martes, junio 20, 2023

Esteban Fernandez. Esteban Fernandez sobre la comida en Cuba antes de 1959. Tania Quintero: En La Habana precastrista se saciaba el hambre con unos centavos. Lo más difícil era escoger dónde.

 
Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

El ingreso nacional per cápita de los cubanos era el tercero de Iberoamérica. En cuanto a las estructuras sociales,  Juan Francisco Noyola Vásquez, economista marxista mexicano,  afirmó en conferencias pronunciadas en el Banco Nacional de Cuba (llegó a Cuba por invitación  que el actual régimen le hizo  al poco tiempo éste arribar de facto al poder en 1959) que Cuba era uno de los países (en los años cincuentas del siglo XX) con excepción, tal vez, de Costa Rica y Uruguay, donde  en América Latina estaba menos mal distribuido el ingreso. Recordemos que Noyola  al ser marxista no alabaría el sistema capitalista que en esos años 50s había en Cuba.  

Más en mi libro:

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Tomado de https://www.facebook.com/

LA COMPLETA

Por Esteban Fernandez

19 de junio,2023

Muchísimos cubanos no conocieron, o no se acuerdan, o nunca vieron “la completa”. Sin embargo, “la completa” es una de las muchas cosas que yo me enorgullezco de la época gloriosa que nos tocó vivir a muchos. 

La “completa” simplemente garantizaba en mi pueblo (y quizás en todas partes) que nadie se acostara a dormir con el estómago vacío.

Les explico: En restaurantes y fondas de mi terruño servían al anochecer un tremendo plato de comida por 20 o 25 centavos. No era langosta ni caviar, pero traía una porción enorme de arroz, frijoles negros, diferentes tipos de potajes por encima, yuca, malanga, plátanos, aguacate, boniato, y muchas veces hasta un trozo de carne de res o de puerco. 

El 99 por ciento de los restaurantes y las fondas güineras servían “completas”, principalmente en El Globo, Bencito y La Pescadora. 

Para ponerle la tapa al pomo en el parque a un joven al que le decíamos "Bebo Mc Gregor" se le ocurrió quejoso decir: “Bueno, pero no todo el mundo tiene la peseta para pagar por una completa”. 

Un amigo llamado Angelito Budete  que trabajaba en “El Anon del  parque”  estuvo de acuerdo diciendo que “A muchos quizás  no les alcanzaba para conseguir una completa”. 

Como siempre en estas cosas surge un líder y un muchacho que le decían “Pelencho” dijo: “Bueno, caballero, vamos todos los domingos- que es cuando más gente va al parque- a realizar colectas para que nadie pase hambre aquí”. 

No sé cuánto se recogió en esas poninas, lo único que recuerdo es que a mí me entregaron cuatro pesos y pico para llevarlos al Globo y entregárselos a un empleado de apellido Miñauri con la encomienda que si alguien llegaba a pedir comida sin tener la peseta le sirvieran un plato. 

Como es conocido, tras asumir los vándalos  el poder en Cuba, al cundir la escasez total en la isla, la “completa” pasó a ser uno de los “fantasmas del oprobioso pasado”.

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En Cuba  antes de 1959 era muy fácil, y para todos los bolsillos, desayunar, merendar, almorzar y comer o cenar. 

Y si había una economía  un poco más holgada, o una ocasión especial, existían restaurantes para el  bolsillo de la clase media cubana que era, proporcionalmente, la más extensa  de toda Iberoamérica:

Restaurant ¨El Carmelo¨ de la calle Calzada, El Vedado, en el año 1957

Restaurant ¨El Floridita¨ en la Calle Obispo

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Una completa en una fonda china, por 15 centavos, podía incluir carne estilo "ropa vieja", "moros y cristianos" y plátanos maduros fritos.


Tomado de http://www.martinoticias.com

¿Salimos a comer algo?

