sábado, mayo 04, 2024

Dimas Castellanos desde Cuba: El embargo: origen, consecuencias y posible solución. El Embargo ha sido una estrategia constante para ocultar la inviabilidad del totalitarismo impuesto.

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Dimas Castellanos parece haber olvidado que el Embargo norteamericano está codificado en la Ley Helms-Burton  de tal manera que para levantar el Embargo  se deben de cumplir  medidas de carácter político. Los  cubanos debemos exigir todas las libertades y derechos y no solamente  las libertades y derechos fundamentales, los cuales  tampoco existen en Cuba desde 1959. 

El Embargo norteamericano  a la tiranía  se levantaría, según la codificación presente en la Ley Helms-Burton,   cuando  se liberaran  todos los presos políticos,  se permitiera la organización y legalización de partidos políticos y se anunciaran elecciones libres  pluripartidistas  supervisadas internacionalmente. Esas exigencias también son pocas e insuficientes, pues las experiencias  de más de una década en Latinoamérica  de fraudes y manipulaciones electorales nos muestran que ellas no garantizan la instauración y permanencia de una legítima democracia en Cuba.

En el sitio http://www.uh.cu/ aparece en idioma español el texto Completo de la Ley Helms-Burton o LEY PARA LA LIBERTAD Y LA SOLIDARIDAD DEMOCRATICA CUBANAS DE 1996

 En http://baracuteycubano.blogspot.com/2012  expongo  algunas de esas  condiciones y las definiciones de algunos conceptos relacionados con  esa Ley y la codificación para levantar el Embargo.


******************
Tomado de https://diariodecuba.com/

El embargo: origen, consecuencias y posible solución

*********

La 'culpabilidad' del embargo de EEUU sobre los fracasos del Gobierno cubano ha sido una estrategia constante para ocultar la inviabilidad del totalitarismo impuesto.

*********


Por Dimas Castellanos

La Habana

03 mayo 2024

La "culpabilidad" del embargo estadounidense sobre los fracasos del Gobierno cubano ha sido una estrategia constante y presente en las intervenciones públicas de todos los funcionarios del régimen para ocultar la inviabilidad del totalitarismo implantado.

La primera visita de Fidel Castro al exterior, después de tomar el poder la realizó a Venezuela. Allí, el 26 de enero de 1959, en encuentro privado con el presidente Rómulo Betancourt, le sugirió el suministro de petróleo a Cuba, gratis o a bajo precio. Tres meses después en su viaje a EEUU, planteó: "Las puertas están abiertas a las inversiones privadas que contribuyan al desarrollo de la industria en Cuba. Es absolutamente imposible que hagamos progresos si no nos entendemos con EEUU". Fracasadas ambas gestiones, tres semanas después de su regreso, el 17 de mayo dictó la Ley de Reforma Agraria mediante la cual se expropiaron las extensiones de tierra superiores a las 30 caballerías. Como pago se estableció una indemnización en bonos de la Reforma Agraria por un término de 20 años. Esta ley, que afectó los intereses norteamericanos fue el punto de partida de las medidas y contramedidas que han trascendido hasta hoy.

El diferendo

En respuesta, el presidente Dwight D. Eisenhower decretó en octubre de 1960 un embargo económico parcial, y en enero de 1961 rompió las relaciones diplomáticas. Su sucesor, John F. Kennedy, convirtió el embargo parcial en total en febrero de 1962.

En medio de la Guerra Fría, por razones geopolíticas, la Unión Soviética procedió a comprar el azúcar que EEUU adquiría en Cuba y a suministrar petróleo a la Isla. En agosto de 1960 el Gobierno cubano expropió 26 grandes empresas norteamericanas. Y en octubre de ese mismo año nacionalizó las restantes 382 grandes empresas cubanas y extranjeras, y la red de bancos. En octubre de 1963, con una Segunda Reforma Agraria se redujo el límite de tierras a cinco caballerías y se estipuló una indemnización mensual de 15 pesos por caballería expropiada hasta un máximo de 250 pesos, a pagar con los llamados bonos de la Reforma Agraria.

