martes, agosto 22, 2006

POLONESA + GUAGUANCÓ

Nota del blogguista

En este episodio Norberto Fuentes muestra diferentes aristas de su admirado y venerado Comandante.

1) Fidel Castro pudo disfrutar de un striptease que los cubanos en Cuba no pudieron ni ver en fotos y no hablo de publicar esas fotos en inexistentes revistas de ese carácter o en cualquier diario o periódico cubano.


Esas fotos deben de estar debajo del colchón del Comandante para recordar ese primer striptease de una profesional.


2) Tremenda proeza del dictador totalitario: pasearse solo por Varsovia !!.

El dictador autoritario Fulgencio Batista en Cuba, y en plena lucha insurreccional se paseaba solo por Cuba. En la ciudad de Pinar del Río en sus viajes invitado por su ministro y amigo Amadeo López Castro, Batista se paseaba solo y hasta se sentó en una ocasión a conversar en el contén de la acera frente al Hotel Lincoln, en la calle Máximo Gomez de esa ciudad. La guardia personal de Batista era de 12 hombres, aún después del atentado ocurrido en la Calle Línea en el Vedado, según se cuenta en un librito publicado en Cuba, de Álvaro Prendes, si mal no recuerdo, .

La custodia de Fidel Castro dentro de Cuba mueve a miles de hombres y y fuera de Cuba a varios centenares, y no estoy exagerando ¿ verdad Norberto ? .

3)¨... un grupo de periodistas cubanos 'indignados' visitarían al corresponsal de AP, tropa de choque encabezada por Fundora y Guerrita, pero a la cual se unieron tres karatekas de la escolta. Al pobre tío lo persiguieron por debajo de las mesas, lo alcanzaron, lo machucaron a como diera lugar y cuando lo soltaron, inerme, le habían quebrado el tabique nasal y hechos astillas los dos pómulos y varias costillas. Directo para al hospital. ¨

Esos grupos ¨indignados¨ cometiendo crímenes tanto dentro como fuera de Cuba los conocemos y tienen su historia desde el mismo triunfo revolucionario como fue la muerte de la niña venezolana que murió cuando en New York ¨el manco Molina¨ , el de los carteles¨Libertad para Molina¨, disparó en medio de una bronca en una cafeteria.

Las acciones gansteriles del otrora universitario Fidel Castro se convirtieron en política de Estado al éste apropiarse del triunfo de la insurrección.


Fidel Castro Ruz, aquel que le huía a Masferrer ¨como el diablo a la cruz¨; que como ganstercillo disparaba y se fajaba sólo cuando estaba en ventajas; el que se escondía en la casa de Alfredo Guevara; el que huyó del Cuartel Moncada dejando abandonado a sus compañeros; el que se entregó cobardemente a la tropa del Teniente Pedro Sarría; el que huyó y abandonó a sus compañeros de travesía del Granma en Alegría de Pío; el que combatía en la Sierra Maestra, las pocas veces que lo hizo, de lejos con su fusil de ¨mira telescópica¨ ( siempre la ventaja !!); el que fue solamente un rato al Central Australia cuando la Invasión de Bahía de Cochinos, momento que ha sido eternizado en unas repetidas escenas cinematográficas; aquél que se bajó de un tanque y le disparó desde un SAU-100 al buque Houston cuando todo había acabado; aquél que siempre estuvo en los Estados Mayores , muy lejos de los cercos y las siquitrillas, cuando miles de hombreS rodeaban a famosos jefes insurgentes como ocurrió cuando el último cerco a Benito Campos Pírez, ¨Campito ¨, etc., etc., etc. SIEMPRE quiso tener su cartelito de persona temeraria o de ¨guapo¨, como decimos en buen cubano. Un cartelito que muchos en Cuba y en el mundo se lo han creido.
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Tomado de
http://www.elmundo.es/elmundo/blogs/2006/milenaalfuego/index.html

Polonesa + guaguancó

Por Norberto Fuentes


22 de agosto.- A propósito de las veces que lo han matado, esta fue una de las más sonadas.

