Desarrollo comunicacional Vs. Calidad de la información.
Tercera parte. Degradación de la “esencia”.
Por Dr. Alberto Roteta Dorado.
6 de diciembre de 2018
Santa Cruz de Tenerife. España.- Del estilo, la redacción, los errores gramaticales y de puntuación, entre otros males que aparecen en los escritos de opinión de estos días, mejor no hablar demasiado; aunque si es mi deber – por aquello de educar, enseñar, conformar un juicio o criterio, promover, etc., – hacer referencia a ellos.
Cervantes se irritaría sobremanera si estuviera entre nosotros; tal vez quienes con frecuencia publican ahora no consideren al genial autor del Quijote como un paradigma de las letras hispanas. También sé que no estamos en los tiempos de Cervantes; pero también sé que expresiones como estas son incorrectas, y sobre todas las cosas, de muy mal gusto:
“Ni los cien(o noventa y nueve) tíficos de Quivicán en Mayabeque, pioneros en la investigación del futuro del bagazo en el (des)concierto patrio, se atreven a sugerir un sustituto que no sea continuar trayendo materias primas y productos terminados menos criticables del exterior, mientras ellos “luchan” por buscar(se) alternativas”. (Frase perteneciente al escrito “Del papel periódico al papel moneda… y al papel sanitario”, cuyo título para un programa humorístico sería genial, pero para un escrito de opinión resulta fatal e irreverente, como casi todo lo que le publican a este “periodista independiente” surgido de la noche a la mañana).
El autor, muy de moda ahora en cierto medio, utiliza recursos expresivos muy a su manera para parodiar, calumniar, criticar – muchas veces sin conocimiento de causa– y lo peor, lo hace a través de una premeditada ironía que convierten sus tontos “escrituchos” en mediocres sátiras para entretener a los subculturizados que aun consultan el sitio donde le publican.
Gramaticalmente es incorrecta esta manera extravagante – casi siempre lo que se escribe, se pinta, se esculpe, se teje, etc., es un reflejo fiel de la personalidad del autor – con que el nuevo “periodista”, que tanto pone en descrédito al sitio en el que salen sus barbaridades, pretende dar a entender dos posibilidades, esto es, concierto o desconcierto, términos que se apartan de la tonta idea que está tratando en su escrito, aunque, en última instancia, lo más cercano a lo correcto sería desconcierto, y punto, lo otro es pura payasada.
(…) “haya anunciado mil veces en medio de campañas electivas y rendiciones de ¿cuent@? que “ya la sustituta de la enferma anda muy cerquita”. (Frase perteneciente al escrito “Cuando el agua regresa a la tierra”, parodiando a una telenovela cubana – que no por ser cubanas son peores que las mexicanas, y que al autor ha hecho trizas, por el concepto de que mientras más le tiremos a lo que procede de la isla más nos ganaremos el favor de algunos–).
En este caso, independientemente de la manera jocosa de su autor para tratar el tema, lo que quiero es destacar, una vez más, que la utilización del símbolo de arroba @, tan de moda a partir de los avances de la informática, tiene su uso en nuestros días prácticamente solo en este campo. Nos hemos apropiado de un lenguaje cibernético para extrapolarlo a nuestras maneras idiomáticas, muy ricas por cierto, como para tener que emplear aquello que no es reconocido por la Real Academia de la Lengua, al menos, de la forma en que se ha utilizado por el autor, y como lamentablemente se usa y se abusa en las redes sociales.
Le recordamos a este señor, que en este caso quiere dar a entender que las reuniones de rendiciones de cuentas que se hacen en Cuba son un cuento – por lo de la eterna ficción de sus planteamientos, sus soluciones, etc.–, que es incorrecto el empleo de este símbolo fuera de su contexto, y no solo esto, sino además, que la Real Academia de la Lengua, no acepta el disparate de ministros y ministras, niñas y niños, sino simplemente niños, ministros, etc., por lo que no debe aparecer jamás escrito de esta manera: niñ@s, abogad@s, médic@s, etc., y lo correcto es haber escrito rendiciones de cuentas, así de sencillo, y luego agregar que son un cuento, algo que ya sabe todo el mundo.
Querid@s amig@s de la arroba para tod@s
(Incorrecto y además tonto)
Recordemos que según el Diccionario Panhispánico Dudas: “La arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias”.
“Existen en contraste algunos seres-dirigentes/diligentes que nacen con el fatum/designio de poder encauzarles la maltrecha vida a otros (sus gobernados)”. (Frase perteneciente al escrito “Una provincia pionera… en penurias”, todo lo que he subrayado es un verdadero disparate inadmisible para ser publicado).