La Constitución de 1940 en el Artículo 24 rezaba: "Nadie podrá ser privado de su propiedad sino por autoridad judicial competente y por causa justificada de utilidad pública o interés social y siempre previo el pago de la correspondiente indemnización en efectivo, fijada judicialmente"; y el Artículo 87 reconocía "la existencia y legitimidad de la propiedad privada en su más amplio concepto de función social". Esos artículos fueron reproducidos textualmente en la Ley Fundamental de febrero de 1959. Por tanto, las confiscaciones se ejecutaron al margen de lo estipulado constitucionalmente.

Como los conflictos externos tienden a desmovilizar los conflictos internos, el Gobierno cubano utilizó el diferendo para impedir el rearme de la sociedad civil, solapar la ineficiencia, y eludir cualquier compromiso con los derechos humanos.

El embargo en la ONU

Hasta 1992, gracias a las subvenciones soviéticas, aunque se culpaba al embargo estadounidense de los fracasos, fue objeto de burlas por parte de las autoridades cubanas. En ese año, tres décadas después de promulgarse la Ley del Embargo, fue que el Gobierno cubano, por vez primera vez, presentó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), una resolución condenatoria. Desde ese año hasta 2015 Cuba presentó 24 resoluciones. En 2016 EEUU e Israel se abstuvieron y el resto de los países votó a favor de la resolución cubana. Llegado a ese punto (el máximo posible al que se podía aspirar en la ONU, donde los acuerdos no son de obligatorio cumplimiento) se imponía enrumbarse hacia la negociación bilateral.

A diferencia de las diez administraciones norteamericanas anteriores, la de Barack Obama dictó seis paquetes de medidas: amplió los permisos de viaje, ofreció facilidades comerciales a empresas privadas y a pequeños agricultores, acrecentó el monto de las remesas y los donativos, expandió las exportaciones comerciales de bienes y servicios, y proporcionó telecomunicaciones comerciales y servicios de internet con precios más bajos. Esas medidas se reflejaron en el aumento de los viajes a Cuba, la llegada de cruceros, el reinicio de los vuelos, y facilitó las negociaciones con otros países. Si esa política no arrojó resultados fue porque el Gobierno de la Isla se limitó a permitir a los cubanos hospedarse en hoteles reservados para turistas, comprar computadoras, DVD y líneas de telefonía móvil, vender su casa o su auto, salir del país y permanecer hasta 24 meses en el exterior sin tener que pedir permiso al Estado. Medidas que no alteraban en nada las causas de la crisis y develaban el retroceso sufrido por Cuba sufrido en materia de libertades y derechos.

EEUU cambió su política, Cuba no cambió la suya, lo que se expresó nítidamente en las palabras de Fidel Castro en marzo de 2016: "Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del presidente de EEUU […] Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura […] No necesitamos que el imperio nos regale nada".

El noviembre de 2017 Cuba volvió a presentar ante la ONU un proyecto de resolución. En ese contexto Donald Trump, quien durante la campaña electoral había anunciado que revisaría la política establecida por Obama, firmó el "Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el fortalecimiento de la Política de EEUU hacia Cuba": prohibición de transacciones económicas, comerciales y financieras con empresas cubanas vinculadas con las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior; eliminación de los viajes individuales en la categoría de intercambios pueblo a pueblo; prohibición de viajar a Cuba fuera del marco de las 12 categorías autorizadas; oposición a las acciones que promueven el levantamiento del embargo; y condicionamiento de su suspensión a la realización de cambios dentro de Cuba.

En noviembre de 2023 la ONU aprobó la resolución número 31, con 187 votos a favor,  votos contrarios de Estados Unidos e Israel y la abstención de Ucrania. El propósito de la insistencia: enmascarar la incapacidad del totalitarismo para sacar a Cuba de la crisis en que la introdujo.

Consecuencias y posible solución

Antes de 1959 la economía de Cuba era una de las más fuertes de la región, hoy se ubica entre las más pobres. Hasta 1958 aproximadamente el 70% de las exportaciones y las importaciones se hacían con EEUU. Ese mayoritario comercio exterior tuvo que desplazarse a miles de millas de distancia con países de menor desarrollo científico-técnico que EEUU.

Si el Gobierno cubano permitiera libertades a su pueblo para crear pequeñas y medianas empresas con personalidad jurídica, adquirir las tierras en propiedad, proscribiera los monopolios estatales de Acopio y Comercio Exterior, erradicara el apellido de Extranjera de la Ley de Inversiones y permitiera a los trabajadores contratarse y sindicalizarse libremente, el embargo perdería su razón de ser. Entonces, el Congreso norteamericano —no la ONU— procedería a su suspensión.

