martes, septiembre 20, 2022

Roberto Álvarez Quiñones: Cuba, 1958: ¿Una revolución social o que se fuera Batista?

 Nota del Bloguista de Baracutwey Cubano

Fulgencio Batista y Zaldivar  dejaría de ser Presidente de la República  de Cuba el 24 de febrero de 1959, pues se cumplían los 4 años de  haber sido electo en las elecciones multipartidistas del 1 de noviembre de 1954. La Constitución de 1940 no permitía la reeleción y ella había sido ya restaurada al llamar a esas elecciones generales. Batista quiso empezar su mandato sin presos políticos y por eso planteó en el Congreso de la República  que se discutiera una posible Amnistía,General,  lo cual no era. singularmente extraordinario, pues esa amnistía fue la número 118  que se dió en la República de Cuba; veamos: 

Los gobiernos de la República de Cuba anteriores a 1959 se caracterizaron por ser gobiernos donde la clemencia y la generosidad estuvieron frecuentemente  presentes; tal es así que sumaron 118 las amnistías que se otorgaron desde el 20 de mayo de 1902 (fecha de la fundación de la República de Cuba) hasta el 8 de mayo de 1955La Amnistía General para todos los presos políticos, en la que se incluyeron a todos los asaltantes al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y demás presos políticos pues fue de carácter general fue la número 118. En  el artículo  118 Amnistías en medio siglo de Cuba Republicana  de la autoría de René Ruiz, publicado en la revista Bohemia del 8 de mayo de 1955 se aborda la clemencia y generosidad de esos gobiernos y se muestra la siguiente estadística:


En este post del blog Baracutey Cubano añado una captura de pantalla del antes mencionado artículo de René Ruiz.

Sobre  esa amnistía de 1953  diré que el Presidente electo Fulgencio  Batista (electo en las elecciones multipartidista del 1 de noviembre de 1954) quería  empezar su  gobierno constitucional sin presos políticos y le sugirió al Congreso que estudiaran la posibilidad de otorgar una Amnistía General para los presos políticos. El Congreso, electo por el voto popular en esas elecciones, estaba conformado  en su gran mayoría por partidarios  de Batista pues el Partido Ortodoxo no quiso participar (se fue al llamado retraimiento) en esas elecciones y el Partido Auténtico, encabezado por el Dr. Ramón Grau San Martín, estaba en las boletas  pero al irse Ramón Grau al retraimiento dos días antes de las elecciones, muchos auténticos y simpatizantes de ese partido no fueron a votar,  no obstante los auténticos eligieron a 18 senadores y  16 concejales. Según algunas personas el Congreso votó casi unánimemente a favor de la Amnistía General salvo las excepciones de Rafael Díaz - Balart en la Cámara Baja y la de  Santiago Rey Pernas  en la Cámara Alta o Senado; otras personas dicen que no hubo excepciones pues en el libro del Congreso concerniente a esas fechas no aparece ningún discurso de Rafael Díaz -Balart Gutiérrez  en contra.

En el siguiente video Manuel Márquz - Sterling (eminente historiador cubano y Profesor Emérito de una universidad norteamericana recientemente fallecido y cuyo padre fue un adversario político de Batista ) afirma que con las elecciones del 1 de noviembre de 1954  Batista restituía la Constitución de 1940. 

En el texto El Imperio de la Ley en Cuba de la Comisión Internacional de Juristas, Ginebra, escrito en 1962 se lee:

«La ley constitucional de 1952 disponía en su Art. 256, de acuerdo con la modificación que se le hiciera por Decreto Ley No. 1133, del 30 de octubre de 1953 (G.O. 6 noviembre de 1953, Edic. Extr. No. 90) que la Constitución de 1940 sería restablecida a partir de la fecha en que tomara posesión del mando el presidente electo. Las elecciones presidenciales se celebraron el día 3 de noviembre de 1954, resultando electo Fulgencio Batista...Automáticamente, en virtud de la citada cláusula de tránsito constitucional, comenzó a regir nuevamente la Constitución de 1940». (ICJ, 1962, p. 92)). Andrés Domingo y Morales del Castillo había sustituido a Batista como mandatario para que Batista participara en las elecciones de noviembre de 1954.