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En La Habana precastrista se saciaba el hambre con unos centavos. Lo más difícil era escoger dónde.
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Por Tania Quintero
octubre 02, 2015

El 1 de octubre se celebró el día internacional del adulto mayor, las personas de edad o los ancianos, como prefieran decirles. Ese día, Cubanet publicó un video y un texto de Rosa M. Avilés sobre Domitila Blanco, una cubana de 95 años que acaba de fallecer, desamparada y en miserables condiciones de vida, como tantos y tantos viejos cubanos.

Y yo, casualmente, estaba preparando un post para mi blog sobre Ricardo Simón Antonio, sonero de Holguín que acaba de cumplir 97 años. Buscando en YouTube a ver si encontraba un video con el holguinero, encontré el documental Los viejos y sabios músicos de Cuba, donde el protagonista es Laíto Sureda.

Estanislao Sureda Hernández, "Laíto", nació en Cienfuegos en 1914 y falleció en La Habana en 1999. Blanco, alto y flaco, fue una de las grandes voces de nuestra música popular y uno de los mejores intérpretes que tuvo la Sonora Matancera. Su resurgimiento en la isla se produjo a mediados de los 90, cuando hizo una versión de "Idilio", del puertorriqueño Alberto Amadeo Rivera (1903-1968).

En el documental, entre otras anécdotas –imperdible la del Benny– Laíto recuerda cuando por 15 centavos en una fonda china te comías una "completa" (arroz blanco, potaje, carne y plátanos maduros fritos).

Me recordó que en mi infancia, a cada rato me mandaban a comprar una "completa" para los cuatro de la casa: mis padres, mi tío Luis, recientemente fallecido a los 98 años, y yo.

Con un peso te llenaban la cantina


Me daban un peso y una cantina, para que me echaran las cuatro raciones por separado. Siempre iba a una fonda china que quedaba a dos cuadras de la casa, en Monte casi esquina a Castillo, al lado de una ferretería que colindaba con el edificio de la COA (Cooperativa de Ómnibus Aliados) que, a su vez, quedaba pegada a mi escuela, la "Ramón Saínz".

(Cuando no se quería cocinar se encargaba una "cantina".)

En mi barrio, El Pilar, en El Cerro, quien quería comida de cantina la encargaba en San Joaquín entre Monte y Omoa, pero a mi padre le gustaba más cómo cocinaban los chinos la comida cubana, sobre todo la carne con papas.

Si queríamos comida china, íbamos a "La Estrella de Oro", en Monte, antes de llegar a los Cuatro Caminos. Por lo regular comprábamos arroz frito, chop suey y maripositas chinas.

Las fritas preferidas eran las de René y costaban 10 quilos (centavos). En su timbiriche, en Monte y Fernandina, también podías pedir pan con bistec (0.20); perros calientes (0.15); minuta de pargo (0.15) o pan con tortilla (0.10). René te echaba lo que le pidieras: catsup, mostaza, cebolla fresca bien picadita o papitas fritas a la juliana. O aliño, de un pomo con ajicitos picantes macerados en vinagre.

(Una fonda cubana de los años 50.)

Cerca del puesto de René estaba la cafetería donde solo vendían batidos. Quedaba al lado del cine Roosevelt (después le pusieron Guisa; ya no existe, como tantos cines habaneros). Había de mamey, anón, platanito, fruta bomba, mango, trigo y leche malteada, el vaso pequeño costaba 0.10 centavos y el grande 0.20.

Al lado, una panadería y dulcería. Las torrejas que hacían eran muy sabrosas y por un medio (5 centavos) te daban dos, enchumbadas en almíbar. Pan, palitroques y galletas grandes de sal se compraban en la panadería que había en Monte y San Joaquín, que todavía en 2003 existía, ya en pésimas condiciones. 

Los domingos no cocino

Los domingos por la tarde mi madre no cocinaba. Comíamos sandwich (0.50) con pan de flauta, jamón, queso, pierna asada y pepinillo encurtido; medianoche (0.35) con pan suave (alargado y dulzón), jamón, queso, mortadella y pepinillo encurtido; o galleticas preparadas (0.25), cuatro galletas de soda pegadas, con jamón, queso y pierna asada.

(La medianoche, versión "light" del sandwich cubano.)