Al concluir la lectura de este tipo de escritos no hay otra opción que preguntarse: ¿y al final qué dijo o qué quiso decir? ¿Es que acaso está coqueteando con sus supuestos lectores? ¿Se ríe de las penurias de su propia patria dado el tono irónico utilizado en cada una de sus estupideces? Y por favor, no se me mal interprete y se me cuestione acerca de una posible posición izquierdista por el hecho de que, lejos de solidarizarme con las bufonadas del villaclareño, me indigne sobremanera que se ría de las penurias de su patria, que también es la mía, aunque ya no esté en ella.
Todo lo contrario, se critica de modo enérgico a los responsables de dichas penurias; pero mucho cuidado con las expresiones que puedan prestarse a ambigüedades respecto a un fenómeno, que lejos de dar motivo para burlas debería causarnos dolor y conducirnos a experimentar compasión por una nación en la que nacimos unos, viven otros, o vivirán muchos, y que se desmorona a pedazos ante los efectos desgarradores de la peor dictadura del hemisferio occidental de estos tiempos.
Aunque parezca increíble, además de las idioteces que escribe este autoproclamado periodista, “escritor, actor y activista”, todo lo que destaqué subrayado es incorrecto desde el punto de vista de las normas de redacción, algo que debe ser respetado y de lo que los editores son tan responsables como los autores. (Las tres referencias pertenecen a escritos de quinta categoría del mismo autor aparecidos recientemente en un medio de Miami, por cierto, muy leído, que prefiere publicar cosas como estas en vez de verdaderos escritos analíticos de profundidad).
En fin, que este señor que dice ser escritor, aunque no tenga idea de lo que escribe, ni como lo escribe, hasta en circunstancias tan dramáticas como lo es el sufrimiento de los miles de cubanos que han perdido todo, o lo poco que tenían – evocando los terribles estragos del huracán Irma–, no pierde la oportunidad de acudir a sus ironías tontas y a ese "estilo", entre hiriente y burlesco, a través del cual, no solo se ríe de los que dirigen su país – algo que vemos lógico–; sino de sus propios compatriotas a los que ve, desde su intromisión en una burbuja que, al parecer decidió crearse dada su marginalidad, como seres semisalvajes.
Pero no puedo concluir la parte que dedico al estilo y a todo lo que no debe hacerse si de escritura se trata – lo que hasta ahora he hecho a través de este “periodista” de la región central de Cuba–, sin que mencione un artículo que ha dedicado al tema de la sexualidad y cuyo título es: “La homofilia oficial arre-bata a Santa Clara”, con lo que intenta sugerirnos la presencia del ropaje femenino llamado con frecuencia “bata”, principalmente entre las niñas, y lo mezcla con la idea del furor que puede causar entre aquellos que determinaron usar ropa femenina independiente de ser genéticamente 46xy, esto es, de sexo masculino, independientemente de su orientación sexual y sus preferencias, temas muy tratados en la actualidad; pero que deben ser manejados por especialistas – lo que no es el autor de tan mal escrito, quien da la impresión de no haber realizado ningún tipo de estudio, excepto los elementales-. Es incorrecto utilizar el término arre-bata, o escribe arrebata o no, y de esta forma corre el riesgo de no arrebatar a sus lectores, los que creerán que al aparecer en ciertos medios de comunicación pudiera ser correcto.
De este pésimo y extravagante escrito citaré como ejemplo de disparate la siguiente frase: “Entre los asistentes del público refulgían: un montón de transmutados, transversados, trashumantes, trasplantados, trasnochados, transdesviados, transegurosos, transnacionales, transcerebrados y traumatizados con “el progreso” que encima de estos rieles aceitados ha tendido el país, como si no hubiese existido descarriado pasado”.
Aunque ya antes había hecho referencia a que: “En horas de la noche, sobre la calzada Marta Abreu que abriga a escasos metros la santísima Catedral, tuvo lugar la poco cristiana pero famosa (y rutilante al estilo reality de lágrimas y risas a granel) Gala de Clausura, excipiente pagana de los acostumbrados puestos en punta a la hora de ajustar del cañonazo: travestidos, transdesnudos, transexuales, trovadores, tramoyistas, tracatanes, etc.”
Acerca de las implicaciones éticas en que pudieran estar involucrados los responsables de esta publicación, así como de su desmedido autor, prefiero no comentar porque me temo que necesitaría un escrito independiente para poder tratar un tema tan álgido como el de la sexualidad humana, sobre todo cuando se trata de la transexualidad, el travestismo, la bisexualidad, etc., algo que al parecer no se tuvo en cuenta.
No obstante, lo publicaron, lo que demuestra que sus editores, revisores y directores, desconocen el significado de ciertos términos que, como es lógico, no tenían razón de ser en el contexto de un público que asistía a un evento, por ejemplo, transmutados, transcerebrados, etc., los que aun, en el lenguaje científico, están mal utilizados o son inexistentes. Le recuerdo al autor de dichos escritos que: “Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de….”, algo que se reitera por doquier sin que seamos capaces de detenernos a analizar el sentido de dichas palabras.
