BARACUTEY CUBANO

Por Juan Vives
Francia


Muchos años han pasado y en mi memoria quedan grabados una serie de hechos, que se pueden considerar como los grandes secretos del comunismo cubano, algunos tan increibles como la madeja enmarañada de una revolución sin ley ni principios, dispuesta a todo por mantenerse en el poder.

Lo que voy a revelar no tiene la menor intención de disculpar a Posada Carriles, que ni lo conozco ni pretendo tener la verdad absoluta, simplemente dar elementos de análisis para que se pueda juzgar con más claridad el caso de este supuesto terrorista,que es uno de los ejes centrales de la propaganda castrista desde hace años.

A mediados de 1968, Antonio Padrón que era oficial de la DGI (Dirección General de Inteligencia) y que posteriormente fue fusilado en el caso Ochoa, persona que conocía desde hacía años, me invitó a probar una serie de fusiles M-16 que venían de Viet Nam y que eran una novedad. El tipo era un gran amador de armas de fuego (cosa que le reprocharon durante el juicio de Ochoa), estaba impaciente para conocer este fusil americano. Como yo lo había inciado en la pesca submarina y le había regalado los equipos, él me dijo vamos a un lugar donde podremos pescar y existe una base de Guarda Fronteras donde podremos probar los fusiles.

Salimos por la Vía Blanca hasta la playita de Jibacoa donde debajo del puente tenían un centro turístico para extranjeros separado de una base de Guardafronteras por un pequeño río que desembocaba al mar en ese lugar.

La base de Guardafronteras de Jibacoa, servía de perrera del Ministerio del Interior y era el lugar donde se criaban y seleccionaban los perros para los diferentes servicios y en donde se les entrenaba.

Cuando llegamos estaban presentes Olo Pantoja, que era el jefe de Guarda Fronteras (murió con el Ché en Bolivia) y Escalante, que posteriormente fue jefe de la Seguridad en Cuba durante 20 años. Habíamos llegado casi a la hora de almuerzo y pasamos al comedor.

Después del café nos dirijimos a la zona de "diente de perro" que daba al mar en donde estaban clavados varios postes que servian para los ejercicios de tiros. Yo no formaba parte de esta elite de la Seguridad, pero como la mayor parte del tiempo trabajaba en misiones de la Presidencia, todos me conocían y hablaban libremente delante de mí.

Vaciamos muchísimos cargadores y fue cuando Escalante le dijo a Olo Pantoja que viniera a ver las últimas lanchas rápidas que habían adquirido para las operaciones especiales del Comandante en Jefe.

Puestas en unos remolques había cuatro ZODIAC con los más potentes motores fuera de borda existentes en aquella época y dos CRIFT-CRAFT que estaban amarradas en el agua.

Yo pensé que se trataba de lanchas rápidas para interceptar los lancheros que se iban clandestinamente. A mano derecha de la base estaba una montaña que cercaba la pequeña bahía y su playita para turistas, en donde existían varias casas en la cima donde estaban instalados puestos de vigilancia. Siempre pensaba que no veía por qué tanto espabiento para impedir que la gente se fuera, a veces bromeaba que si dejaban salir de Cuba libremente hasta del Comité Central : ¨espantaba la mula".

Sabía que en la montaña la Embajada inglesa tenía una residencia a donde venían frecuentemente los diplomáticos de ese país y que un grupo operativo la tenía vigilada noche y día. A veces yo iba a bañarme a la playita en donde solamente había turistas franceses y en varias ocasiones encontré ingleses.

El lugar me era familiar y había estado varias veces en el puesto de Guardafronteras y hasta me habín regalado una loba siberiana (Laika),que tuve que devolver porque no podía controlarla cuando llegó a adulta. A veces yo cogía una casa en la montaña durante un par de meses en verano para que mi madre sufriera menos del calor y amarraba la loba en la entrada y no había quién entrara.

Estaba lejos de pensar lo que existía en aquella base, un proyecto ultrasecreto de Fidel, que dirigía en persona las operaciones.

Cada vez que quería montar su "show" anti-imperialista, esta unidad especial que era un comando de 25 efectivos bajo el mando de Escalante, salía a tirotear los barcos pesqueros cubanos para armar el escándalo. En estas operaciones se mataron pescadores cubanos. En otras ocasiones se tirotearon las costas y Escalante decía que siempre habría un comemierda en Miami que reclamaría la acción.

Estas operaciones eran ultrasecretas y ni siquiera Olo Pantoja que era el jefe de Guardafronteras estaba al corriente de nada. Lo poco que se sabía era cuando Escalante alardeaba de las proezas de sus hombres y se vanagloriaba de estar bajo las órdenes directas de Fidel en misiones secretas.

El comando estaba entrenado no solamente en las intervenciones marítimas, eran expertos en explosivos.

Fuera bueno que el ex general Fabián Escalante, que ahora está escribiendo libros sobre la historia de la revolución cubana, se decidiera a hablar de este comando especial que dirigía con base en Jibacoa y hasta que punto sus hombres no estuvieron implicados en el atentado del avión de Cubana de Aviación que se le adjudica a Luis Posada Carriles.

Entre los muertos de ese atentado había varios miembros de la Seguridad del Estado y uno del comando especial de Escalante. Esto lo supe en gran secreto de Padrón,que se preguntaba qué hacía este personaje en el vuelo, cuando no formaba parte de los custodios de aviones en vuelos internacionales.

Yo no quise averiguar nada más de esta cuestión, en Cuba existían secretos que te podían costar la vida y de los que sólo se comentaba algo con amigos de absoluta confianza.

No creo ser la única persona al tanto de esta historia, desde esa época mucha agua ha pasado bajo el puente y muchos se han exilado... Estoy seguro que se confirmará la existencia de este comando especial, del cual la CIA tiene que estar al corriente con la cantidad de exilados cubanos ex miembros de los cuerpos de seguridad cubanos que han sido entrevistados.

Personalmente tengo mis dudas ante la culpabilidad de Posada Carriles en esta historia, puede que si, puede que no, pero sería conveniente profundizar esta otra cara de la moneda.