lunes, octubre 14, 2019

Carlos Alberto Montaner: La radicalización de Fidel Castro



La radicalización de Fidel Castro

Por Carlos Alberto Montaner
13 octubre 2019

Lo contó el diario El País de Madrid. Mario Vargas Llosa opinó, públicamente, que Fidel Castro acaso no se hubiera radicalizado si la CIA, en contubernio con la United Fruit, no hubieran derrocado al coronel Jacobo Árbenz mediante un golpe de Estado en 1954.

Fidel Castro, nos recuerda Vargas Llosa, suscribía entonces un programa socialdemócrata. Esto sucedió en la rueda de prensa en la que nuestro Nobel de Literatura presentaba su última novela, Tiempos recios, en la que cuenta la historia de aquel coup de´État, a juicio suyo punto de partida de la rebelión de muchos jóvenes e intelectuales contra Estados Unidos.

Supongo que, en general, es cierta la apreciación de Vargas Llosa, pero no estoy seguro de que el antiyanquismo latinoamericano se origine en este episodio. El Kremlin empleaba enormes recursos en estimular esta conducta por medio de los “Congresos por la Paz”, a lo que se agregaba la atmósfera de la Guerra Fría. Árbenz fue derrocado como consecuencia de este episodio.

No entro en el tema de la novela porque todavía no la he leído. Calculo que será espléndida, como las otras 18 que ha publicado el autor de Conversación en la catedral, unas más y otras menos, pero todas buenas. El hecho de que tenga 83 años de edad no le resta méritos al libro. Es al revés. Con el tiempo la prosa mejora (menos en el caso de Carlos Fuentes, que se fue haciendo ilegible año tras año).

En lo que discrepamos es en el momento en que Fidel Castro se radicalizó, algo que tiene cierta importancia lateral. No fue en junio de 1954, mes en el que Árbenz renunció a la presidencia tras los bombardeos aéreos secretamente organizados por la CIA. Sucedió algo antes, a fines de los años cuarenta, cuando Fidel estudiaba Derecho en la Universidad de La Habana.

Eso, al menos, es lo que dijera José Ignacio Rasco (Fidel lo llamaba “Rasquito”), su condiscípulo desde el bachillerato en el Colegio Belén, y luego en la Universidad. Para José Ignacio, y me lo contó personalmente, no había la menor duda: “fue seducido por las tesis leninistas; recitaba de memoria páginas enteras de ¿Qué hacer?, el ensayo en el que el ruso describe la toma del poder”. Incluso, el propio Fidel, tras estar seguro de que el gobierno no podía escaparse de sus manos, llegó a decir que “era marxista-leninista y lo sería siempre”.

Pero hay otros testigos directos. El abogado Rolando Amador, compañero, amigo de Fidel Castro y primer expediente de su curso, solía relatarlo con lujo de detalles tras abandonar Cuba a principios de la revolución.

En 1950 Fidel, para poder graduarse, le pidió que le repasara algunas asignaturas que llevaba por libre. Fidel era inteligente y tenía una gran memoria, pero había descuidado los estudios. De manera que ambos se recluyeron en un hotel para esos fines. Mientras estudiaban, llegó una delegación del Partido Socialista Popular (PSP), el grupo de los comunistas, formada por Flavio Bravo y Luis Mas Martín. Venían a informarle a Fidel que había sido aceptado en el Partido.

Había tres formas de militar en el Partido. La “abierta”, la del “acompañante” que generalmente “entraba” en otra formación política o institución del Estado para informar e influir, y la que recibía adiestramiento y órdenes directamente de los servicios de inteligencia soviéticos. Flavio Bravo y Mas Martín estaban en esa tercera categoría que dirigía en la sombra Osvaldo Sánchez. No puede olvidarse que la función de los Partidos Comunistas de todo el mundo era proteger y ayudar a la URSS. Por eso el Kremlin los financiaba.

Fidel era un “acompañante”. Su función era “entrar” en el Partido Ortodoxo, del que llegó a ser candidato a congresista, una formación socialdemócrata (y anticomunista), como sucedió con Eduardo Corona o Martha Frayde, y radicalizarlo desde dentro. La idea de que Fidel era demasiado “fidelista” para someterse a una disciplina partidista olvida la circunstancia de que Stalin era, ante todo, “stalinista”, y Mao “maoísta”, líderes destacados que al principio parecían dóciles, hasta que pudieron manifestarse tal cual eran y mostrar su verdadero caudillismo.

Fidel no se hizo antiyanqui por la mala conducta de Estados Unidos en Guatemala. Se lo contó en una carta a su amante y amiga Celia Sánchez escrita en la Sierra Maestra en 1958: pelear con sus vecinos gringos era su destino. Como en el cuento del alacrán: “era su carácter”. No podía evitarlo.


