SE ATREVE GRANMA
Se atreve Granma
Por Tania Díaz Castro
Se atreve el periódico Granma a publicar una información sobre la orden que dio al gobierno del presidente George Bush una jueza de Detroit, del estado de Michigan, para que se suspenda el programa de escuchas telefónicas con fines de combatir el terrorismo.
Agrega la información que dicho programa ha sido ampliamente criticado por los defensores de los derechos humanos y que el mandatario podría haber sobrepasado sus poderes al autorizar las escuchas.
No sé qué me produce leer esta información, publicada precisamente en mi país, donde no sólo el gobierno castrista autoriza escuchar las conversaciones de cualquiera, sino que además sobrepasa sus grandes poderes y corta la corriente del teléfono cuando algún opositor pacífico o periodista independiente lo molesta un poco.
Viene a mi memoria, por ejemplo, cómo en 1988, a todos los que componíamos el Comité Cubano Pro Derechos Humanos nos cortaron el servicio telefónico después de haber testimoniado en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU durante su visita a Cuba. Un día todos nuestros teléfonos amanecieron muertos. Así estuvieron más de dos años.
Sin embargo, al parecer, el órgano periodístico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba no sabe que el programa de escuchas y la suspensión del servicio telefónico, a pesar de que en Cuba no hay terrorismo por parte de la oposición, es algo que sucede de forma rutinaria.
Si alguien dijera que se trata de violaciones a los derechos civiles de los cubanos, Granma lo negaría completamente. Y si alguien a estas alturas le señalara al régimen haber sobrepasado sus poderes, a mí, sinceramente, me produciría risa.
Lo cierto es que en Cuba jamás hemos contado con una jueza que sea capaz de ordenar al gobierno de los hermanos Castro detener, no el programa de escuchas telefónicas, sino todo un conjunto de medidas represivas y diabólicas que se emplean contra miles de opositores pacíficos y más de cien periodistas independientes. Si esa jueza hubiera existido algún día, ahora estaría cumpliendo veinte años de cárcel.
Es bueno saber que en Estados Unidos una simple letrada puede protestar públicamente contra una medida de la Agencia de Seguridad Nacional. Eso demuestra que existe una verdadera democracia en la casa de nuestros vecinos del Norte, los que quieren para nosotros lo mejor.
Leer esta información, mientras vivimos en un país sin techo, porque era de vidrio y se rompió en mil añicos, de verdad, vuelve a producirme risa. Es más, si esas medidas de seguridad las emplea Estados Unidos para evitar actos terroristas contra la población, ¿por qué peores medidas se emplean aquí?
O Granma ha perdido la memoria o tal vez considera que interferir líneas telefónicas o sencillamente suprimirlas es algo natural en un estado totalitario y que en cambio, es mal visto un programa de escuchas en un país libre como Estados Unidos.
Si piensa así, quizás estemos de acuerdo por primera vez Granma y yo.
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