lunes, abril 17, 2006

PRAGA OCUPA EL PUESTO DE ESPAÑA

Tomado de: http://www.deliras.cubilete.com

Praga ocupa el puesto de España

Escrito por Ernesto Ortiz Hdez.*
15.04.2006

El diario online Libertad Digital, uno de los mejores de su tipo en el mundo y que suelo leer con cierta regularidad, publica hoy un editorial muy elocuente: “ Praga ocupa nuestro puesto contra Castro”. Comienza diciendo que los cubanos, en esta hora aciaga que dura ya medio siglo, querrían dirigir su mirada a la Madre Patria –y lo dice con esas palabras, un poco para representar la maternal acogida deseada. Muy bien escogido el tiempo verbal, primero porque los cubanos miran hacia todas partes, y se acogen a la primera oportunidad que aparezca; y segundo porque esa oportunidad siempre ha sido, con más o menos acierto pero con voluntad indudable, presentada continuamente por los Estados Unidos. Así que sin ánimos de escandalizar, creo que una cantidad no despreciable de cubanos ha colocado como presunta Madre (o Buena Madrastra) Patria a esa nación que alguna vez fue patria hermana y con la que también tenemos (y han pervivido) numerosos lazos culturales: los Estados Unidos de América. La natural y vergonzosa reacción del actual embajador español en la isla, que creyéndose la enésima versión de que “el Comandante” agonizaba (y sí, alguna vez será la última), expresó la urgencia de “poner en práctica una política antiamericana, alimentando incluso a las fuerzas antiimperialistas del interior de la Isla para, llegado el momento, hacer más difícil la penetración estadounidense”, muestra hasta qué punto hay conciencia de estos lazos y de su futuro fortalecimiento.
Pero regresemos a la Madre Patria tradicional... La opinión de España se escucha mucho en los foros internacionales a la hora de tomar una decisión concertada en relación con el régimen cubano. Se supone que nadie nos conoce como los españoles, en razón de la historia colonial, las relaciones familiares o el idioma. Sin embargo, desde hace tiempo (asunto que dejo claro cada vez que puedo) España está muy lejos de atender o comprender la situación cubana. Habría que escuchar en primer lugar a las naciones que han pasado una experiencia reciente similar a la nuestra, por mucho que las circunstancias concretas puedan variar. Me refiero, obviamente, a los países de la Europa del Este, que también han sufrido el totalitarismo comunista y que están democratizando y desarrollando sus sociedades.

Porque la dictadura de Franco, con ser terrible como toda opresión del espíritu, con ser una experiencia que podría sensibilizar con la situación cubana al menos a los españoles que más la sufrieron, es, paradójicamente, motivo para que muchos miren a otro lado en una nación que hoy más que nunca parece revivir las divisiones que condujeron a una dictadura de alguna manera inevitable. Se pueden considerar las comparativas “ventajas” circunstanciales del franquismo (recuerdo que en un discreto encuentro en un bar frente a la sede del PSOE, hace ya un par de años, un miembro de este Partido abrió la reunión expresando que prefería –como un mal menor- a las dictaduras de derecha) y esto dejaría en claro algunas diferencias de orden práctico respecto a una dictadura comunista. Lo que es lamentable en tal sentido es que para muchos españoles Fidel Castro será todo lo dictador que que se quiera, pero es our son of the bitch. Y vean sino las actitudes del Presidente Zapatero, las palabrerías de ese ser gris que es Llamazares y algunos congresistas más, o la defensa del paraíso socialista caribeño que los europarlamentarios socialistas españoles hacen; y eso que –si no soy demasiado optimista- me parece que la intelectualidad europea de izquierdas muestra algún pudor en expresar los júbilos que en otra época eran salmódicos. No, España está demasiado dividida en este asunto, y si en virtud de lo antes considerado hay un sector –comúnmente de derechas- que se expresa categóricamente contra la dictadura cubana, muchas veces parece una reacción política o partidista (por tanto voluble) a la actitud contraria.