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RELEVANTES PRUEBAS E INDICIOS DE QUE FIDEL CASTRO Y RAÚL CASTRO RUZ ESTABAN VINCULADOS AL COMUNISMO INTERNACIONAL ANTES DEL 26 DE JULIO DE  1953, DÍA DEL ASALTO AL CUARTEL MONCADA

 Salvador Díaz Versón

El periodista Salvador Díaz Versón quién había ocupado un alto cargo policial en uno de los gobiernos auténticos  tenía en su poder los expedientes de la Liga Anticomunista donde  estaban depositados muchos años de  investigación  sobre los comunistas en Cuba y fuera de Cuba. El expediente A-943 correspondía a Fidel Castro Ruz y en él se reflejaba que Fidel  Castro había comenzado a trabajar para la Unión Soviética  en 1943 y que en su reclutamiento y entrenamiento había desempeñado un importante  papel un diplomático supuestamente llamado Gomer Bashirov, En el expediente también habían fotos y documentos que  que evidenciaban su conexión con Moscú. Después del triunfo de la Revolución y concretamente tan cercano como el 23 de enero de 1959  se requisaron los archivos que estaban, si mal no recuerdo haber leido, en la casa de Salvador Díaz Versón en Cojimar.  También creo recordar que esa casa fue la primera casa oficial de Fidel Castro la cual era compartida con una habitación del  Hotel Havana Hilton, Una carta de Fidel Castro dirigida  a Abelardo Adán en Praga que fue interceptada por Salvador Díaz Versón decía: ¨ Nuestro amigo me dijo que me mantiene reservado para mayores esfuerzos  y que no debo quemarme  viajando ahora. Ellos tienen  un plan  en el cual yo seré  el eje que  se implementara muypronto. Es posible  que entonces volvamos a vernos sin temor al imperialismo yanqui¨.  La información de casi todo lo que está en este párrafo están en las páginas 777 y 778 del excelente libro (aunque no coincido en algunas interpretaciones que aparecen en él)  titulado La Verdadera República de Cuba , del Dr.Andrés Cao Mendiguren.


César Reynel Aguilera autor del libro  El Soviet Caribeño  describe la historia de la Revolución Cubana a partir de las relaciones ocultas, y durante mucho tiempo subestimadas, entre los hermanos Castro y el Partido Comunista de Cuba- Partido Socialista Popular (PCC-PSP)

Parte I



Parte II


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Sobre la biografía  del dictador Raúl Castro Ruz escrita por  Nikolai Leonov

Por Pedro Pablo Arencibia 
30 de julio de 2015


 Nikolai Leonov sirviendo de traductor entre Nikita Jrushov, Leonid Brezhnev y Fidel Castro cuando Fidel Castro  fue de visita a la URSS después de la Crisis de Octubre para limar asperezas. URSS 1963.


En este mes de julio  de 2015  se presentó en sesión especial de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba un libro  biográfico  titulado Raúl Castro, un hombre en Revolución,  escrito por  Nikolai Leonov, ex espía y posteriormente un muy alto oficial de la KGB soviética, pues llegó a ser el segundo hombre de la  KGB. Vladimir Putin no sólo fue su subordinado, Leonov fue su mentor.

No me he leido el libro, pero supongo que en él  no se responden  algunas preguntas sobre Raúl Castro, Fidel Castro y la participación o involucramiento,  o no,  de organismos de  la Unión   Soviética, URSS,  en el ataque al Cuartel Moncada,  el entrenamiento de los futuros expedicionarios  del yate Granma y/o  la compra de ese yate así como la ayuda, de cualquier tipo, a las fuerzas comandadas por Fidel Castro y Raúl Castro, respectivamente, en la Sierra Maestra y en el II Frente Oriental ¨Frank País¨, frente guerrillero  cuya comandancia se encontraba en la Sierra Cristal.

En el artículo Presentan por vez primera en Cuba biografía de Raúl Castro en sesión especial del Parlamento del periodista Enrique Milanés León  se lee:

¨El libro Raúl Castro, un hombre en Revolución, del investigador ruso Nikolai Leonov, tuvo su primera presentación en Cuba, durante una sesión especial de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ante los diputados de todo el país que conocieron detalles de la que constituye la primera biografía del presidente cubano.
(Eusebio) Leal realizó un minucioso repaso de la génesis de la obra, desde el encuentro de Leonov con Raúl, cuando en 1953 ambos viajaron, desde Génova hasta Latinoamérica —hacía México, el ruso, y hacia Cuba, Raúl—, en el barco Andrea Gritti, donde nació una amistad que aun se mantiene.¨
(Fidel Benitez Domenech, Nikolai Leonov y Raúl Castro en el buque Andrea Gritti)

El presentador comentó las actividades revolucionarias que ya en esa época llevaba a cabo Raúl, quien cumplió 22 años a bordo de ese propio barco. Coincidencias históricas hicieron que los dos amigos se encontraran y que Leonov pudiera conocer más adelante a Ernesto Che Guevara y a Fidel Castro, ahondando el acercamiento ideológico y personal que había comenzado con Raúl.¨
(Nikolai Leonov como alto oficial del  KGB)

