LA HISTORIA DICTARÁ LA ÚLTIMA SENTENCIA COMENTARIO ANÓNIMO SOBRE EL ARTÍCULO EXONERACIÓN TELEVISIVA DE FIDEL CASTRO
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Si era de la brigada y estaba o está en la droga, que lo diga con pelos y señales. Esta acusación no me gusta porque embarra anónimamente sobre un asunto grave. Ya metida a dar testimonios dicha señora, que los de claros en aquello que puede resultar util HOY pues denunciar a un traidor siempre lo es. Para los habituados a valorar testimonios como tu servidor esta omision vicia el resto de lo dicho. Si teme hablar entonces que calle pero embarrar a alguien de la brigada asi de gratis no nos sirve a nosotros y si le sirve al enemigo.
"Es mas, tuve la oportunidad de conocer quien participaba en el traslado de la droga proveniente de Colombia con destino a Estados Unidos. La misma era desembarcada en los cayos proximos a Varadero hasta que podian continuar su travesia. En uno de los viajes le conoci en Varadero. El se comunico con su hermana y esta me pidio acompanarla a visitarlo. Para ella todo era muy extrano porque sabia de las anteriores actividades de su hermano. La persona en cuestion nos recibio en una lujosa residencia en la villa Barlovento y entre conversacion y conversacion caminando por las finas y blancas arenas de la playa (siempre en compania de su hermana que me habia pedido previamente que no me separara de ella) supe ademas, que habia participado en la invasion a Bahia de Cochinos, que estuvo preso en Cuba, que fue cambiado por compotas junto a otros companeros, que radica en Estados Unidos y que en mas de una oportunidad habia realizado el trabajo porque le proporcionaba grandes ingresos economicos."
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Comentario en la entrada "EXONERACIÓN TELEVISIVA DE FIDEL CASTRO":
La convulsa década de los ochenta fue recibida con una marcada diferencia de clases. Los nacientes viajes comunitarios de los cubanos exiliados que retornaban a la isla después de muchos años a visitar a sus familiares y la salida por cuestiones de trabajo a los países del campo socialista de los funcionarios gubernamentales cubanos, marcaron la pauta. Para los jóvenes que habíamos nacido dentro de la trinchera comunista, estos dos hechos, aislados o conjuntamente, resultaron una bofetada que nos hizo comenzar a cuestionar las doctrinas con las que se nos había formado hasta el momento. El planteamiento de la igualdad social como la principal preocupación del Estado, pasó a ser un título mas de los cuentos de Tia Tata. Los hacinados repartos obreros se contraponían a las lujosas casas otrora propiedad de los que habian partido al exilio a raiz del triunfo de la Revolución y que, luego de algún tiempo cerradas, habían sido entregadas a los dirigentes partidarios, empresariales y políticos. Un nuevo tipo de burguesia poblaba las mismas y para los que compartíamos escuelas con los hijos de esos nuevos aristócratas, las diferencias eran cada vez mas marcadas. Ellos, a diferencia de nosotros, no necesitaban buen escalafon para estudiar en universidades europeas, a ellos no se les exigía la justificación de las ausencias ni tenian que lidear con la tragedia del transporte público. Los jeeps militares al servicio de mamá o papá desfilaban por la puerta del Instituto descargando su privilegiada carga. Tampoco los vi nunca montarse en una guagua Girón y meter su maleta, confeccionada por el carpintero del barrio
con cuanto pedazo de tabla vieja aparecía, para participar en la obligatoria campana de La Escuela al Campo. ( Algunos de los encartados en la Causa 1 del 1989 )
En esas condiciones nos sorprendieron los acontecimientos de la Embajada del Perú y en La Habana y la apertura del éxodo del Mariel. Muchos veiamos en esta escapatorio la solución, aunque fuera a largo plazo, de nuestros diarios problemas. Albergábamos la esperanza de poder ponermos un jean o un cómodo par de tenis a diferencia de los clásicos kikos plasticos que a las 12 del día eran verdaderas ollas de presión que castigaban desde los pies a la cabeza. Los calderos y las mesas familiares, esperaban que con la salida de mas de 100 000 ciudadanos, mejoraría la cantidad y calidad del sustento diario, pero el mercado negro y sus elevados precios continuó siendo la única opción para cubrir nuestras necesidades primarias en lo que se refiere a comida, vestido y calzado, incluso el precio de la ropa se disparó porque una vez conocida la moda que venía de fuera de nuestro espacio territorial, todas las quinceañeras añoraban un jean mas que una principezca fiesta que sólo duraría unas tres o cuatro horas. A esas alturas, el costo de un pantalón vaquero se elevó a 1500 pesos cubanos, entre 500 y 800 oscilaba el precio de un par de tenis Adidas y hasta 80 pesos un shampú de la Diplotienda. Los técnicos del área socialista que prestaban servicios en la isla, así como los estudiantes africanos que estudiaban en nuestras universidades, que dicho sea de paso, eran los únicos autorizados a portar divisas, rápidamente descubrieron que tenían a las puertas un lucroso negocio comprando artículos y revendiéndolos entre la población. El gobierno se percató de que en la calle circulaba una gran cantidad de dinero y se autorizó la apertura del Mercado Campesino que vendía excepto, carne de res, todo tipo de productos agro y animales de corral (llámese gallinas, puercos, chivos y ovejos). Paralelamente se abrieron las cadenas de Tiendas de la Amistad, dirigidas y suministrada por el gobierno donde, para adquirir un artículo, había que pagar un precio mas bien de enemigo con sable afilado por ambos lados. Si esto fuera poco, se les ocurrió la idea de comprar todo el oro, la plata y el platino que los ciudadanos tenían en su poder y a esos fines se abrieron nuevas tiendas donde se podía adquirir desde una casa hasta un carro Lada, todo un lujo anteriormente asignado a altos funcionarios, profesionales internacionalistas -en su gran mayoría médicos- y a uno que otro machetero destacado. Por su puesto, hubo que abrir servicentros donde se expedía gasolina liberada a elevado precio.
