jueves, marzo 23, 2023

El bar cubano. Alejandro Armengol: Fines de semana en La Habana, viajes de ida y vuelta en un mismo día

 
Nota del Bloguista: de Baracutey Cubano

 Creo recordar que ese fragmento que toma Armengol como la mejor definición del daiquirí, es de la novela de Ernest Heminway (quien fuera el agente ¨Argos¨ de la Inteligencia soviética según se dice  a partir  del instante 1: 07:48 de  este  video)  titulada Islas en el Golfo, la cual fue  publicada póstumamente.  

(En la foto la perona que está entre Spencer Tracy (el actor principal en el film El Viejo y el Mar) y la mujer no se me parece al actor Errol Flynn ni en la cara ni en el tipo de bigote)

Por cierto: en una  carta a su hijo Patrick (al que llamaba ¨Mouse¨) fechada el 24 de diciembre de 1958 escribió sobre la entonces  situación cubana

"Cuba está ahora mala de verdad, muchacho. Yo no soy de los que se acoquinan ante el peligro, pero estoy harto de vivir en un país donde nadie sabe con certeza --las dos partes son atroces-- las dificultades y muertes violentas que vendrán cuando entren los nuevos, viendo los abusos de los que están en el poder ahora. Aquí somos siempre tratados bien, como en todos los países, y tenemos muy buenos amigos. Pero las cosas no andan bien y lo que nos viene encima es el crimen. Esto es totalmente confidencial. Más vale tomar precauciones. El futuro se vislumbra muy malo y no ha habido pesquería en el Golfo...".

En el original:

uba is really bad now, Mouse. I am not a big fear danger pussy but living in a country where no one is right --both sides atrocious-- knowing what sort of stuff and murder will go on when the new ones come in --seeing the abuses of those in now-- I am fed on it. We are always treated OK as in all countries and have fine good friends. But things aren't good and the overhead is murder. This is confidential completely. Might pull out of there. Future looks very bad and there has been no fishing in Gulf....¨ 

Ernest Hemingway con sus hijos Patrick y Gregory

Más  sobre Ernest Hemingway  AQUÍ.. 

El nombre de daiquirí para el trago  y su relación con la Guerra Hispamo Cubana Norteamericana  es por el nombre de  la playa  del Oriente de Cuba por donde desembarcó gran parte de las tropas norteamericanas en un casi caótico desembarco, pero ese es un tema aparte...

El daiquirí tradicionalmente se presentaba en un tipo de  copa específica (las del brindis de los recién casados  en su boda) y no en un vaso. No soy bebedor, pero sí lo tomé varias veces  en Cuba en mi juventud, que era  en los mismos tiempos de la juventud de Armengol.

 Armengol  escribe: ¨... Nadie se responsabiliza de una invención que fue el medio ideal —explosivo y seguro— de llevar una mujer a la cama en La Habana durante las décadas de los años cincuenta y sesenta...¨ No se las experiencias de Armengol en esos años pero de la bebida que se hablaba entonces  que tenía ese efecto era la llamada menta ... Tampoco nos olvidemos que  en  un gran numero de ocasiones, ellas son las que nos llevan a la cama haciéndonos creer  lo contrario  :-)

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Tomado de https://www.cubaencuentro.com/

El bar cubano

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Fines de semana en La Habana, viajes de ida y vuelta en un mismo día

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(Los tres tragos cubanos más famosos en que se utiliza ron: Cuba libre, mojito y daiquirí.)

Por Alejandro Armengol

Miami

17/03/2023

Al menos dos cócteles del limitado bar cubano deben su origen —o su nombre— a la Guerra Hispano-Americana. Nada mal récord cuando se suma un tercero.

Uno adquiere su definición mejor con Hemingway: “Hudson estaba bebiendo otro daiquirí helado sin azúcar y al levantarlo, pesado y con la copa bordeada de escarcha, miró la parte clara debajo del tope frappé y le recordó el mar. La parte frappé era como la estela del barco y la parte clara como se veía el agua cuando la cortaba la proa, navegando en aguas poco profundas, sobre fondo de greda. Era casi el color exacto”.

El segundo es tan simple de preparar que no ha merecido descripción literaria. Tiene también una apariencia ingenua y un nombre exaltado.

Por lo general se define como una mezcla de ron y Coca-Cola. En su elaboración a veces se omite el medio limón, indispensable para personalizar el trago. También se pasa por alto su carácter engañoso —hasta traicionero—, que lo convierte en arma de conquista. Recurso clásico es adulterar la mezcla para debilitar al contrario —pareja, acompañante, alguien conocido en la esquina—, desde un exceso de alcohol hasta cualquier droga. Nada es más peligroso que un cuba libre —salvo una Cuba libre. Suele citarse con énfasis fuera del país, pero en éste se limita a una bebida de adolescentes y mujeres.