Sin embargo, hay personas calificadas que plantean   que hubo, además de amistad,  otras relaciones entre Leonov y Raúl Castro en los comienzos de esa amistad ; una de esas personas es el ex Teniente General (de dos estrellas; es decir:  General de División) de los servicios de Inteligencia y Contrainteligencia rumanos  Ion Mihail Pacepa, quien desertó a EE.UU. en 1978, siendo el más alto oficiaL del entonces  campo socialista que haya desertado.
 (Ion Mihail Pacepa  en una ceremonia militar en la  Rumanía del dictador comunista Nicolae Ceausescu)
Pacepa en su largo artículo  ¿Quién es Raú;l Castro?, publicado en el año 2006, (Fuente en ingles):

¨Kruschev soñaba con pasar a la historia como el lider sovietico que habia  instalado el comunismo en el continente americano y estaba dispuesto a hacer  todo lo que fuera necesario para hacer su sueño realidad. Pero Kruschev no tenia confianza en Fidel, creia que no tenia nada que ver con el marxismo  Los lideres del partido comunista cubano estaban convencidos de que Fidel  era un peligroso aventurero y la burocracia del partido sovietico tambien estaba renuente a apoyarlo. Pero Kuruschov si tenia confianza en Raul. Segun  Sakharovsky, que habia traido secretamente a Raul a Moscu a mediados de los  años 50, fue un amor a primera vista. Nikita y Raul amaban el vodka. Ambos  estaban fascinados por el marxismo. Ambos odiaban la escuela, la religion y la disciplina. Ambos se consideraban expertos militares. Ambos estaban obsesionados con el espionaje y el contraespionaje. Y a los dos les gustaba  dormir con las botas puestas. Sakharovsky consideraba que la 'calida  relacion' entre los dos hombres habia convencido a Kuruschev de apoyar decididamente a la revolucion cubana.
(Ion Mihail Pacepa)

Por ordenes de Kruschev, Sakharovsky le habia dado a Raul un asesor de  inteligencia: Nicolai Leonov, el experto en America Latina del PGU. Leonov  (hoy un retirado general de la KGB y miembro de la Duma), le dio a Raul inteligencia sobre las fuerzas militares del dictador Fulgencio Batista, y  lo ayudo con su guerra de guerrillas. En junio de 1957, Leonov le dio  documentos y fotografias mostrando que Washington estaba dando armas a apoyo  logistico a Batista, y sugirio que Raul tomara unos cuantos rehenes  americanos para obligar a Eisenhower a retirarse del conflicto. Raul lo hizo. El 26 de junio de 1958, sus guerrilleros secuestraron a 50 militares y  civiles americanos y canadienses que estaban trabajando en Cuba. Por temor a  la vida de los rehenes, Batista declaro un ceso al fuego. Eso le permitio a  los sovieticos traer nuevas armas a Cuba. El curso de la revolucion cubana  cambio para siempre. Habia empezado la era de los secuestros politicos. El  31 de diciembre de 1958, Batista huyo de Cuba, y los hermanos Castro tomaron  la direccion del pais. Durante los proximos meses, Raul organizo la  ejecucion de cientos de oficiales de la policia y el ejercito de Batista.  Los cadaveres eran enterrados en tumbas colectivas en la afueras de Santiago de Cuba.

(Ion Mihail Pacepa y el dictador comunista rumano Nicolae Ceausescu)

Un año despues, el viceprimer ministro sovietico Anastas Mikoyan aterrizo  en La Habana. Fue recibido por Fidel, Raul y el nuevo asesor de la KGB, Alexander Shitov. La tarea de este ultimo era ayudar a Raul a crear una KGB  cubana y un ejercito estilo sovietico. En 1962, Kruschev dio el  extraordinario paso de nombrar a Shitov como embajador en Cuba. Pronto, Moscu empezo a construir secretamente  bases de cohetes en Cuba. Kruschev,  Raul y Shitov - no Fidel - pusieron el mundo al borde la guerra nuclear.¨

Este bloguista de Baracutey Cubano señala que el espía Alexander Ivanovich Shitov había estado en  América  del Sur con fachada de periodista de la agencia soviética  TASS con el nombre de Alexander Alexeiev; fue embajador de la URSS en Cuba, con ese nombre falso, en los primeros años del Castrismo en Cuba.


 (General Aleksandr Sakharovsky, consejero entre 1949 y 1953  en el establecimiento  de la policía política de Rumania a la que perteneció Pacepa. Entre 1955 y 1970  dirigió la división de Inteligencia exterior de la KGB)

