La citada indisciplina de tres borrachos también provocó que el Gobierno tumbara los servicios de internet y telefonía en casi todo el país, y que en lugares tan distantes de Caimanera como la ciudad de Matanzas se desplegaran patrullas policiales y se orientara a los propietarios y administradores de bares y otros centros de entretenimiento cerrar las puertas y aconsejar a sus clientes marcharse directamente a casa.

A quienes medimos regularmente los indicadores de gobernabilidad del país no se nos escapan esos detalles. Si aceptamos la explicación oficial, el Gobierno y en especial sus fuerzas represivas aprecian que la "situación operativa nacional" es harto compleja y todo pende de un hilo tan fino como el impacto potencial de una riña fortuita entre tres borrachos, de noche, en un lugar remoto de la Isla. En eso seguramente no se equivocan. El horno no está para galletitas. Eso explicaría, más que la escasez de gasolina o la "inestabilidad climatológica", el cambio de planes con el desfile del Primero de Mayo. Por cierto, al parecer el clima estaba "estable" en Caimanera cuando sucedieron estos hechos.

La explicación de los tres borrachos —como si fueran tres reyes magos descarriados— colmó la copa. A Joseph Goebbels, que tomaba en serio su función de propagandista nazi, nunca se le habría ocurrido semejante argucia. Si se tomara en serio esta explicación oficial, entonces la moraleja es que tres borrachos en un remoto pueblo pueden desestabilizar el país.

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