Fidel llegó a Polonia poco después de una visita de Nixon. Aterrizó en el aeropuerto de Okecie el 6 de junio de 1972, por la mañana. Fidel estaba molesto —«encabronado» era su término— por el recibimiento y el trato que el jefe de los comunistas polacos, Eduard Gierek, dio a Nixon después de los bombardeos de B-52 contra Haiphong y el bloqueo y minado del resto de los puertos vietnamitas. Para empezar, se negó a dormir en la misma residencia que el huésped anterior.

Acto seguido, mandó a recortar toda una serie de actividades ya programadas en la visita, de varios días, que incluía desplazamientos al interior y a un sinfín de centros industriales.

El corresponsal de la AP en Varsovia, de cierto apellido griego (me dispensan que no lo recuerde), parece que comenzó a averiguar sobre las intimidades de la comitiva cubana y encontró el dato de que Fidel estaba exhausto por el viaje (había comenzado en La Habana el 1 de mayo y ya había pasado por Guinea, Sierra Leona, Argelia, Bulgaria, Rumania y Hungría, antes de caer en Polonia, donde se encontraba «sólo por complacer a los soviéticos». Y ese agotamiento fue suficiente para que el corresponsal llegara a la conclusión de que Fidel había sufrido un principio de infarto y lanzó la noticia al mundo.

La vendedora de flores Yadwiga Ganaszek junto a Fidel Castro en el viaje que este hizo a Polonia en 1972. ---->

Cuando aquel despacho de AP llegó a La Habana, las huestes se sintieron repentinamente huérfanas. Celia Sánchez llamaba a la residencia de Varsovia donde se suponía que se encontraba el Jefe, y allí le decían que había salido, pero Celia no lo quería creer. Llamó al Centro de Prensa y alguien le dijo que Fidel estaba visitando la parte vieja de la ciudad, «por iniciativa propia», lo cual era cierto. Hasta altas horas de la madrugada recorrió la parte vieja y pasó frente al night club Kokodrile, donde descubrió algo insólito: un striptease en plena ciudad de un país socialista. No obstante, decidió entrar. A los fotógrafos cubanos que le acompañaban, cuando tomaron las primeras imágenes, el jefe de la Seguridad, Pepe Abrantes, mandó que le quitaran los rollos, y después no relampagueó ni un solo flash. Fidel disfrutó del espectáculo y salió a caminar por la plaza y se encontró con varias parejas de polacos, entre ellos algunos recién casados que no podían creérselo, de encontrarlo así, caminando por la calle y le pidieron autógrafos. También encontró una vendedora de flores, Yadwiga Ganaszek, con la que intercambió algunas palabras, ella en polaco, él en español.

Al regreso a la casa, recibe la noticia de que habían llamado Celia, Raúl y Ramirito —el ministro del Interior, Ramiro Valdés—, todos al borde del ataque de histeria por su percance de salud. Se encabrona al grado máximo. Pide el despacho de prensa que, solícito, le lleva Orlando Fundora, el jefe de los servicios de propaganda del Partido cubano, y Ángel Guerra, director de la revista 'Bohemia'. «Jummm», rezongó Fidel. Aquel chupatintas yanqui necesitaba una lección. Quedó acordado que, al día siguiente un grupo de periodistas cubanos 'indignados' visitarían al corresponsal de AP, tropa de choque encabezada por Fundora y Guerrita, pero a la cual se unieron tres karatekas de la escolta. Al pobre tío lo persiguieron por debajo de las mesas, lo alcanzaron, lo machucaron a como diera lugar y cuando lo soltaron, inerme, le habían quebrado el tabique nasal y hechos astillas los dos pómulos y varias costillas. Directo para al hospital. Los polacos protestaron. Al final, Polonia fue el único país de aquel periplo de nueve países que no produjo un comunicado final —sacrosanta tradición comunista. Ya en el aeropuerto, a la hora de despedirse, Fidel encargó al embajador José Bolaños que tratara de pasarle la mano a los polacos y mejorar las relaciones...

Bueno, he contado esto como antecedente de lo que luego, años después, sería una época de constantes sobresaltos por noticias parecidas, y como memoria de los años en que los cubanos eran los dueños del mundo y ordenaban una paliza donde se les antojara.