En una síntesis biográfica de Raúl Modesto Castro Ruz de  un sitio de biografías de Internet  se lee algo que puede  avalar o lo planteado por Pacepa, basado en lo que expresó Sakharovsky (General de la KGB, jefe de la Primera Dirección; the organization responsible for foreign operations and intelligence collection activities by the training and management of the covert agents, intelligence collection management, and the collection of political, scientific and technical intelligence) pero haciendo  las observaciones que la expresión  ¨mediados de los años 50s¨ se refiere  a 1953  y que la información de  Inteligencia a Raúl sobre las fuerzas militares de Batista y los documentos sobre las armas y apoyo logístico de EE.UU. a Batista le  fueron enviadas por Leonov a Raúl y no dadas. Algo perfectamente posible pues, por ejemplo,   José ¨Pepe¨ Ramírez Cruz (posteriormente y durante décadas Presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, ANAP)   que ocupó en la ¨estructura civil¨ del II Frente Oriental una posición dirigente  dentro de  los campesinos, era un experimentado cuadro del Partido Socialista Popular o PSP (nombre del Partido Comunista en esa época) que fue enviado por  la dirección nacional de dicho partido (por cierto: José  Ramírez Cruz no era campesino ni vivía en la zona del II Frente Oriental) y recordemos que los Partidos Comunistas estaban subordinados  a la dirección de la Tercera Internacional o  KOMINTERN (supuestamente  eliminada en 1943) y Raúl Castro ya había ingresado, o estaba en proceso de ingresar,  públicamente  a la organización juvenil de dicho partido. El PSP tenía militantes no públicos en sus filas y en las filas de su organización juvenil.

Veamos un fragmento de la aludida síntesis biográfica de Raúl Castro:

¨Estudió en los colegios de los jesuitas, primero en Santiago de Cuba y luego en La Habana, en cuya universidad empezó una diplomatura en ciencias sociales que no terminó debido a sus actividades políticas. Su compromiso ideológico marxista es anterior al de su hermano Fidel. Afiliado a la Juventud Socialista, organización del Partido Socialista Popular (PSP, de orientación comunista), en febrero de 1953 participó, en Viena, en el Congreso Mundial de la Juventud y visitó varias capitales del bloque soviético
...
...
Tras su liberación, se trasladó a México, donde ayudó a su hermano a captar adeptos y a organizar el movimiento insurreccional. Allí restableció sus relaciones con el agente soviético Nikolai Leonov, quien ejerció gran influencia sobre la incipiente guerrilla. A fines de 1956, Fidel, Raúl y ochenta camaradas zarparon de México en el yate Granma y desembarcaron en la provincia de Oriente. La mayoría de los insurgentes resultaron muertos o fueron capturados por las tropas de Batista, pero los hermanos Castro y doce compañeros lograron huir y refugiarse en la Sierra Maestra para comenzar la lucha que les conduciría a la toma del poder.¨

Se plantea por algunas personas que Fidel y Raúl Castro ya estaban vinculados al Comunismo internacional desde antes del asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y que, mediante el oficial de la KGB Nikolai Leonov, el comunismo soviético  le brindo  en México ciertos recursos a la preparación y expedición del yate Granma.

En el artículo  Los secretos del general Nikolai Leonov donde el autor Víctor Carrato entremezcla fragmentos del mencionado libro de Nikolai Leonov con observaciones  suyas se lee:

¨En el verano de 1956 me encontré por casualidad con Raúl Castro en México. Fue muy emocionante… Fui el primer soviético que conoció al renombrado compañero “Che”. Le prestó ayuda médica a Raúl y otros compañeros enfermos. Cuando los aspirantes a revolucionarios fueron arrestados en México, en 1956, Guevara fue el único que admitió que era comunista y que estaba estudiando ruso. (Habló abiertamente de su relación con Nikolai Leonov, de la Embajada Soviética).

¿Cuánto hubo de suerte y cuánto de planificación en su trabajo y en su amistad con los cubanos, incluido Raúl Castro?

Yo mantenía en secreto mis encuentros con los revolucionarios cubanos. El Che Guevara me pidió que le buscara unos libros en español. Esos libros eran Chapaev, de Furmanov; Un hombre de verdad, de Boris Polevói, y Así se templó el acero, de Nikolai Ostrovski. Los hallé en nuestra Embajada. Mantuve amistad con el Che Guevara hasta su viaje a Bolivia, donde murió.
Leonov tuvo que salir de México después de que los rebeldes fueron detenidos por la Policía mexicana y se descubrió una tarjeta de presentación de Leonov en un libro que leía Guevara.¨

(Una digresión: el bloguista de Baracutey Cubano se pregunta si el Che Guevara era, supuestamente,  médico ¿ Cuál fue esa ayuda médica a Raúl y a otros compañeros enfermos?)
No obstante, lo verificable, hasta ahora, es  lo siguiente, lo cual se extrajo del ensayo  Razones de Angola IX, de César Reynel:

¨La inteligencia checa, que desde 1948 era incapaz de tomar una sola decisión sin consultar con Moscú, pidió asesoramiento de los soviéticos y recibió respuesta a través de la decisión del Presidium de Comité Central que hoy puede ser consultada en el Archivo del Presidente de la Federación Rusa (Extracto del Protocolo 198, reunión del Presídium de diciembre 27, 1958, folio 3, lista 65, Fichero 871). En esa resolución (que ya está desclasificada y es pública), el PCUS aprobó “la intención de los amigos checos de ayudar al movimiento de liberación en Cuba”, y dio instrucciones precisas de no dejar ningún rastro escrito diciendo que la armas eran para Cuba, que verificaran exhaustivamente la seriedad de las intenciones de la compañía (léase contacto), y que no enviaran ningún arma que pudiera ser rastreada como perteneciente al bloque soviético.

