sábado, junio 02, 2007

AMNESIA AMBIENTAL PONENCIA DE UN ENCUENTRO CAMPESINO INDEPENDIENTE EN CUBA

Nota del Blogguista


Buen recordatorio para aquellos que dicen que Fidel Castro ha sido una de las mentes más brillantes del siglo XX.

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Amnesia ambiental

Por Eudel Eduardo Cepero

Alos 37 años, durante uno de sus viajes a la extinta Unión Soviética, en la Universidad Lomonosov Castro afirmó: ''Me decía: cuando se haya construido el comunismo habrá desaparecido la etapa de las revoluciones sociales, pero entonces quedará una inmensa, grande, infinita revolución que hacer, y es la revolución contra las fuerzas de la naturaleza. ¡Y la revolución de la naturaleza no terminará nunca!'' Estas ideas coinciden con lo que se ha dado en llamar ''moral neolítica o nueva Edad de Piedra'' porque promueven la lucha contra natura, el sometimiento del entorno por el hombre, la imposición de la voluntad revolucionaria a las ''caprichosas leyes de la naturaleza'' y no el entendimiento de esas leyes para su uso y respeto.

Estas ideas fueron reiteradas por Castro y hacia finales de los años sesenta finalmente incorporadas en las políticas de desarrollo del estado cubano, como lo demuestra la directriz tercera de la Academia de Ciencias de Cuba: ``Convertir a la Academia de Ciencias de Cuba en la base fundamental para el estudio de la futura transformación de la naturaleza cubana como parte esencial de la revolución científico técnica proclamada por nuestro comandante en jefe''.

Es decir, que para el momento en que el mundo comenzaba a debatir el tema ambiental y a cuestionarse el consumismo y los modelos insostenibles de desarrollo la política oficial de progreso económico de la revolución se basaba en la doctrina de la transformación de la naturaleza cubana, por ende en el establecimiento de la nueva Edad de Piedra. Esta política incluso se estableció como tema obligado en la enseñanza secundaria mediante el libro de texto Geografía de Cuba de Antonio Núñez Jiménez, cuya tercera parte se subtitula, no casualmente, Transformación de la naturaleza. En este libro se ordenan en conceptos didácticos las ideas de Castro con un lenguaje futurista y de adoctrinamiento que hoy asombra por lo absurdo: ``Había pasado la época en que la naturaleza hablaba y el hombre obedecía. Ha comenzado el tiempo superior en que el hombre empieza a hablar y, bajo el imperio de su inteligencia social, la naturaleza comienza a obedecerle''.

( El Ecologista en Jefe escribiendo sus ¨geniales ¨ artículos )

Bajo toda esta euforia de lucha y conquista de la naturaleza se comienzan a fraguar planes y a realizar proyectos que han causado considerables impactos ambientales en los ecosistemas del archipiélago. Entre los promovidos, organizados y administrados por Castro se encuentra la desecación de la Ciénaga de Zapata, el cual se llevó hasta al nivel de prueba de campo. En mayo de 1959 especialistas de la firma holandesa NEDECO contratada por el gobierno calcularon que un costo de 70 millones de dólares para desecar 22 mil hectáreas de tierras pantanosas con menos de un metro de profundidad de turba no garantizaba rentabilidad, a pesar de ello se construyó un llamado pólder piloto para desaguar unas 500 hectáreas de forma experimental.

Otra meta fue la de represar todos los ríos de la isla, como se entiende de esta absoluta sentencia pronunciada por Castro en un acto por el segundo aniversario del Instituto de Recursos Hidráulicos: y que cada año sean más y más los ríos que ustedes represen, hasta que no quede ni un arroyito sin represar, hasta que no se cumpla el propósito de que ''ni una sola gota de agua se vaya al mar'', que esa es la gran meta de esta organización, ese es el objetivo final. Uno de los ''resultados'' directos de esta política fue la desaparición de cientos de kilómetros de ríos e indirectamente la salinización de aproximadamente un millón de hectáreas de suelos agrícolas.

Castro personalmente dio inicio a la mayor destrucción de bosques naturales en la historia contemporánea de Cuba el 27 de octubre de 1967 cuando inauguró la Brigada Invasora Mecanizada Che Guevara, la cual, según cálculos aproximados, desbrozó unas 180 mil hectáreas de forestas, la mayoría de las cuales son en la actualidad zonas donde arrozales, pastizales y cañaverales logran algunos de los rendimientos más ridículos de la agricultura mundial.

En 1987 Castro les dijo ''aquí hay que tirar piedras y no mirar para adelante'' a los miembros del contingente que construyó el pedraplén de Cayo Coco sobre los bajos mares de la Bahía de los Perros, en la costa norte de Ciego de Avila. Como consecuencia variaron la salinidad, densidad, temperatura y el oxígeno disuelto en el agua, desapareciendo el 83% de las especies marinas comerciales, eliminándose prácticamente la actividad pesquera en el tradicional puerto de Punta Alegre. Algo similar pasó con los manglares; de las aproximadamente 10,000 hectáreas sólo sobrevivió la mitad.