africanas como a su regreso al suelo patrio. Recuerdo como por la época, Fidel decía en sus discursos que su primera actividad diaria era chequear la situación de los cubanos que combatian en suelo angolano. Y si esto hubiera sido así, pregunto, por qué no fueron retiradas las tropas antes que el cerco que los aislo se concretara.Yo no pretendo librar a nadie de culpas, algún día toda la verdad saldrá a flote en bandejas de plata, pero de lo que si no me queda la menor duda es que ninguno de los implicados actuó de forma arbitraria, que, como mismo uno de ellos dijo en su defensa, todo era consultado y aprobado a la mas alta esfera gubernamental. Es mas, tuve la oportunidad de conocer quien participaba en el traslado de la droga proveniente de Colombia con destino a Estados Unidos. La misma era desembarcada en los cayos próximos a Varadero hasta que podían continuar su travesía. En uno de los viajes le conocí en Varadero. El se comunicó con su hermana y esta me pidió acompañarla a visitarlo. Para ella todo era muy extraño porque sabía de las anteriores actividades de su hermano. La persona en cuestión nos recibió en una lujosa residencia en la villa Barlovento y entre conversación y conversación caminando por las finas y blancas arenas de la playa (siempre en compañia de su hermana que me había pedido previamente que no me separara de ella) supe además, que había participado en la invasión a Bahía de Cochinos, que estuvo preso en Cuba, que fue cambiado por compotas junto a otros compañeros, que radica en Estados Unidos y que en mas de una oportunidad había realizado el trabajo porque le proporcionaba grandes ingresos económicos. Al parecer fue la última vez que estuvo en la isla bajo el amparo del gobierno y su hermana, a la fecha, nunca ha vuelto a saber de él. Esta persona entraba a Cuba con la aprobación del gobierno, por ende, como pueden plantear que no conocían del asunto del tráfico de groga.
Dice el refran que cualquier tiempo pasado fue ...... . Creerlo o no es cosa de cada cual, pero de esa década sin gloria, sólo quedan malas memorias, miles de hogares cubanos que no vieron regresar a uno de sus miembros y para los que regresaron de Angola, el temor constante a tener que ser forzados a vivir una nueva pesadilla. Esos fueron los ochenta, como antes los sesenta y setenta, como los noventa y hoy un nuevo siglo. Los culpables siguen ahí, incluso con la guadaña cerca del cuello. Un nuevo día y una nueva historia, ese es mi mejor deseo para el pueblo cubano. A la larga lista de delitos de la dictadura castrista, debe de añadirsele la proliferación del negocio de la droga en los Estados Unidos de los años 80. Otro Tony Montana extendió su radio de acción a las costas miamenses mientras que limpiaba ese dinero en la construcción de muchas de las instalaciones hoteleras que hoy visitan los turistas que acuden a la isla. Todos disfrutan y nadie se pregunta de donde salió el dinero para construir el parque hotelero. El pueblo continúa desprendiendose a pedazos y como en aquella década, viviendo gracias a la ayuda de los familiares del exilio. Bendito exilio que proporciona el pan de cada día. Encima somos los malos y los que queremos acabar con los logros de una Revolución que solo existe en la mente de ya muy pocos. Con frecuencia recuerdo el viejo refrán que aprendí de mi abuela: conozco el pájaro por las eses fecales y al viajero por el maletín. Espejuelos y una inyección de conciencia para los que no sepan diferenciar entre un pájaro y un buitre. Alertas.
Miguel Ruiz Po quien era familiar de algunos de los traficantes de drogas de Miami que fueron a Varadero ( Miguelito murió en prisión a los muy pocos años de este juicio ) a recoger drogas, dice en el juicio que le habían dicho y el pensaba que el Comandante en Jefe conocía del tráfico de drogas.









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