(Fidel Castro, Nikita Jrushov y Emilio Aragonés Navarro  en  la URSS. 1963) 
  
En el  libro¨One hell of a Gamble (The Secret History of the Cuban Missile Crisis) de los investigadores Aleksander Fursenko Timothy Naftali que desde febrero de 1959, según los archivos abiertos de la KGB y la GPU soviéticas, comenzaron los acercamientos a la Unión Soviética iniciados no por Jorge Risquet, que es la versión oficial trasladándolos a fecha posterior, sino por Emilio Aragonés en México. Para el que no tenga ese libro, puede leer el artículo ¨La crisis de octubre y la verdadera historia del año 1959 a la luz de los archivos secretos de la URSS y de los Estados Unidos ¨ de Miguel Ángel Sánchez en la Revista Encuentro número 10 de otoño 1998, donde se analiza en detalles la más relevante información que da el mencionado libro.  No olvidemos que los que abrieron, como excepción y por muy breve tiempo, los archivos de la KGB y la GPU para esos dos periodistas norteamericanos  no son nada ingenuos  y no mostraron ni desclasificaron todo lo que  hay en esos archivos. 

Tampoco olvidemos que los primeros especialistas extranjeros en Inteligencia y Contrainteligencia  que asesoraron a los incipientes órganos de la Seguridad del Estado  después del triunfo de la Revolución fueron los checoslovacos, hispanosoviéticos y ex combatientes  de la Guerra Civil española. Uno de ellos fue Angel Martínez Riosola,   ¨Angelito¨, cuyo verdadero  nombre  era  Francisco  Ciutat de Miguel  quien llegó a Cuba el 4 de  marzo de 1960;  su avión procedía de Venezuela pero antes había recorrido varios países europeos como Checoslovaquia y Bélgica. Era graduado de la prestigiosa Academia  Voroshilov, de la Unión Soviética,  donde también ejerció como profesor. En el 40 aniversario de la invasión de Bahía de Cochinos, recuerdo, aunque ha pasado mucho tiempo,  a Fidel Castro decir en la televisión que  si la invasión hubiera sido por Trinidad,  no tenía ninguna probabilidad de éxito, pues ¨Angelito¨ había hecho fortalecer dicha zona con fuerte artillería y tropas. Se  afirma que participó en combatir a los alzados antiCastristas de la Sierra del Escambray y hasta que fue herido; quizás este ¨asesor¨haya formado parte del grupo operativo especial  ¨Molino¨. Posteriormente ofreció  asesoramiento militar en Vietnam y en Argelia . En Vietnam fue un importante apoyo del General Võ Nguyên Giáp.
Mucho de lo anterior no escapaba a los órganos de Inteligencia de los EE.UU., los cuales tenían informado al Presidente Dwight D. Eisenhower, el cual el 17 de marzo de 1960 aprobó  el documento titulado “Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro”,con el objetivo de derrocar a la amenaza que se establecía a 90 millas de las costas de EE.UU. pese a que su gobierno de manera extraordinariamente rápida había reconocido  la llegada al poder del nuevo régimen en Cuba. No olvidemos que ¨el gobierno de los 100 días¨ (realmente fueron 127 días)  de Ramón Grau San Martín no fue nunca reconocido por los EE.UU. pues Grau se negó a jurar ante el Tribunal Supremo de Justicia y sobre la Constitución de 1901  argumentando  que dicha constitución contenía la Enmienda Platt.
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 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En el artículo El hombre que tuvo tres nombres, se lee que fue  el comunista Flavio Bravo (era miembro del Partido Socialista Popular o PSP que  era en ese momento  el nombre que tenía el primer partido comunista en Cuba)   la persona que recibió el 4 de marzo de 1960 al importante estratega militar  hispano soviético   Francisco Ciutat de Miguel, también conocido como   Pavel Pablovich Stepanov,  o Ángel Martínez Riosola ¨Angelito¨, quien además de ser teniente coronel durante la Guerra Civil en España (1936-1939)  había  estudiado y posteriormente enseñado en la academia militar más importante de la Unión Soviética.

(De izquierda a derecha:  ¨Angelito¨, Sergio del Valle, Raúl Castro y Raúl Menéndez Tomassevich)

Pero  Angelito no fue el único asesor  militar que llegó de la URSS en ese momento. En  ese artículo el autor cita una entrevista suya con la viuda del ¨Comandante Angelito¨  en la que se lee:

—¿Cree de verdad que Paco se parecía al padre de Fidel?

Yo pienso que esa fue una galantería de su parte, para distinguirlo entre unos diez españoles que integraban este grupo de militares de academia llegado a Cuba como asesores. Lo cierto: Paco y Fidel establecieron muy buenos lazos, tal vez por esa forma de tratar con la gente que tenía mi marido que, aunque nada bien parecido, poseía unos ojos azules magnéticos, preciosos, incapaces de reflejar ira, odio u otro sentimiento parecido.