El pasado 22 de mayo, a los 80 años, Castro escribió: Los peligros para el medio ambiente y la especie humana eran un tema en el que venía meditando durante años. Lo que no imaginé nunca era la inminencia del riesgo. Dejando, por ahora, olvidada su inmensa, grande, infinita revolución contra las fuerzas de la naturaleza.

cubaeco@aol.com

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II Encuentro Nacional de Campesinos y Cooperativistas Independientes


Noviembre 11, 1999

Ponencia al Encuentro Campesino

Medio ambiente, ecología y su impacto en el campesinado cubano


Delegación: Provincia Habana

Ponentes: Ingeniero Juan Hernández Castillo
Gustavo García García y
Rubén Camelleri Alvarez

Introducción

Las crisis económicas inducen al hombre a actuar pensando en su supervivencia y no en las futuras consecuencias, por lo que en Cuba, sin hacer un análisis muy profundo, podemos que los métodos voluntaristas con que se ha trazado la política agraria en las últimas cuatro décadas han producido un enorme daño a nuestro medio ambiente, y sus consecuencias afectan a todos los órdenes de la sociedad.

La Reforma Agraria realizada en Cuba en 1959 y 1963 permitió que las tres cuartas partes de las tierras cubanas se convirtieran en granjas estatales, ocupando el 73 % del total de la superficie agrícola. Las cooperativas de producción agropecuaria (CPA) ocuparon el 13 % y solamente el 16 % de las mismas quedaron en manos de campesinos privados, aislados y diseminados por todo el país.

Como se puede apreciar, la mayor parte de las tierras pasó a manos del control estatal. Esta nueva distribución de la tierra trajo graves consecuencias desde el punto de vista ecológico para la flora, la fauna y hasta para los suelos, al perderse la distribución natural de los mismos, ya que al cambiar el concepto de propiedad en vez de ser consideradas las tierras propiedad de todos, pasaron a ser propiedad de nadie, por lo que no había ningún incentivo para cuidar y limpiar, o sea, proteger el medio ambiente.

Desarrollo

Desde los primeros planes agropecuarios, se manejó hasta la posibilidad de disecar la Ciénaga de Zapata y lograr una autosuficiencia en el cultivo del arroz, que pudo poner en peligro el balance hídrico de toda la región sur de las provincias de Matanzas, Cienfuegos y la Habana. El desmonte de amplias zonas forestales ricas en maderas preciosas y árboles frutales, realizado por la brigada invasora Che Guevara hasta llegar a las actuales construcciones para el turismo en nuestras cayerías, en detrimento de nuestro medio natural.

La tala indiscriminada de todo tipo de árboles ha sido uno de los daños ecológicos que más han afectado nuestro ecosistema, por su influencia en la regulación natural de muchos fenómenos de la naturaleza. Aumentó su incidencia con el llamado período especial, pues al cortar los árboles con el objetivo de utilizar su madera como combustible, la tala se ha convertido en un fenómeno devastador. Sin embargo, no son reforestados, aspecto que es muy importante, ya que un país debe tener al menos el 30% de su territorio cubierto de bosques, para satisfacer las necesidades vitales de conservación y protección del medio ambiente.

El uso indiscriminado de riegos, utilizando aguas subterráneas, ha contribuido a la salinización de los suelos en zonas agrícolas muy ricas como las del sur de la Habana, donde ha sido necesario restablecer el sistema de diques para evitar que las aguas se vayan al mar, producto de los canales que durante los años 60 se construyeron, con el fin de disecar zonas pantanosas para aumentar las áreas cultivables, pero que en realidad se convirtió en un inminente peligro para la conservación de los suelos, con el daño irreparable que esto tiene para la agricultura.

Con la desaparición de los ríos y la tala de los árboles que custodiaban sus orillas ha convertido estos parajes en zonas muertas y deforestadas, lo que ha obligado a familias enteras a desplazarse hacia las zonas urbanas. Con la reducción de los cauces de los ríos ha bajado el nivel de humedad en su radio de influencia, así como ha dañado la flora y la fauna de forma significativa, fundamentalmente de los que viven en el agua, pues cuando se interrumpe la corriente, el agua se corrompe y aumenta su temperatura destruyendo plantas y animales.

La construcción de presas ha traído como resultado la interrupción del curso de los ríos, algunos como el Cauto que junto a una serie de arroyos y riachuelos conformaban un sistema natural riego que bañaba una extensa llanura y la hacía fértil y productiva. En los ríos represados se ha producido un efecto devastador en las riveras de los mismos. A todo lo largo de sus márgenes los campesinos encontraban el pasto y el agua necesaria para su ganado y hasta sus aguas, que en defecto de otra se consideraban potables, las aguas de las presas construidas están altamente contaminadas con residuales humanos, industriales o de la ganadería lo que limita su uso.