Además “cuidado con el tono desenfadado propio de la columna. Debe ser formal. Recuerde la finalidad de su texto y su receptor (no tiene que ganárselo con innecesarias estrategias de acercamiento o complicidad, sino por la relevancia de su contenido y su correcta expresión”). Pero como el contenido de lo que se trata, la mayoría de las veces carece de valor, entonces el que redacta se ve tentado al coqueteo con sus “receptores” para de cualquier modo atraparlos.
Los escritos de opinión atraviesan una gran crisis. Los redactores y articulistas improvisados han invadido algunos medios, cuyos directivos han olvidado las funciones de dichos medios, entre las que educar, tiene un rol protagónico.
Las siguientes frases pertenecen a un despreciable ser que pretende llamar la atención – dadas sus condiciones histriónicas y sus rasgos histéricos– en una sociedad que, lamentablemente, lo mismo invita a los grandes y eminentes escritores, periodistas y artistas, que le rinde tributo a los mediocres y exaltados que pretenden invadir espacios no merecidos en la búsqueda de un protagonismo barato (si os acuden a sus mentes ciertos “artistas de la plástica”, o “reguetoneros” al estilo de un tal chocolate o cualesquiera de los que utilizan pseudónimos, alias, apodos o como sea, es pura coincidencia).
“Eso es REtroceso, REsquemor, REminiscencia- REmota- REcurrente e irREsistible, REpresentación REtrógrada, REtórica REquetechea, REpública REpartera, REvolcadera REaccionaria, REggaeton REsentido y sin REceta, REtraso, REserva, REmanente, REsiduo, irREspeto y en chancletas: REsinguet...”. (Del escrito titulado “Exilio de la memoria”, de la serie “Memorias del exilio”.)
Prefiero no comentar semejante bufonada, los lectores podrán llegar a sus conclusiones como dijera un popular comunicador cubano, y discernir entre lo bueno y lo malo, lo útil y no inútil, lo transitorio y lo imperecedero. No subrayé ningún término para destacar lo incorrecto porque todo es incorrecto aquí.
“¡La suerte es tan loca! Pero no toca, ni moja, ni endulza, ni contagia, ni hace (h)ola, por ahora. Digamos que, más bien, revienta”. (Del escrito titulado: “Mi arbolito soy yo”, de la serie “Memorias del exilio”.)
Señor, o escribe directamente: “no hace hola por ahora”, para referirse a un saludo, o lo hace poniendo ola, a modo de imagen, para que sea asumido como el poder de las olas del mar; pero la ambigüedad no es conveniente y lejos de serlo, es incorrecto (disparatado) utilizar semejantes signos intercalados entre letras, algo que se pone de moda y debe ser detenido de inmediato. Los medios no deben contribuir a difundir y promover lo que no es correcto, por cuanto, contradicen sus verdaderos fines y propósitos.
“Yo también recholatié y sin...é cantidad con Fidel Castro. ¡Y mucho! En repetidas y variadas ocasiones. ¿Qué otra cosa se podía hacer mientras hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba y te mareaba entre verbos, lemas, palabras y consignas de turno?” (Del escrito titulado “Yo templé con Fidel Castro”, de la serie “Memorias del exilio”, ya podrán imaginar los lectores).
La utilización de “palabrotas” es de muy mal gusto, y esto no significa estar a la antigua, sino acorde a estos tiempos, que necesitan una revitalización del leguaje mediante expresiones adecuadas. Por otra parte la idiotez de repetir sin cesar una palabra para indicar que el dictador es cansón, aburrido, delirante o lo que usted quiera, no es necesaria. Dígalo y ya, expréselo sin temor; pero sepa hacerlo. No es igual – y usted debe saberlo– el lenguaje televisivo, del cine (medio en el que se desenvolvió en Cuba este polémico personaje) o de la radio, al lenguaje escrito, independientemente que se tengan que utilizar textos que sirvan como sustento o base para los efectos de estos medios, esto es, los guiones o libretos.
Respecto al grosero título que escogió para su aberrante escrito publicado y comentado insaciablemente hace muy poco: “Yo templé con Fidel Castro”, diré que esto no lo hace más anticastrista o antifidelista; pero si más desvergonzado e histérico, aunque si le permitirá que ciertos medios le abran las puertas para poder complacer a cierta élite que, inmersos en la superficialidad tan característica del sur de La Florida, le empezarán a aclamar como su nuevo “Mesías”.
Así andamos, es por eso que, aunque no estoy entre sus admiradores, a veces logro comprender a Zoé Valdés.
(Continuará)
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