BARACUTEY CUBANO

¿Qué se puede hacer, Mariela Castro?

Por Oscar Peña

Observo en ti a una cubana muy inteligente, perspicaz y atrevida pujando valientes y modernas ideas en medio de un terreno oficial intransigente. Un juicio más simple y fácil --al que han llegado muchos-- es concluir que eres parte de un montaje y escenografía de falsedad. Yo soy más optimista y confiado. Para mí, eres auténtica y has tenido el valor de admitir que Cuba necesita oxigenarse, y lo que expresas es porque crees en ello y has concluido que la permanente dirección establecida en el país ha cometido muy graves errores y atentados contra la sociedad cubana. Ojalá surjan muchas marielas disidentes sin salirse de las estructuras oficiales, ni de la familia. En los regímenes totalitarios se es más efectivo dentro de ellas que fuera.

El propósito esencial es pedirte que igual que has sido una activista constante y justa en la defensa de los homosexuales, lo seas también por los derechos políticos, económicos y sociales de todos los cubanos. Te ruego no veas cinismo en mis palabras, o el aprovechamiento de una oportunidad sólo para fastidiar. No soy de esa madera. Considero que la nación cubana necesita hoy de todos sus hijos, sin importar el lugar donde estén, ni de la familia que procedan. También la hija de Raúl Castro puede ayudar a abrir las puertas y ventanas de la casa de todos los cubanos. Es la hora de vacunarnos contra los moldes políticos inducidos a la población cubana en las dos orillas. En Miami mantengo amistad con hijos de connotados batistianos y te puedo afirmar que son también, como tú, excelentes seres humanos e importantes baluartes para la reconstrucción de Cuba. Los hijos no son culpables de los errores de los padres. Ni tú eres una esbirra ni ellos son mafiosos.

Los errores y los excesos impuestos por la generación de nuestros padres se han tragado ya a tres generaciones de cubanos y existe la amenaza de que se coman una más. Cuba va a llegar a medio siglo en juego de espejos. Ningún país pequeño en habitantes que tenga más de 2 millones de sus hijos fuera, y nuevamente esa misma cantidad con las maletas mentales preparadas para irse, es un país normal. No existe país libre y culto con un presidio político. Te invito, Mariela, a luchar porque en Cuba el sol salga para ti, para los Julio Casas Regueiro, los Carlos Lage y los Marcos Portal, para los Oscar Elías Biscet, los José Luis García, Antúnez, y los Payá Sardiñas, para las Ileana Ros, las Ninoskas Pérez-Castellón y las Silvia Iriondo; para los Carlos Alberto Montaner, los Lincoln Díaz-Balart, y los Carlos Saladrigas y los Joe García, para los cinco espías presos en Estados Unidos y para los presos en Cuba, para los Juan Formell y los Willy Chirino, para los Omar Linares y los Duque Hernández, para los hostigados disidentes y los dirigentes cubanos atrapados hoy en las estructuras oficiales, y para todos los cubanos en general de allá y de aquí. En Cuba tenemos que caber todos.

Los cubanos tenemos que ser capaces de salir del hueco en que nos hemos metido. No ha sido por culpa de Estados Unidos. Nuestros problemas son made in Cuba. Necesito que te preguntes: ¿por qué no podemos los cubanos ser un verdadero ejemplo mundial teniendo salud pública y educación gratuita junto con libertad? La parte victoriosa ha sido de muy alto costo. También la larga estancia de las mismas personas en el poder, y todavía seguir esperando hoy por el regreso del perenne jefe habla muy mal de nosotros. Imagínate, Mariela, qué bochornoso hubiera sido que en las elecciones de 1948 en vez de Carlos Prío Socarrás todavía a esas alturas estuviera saliendo y ejerciendo de presidente el primer mandatario de la república fundada en 1902, don Tomás Estrada Palma.

Es muy penosa la fotografía actual. Hasta tu papá parece bajar la cabeza ante el miedo que todavía transmite Fidel Castro respirando. La isla sigue congelada e intransigente. Debemos detener las sucesivas entradas de agua a nuestro barco nacional. Es imperativo para ti, para mí y para todos los cubanos evitar el naufragio del país. ¿Qué se puede hacer, Mariela Castro? Trata de inyectarle valor y luz a tu padre para que inicie hoy las reformas que otros inevitablemente harán mañana. Te propongo tratemos de saltar o simplificar un innecesario quinquenio de sucesión-transición. Podemos prefabricar el trayecto. Trata de convencer a tu papá de adelantar la historia y que el mismo sea el Nikita Jruschov de la antigua URSS que denunció en el XX Congreso del Partido las transgresiones que se hacían en el país, y que a la vez, él mismo sea el Gorbachov y el Yeltsin que años después facilitaron la apertura a la libertad. Sólo siendo facilitador del cambio en Cuba pasará Raúl Castro a la historia y los cubanos se lo agradecerán. También a ti.