Casi siempre era yo la encargada de adquirir la "cena" dominguera, en la Casa Presno, en Monte y Fernandina, o en cualquiera de las dos cafeterías que había en la Esquina de Tejas, las dos frente al cine Valentino y la valla de gallos.

Para tomar, malta: sola o con leche condensada.

Helados, en el puesto de chinos, en Romay y Zequeira (3 quilos una bola y 5 quilos dos bolas, de coco, mamey u orejones, como antes le decían al helado de tutti fruti). O esperar a que por la tarde o por la noche pasaran los carritos de Guarina, Hatuey o El Gallito.
 
(Los chinos de La Habana eran expertos en freír majúas. Se muestran en el tazón manjúas sin cocinar pues cuando se cocinaban quedaban doraditas y crujientes; no se les eviseraba por lo pequeñas que eran y eran especiales para acompañar las cervezas según afirmaban los adultos, pues yo era un niño y  las comía sin tomar bebidas alcoholicas. Son la carnada viva con la que se pesca el bonito. Comentario  ampliado del bloguista de BC)

Mariquitas, boniatos fritos, frituras de bacalao y chicharrones de viento o tripitas, también en el puesto de chinos. Y majúa frita, por un medio o un "nickel" el cartuchito (Antes de 1959 en Cuba circulaban monedas americanas de 5, 10 y 25 centavos. Y el peso cubano tenía el mismo valor del dólar estadounidense). En mi época, gustaban mucho las majúas, unos pececitos que los chinos eran expertos en freír.

¿Quién dijo que la manteca es mala?

Empellitas, las que hacía mi mamá. El aceite de oliva –Carbonell, en lata– ella solo lo usaba en ensaladas y potajes. Como buena campesina, a todo lo demás le echaba manteca de cerdo. Y nunca tuvo problemas de colesterol ni con el peso: siempre fue delgada, vivió 86 años, y si no duró más como el resto de sus hermanos, casi todos centenarios, fue porque desde niña fumaba cigarros fuertes.

Papitas fritas de paquete, en el Estadio del Cerro, al cual yo iba solo cuando jugaba el Habana o para acompañar a mi padre, que era del Cienfuegos.

Refrescos, maltas y cervezas, en la bodega de los "gallegos" de la esquina, en Monte y Romay. También en la bodega comprábamos chiclets, Adams de cajita o de bola (o balón); galleticas de sal, de soda o dulces; africanas, peters y besitos de chocolate; y rompequijás, entre otras chucherías, de Siré, La Estrella o La Ambrosía. O boniatillos, que había de dos tipos, no sé dónde los hacían, pero eran sabrosos y cada uno costaba 2 quilos. 

(Delicia cubana: coquitos acaramelados.)

La especialidad de los vendedores callejeros eran los coquitos acaramelados, el maní tostado, salado o garapiñado, las naranjas peladas, los durofríos y, sobre todo, los tamales, con o sin picante, calienticos, riquísimos, por solo 10 centavos.

Hoy, muchos viejos cubanos recuerdan aquellos tiempos, cuando con muy poco dinero podías comer bastante y sabroso. Tiempos que nunca más volverán. Como tampoco Domitila, Laíto, mis abuelos, mis padres, mis tíos, y los abuelos, padres y tíos de ustedes.

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Documental "Los Viejos y Sabios Musicos de Cuba" - Son Cubano. En 14:55 se empieza hablar de ¨la Completa¨ a 15 centavos ,  lo que esa comida resolvía y como en esa época se salía adelante


Laito Sureda, su hijo  y Rolo Martínez con la Sonora   cantan  Idilio -1997



 

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1 Comments:

At 3:14 p. m., Blogger Angel Riguero said...

Felicito al Compatriota Esteban Fernandez por ofrecernos esta comida completa por 25 centavos.
Una comida completa del pasado de Cuba anterior al 1959. Excelente descripcion de la vida del Cubano cuando era libre y no comia con tarjetas de alimentos, ni era constantemente vigilado
por el comite de ratas del barrio, ni tenia que irse a morir en Angola, ni tenia que dispararse
obligadamente los estupidos y kilometricos discursos del comunista-millonario-parasito-gangster-dictador.

 

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