domingo, agosto 08, 2010

Ángel Cuadra escribe: Nuevos factores en los acontecimientos en Cuba





Nuevos factores en los acontecimientos en Cuba

Por Angel Cuadra
08-06-2010


El desarrollo de los acontecimientos producidos en Cuba por la excarcelación de algunos presos políticos, los factores que están interviniendo en los mismos y sus derivaciones internacionales, cada día les están dando más la razón a la suspicacia de aquéllos que desde sus inicios señalaron que todo era una turbia componenda o confabulación, dirigida a ayudar al régimen castrocomunista para superar un difícil momento de crisis económica, de tensión política y de deterioro de la imagen de dicha dictadura en la opinión mundial. Por lo que varios intereses internacionales convergen en el auxilio –y también la complicidad- a la dictadura más criminal y duradera del mundo actual, y a la que, para dichos intereses, “hay que preservar”.

Tras la muerte provocada de Orlando Zapata Tamayo, la brutal represión de las Damas de Blanco, y el reclamo de Fariñas por los presos políticos, que se hizo reclamo general, el régimen, necesitado siempre del subsidio exterior –ahora más que nunca-, en la confabulación inicial para preservarlo aparecían tres factores: el gobierno castrocomunista en crisis, la injerencia programada del gobierno socialista español para modificar la Posición común de la Unión Europea en el trato con el gobierno cubano, a fin de abrirle al mismo caminos de conciliación y apoyo, y la participación de la Iglesia en Cuba como oportuna cobertura para montar el tinglado de esta tragicomedia, en la que van apareciendo nuevos factores tras el telón de fondo. Como “accidental coincidencia” en aquellos momentos la visita a La Habana de una alta figura del Vaticano y su portavoz, al efecto, Federico Lombardi.

El Ministro de Exteriores de España regresa a Europa con la “buena nueva” de la disposición del régimen castrocomunista de liberar a los prisioneros políticos. La altanería del gobierno cubano encuentra el pretexto de esa obligada concesión, en la mentida petición de la Iglesia como que fue la que movió al régimen a ese gesto humanitario; cuando fue el gobierno el que buscó a la Iglesia para justificar las excarcelaciones.

Los primeros once presos a su llegada a España, suscribieron una carta dirigida a la Unión Europea, en la que, valiente y dignamente, aparece este párrafo: “Nuestra salida a España no debe ser considerada un gesto de buena voluntad, sino como una acción desesperada del régimen en la búsqueda urgente de créditos de todo tipo”.

Acto y seguido de la reunión y concertación del gobierno de Castro con el Cardenal Jaime Ortega, éste partió hacia los Estados Unidos, en junio 22, donde se reunió con altos miembros del gobierno en Washington, entre ellos el Subsecretario para el Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela, con el que abordó, entre otros, el tema de los presos políticos en la Isla, y el caso de cinco espías que están en cárceles de Estados Unidos.

Significativamente, el gobierno castrocomunista, al fin, deja salir de Cuba rumbo a los Estados Unidos a Ariel Sigler Amaya, en lamentable estado de salud como consecuencia del trato inhumano que le dieron en la prisión en cuba, durante siete años.

Inmediatamente, el gobierno castrocomunista, con cínico descaro, “denuncia” que uno de los cinco espías cubanos, condenado a cadena perpetua, se encuentra en grave estado de salud, y culpa al gobierno de Estados Unidos de tal situación. Y a los pocos días, en su reaparición fantasmal, Fidel Castro, en un encuentro preparado en La Habana, dijo que los cinco espías estarían de regreso a Cuba en este año.

Mientras el Canciller español, Miguel A. Moratinos, trata de convencer a la Unión Europea de su exitosa gestión y el gesto del gobierno castrocomunista de las excarcelaciones periódicas, que ha prometido, de los presos políticos cubanos, para que levanten las leves sanciones a dicho gobierno y cambiar la Posición Común, y así ayudarlo a sobrepasar la crisis; desde La Habana, el Cardenal Ortega regresa a los Estados Unidos a recibir un “oportuno” premio que otorga la Conferencia Anual de los Caballeros de Colón, alta distinción de la Iglesia Católica; viaje en el que el Cardenal Ortega tiene concertadas conversaciones con miembros del consejo de Seguridad Nacional del gobierno de Washington y, por segunda vez, con el Secretario Adjunto para el Hemisferio Occidental. Fuentes cercanas al gobierno norteamericano afirmaron que en esas conversaciones Ortega trataría el tema de los presos políticos y otros aspectos económicos de las relaciones con Cuba.

Es así como el Cardenal se ha convertido en vocero del gobierno castrocomunista, con el tácito visto bueno del Vaticano, en atinada cobertura de las urgencias de la dictadura cubana.

La administración del presidente Barak Obama, había anunciado hace poco, un fondo de 15 millones de dólares destinados a promover la democracia en Cuba (no sabíamos cómo sería esa promoción), y ahora acaba de anunciar la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la disposición de 3 millones de dicho fondo para ayudar al desarrollo de los probables pequeños negocios en Cuba.

Anotemos que el dictador Raúl Castro anunció recientemente que otorgarán en el país licencias para trabajadores y pequeños negocios por cuenta propia.

Se han ampliado los factores en este burdo tablero de juego. Más que razones hay a favor de quienes señalaban que, en estos acontecimientos, hay una turbia confabulación de varios intereses internacionales para ayudar al régimen castrocomunista, al que “quieren preservar”.