En el artículo del Dr. Alberto Luzárraga (abogado y banquero cubano-americano) titulado El Tribunal Constitucional y su organización: una propuesta de reforma, se lee:

«Aunque sin duda hubo buenas sentencias, aparentemente el tema constitucional no cobró suficiente importancia en la conciencia popular ni en el Tribunal en sí. Este efecto se palpó a raíz del 10 de Marzo cuando por una votación de 10 contra 5 el Tribunal de Garantías (por sentencia #127 de 17 de Agosto de 1953) desestimó el recurso interpuesto por 25 ciudadanos contra los Estatutos Constitucionales promulgados por Batista; sin que esta decisión conllevase el mismo grado de censura popular que el golpe del 10 de Marzo y sin que se resintiese el funcionamiento del tribunal que siguió operando como si no hubiese faltado a su razón esencial de ser.

Es justo sin embargo reconocer que el voto de la minoría declaró que la Ley Constitucional de 4 de Abril de 1952 “es inconstitucional y no podrá aplicarse en ningún caso ni forma, debiendo ser derogada....por quebrantar los principios de soberanía popular innatos en el pueblo cubano....violar el contenido total de la Constitución de 1940 que no ha sido derogada, su articulado, su esencia, sus principios y razón de ser, y en suma por no provenir de órgano legitimado para hacerlo». (Luzárraga, 2014, p. 3)

Hago la observación de que los miembros de ese tribunal no estaban supeditados a Batista ni habían sido nombrados por Batista para ejercer esa responsabilidad; en general la rama Judicial fue independiente durante los gobiernos de Fulgencio Batista. Sería interesante conocer los argumentos de los que votaron a favor de desestimar el recurso. Tampoco he conocido de que Batista haya tomado represalias contra los 5 magistrados que votaron en contra de sus Estatutos.

 Después del 1 de enero de 1959 NUNCA se ha otorgado una amnistía por la dictadura castro comunista que oprime a Cuba desde esa fecha donde el odio y el resentimiento se disfrazaron de justicia en dolorosas y sangrientas parodias donde las sentencias prácticamente ya estaba dadas y, en ocasiones, hasta los ataúdes estaban presentes en las salas donde se estaban efectuando los ¨juicios¨. 


Nota aclaratoria sobre la definición de Amnistía 

La amnistía es la eliminación de la responsabilidad penal de un delito. Esta acción jurídica suele ser desarrollada por el Poder Legislativo y afectar a diversas personas que, anteriormente, habían sido consideradas culpables de una violación de la ley.

ALa amnistía es la eliminación de la responsabilidad penal de un delito. Esta acción jurídica suele ser desarrollada por el Poder Legislativo y afectar a diversas personas que, anteriormente, habían sido consideradas culpables de una violación de la ley.

Es importante distinguir entre la amnistía y el indulto. El indulto también es un recurso que extingue la responsabilidad penal, pero el autor del delito sigue siendo considerado como culpable. Es decir, el indulto sólo perdona el cumplimiento de la pena.

La amnistía, en cambio, se aplica sobre el propio delito (se perdona el delito, no la pena). Esto significa que la amnistía logra la extinción de la responsabilidad civil o penal y borra los antecedentes. La amnistía también puede generar consecuencias retroactivas.

Por otra parte:

Según se lee en el libro oficialista En el último año de aquella República, del autor Ramiro J. Abreu (ex oficial del MININT y funcionario del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en los años ochenta del pasado siglo XX, años en que fue publicado dicho libro en Cuba), Batista hizo ciertos cambios en su gabinete, compulsado por ciertas fuerzas políticas nacionales y extranjeras y hasta por el propio Nuncio, Monseñor Luigi Centoz, que conllevó a una nueva imagen de su régimen y a una posible solución no violenta a la situación política del país. Leemos en sus páginas 81 y 82:

¨… Ya, desde antes, permitió la reestructuración de los partidos políticos de ´oposición´, restableció ´la libertad de prensa ´ y las garantías constitucionales´, y el 10 de marzo dio el indulto a 40 personas. Con el mismo propósito, Batista se deshizo de su Premier, Jorge García Montes, y nombró en ese cargo a su Embajador en Estados Unidos, Emilio Núñez Portuondo, De esta forma, dio paso al llamado gabinete de la concordia, con el cual procuró tener una apariencia de Gobierno flexible con ribetes liberales …¨

En ese libro también se lee, en sus páginas 99 y 100, que Batista en marzo de 1958 le propuso al Movimiento 26 de Julio que participara como un partido político en las próximas elecciones junto a los otros partidos. Fidel Castro se negó alegando que esa proposición era una trampa de Batista. Los que hemos padecido la tiranía de Fidel Castro  casi por  medio siglo, sabemos que la verdadera razón de la negativa de Fidel Castro era que no quería Poder, sino todo el Poder; solamente dejó oficialmente el Poder, a regañadientes y poco a poco, cuando estaba al borde de la muerte, designando a su hermano y cómplice Raúl Castro como su sucesor.