Es bueno señalar que el gobierno nunca previó medidas que contemplaran el uso individual de las aguas, sólo le interesó los planes estatales y en alguna medida las comunidades rurales, pero nunca ha reconocido los daños y perjuicios que le ha causado a todo el campesinado con el uso centralizado del agua, arruinando a todos los que dependían del curso de los ríos.

También queremos señalar el injusto y férreo monopolio que tiene el Estado y sus organismos con el uso de las presas, lo que hasta la fecha es prohibido y donde es muy poco usual que permitan al campesino individual hacer uso del agua para el riego de sus cosechas. Cuando se le autoriza se le imponen cobros exagerados, que no se corresponden con los servicios que reciben.

El sistema de compactación de las grandes empresas estatales se convirtió en el exterminio irracional árboles frutales y maderables que se encontraban en las fincas y los alrededores de las casas de los campesinos que habían sido reubicados en los poblados creados al efecto. Esto ha traído como consecuencia un aumento en la erosión por los efectos del aire y otros elementos naturales.

La inadecuada y mala utilización de sustancias químicas a la postre ha permitido que se conviertan en elementos contaminadores de las aguas superficiales, que de forma palpable afectan a la fauna. Un ejemplo es el de las mariposas, que no sólo sirven para alegrar con sus colores nuestros verdes campos, sino que tienen una misión importante en la polinización de algunos cultivos como la calabaza, que se aprovechan de las mariposas y de las abejas para realizar esta vital función.

El uso inadecuado de las maquinarias agrícolas, como es el caso de los equipos pesados, traen aparejados más daños que beneficios, pues se compactan los suelos, creando un medio anaerobio, donde no pueden sobrevivir los microorganismos que son de gran importancia para descomponer los desechos y convertirlos en abonos asimilables para los cultivos. Es frecuente que se utilicen dichas maquinarias en suelos con un alto grado de humedad para cumplir planes trazados, lo que trae como consecuencia resultados negativos por todos conocidos.

La utilización del subsolador profundo frecuentemente daña la calidad del suelo, subiendo a la superficie las capas infértiles, mientras las fértiles pasan a las profundidades, lo que contribuye además a la erosión de las mismas. Todos estos métodos ineficientes obligan a la utilización de mayores áreas para el cultivo, en detrimento de bosques, pantanos, etc.

La industria azucarera no ha escapado a los efectos nocivos del medio ambiente. Una práctica que no se realizó por mucho tiempo, pero sí produjo grandes daños en materia de medio ambiente, fue la denominada técnica de corte australiano, que consistía en la quema de los campos de caña para luego cortarla. La práctica se ha abandonado, aunque bajo otros conceptos se sigue quemando caña, por la cantidad de malas yerbas, como la conocida por pica-pica o para obligar a los macheteros a permanecer por más tiempo en los campos.

La contaminación es otro factor importante que se ve con gran frecuencia, sobre todo en aquellas zonas donde están enclavadas industrias, como centrales azucareros, que vierten sus residuos en los ríos y presas. Es frecuente ver los equipos y maquinarias agrícolas siendo lavados en estos lugares, con el consiguiente derrame de grasas y lubricantes, lo que afecta el hábitat general de plantas y animales.

Conclusiones

Las experiencias expuestas en esta ponencia pueden y deben ser corroboradas por todos los que de un modo u otro hemos tenido participación en el quehacer agrícola de nuestro país, unas veces directamente y otras como observadores, por lo que su mayor propósito es buscarle solución a estos problemas, que sabemos no pueden ser a corto plazo, pero por su influencia en el sistema ecológico de la nación deben ser tratados con toda la urgencia requerida.

Rediseñar una política ecológica y de medio ambiente, como parte de una cultura nacional es una responsabilidad ciudadana, que no debe estar en dependencia de una voluntad política, porque compromete el futuro del país y va más allá de la responsabilidad de un gobierno de turno, por largo que sea su periodo de mandato.

Recomendaciones

1- Distribuir las tierras de modo que se garantice su utilización óptima, y su explotación esté en manos de personas con conocimiento y experiencia.

2- Aplicar de una política adecuada que resuelva la reforestación y que cese de inmediato la tala indiscriminada a que se encuentra sometida nuestra vegetación, aún a despecho de la falta de combustible para sostener la infraestructura estatal.

3- Trabajar por el restablecimiento de una cultura que incluya el cuidado de la naturaleza, a través de proyectos bien estudiados y financiados que permitan brindar una educación ambiental a toda la población.

4- Que las industrias tomen en cuenta la necesidad de cuidar el medio ambiente y que respondan jurídicamente si fuera necesario por su violación.

5- Que todos los demás planteamientos de esta ponencia se tomen en cuenta para mantener un desarrollo sostenido que proteja la flora, la fauna y lo más importante, la especie humana.