Los dos tragos han soportado el desdén de quienes nacen hombres en la Isla: uno porque se le considera propio de turistas, el otro por su tendencia femenina. Nacionalismo y machismo conspiran a la par en este caso.

Ambos fueron creados por visitantes. El daiquirí por el ingeniero de minas Jennings S. Cox y el cuba libre por un capitán del Cuerpo de Señales de Estados Unidos estacionado en La Habana.

El nombre del capitán se limita a un “Mr. X”. Nadie se responsabiliza de una invención que fue el medio ideal —explosivo y seguro— de llevar una mujer a la cama en La Habana durante las décadas de los años cincuenta y sesenta. Los dos surgen de la necesidad de evadir el calor que impera casi todo el año en la isla caribeña. El que le recuerda el mar al escritor norteamericano no es más que una añoranza de la nieve y el frío. El segundo pretende aludir a una reafirmación patriótica y es tan engañoso como la política. Necesita de un producto extranjero (el refresco en la isla, la soda en Miami) para existir. Una Cuba que no es libre sin la presencia del Norte.

El más cubano de los tres es el tercero. El único que depende de la cultura y de la naturaleza del país.

Aunque la publicidad ahora lo asocia con Hemingway, no se encuentra en su literatura. Sí en la de un cubano.

Yerbabuena machacada, una media cucharada de azúcar y el zumo de medio limón. Agregue dos onzas de ron Carta Blanca, el hielo suficiente, y tiene en un vaso la combinación nacional perfecta.

“Pedí un mojito y me entretuve contemplando, jugando, teniendo en las manos aquella metáfora de Cuba. Agua, vegetación, azúcar (prieta), ron y frío artificial”, escribe Guillermo Cabrera Infante en Tres Tristes Tigres.

El ron es el ingrediente indispensable de los tres —además del hielo, que es el disfraz necesario para adaptarlos al clima— y no se define con un nombre sino por el apellido: Bacardí.

Ningún producto ejemplifica mejor las esperanzas y frustraciones de una nación que comienza con un siglo. No hay familia más representativa. Un español que en 1862 adquiere una destilería en Santiago de Cuba, que sobrevive a la Guerra de los Diez Años y crea una bebida que gana la principal medalla en la Feria de Madrid de 1877. Un primogénito que se destaca como historiador y cronista. Otro heredero que lleva el negocio a la capital, logra que la firma gane fama mundial después de la intervención norteamericana y funda un establecimiento que sirve bebidas gratis a turistas y empresarios norteamericanos.

Fines de semana en La Habana, viajes de ida y vuelta en un mismo día, mañanas dedicadas a reuniones de negocios, recorridos de compra, tardes de tragos en el edificio Bacardí, noches de Tropicana si hay tiempo para un día más.

El regreso en el ferri rumbo a Cayo Hueso o en el último vuelo hacia Miami, al concluir la visita a la ciudad que para ellos era una feria y cuyo encanto los perseguirá durante los días siguientes e incluso por meses y años si son afortunados. Viajeros que vuelven a sus hogares cargados de botellas, con la ilusión de apresar en ellas el recuerdo del fin de la aventura.

(Publicado originalmente el 23 de diciembre de 2006 en Cuaderno de Cuba.)

© cubaencuentro.com

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VIDEO. Ferry de La Florida a La Habana "Antes de 1959


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CABARET TROPICANA

Pequeño show en el avión. La pareja de baile eran Ana Gloria y Rolando

PARA QUE NO LES HAGAN CUENTOS: OBSERVEN  EL BAJO PRECIO DEL CABARET  TROPICANA. EN LA SALA DE JUEGO DEL CASINO ERA DONDE ESTABA LA GANANCIA

EL TENOR PEDRO VARGAS CON  AGUSTÍN LARA EN LA MESA DE MARTÍN FOX, DUEÑO DE TROPICANA JUNTO CON SU HERMANO ¿PEDRO?

EL CANTANTE TONY MARTIN


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1 Comments:

At 2:44 p. m., Anonymous Realpolitik said...

Y todo, todo lo que era y había logrado Cuba, se desechó como basura o trastos inservibles a cambio de...no de simple mierda, sino de mierda maligna, que no es lo mismo. Por supuesto que hubo engaño, estupidez y ligereza, pero hubo también miseria humana, y MUCHA. Por eso la condena ha sido tan dura y tan larga, porque no fue solamente culpa de unos cuantos hombres malos, sino de muchos miserables que habían fingido o aparentado ser otra cosa.

 

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