lunes, marzo 06, 2006

ANTOLOGIA POETICA DE 7 POETAS ENCARCELADOS EN LA PRIMAVERA NEGRA DEL 2003

Siete poetas cubanos cautivos

[Prólogo a la edición italiana de Versi tra le sbarre. Antología bilingüe de poetas cubanos en prisión]
William Navarrete / PayoLibre

La primavera de 2003 se rememorará en la historia de Cuba como una de las jornadas más negras que haya vivido la isla, en que la represión más despiadada de un régimen totalitario, moribundo y obsoleto, contra civiles –exactamente contra 75 activistas pacíficos de derechos humanos– provocara un amplio movimiento de consternación y de solidaridad a lo largo de todo el mundo.

A las 75 víctimas del férreo totalitarismo castrista se les arrestó, juzgó expeditivamente y condenó a injustos años de encarcelamiento de hasta 28 años por el simple delito de opinar libremente, de fundar asociaciones o fuerzas opositoras pacíficas que se opusieran, con el único recurso de la palabra como arma de combate, a un oscuro régimen de cuatro décadas encabezado desde sus orígenes por el mismo dictador.

Entre los condenados había algunos escritores y no pocos periodistas independientes. También había poetas. Los años de cautiverio, detrás de sórdidos muros, incomunicados de sus familiares, donde han sobrevivido (y sobreviven) humillados, desnutridos y enfermos, lejos de restar valor a estos hombres, han determinado que muchos de ellos, que hasta entonces no habían incursionado en el ámbito de la poesía, escribieran los primeros versos que se arrojarían, como ahora en este libro, sobre las imprentas del mundo.

Así llegan, por vez primera a Italia y en lengua italiano, los versos de siete de estos extraordinarios hombres, a un público que en muchas ocasiones ignora, o finge ignorar, el drama cotidiano de los cubanos y el peso atroz del régimen dictatorial que agobia desde hace casi medio siglo a la isla. Esta empresa, ardua si consideramos la dificultad de comunicación como resultado del monopolio de la información ejercido por el régimen castrista, no hubiera podido ver la luz sin el entusiasmo y la determinación de Gordiano Lupi y las ediciones Il Foglio que dirige. Tampoco sin el trabajo concienzudo de Elisa Montanelli quien los ha traducido a la lengua de Dante.

De los siete poetas antologados en este libro, tres permanecen aún en prisión: Ricardo González Alfonso, Omar Moisés Ruiz Hernández y Regis Iglesias Ramírez. Uno ha sido liberado con licencia extrapenal, pero el gobierno de La Habana le niega la salida del país aún cuando tiene visa para emigrar a Estados Unidos: Jorge Olivera Castillo. Otros dos, Manuel Vázquez Portal y Raúl Rivero, pudieron salir de la isla después que la presión internacional y la rebeldía inclaudicable de sus actos obligaran al régimen a deshacerse de ellos por la vía del destierro. El primero, vive hoy en Miami junto a su esposa e hijo y es un activo periodista de la red de noticias Cubanet, la más importante en materia de temas cubanos. El segundo, Raúl Rivero, hace escasamente unos meses llegó, junto a su esposa y madre, a España, donde trabaja en el periódico El Mundo y mantiene una febril actividad como portavoz de todos los que han quedado atrás, cautivos del régimen. Finalmente, en el momento en que se prepara esta antología, hemos recibido con regocijo la noticia de que el último poeta, Mario Enrique Mayo Hernández, ha sido también liberado con licencia extrapenal, una definición que en la jerga carcelaria cubana significa que la condena no ha sido anulada y que el condenado puede volver a la celda, sin previo juicio, si se empeña en continuar sus actividades "subversivas" contra el régimen.

Ahora bien, los versos aquí presentados, excepto los de Manuel Vázquez Portal y Raúl Rivero –poetas consagrados desde antes de sus encarcelamientos–, fueron escritos desde celdas cubanas. Aún así, los de Vázquez Portal, que ya habían sido publicados bajo el título de "Celda número cero" (Ed. Cubanet, Miami, 2000) fueron difundidos fuera de Cuba cuando aún no había sido detenido, juzgado y encarcelado por la policía política del régimen. O sea, cuando andaba "libre" en esa otra cárcel, gigantesca, que es toda la isla.

Ahora bien, cuando el lector en lengua italiana lea los versos de estos siete poetas encontrará, para regocijo de los amantes de la poesía (y de la libertad), registros poéticos muy diferentes, resultado de las diferentes y múltiples experiencias de los autores. Sin embargo, un denominador común da a esta antología un carácter excepcional: los poetas aquí reunidos, sin excepción, han sufrido en carne propia el ensañamiento de un régimen contra la libertad de expresión y ninguno de ellos ha vacilado un instante en hacer valer sus derechos de hombres libres contra todo dictamen e imposición.

En reciente ocasión oí decir a Raúl Rivero que para un preso nada compensa más el sufrimiento, el aislamiento y la vejación que el saberse respaldado y nunca olvidado por quienes viven el derecho inalienable de ser libres. Por eso, cada vez que un lector recorra tan sólo un verso de este libro, cada vez que lo comparta con un amigo, cada vez que hable de él en su medio, no sólo estará brindando, generosamente, un poco de su oxígeno a los que permanecen en las prisiones políticas cubanas, sino que está haciendo que los grotescos barrotes de la dictadura se estremezcan, e incluso, se abran y dejen pasar una bocanada de luz y de esperanza para todo un pueblo cautivo.

París, marzo de 2005.