Uno de esos asesores hispano soviéticos fue el General Enrique Líster Forján  quién fue el que  le sugirió a Fidel Castro  crear los Comité de Defensa de la Revolución  o CDR y dirigió la implantación de la Libreta de (des)Abastecimiento:
Del libro Fidel Castro: Escupiré sobre su Tumba  cuyo autor es Alejandro Prieto Blanco.

¿Alguien cree todavía, por ejemplo,  que las órdenes de Fidel Castro  cuando sucedió el bombardeo de preludio de la invasión de Bahía de Cochinos  así como durante las batallas que  hubo en esa invasión salieron de la cabeza de Fidel Castro?¿Alguien cree que las exitosas estrategias de la Seguridad del Estado en contra de las organizaciones antiCastristas de las ciudades y de los campos cubanos fueron diseñadas por los cubanos que pertenecían a la Seguridad del Estado sin cooperación alguna  de los asesores del campo socialista? En uno de los libros  titulados Las reglas del juego, libro escrito por la Comisión de Historia  de los Órganos de la Seguridad del Estado  y la Dirección Política Central del Ministerio del Interior  por los 30 años de la Seguridad del Estado se lee:


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Tomado de http://www.penultimosdias.com

Razones de Angola (IX)
Fidel Castro con Anastas I. Mikoyan, en una recepción habanera el 8 de febrero de 1960. © Bettmann/CORBIS.

Por César Reynel Aguilera
Montreal
Diciembre  22 de  2010

Amor a primera sombra.

Si aceptamos que en el Moscú de 1958 nada sabían de Fidel Castro estamos aceptando, entonces, que la velocidad del noviazgo entre la revolución cubana y la Unión Soviética es equivalente, en términos de política real, a enamorarse de una persona desconocida antes de que doble la esquina.

Si algo caracterizó las relaciones del PCUS y la KGB con los mal llamados líderes del Tercer Mundo fue precisamente la cautela. No existe un sólo caso, en la geopolítica soviética, en que las relaciones con un “movimiento de liberación nacional”, en el poder, hayan ocurrido con la rapidez y profundidad que tuvo el compromiso soviético con el castrismo. En menos de diez y ocho meses los ‘bolos’, que es como los llamamos en Cuba, lograron controlar económica y militarmente una plaza que en las claves de su inteligencia pasó a tener el nombre código de “Cabeza de Playa” (Avanpost).


La explicación de esa penetración tan rápida, profunda e inusual es que los soviéticos sí sabían de la Revolución cubana —mucho más de lo que le conviene reconocer a la versión oficial del castrismo. Ya en octubre de 1958 Nikita Jruschov habló de la “heroica y desigual lucha del pueblo cubano contra la opresión imperialista”. Ese mismo año, en el mes de diciembre, el Presidium del Comité Central del PCUS tomó una decisión en la que es importante detenerse.

Unas semanas antes la embajada Checa en la Ciudad de México recibió la visita de un supuesto representante de la Armería Polini, radicada en San José, Costa Rica. Esa persona, todavía no identificada hoy, solicitó a los checos el abastecimiento de armas, morteros y municiones para las columnas rebeldes de Fidel Castro. Una vez más es importante recordar, y recalcar, que esos contactos no ocurren, ni pueden ocurrir, sin la existencia de vías (caminos) que garanticen la legitimidad de la persona que contacta y minimicen, en lo posible, la posibilidad de una provocación o de un engaño. En Cuba esas vías siempre pasaron, directa o indirectamente, a través del PSP. En 1958, recordemos, ya Fabio Grobart llevaba una década viviendo en Praga y trabajando para la Federación Sindical Mundial, una organización que ya hoy se sabe que fue (al igual que la FMJD) una las fachadas que utilizó la KGB para su trabajo en el exterior.

La inteligencia checa, que desde 1948 era incapaz de tomar una sola decisión sin consultar con Moscú, pidió asesoramiento de los soviéticos y recibió respuesta a través de la decisión del Presidium de Comité Central que hoy puede ser consultada en el Archivo del Presidente de la Federación Rusa (Extracto del Protocolo 198, reunión del Presídium de diciembre 27, 1958, folio 3, lista 65, Fichero 871). En esa resolución (que ya está desclasificada y es pública), el PCUS aprobó “la intención de los amigos checos de ayudar al movimiento de liberación en Cuba”, y dio instrucciones precisas de no dejar ningún rastro escrito diciendo que la armas eran para Cuba, que verificaran exhaustivamente la seriedad de las intenciones de la compañía (léase contacto), y que no enviaran ningún arma que pudiera ser rastreada como perteneciente al bloque soviético.

Una lectura ingenua de esa resolución podría ser que los soviéticos, o la KGB, ante la inminencia del triunfo castrista, decidieron sumarse a la Revolución. La realidad, sin embargo, es que en Cuba, en diciembre de 1958, ni los más optimistas soñaban con la fuga batistiana. Al mismo tiempo, esas operaciones de contacto y solicitud de ayuda no se preparan de un día para otro; lleva meses hacerlo de una forma adecuada y segura. Por último, el hecho de que esa solicitud haya alcanzado el conocimiento del Presidium no significa que otras operaciones similares, y anteriores, no hayan podido suceder sin el conocimiento y la autorización de la política soviética. Si algo enseña la historia de la KGB, después del XX Congreso del PCUS, es que su condición de poder, dentro del poder, le dio un alto margen de libertad a la hora de decidir qué informar y qué no informar.