Desde hace varios años ya, países como Polonia o República Checa se han convertido, por sus actos, en el mejor representante moral en Europa de la defensa de la libertad y los derechos humanos en Cuba. No sólo por su conocimiento de los métodos de un régimen totalitario comunista (lo que les hace prever una estrategia mejor para combatirlo) sino por su dedicación a un hermano en el sufrimiento, en los cónclaves internacionales y también dentro de Cuba, en la zona de fuego. Por eso el último incidente con el gobierno cubano (otra expulsión de un diplomático checo), coloca nuevamente el tema de la responsabilidad de esa Europa que se ve a sí misma como adalid de los derechos humanos, y que de ello se regodea frente a los Estados Unidos cada vez que la oportunidad se presenta. Y particularmente de la posición española, que hace concluir al editorialista de Libertad Digital: “Dentro de unos años, que deseamos sean los menos posibles, los cubanos, libres al fin, mirarán a la Madre Patria y le preguntarán qué hizo por ellos cuando la necesitaron. Y nuestra única contestación será bajar la cabeza, avergonzados por un gobierno al que le interesa más los negocios españoles en la isla que las vidas de los millones de esclavos que allí malviven.”
* Ernesto Ortiz es un poeta y analista cubano que trabajó muchos años en el Centro de Formación Cívica y Religiosa de la Diócesis de Pinar del Río y en la revista VITRAL, formando parte del Consejo de Redacción de dicha revista; vive actualmente en España.
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Comentario[s]
Y. Dallan
Escrito por Invitado el 2006-04-17 03:32:45
Los Estados, en sus Relaciones Internacionales, siguen casi todos alguno de los dos grandes modelos existentes, a saber: el “modelo de matriz realista”, que busca ante todo el beneficio, la protección y de ser posible la expansión de los intereses económicos, políticos y culturales del estado; o el “modelo de matriz de la democracia cosmopolita- humanista”, que busca la promoción de la democracia y el respeto a la persona humana como principales objetivos. También puede existir un modelo que convine algo de las dos matrices. Teniendo esto claro sabremos ubicar a España y a la República Checa.

<-- ( de izq. a derech. Yaxis Dayan joven abogado cubano, Ricardo Arias exvicepresidente de Panamá, Martín Torrijos, presidente de Panam@, persona que trbaja en la Secretaría de la Presidencia panameña; actualmente Yaxis se encuentra haciendo una maestria en la Universidad Complutense de Madrid en Derecho; Foto personal del blogguista )
En mi opinión, la mayoría de los Estados siguen la de “matriz realista” y algunos, para salvar la cara, con algo de humanismo, pero solo algunos. España en su política hacia América Latina y en particular hacia Cuba es “realista”. Le preocupan más sus inversiones, el estar presente y su peso geopolítico que lo que está pasando en el pueblo.

Claro está, hay cosas que se les olvida a los hacedores de la política exterior española, como son: las cercanías geográficas, la idealización de lo norteamericano existente en Cuba, la acogida de los EEUU a los inmigrantes cubanos y el respectivo agradecimiento del estos últimos, las actividades –extra turísticas- a las que se dedican muchos de los españoles que visitan las isla colaborando con el desprestigio y corrupción de nuestra juventud, la creciente interdependencia que existente en este mundo globalizado, el poder económico de los cubanos de Miami y de los inversores norteamericanos, las demandas que lloverán sobres sus cabezas relacionadas con las propiedades confiscadas por el gobierno cubano y utilizadas por ellos, y un largo etcétera. No entiendo cómo un estado puede escoger una vía que al final solo le puede conducir al desprecio por parte de los ciudadanos cubanos y al pase de factura por parte de otros estados. “Pan para hoy y hambre para mañana”

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Tomado de : http://www.libertaddigital.com/opiniones/opi_desa_30927.html