Un ejemplo de esa posibilidad es Vietnam, que después de la destrucción sufrida en la guerra con EEUU, en lugar de presentar resoluciones en la ONU y desarrollar campañas propagandistas contra el imperialismo, emprendió un programa de reformas basado en mecanismos de mercado que despertaron el interés y la responsabilidad de los vietnamitas y obligaron a EEUU a suspender el embargo.

*****************

DE LOS ARCHIVOS DEL BLOG BARACUTEY CUBANO


El embargo desde hace décadas ha sido debilitado grandemente. El primer paso lo dió James Carter y posteriormente lo han seguiido debilitando, tanto presidentes republicanos como demócratas, aunque los que más lo han debilitado han sido Bill Clinton (a propuesta de Richard Nuccio, su asesor para asuntos cubanos )  y el actual Presidente Barack Hussein Obama, el cual lo ha afectado grandemente pese a que en su propaganda electoral de 2008 estaba en contra de su levantamiento; posición que ha cambiado después del  anuncio de la infamia el 17 de diciembre de 2014. Clinton lo debilitó (permitió el envio de medicina, y alimentos a Cuba  y la compra ¨en dinero en efectivo¨ de alimentos de EE.UU. hacia Cuba. aunque desde los EE.UU., incluyendo el Aeropuerto Internacional de Miami, desde hace décadas  se enviaban a Cuba aires acondicionados, televisores, etc. para instituciones estatales Castristas y personas de la nomenklatura.

Cualquier nueva mentira se crería por aquellos que afirman, LO CREAN O NO, que en Cuba no hay comida por culpa del embargo norteamericano, como si la malanga, el boniato, el ñame, la yuca, el arroz, la calabaza, el tomate, las verduras, la hierba para el ganado vacuno productor de leche y carne, la papa, el café, el azúcar, el ganado porcino y aviar, etc., no tuvieran antecedentes altamente productivos en el país aunque se diera el caso que, como en el caso de los frijoles, era más barato comprarlos que producirlos en el país.

Las vacas cubanas siguen comiendo yerba y el clima de Cuba  y la fertilidad de la tierra cubana no es muy diferente a los existentes  antes del triunfo de la supuesta Revolución. En el pequeño libro escrito en 1957 El imperialismo norteamericano en la economía cubana, del economista e historiador Oscar Pino Santo, fallecido en Cuba podemos ver cosas muy interesante en su Cuadro No. 20.



El mencionado Cuadro No. 20 muestra el consumo doméstico, producción nacional e importaciones de los principales productos alimenticios en el período 1954-1956 donde se observa que la cantidad y el valor (en porcientos) del consumo doméstico de producción nacional fueron el 81% y el 71% respectivamente, mientras que la cantidad y el valor del consumo doméstico de importación fueron 19% y 29% respectivamente. En ese cuadro, cuya relación de alimentos bien serviría como ejemplo objetivo de cual era la canasta básica del cubano promedio de aquellos tiempos, se muestran datos interesantísimos como el hecho de que el 98% de la cantidad y el 92% del valor de los productos lácteos consumidos por la población cubana era de producción nacional. Oscar Pino Santos, quien laboró en el Consejo de Estado  de la tiranía Castrista  hasta su muerte poco tiempo antes de fallecer fue premiado con el premio nacional de Ciencias Sociales por la obra de toda una vida.  Cuba desde hace varios lustros importa el 80% de sus alimentos.

Oscar Pino Santos en dicho  librito escribe que el 25 % de los alimentos que consumían los cubanos, siendo Cuba un país agrícola,  eran importados. Lo que no dice ese economista comunista que murió en el 2005 trabajando en el Consejo de Estado es que esa
 importación se debía en gran parte no por  ineficiencia económica del país, como ocurre desde hace casi 60 años,  sino por distintas razones; veamos algunas: 

1) Resultaba mucho más barato comprar, por ejemplo,  el arroz en los EE.UU., en los Estados de la cuenca del Mississipi, que cultivarlos en Cuba; con otros cultivos sucedía lo mismo. Era más barato comprar en EE.UU. la manteca de cerdo, la cual apenas se consume en los EE.UU.pero que era entonces de consumo tradicional en Cuba, que producirla en Cuba o producir aceites vegetales.