Con la fuga batistiana el cortejo entre cubanos y soviéticos fue tan intenso, y tan rápido, que no puede ser explicado bajo la ingenua idea del guiño y el tanteo. Tuvo todas las características de un noviazgo ya pactado. En fecha tan temprana como enero de 1959, Alexander Alexeiev, antiguo jefe de la estación de la KGB en Buenos Aires, y funcionario especialista en América Latina de la Comisión de Asuntos Culturales del Comité Central del PCUS, pidió ser enviado a La Habana y su solicitud, a recomendación de Alexander Shelepin, jefe de la KGB, fue aceptada por el Comité Central (Archivo del Presidente de la Federación Rusa: A. Shelepin al Comité Central, Sept. 15, 1959, Folio 3, Lista 65, Fichero 891, p. 1).

Para muchos analistas esta solicitud, y su aceptación, es prueba de la necesidad que tenían los soviéticos de llenar ese supuesto vacío de inteligencia, e información. Desde el punto de vista operativo, sin embargo, ese nombramiento indica exactamente lo contrario. Alexeiev era un cuadro de inteligencia demasiado importante para enviarlo a una situación desconocida. La KGB nunca trabajó así. Alexeiev fue a Cuba porque, entre otras cosas, la inteligencia soviética sabía que a pesar de la situación convulsa, y de las incógnitas que rodeaban la figura de Fidel Castro, existían un grupo mínimo de condiciones que garantizaban la seguridad de su enviado, la discreción de su trabajo y el posible éxito de la misión encomendada. Y así fue; los cubanos tardaron varios meses en extender la visa al enviado de Moscú, pero cuando Alexeiev llegó a La Habana tuvo una seguridad personal garantizada por el aparato de inteligencia del PSP, logró acceso inmediato a Fidel Castro y, sin muchos preámbulos, empezó a despachar sobre la visita de Anastas Mikoyan, la venta de armas y unos convenios de colaboración que incluían millones de toneladas de azúcar y barriles de petróleo.

Cuando Alexeiev llegó a La Habana, el 1 de octubre de 1959, lo hizo muy bien informado; ya el 26 de febrero de ese mismo año se había reunido con Severo Aguirre en Moscú (Centro de almacenamiento de la documentación contemporánea. Reunión de Alexander Alexeiev con el miembro de PSP Severo Aguirre: Feb. 26, 1959, Folio 5, lista 50, fichero 174, pág. 7). De esa reunión la alta jerarquía soviética supo, por boca de un representante del círculo político del PSP, que el Partido merecía ser reconocido por el triunfo de la revolución, sobre todo por su trabajo para controlar las acciones de Fidel Castro, quien había empleado “el terror individualista desde el comienzo de su lucha contra la tiranía en las montañas”, algo que, según las propias palabras de Aguirre, “interfería con el trabajo del PSP”. “Nosotros hicimos todo lo posible —recalcó Aguirre— para que Fidel Castro abandonara esos métodos”.

Otro rastro documental de la visita a Moscú de ese representante del PSP ilustra, de forma muy clara y temprana, la esencia de la estrategia que los soviéticos escogieron para darle al castrismo una ayuda militar, ideológica, y económica, que ya estaba prácticamente decidida. Cuando Severo Aguirre solicitó al editor del periódico Pravda (miembro activo de la KGB), el respaldo a la revolución cubana de los órganos de propaganda soviéticos, la respuesta que obtuvo fue la siguiente: “Las cosas van bien, y el imperialismo americano podría usar esos artículos de Pravda como justificación para sus futuros ataques a las estructuras democráticas de Cuba. Si las cosas empiezan a deteriorarse en Cuba, entonces Pravda brindará más información y publicará sus expresiones de solidaridad”. (Centro de almacenamiento de la documentación contemporánea: Carta de Severo Aguirre al Comité Central. Marzo 1, 1959, Folio 3, Lista 50, Fichero 174, pág. 11).

En marzo de 1959 (aproximadamente) un representante del PSP, todavía hoy no identificado, se reunió con el Mariscal Vasili Sokolovsky, jefe del estado mayor del Ejército Rojo, para discutir la ayuda militar soviética al triunfante Ejército Rebelde. Antes de esa importante reunión, el representante del PSP escribió un informe titulado: “Las fuerzas armadas tradicionales y actuales en Cuba” (Centro de almacenamiento de la documentación contemporánea. Archivo del secretariado del Comité Central: Reporte anónimo de un representante del PSP, con sumario de la reunión sobre este tema entre el autor del reporte y el Mariscal Sokolovsky. Sin fecha, por el contexto, alrededor del primero de marzo de 1959. Folio 5, lista 50, fichero 174, págs. 35-52).

