viernes, abril 23, 2021

Jorge Hernández Fonseca: El octavo congreso (el último) de los comunistas cubanos y sus consecuencias


El octavo congreso (el último) de los comunistas cubanos y sus consecuencias

Por Jorge Hernández Fonseca

22 de Abril de 2021

Concluido el octavo congreso del partido comunista de Fidel y Raúl, pasemos al análisis de sus probables consecuencias. El hecho más importante fue el retiro del último hermano Castro y con él, la desaparición de los “históricos” más importantes y tenebrosos, Machado Ventura y Ramiro Valdés. No menos importante fue la designación --finalmente-- de Díaz Canel al frente del gobierno y del partido. Todo esto no es poca cosa y me sorprendo cuando se quiere restar importancia a estos cambios de renovación. Aunque no se dijo, se escenificó el principio del fin.

Parto de la tesis de que “el castrismo contiene, como todo régimen comunista, el germen de su propia autodestrucción”. Del Reino Unido nos llegan noticias de la predicción sobre la muerte de Raúl este año y en España se publica, confirmándolo, la enfermedad terminal del general. La desaparición de Raúl será el disparo de salida. El periódico que púbico las enfermedades del retirado general, acaba de publicar también la disputa interna entre Alejandro Castro Espín y López Callejas. Esta disputa y, otros diferendos internos no publicados, pondrán fin al régimen.

La oposición política cubana está teniendo sus momentos de gloria en este período pre y post congreso. El Grupo San Isidro, José Daniel Ferrer, el Movimiento 27N, dentro de la isla y algunas organizaciones opositoras del exilio, han brillado. La situación interna es desesperada y el salvavidas desde EUA, esperado por la dictadura, no acaba de llegar y muy probablemente contenga condiciones difíciles de ser cumplidas por la flamante nomenclatura, que mientras viva el general, no se atreverá a actuar en lo político y muchos menos en lo ideológico/económico.

El objetivo de los asesores económicos de Raúl era ir a un esquema chino-vietnamita: dictadura comunista en la política y economía de mercado en la economía. Raúl lo impidió. Muy probablemente Díaz Canel está convencido de esta solución y tratará de implementarla cuando desaparezca el general del mundo de los vivos. Sin embargo, las pugnas internas, comenzando por el diferendo López Callejas/Alejando Castro y terminando por un grupo de otras pugnas ahora no visibles, pero no por ello menos importantes. Fui testigo personal, cuando vivía en Cuba, de varias diferencias al máximo nivel, que sólo Fidel o Raúl las podían controlar. Faltando  los dos Castros, no habrá quien detenga estos encontronazos, que desboronarán la dictadura.

Por muy aguerrida que consideramos --y que es-- la actual oposición política interna y externa, no cuenta con la fuerza suficiente como para derrumbar la dictadura. No obstante, de la misma manera que nosotros observamos esa pujanza opositora y, como sus razones son cada vez más claras y asociadas a los reclamos de la mayoría de los cubanos, los altos cargos comunistas desengañados también observan ese patriotismo. El ejemplo va calando hondo en las conciencias de parte de la nomenclatura, que cuando sobrevenga el enfrentamiento en la cúpula producto de las diferencias, una de las partes negociará con EUA y/o se unirá a los opositores actuales con la fuerza que ahora les falta, para “parir” el cambio político definitivo.

Raúl Castro pudo haberle posibilitado una sobrevida de la dictadura yendo al esquema chino, dándole al pueblo desayuno, almuerzo y comida. No lo hizo, y cuando muera, todo acabará.

Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com .

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