domingo, mayo 27, 2007

EL GUERRILLERO DESENMASCARADO

El guerrillero desenmascarado

Por Mercedes Soler

Amuchos nos habrá pasado. La primera vez que vemos a un muchacho con el emblemático rostro de la revolución cubana plasmada en la camiseta nos brinca el corazón. Pero luego avistamos la infame foto de Alberto Korda en una botella de vodka, en el bikini de la súper modelo Gisele Bundchen o en el telón de fondo de un concierto de Maná y nos hierve la sangre. Nos cuestionamos la indiferencia de un mundo que fustiga la violencia política, los fusilamientos extrajudiciales, el intervencionismo militar y el estado totalitario ante el verdadero legado de Ernesto Guevara. Nos preguntamos cómo, décadas después de su muerte, sigue siendo idealizado como cualquier estrella de Hollywood. Es más, vemos que los propios famosos hacen fila para asociarse a él. Angelina Jolie se hizo tatuar su imagen, Johnny Depp se la cuelga en forma de medalla, Robert Redford basó una película en selecciones, muy escogidas, de sus diarios, Benicio del Toro lo interpretará en dos películas este año y Carlos Santana cambió el frac por la cara del Che para la alfombra roja de los Oscar. De los barbudos que usurparon la constitucionalidad cubana, sólo el Che ha ascendido a tal plano mitológico. Y se lo debe, de acuerdo al autor Humberto Fontova, al mejor publicista del planeta, a Fidel Castro, quien diseminó su enigmática foto con fines propagandísticos, siete años después de muerto el revolucionario.

Fontova presentó su último libro, Exposing the Real Che Guevara and the Useful Idiots Who Idolize Him, en Miami esta semana. La librería Books & Books de Coral Gables se llenó a tope, incluyendo a decenas de jovencitos, para escuchar sobre la obra con que el autor desea desenmascarar al sanguinario personaje. El libro comienza con el caso de Gladys Pérez, una exiliada de 25 años, quien fue arrestada en diciembre de 1964 en Nueva York por blandir un arma blanca contra el Che cuando este se presentó ante las Naciones Unidas. Si usted no conoce el caso, de eso se trata. Ella es una de las miles de víctimas anónimas a las que Fontova intenta dar una voz. Tras ser detenida, Gladys confesó haber sido presa política en Cuba, donde fue torturada y violada por el aparato represivo que comandaba el Che. Acabó doblemente víctima. Recluida para ``observación mental''.

Guevara, mientras tanto, se presentó ante la Asamblea General de la ONU, donde aseguró con desparpajo: ''Claro que ejecutamos, y continuaremos ejecutando mientras sea necesario''. El capítulo, titulado ''Nueva York celebra al padrino del terrorismo'', documenta el fallido complot que Guevara gestó durante ese viaje para hacer volar la Estatua de la Libertad, la Campana de la Libertad y el Monumento de Washington. También otro que las autoridades desactivaron en 1962 para dinamitar Macy's, Gimbel's y Bloomingdales en Manhattan, el día después de Thanksgiving. El autor pone la trama en contexto al comparar los 500 kilos de dinamita que se hubiese utilizado en este último con los 100 kilos utilizados en los recientes atentados de los trenes en Madrid, que mataron e hirieron a unas 2,000 personas. Es más, define al Che como el precursor de Osama bin Laden porque instó a Nikita Jruschov a disparar sus bombas atómicas contra Estados Unidos durante la Crisis de Octubre y cita un artículo del London Daily Worker de 1962 al que el Che declaró: ``Si los misiles nucleares hubiesen permanecido, los hubiésemos utilizado contra el corazón de América, incluyendo Nueva York''.

( Humberto Fontova )

De ahí en adelante, con capítulos como ''Fidel's Favorite Executioner'', ''Murderer of Women and Children'', ''Brownoser and Bully'', el autor rebate punto por punto las aseveraciones romantizadas de la prensa internacional que cubrió (o encubrió) a la revolución. Esclarece décadas de omisiones y fabricaciones históricas. Derrumba las leyendas consideradas verdades por la cultura popular. Detalla innumerables casos concretos de los 14,000 fusilamientos de los primeros años. Analiza la incongruencia entre los rockeros que hoy alaban al Che y la juventud cubana que era perseguida y sancionada por escuchar música rock o llevar el cabello largo. Enaltece el valor que demostró la Brigada 2506 en Bahía de Cochinos donde 1,400 hombres, sin apoyo o provisiones, se enfrentaron a un ejército de 41,000 y le infligieron bajas de 3,100, sufriendo sólo 114 ellos. Destaca cómo el guerrillero de la boina llegó tarde a esa batalla y hasta acabó disparándose él mismo accidentalmente. Ilustra sus deficiencias como estratega y estadista y evidencia su materialismo y sadismo.

Fontova, quien también publicó Fidel, Hollywood's Favorite Tyrant, desarticula irreverentemente la retórica de quienes idealizan al Che y asegura que todos los datos en su libro están a prueba de críticos ya que primero debió aquietar al equipo legal de su casa editorial con las evidencias que avalan su narrativa. A mi parecer, el documento corrige medio siglo de falsedades, baja al Che de la cruz redentora en que lo colocaron múltiples biógrafos y de una vez por todas logra desacreditar el culto a la camiseta del Che.

mercedesenelnuevo@gmail.com