Acto de desagravio a Batista por el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957. El acto se efectuó en los primeros días de Abril y asistieron más de 200 000 personas.

Inauguración del túnel de la Bahía de La Habana,. Batista al centro vestido de blanco, el 31 de mayo de 1958

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Tomado de https://diariodecuba.com/

Cuba, 1958: ¿Una revolución social o que se fuera Batista?

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Ante la interrogante del título, la respuesta sobre qué querían los cubanos habría sido evidente.

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Por Roberto Álvarez Quiñones

Los Ángeles

19 septiembre 2022

A Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, Ramiro Valdés y demás mandamases del régimen habría que preguntarles, cuando hablan de "continuidad", si a fines de 1958 los cubanos querían una revolución social, a lo bolchevique, o que Batista se fuera y se aplicase la progresista Constitución de 1940.

Si la interrogante mencionada arriba hubiera sido formulada en una encuesta nacional, probablemente más del 90% de los entrevistados habría respondido que se fuera Batista.

¿De qué continuidad habla el régimen entonces? ¿Hacía falta una revolución social en Cuba?

Uno de los tres países con mayor nivel de vida en Latinoamérica

¿Se necesitaba una revolución transformadora de la sociedad en un país que junto a Uruguay y Argentina registraba el más alto nivel de vida en América Latina, según datos de la ONU, y cuyo ingreso per cápita duplicaba al de España y se acercaba al de Italia? Precisamente en 1958 había en la Embajada de Cuba en Roma 12.000 solicitudes de italianos deseosos de emigrar a la Isla.

¿Se imaginó alguien en enero de 1959 que Cuba sería un país comunista y que 63 años después esa dictadura aún insistiría en su continuidad?

Ahora, atando cabos, uno no se sorprende con lo sucedido. Al organizar el criminal asalto al cuartel Moncada, Fidel Castro ya repetía la palabrita "revolución", cuando el pueblo lo que quería era restablecer la democracia y un Estado de derecho, sin tocar para nada el sistema de economía de mercado.

Las revoluciones sociales son iconoclastas, arrasan con todo

Sin embargo, una vez consolidado en el poder, Castro I fabricó tal vez el más exitoso de sus mitos: que en Cuba era necesaria una revolución porque éramos un país atrasado económica y socialmente, muy pobre, con pésimos servicios de Salud y Educación debido a la "explotación imperialista" y al capitalismo criollo.

Los cubanos, por su parte, no pensaban en eso. No se lanzaron a las calles las masas hambrientas y los sans culottes (gente pobre y marginada) que, en el París de la Bastilla, en julio de 1789, iniciaron la liberal Revolución Francesa. Es importante diferenciar entre rebelión o revolución política, y una revolución social. Las rebeliones políticas triunfantes modifican el estatus político, o incluso el Estado, pero no la estructura socioeconómica de la nación y de toda la sociedad.

Una revolución social arrasa con todo. No hay nada más iconoclasta, antidemocrático y arbitrario en el mundo. Cambia las relaciones de propiedad, producción, distribución, y los medios de comunicación. Transforma la política, la economía, la cultura, la educación, las costumbres, la ética, la moral, la filosofía. Lo coloca todo patas arriba con la promesa de "un futuro luminoso", frase que tanto gustaba a Lenin, Mussolini, Hitler… y Fidel Castro.

Pero lo del megalómano Castro I era atornillarse en el poder per secula seculorum (frase latina que aprendió en el Colegio de Belén, y le encantó), y la única forma de lograrlo era convirtiendo la rebelión política triunfante en dictadura comunista con fuertes rasgos fascistas, subvencionada convenientemente por Moscú, para disponer en Cuba de una cabeza de playa soviética en las narices de EEUU.