Ese encuentro tuvo dos consecuencias importantes, la primera: dio lugar a la resolución del Presidium del Comité Central de enviar a Cuba diez asesores hispano-soviéticos, con la misión de reorganizar y convertir al Ejército Rebelde en una fuerza militar moderna. Uno de eso asesores, que llegó a La Habana en marzo de 1960, y fue conocido por los cubanos como Ángel Martínez Riosola (su verdadero nombre fue Francisco Ciutat de Miguel, y los soviéticos lo bautizaron como Pavel Pablovich Stepanov), es recordado, según las palabras del comandante Belarmino Castilla, como el hombre “que llevó a las FAR la organización y la estrategia militar modernas”. La segunda consecuencia fue la oferta, “inesperada”, del Mariscal Sokolovsky, de entrenar pilotos de combate cubanos. La fecha es, recordemos, marzo de 1959; el día cinco de ese mes, allá en La Habana, varias decenas de pilotos, fueron acusados falsamente de ser batistianos y condenados, en un segundo juicio, a penas que oscilaron entre veinte y treinta años de prisión. El castrismo necesitaba pilotos.

Un mes más tarde, en abril de 1959, Raúl Castro envió a Lázaro Peña, a Moscú, con la solicitud de asistencia soviética para las fuerzas armadas cubanas. Raúl Castro pidió la asistencia de unos cuantos comunistas españoles que fueran graduados de las academias militares del Ejército Rojo. En esa visita Lázaro Peña también hizo llegar un mensaje de Blas Roca, invitando a los soviéticos a “desarrollar relaciones económicas con Cuba, comprar azúcar cubana y abastecer al país con maquinarias agrícolas y equipamiento industrial” (Archivo del Presidente de la Federación Rusa: Boris Ponomarev al Comité Central, Abril 15, 1959, Folio 3, lista 65, fichero 874).

Esos tres contactos —bien tempranos y de alguna forma redundantes y contradictorios—, de tres miembros distintos del PSP, dos que han sido identificados (Severo Aguirre y Lázaro Peña) y uno que todavía hoy permanece bajo el anonimato, ilustran la existencia de una organización, como la del PSP, estructurada en círculos concéntrico, con un alto nivel de compartimentación y con acceso a escalones muy diferentes dentro de la jerarquía soviética. Mientras Aguirre y Peña tuvieron que contentarse con anfitriones de niveles intermedio, el misterioso enviado anónimo del Partido tuvo acceso a un Mariscal del Ejército Rojo que era, además, el jefe de su Estado Mayor.

¿Quién pudo haber sido ese enviado? Es difícil saberlo con certeza. Lo único que podemos saber, por el momento, es el grupo que requisitos que tuvo que reunir para que ambas partes, la soviética y la cubana, lo consideraran como la persona idónea para un contacto del más alto nivel y, por tanto, de la más alta discreción y confiabilidad. Tiene que haber sido un cubano, de preferencia que hablara ruso, que tuviera conocimientos militares, que fuera bien conocido y confiable para los estrictos estándares de seguridad de la KGB y de la inteligencia militar soviética. Al mismo tiempo, tiene que haber sido alguien con acceso a la más alta jerarquía del movimiento castrista, y depositario de un respeto y una confianza que Fidel Castro sólo tuvo para con unos pocos miembros del PSP.

Flavio Bravo encaja perfectamente con ese perfil. Fue el hombre que se ganó la confianza de Fidel Castro desde sus años en la Universidad de La Habana. Fue el comunista que avaló la membrecía Raúl Castro en el PSP. Estuvo exiliado en Moscú desde 1952, hablaba ruso y se sabe que estudió en alguna de las academias militares soviéticas. En 1961 fue jefe de operaciones del Estado Mayor General de las FAR, cargo que conservó hasta después de la Crisis de Octubre. En 1963 fue jefe (operativo y real) de la misión cubana en Argelia; y a partir de ahí su nombre aparece vinculado, de una forma u otra, a casi todas las operaciones “cubanas” en África, incluida la reunión con Agostino Neto en mayo de 1975, en Brazzaville.

Hay dos detalles que apuntan hacia la posibilidad de que haya sido Flavio Bravo quien se entrevisto con el Mariscal Sokolovsky. El primero es que a la llegada de Ángel Martínez Riosola a La Habana fue precisamente “Julio” (nombre de guerra de Flavio) el contacto que lo estaba esperando en el aeropuerto “José Martí” y lo guió con todos los cuidados y rigores de una operación de inteligencia. Al mismo tiempo, el Mariscal Sokolovsky es el creador de la famosa doctrina que lleva su nombre y que tiene, entre uno de sus puntos principales, el carácter decisivo, sobre el destino de una guerra general, de la fase más temprana de la misma. Esa doctrina, que puede ser traducida al cubano con el famoso dicho de que “el que da primero da doble”, fue esencial en el diseño de la estrategia nuclear soviética y se convirtió, por tanto, en una de las razones del emplazamiento de misiles nucleares en Cuba. Cuando eso sucedió, casualmente, el jefe de operaciones del Estado Mayor General de las FAR eraun hombre en el que los soviéticos siempre tuvieron una gran confianza.
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