2)  En Cuba se intentó  por los años 20s y 30s cultivar trigo, sobre todo en las provincias centrales, pero no dió resultado, luego la harina de trigo, fundamental para hacer panes, galletas, confitería, etc., se tenía que comprar en el exterior cubano  y así otros productos que eran de consumo tradicional del cubano. 


3) Finalmente, los cubanos  estábamos acostumbrados a consumir bacalao de Noruega, tasajo uruguayo (en Cuba estaba prohibida la matanza de ganado caballar),  al igual que la mantequilla holandesa, quesos franceses y suizos, turrones, jamones y vinos  españoles, peras, manzanas, melocotones, albaricoques enlatados de EE.UU., calamares y sardinas españolas, etc. .En resumen:  Los cubanos éramos un poco sibaritas  dentro del alcanze que tenían nuestros bolsillos y nos gustaba darle gusto al paladar, aunque los alimentos y bebidas fueran exóticos. 

Las personas ciegas por la ideología izquierdista y el antinorteamericanismo, las ignorantes y las extremadamente temerosas por la represión siempre repetirán las mentiras de la tiranía cubana sean cuales sean: no necesitan ninguna coartada o sustento para ello. 

Se habla de una vieja política  de más de 50 años de EE.UU. respecto a la tiranía Castrista que no ha dado resultado. Planteamiento falso ya que la política respecto a la tiranía cubana ha cambiado ostensiblemente en este más de medio siglo; políticas  que han dado resultados en cuanto, por ejemplo, que ningún otro país en Latinoamerica  ha robado las propiedades norteamericanas como lo hizo dicha tiranía. Sin olvidar que el objetivo fundamental del Embargo de EE.UU. hacia la tiranía  fue represaliar dicho robo y no el derrocamiento de dicha dictadura. 

Por otra parte, se habla de una nueva política de EE.UU. hacia Cuba que no es nada nueva y que no ha dado un resultado positivo para el pueblo cubano ni ningún ¨empoderamiento¨. Veamos:

 HACE MÁS DE 20 AÑOS  LA ORGANIZACIÓN CATÓLICA  HOLANDESA PAX 
CHRISTI  RECONOCIÓ QUE ESTABAN EQUIVOCADOS CUANDO PENSARON QUE LAS INVERSIONES EXTRANJERAS PODRÍAN ESTIMULAR UN RELAJAMIENTO DEL SISTEMA POLÍTICO Y ECONÓMICO DE LA ISLA,  Y QUE ESAS INVERSIONES BENEFICIAN   A UN GRUPO BIEN SELECTO, NO AL PUEBLO CUBANO, Y QUE SIRVEN PARA QUE EL RÉGIMEN SIGA EN EL PODER SIN CAMBIO ALGUNO EN SU POLÍTICA INTERNA. EN EL INFORME SE HACE ECO DE LA PREOCUPACIÓN DE LOS GRUPOS DISIDENTES ANTE EL POSIBLE ¨INICIO DEL DESHIELO ENTRE LA UNIÓN EUROPEA Y CUBA¨. PAX CHRISTI PLANTEA QUE SU POSICIÓN ES QUE NI EL AISLACIONISMO NI LA COOPERACIÓN SIN CONDICIONES CONLLEVAN LA SOLUCIÓN PARA LA CRISIS CUBANA Y PROPONEN LA PRESIÓN INTERNACIONAL PARA HACER UN DIÁLOGO EN Y CON CUBA. EL INFORME PLANTEA QUE LA UNIÓN EUROPEA NO SÓLO TIENE LA POSIBILIDAD SINO TAMBIÉN LA RESPONSABILIDAD DE EJERCER ESTA PRESIÓN.




Finalmente, veamos ahora algunos ejemplos del ¨empoderamiento¨ y la ¨libertad¨ que llevará  el turismo  norteamericano a Cuba :

 Oh mira Leonel!, la Seguridad Cubana golpeando a un disidente! Rápido! Tira una instantánea!

 ***********
Tomado de http://www.lanuevanacion.com

NO ES EL EMBARGO

Por José Azel *
julio de 2015

In Memoriam Joachim de Posada

El uso de sanciones económicas como herramienta de política exterior no es nuevo. En 431 AC Pericles expulsó del mercado y puertos atenienses a los megarianos ayudando a incitar las guerras del Peloponeso. Hoy, las sanciones económicas están en el centro de las negociaciones con Irán y Cuba. Además, muchos malinterpretan su utilización e impacto tanto en las naciones que sancionan como en las sancionadas. Veamos el caso de Cuba.