Para apuntalar su revolución, Castro mintió sin pudor alguno. Hablaba del malvivir en la Cuba previa. Pero la Isla, entre otras cosas, era el mayor exportador de productos agrícolas de Latinoamérica en proporción al tamaño de su población, según la FAO.

Cuba era el sexto país del mundo en automóviles por habitantes

En 1958 la Isla se autoabastecía de carne de res, cerdo, pollo, pescados y mariscos, leche, huevos, viandas, hortalizas, frutas tropicales, café y tabaco. Además, exportaba los excedentes tras cubrir el mercado nacional. Había entonces 6.6 millones de cabezas de bovinos, una por cada habitante. El consumo de carne de res en 1958 fue el tercero más alto de Latinoamérica tras Uruguay y Argentina, y uno de los más altos del mundo: 81 libras por persona, según el Statistical Year Book de la ONU y un informe del Ministerio de Hacienda de Cuba.

Además, Cuba poseía la mejor ganadería tropical del mundo, y ya había desplazado a Estados Unidos en la exportación hacia Latinoamérica de sementales de la raza cebú, unos 1.000 toros anuales. En 1958 se produjeron 960 millones de litros de leche, equivalentes a 2.6 millones de litros diarios, casi medio litro por persona.

En 1958, Cuba era el sexto país del mundo en automóviles por habitantes, solo superado por EEUU, Canadá, Gran Bretaña, Venezuela y Alemania Occidental. Había 156.000 automóviles, según la Dirección General de Impuestos. Cuba fue el segundo país del mundo (tras EEUU) en tener una red nacional de televisión. Era la nación de América Latina con más periódicos, revistas y aparatos de TV per cápita. Y con un millón de radiorreceptores, era el octavo país del planeta per cápita.

País avanzado en Salud Pública y Educación

Por otra parte, en 1958 Cuba tenía un médico por cada 980 habitantes, tercer lugar en Latinoamérica, por detrás de Argentina (uno por cada 760 habitantes) y Uruguay (uno por cada 860). Había 35.000 camas de hospitales, una cama por cada 190 habitantes, cifra superior a la de los países del Primer Mundo, con una cama por cada 200 habitantes.

A fines de los años 50 Cuba era el segundo país del continente con más baja mortalidad infantil, con 33 por cada mil nacidos vivos. Italia, en 1958, tenía una tasa de 50 por cada mil; Francia, 34 por mil, y Japón, 40 por mil, según la OMS. Sin revolución social, Cuba los superaba a los tres.

En 1956, Cuba fue reconocida por la ONU como uno de los países con menos iletrados en Iberoamérica y el mundo (23%). La mayoría de las naciones latinoamericanas, y España, rondaban el 50% de analfabetismo. En 1958, era el país que dedicaba mayor porcentaje del gasto público a la educación, con el 23%, según la UNESCO. El bachillerato cubano figuraba entre los mejores de Iberoamérica.

Imponer la revolución comunista, un crimen de lesa humanidad

Hoy casi nadie en Cuba sabe que, en la Universidad de La Habana, una de las más prestigiosas de América Latina, la matrícula anual costaba solo 60 pesos —60 dólares—, a pagar en tres plazos. Un joven podía graduarse de médico, ingeniero, abogado, arquitecto, contador público, físico-matemático, o en carreras de letras y pedagogía, con el pago de cinco pesos mensuales por las clases y las prácticas de laboratorio.

Todos los estudiantes de la Universidad de La Habana tenían atención médica y recibían hospitalización gratuita en la Clínica del Estudiante, en el séptimo piso del actual Hospital Fajardo en La Habana.

Y contaban con el Balneario Universitario en la Playa de Miramar (al final de la calle 42), con una piscina olímpica, cafeterías, salones para bailes y actividades diversas, canchas de voleibol, botes para remar y una playa con arena. Cada estudiante tenía además derecho a llevar un invitado. ¿Qué revolución podía anhelar un estudiante universitario en aquella Cuba tan "explotada" por el capitalismo?

La imposición del totalitarismo comunista (y fascistoide) en Cuba, ubicada en el corazón del mundo y la cultura occidentales, fue un crimen de lesa humanidad por el que Fidel Castro no pagó, pero que debe pagar su cómplice de origen y heredero en el trono.

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