¿Qué sabe Castro del 11-M?
Víctor Llano


“ Es muy duro para un español que nació en Cuba tener que admitirlo, pero siempre que recordé lo que sufrió mi familia en La Habana, me respondieron que exageraba o que era muy pequeño y me traicionaba la memoria. ”

Aún siendo hijo de españoles, si viviese todavía en Cuba y contase con la posibilidad de pedir asilo en Europa, jamás lo pediría en España. Lo solicitaría en Chequia o en Polonia. Por desgracia, me sobran motivos. Mientras el Gobierno de Zapatero se empeña en ofrecer una salida a los herederos de la tiranía para poder pactar con ellos una improbable influencia en Cuba, los checos y los polacos demuestran día tras día que no les resulta ajeno el sufrimiento de los cubanos, miles de ellos descendientes directos de españoles. En el Palacio de Santa Cruz, o no me escucharían o simularían no creerme cuando yo les relatara los crímenes de Castro. Los checos y los polacos me entenderían mejor. Ellos no olvidaron los logros del comunismo. No quieren pasar página ni ocultar lo que sufren los rehenes de la tiranía.

Es muy duro para un español que nació en Cuba tener que admitirlo, pero siempre que recordé lo que sufrió mi familia en La Habana, me respondieron que exageraba o que era muy pequeño y me traicionaba la memoria. Incluso, a muchos de mis amigos, les incomodaba escucharme. Aún no sé si no me creyeron o simularon no creerme. En cualquier caso, si entonces me importó, ya no me importa. Los que no quieren saber qué sucede en Cuba, son los mismos que no preguntan por las pruebas falsas con las que intentan tapar la autoría de la masacre del once de marzo de 2004.

Ayer coincidí con un ex compañero de Universidad que acababa de regresar de La Habana. Le pregunté por lo que había visto allí. Y me habló de la dignidad de un pueblo que sobrevive frente al bloqueo de una potencia enemiga. No me sorprendió. Es lo que podemos esperar de los que presumen de amigos de los pobres y que no son más que liberticidas que defienden para otros lo que ellos no serían capaces de soportar. Jamás reconocerán que la tiranía castrista responde al peor de los fascismos. Hoy –con Zapatero– creen que ha llegado su hora. Es su hombre. Quieren reescribir la Historia. Sólo así se entiende que a pesar de todo lo que sabemos del 11-M y nadie ha podido desmentir, nunca pregunten por qué y cómo se detuvo tan a tiempo a Jamal Zougam. No tienen remedio. Cuando le sugerí a mi ex compañero que entrase en el blog de Luis del Pino, me respondió que jamás lo haría y que perdemos el tiempo los que dudamos de la versión oficial. Es más, tuvo el cinismo de decirme que lo que importa no es lo que investiguen Luis del Pino o Fernando Múgica, que lo único que valdrá será lo que algunos policías declaren ante el juez.

Tal vez mi ex compañero acierte y yo me equivoque. Pero –a pesar de mi triste experiencia en Cuba– dudo de que también aquí y por mucho más tiempo se imponga la patraña que envuelve a la verdad. Allí les valió la más homicida de las farsas, pero aquí tendremos la oportunidad de aclarar el 11-M. Incluso, es posible que el coma-andante y su videoteca nos ayuden a esclarecerlo. Como muy bien les advirtió a los socialistas españoles, son muchos los datos que guarda en su "mochila". Probablemente se parezca a la bolsa fantasma que sirvió para detener pocas horas antes de las últimas elecciones generales a un cabeza de turco. No he podido comprobarlo, pero me cuentan que después de que volara el edificio de la calle Martín Gaite de Leganés, se celebró una descomunal fiesta muy cerca de la embajada de Japón en La Habana. Sea o no cierto, estoy convencido de que Fidel Castro –experto chantajista– no amenaza por amenazar. Algo sabe de la masacre de Madrid y algún día lo comprobaremos.