Las sanciones económicas de EEUU contra Cuba fueron promulgadas por primera vez en 1961 cuando el Presidente John F. Kennedy aprobó una orden ejecutiva en respuesta a la expropiación sin compensación de propiedades americanas por el gobierno cubano. Casi seis décadas después, el asunto sigue pendiente y ese tópico domina la retórica alrededor de las relaciones EEUU-Cuba. El gobierno cubano y sus simpatizantes utilizan la falacia del término “bloqueo” para atribuir determinada perversión a esa política y culparla por los fracasos económicos del régimen.

Otros arguyen, válidamente, que el embargo ha fracasado en cambiar el rumbo o la naturaleza del gobierno cubano. Cierto, pero también es necesario señalar que la alternativa política de vínculos con ese gobierno cubano, seguida por la comunidad internacional, también ha fallado en cambiar la naturaleza de ese régimen.

Actualmente más de 190 naciones se involucran económica y políticamente con Cuba mientras Estados Unidos permanece solitario manteniendo sanciones económicas. Si el embargo se considera un fracaso cambiando la naturaleza del gobierno cubano, hay 190 casos de fracaso de la alternativa política de compromiso. Por preponderancia de la evidencia (190 a 1) está claro que los vínculos con el régimen también ha resultado un lúgubre fracaso.

En 1961 el Presidente Kennedy envió un razonable mensaje a la comunidad internacional: los gobiernos que decidieran expropiar propiedades de ciudadanos estadounidenses deberían compensarlos. Los que decidieran simplemente robar propiedades norteamericanas deberían esperar represalias del gobierno de EEUU. Ese mensaje mantiene validez hoy como expresión del deber de un gobierno de proteger los derechos de propiedad de sus ciudadanos en países donde el Estado de Derecho no predomina.

Siguiendo el consejo del propagandista nazi Joseph Goebbels, de que “si dices una mentira suficientemente grande y te mantienes repitiéndola, el pueblo finalmente llegará a creerla”, el régimen cubano ha promovido incesantemente la falacia de que el embargo de EEUU es responsable del pésimo estado de la economía cubana. Pero no es el embargo el que ha pauperizado al pueblo cubano. El colapso de la economía cubana puede rastrearse claramente hasta su economía colectivista y la abolición de los derechos de propiedad. Ese experimento colectivista resultó en una injusta sociedad económicamente quebrada, caracterizada por un enorme sistema represivo y un gobierno con ilimitado poder sobre sus ciudadanos.

¿Qué tiene que ver el embargo con que el gobierno cubano permita libertades económicas y políticas en Cuba? Permitir libertades económicas y políticas en Cuba es potestad absoluta del gobierno cubano. De ninguna manera lo impide la política de EEUU. Las pésimas condiciones sociopolíticas y económicas cubanas son resultado directo de las fracasadas políticas del gobierno cubano, no de supuestas políticas fallidas del gobierno de EEUU.

Ningún esfuerzo diplomático que busca concesiones de un oponente puede triunfar si una de las partes decide entregar incondicionalmente todas sus fichas de negociación, como está haciendo la administración del Presidente Obama. El abandono de las posiciones negociadoras propias no es base lógica para un compromiso constructivo. Insistir en concesiones legítimas, como el respeto a los derechos humanos, no es una debilidad moral o práctica.

El buque insignia de la política EEUU-Cuba debería ser el honorable esfuerzo –por baldío que resulte– de promover libertades civiles y derechos políticos en Cuba. Que no podamos influir efectivamente en ese proceso no significa que debamos abandonar unilateralmente posiciones concebidas para inducir conductas democráticas. El compromiso diplomático con adversarios raramente triunfa apelando únicamente a principios más elevados de ese adversario.

En negociaciones, cuando una concesión incondicional se recibe, el receptor la toma y avanza a la siguiente demanda. Eso es precisamente lo que ha hecho el gobierno de Castro, y la administración Obama parece acatar. EEUU se sienta ahora con las manos vacías en la mesa de negociaciones, y seguramente también se levantará con las manos vacías.
***
* José Azel es investigador asociado del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami.

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , ,