Luis Conte Agüero: JOHN F. KENNEDY; RECUERDOS IMBORRABLES
Tomado de http://nuevoaccion.com
JOHN F. KENNEDY; RECUERDOS IMBORRABLES
Por Luis Conte Agüero
4 de enero de 2018
El 14 de septiembre de 1961 el periódico “El Mundo” de Cuba publicó de un cable de la United Press International el párrafo siguiente: “En despacho de secretario de prensa Dirigente Contrarrevolucionario Cubano, Luis Conte Agüero, habló ayer brevemente con J. Kennedy” La información atribuye el encuentro a que Conte Agüero hace programas radiales regulares para América Latina en varias emisoras de la costa oriental de los EEUU”. Según el cable Conte se entrevistó más temprano ese 14 de septiembre, con Edwin Martin, Secretario Adjunto de Estado para Asuntos Interamericanos y con Robert Manning, Secretario Adjunto de Asuntos Públicos. Conte no revela lo conversado.
En concurridísimo mitin en el Parque de las Palomas de Miami, el 10 de octubre, anuncia dramáticamente en discurso de dos horas un enfrentamiento mundial y convoca a una “Acción concertada e inmediata”. Así se anticipa la Crisis de Octubre, la crisis de los cohetes que hace peligrar la paz mundial. Cuba ha adquirido para el mal una jerarquía que puede conducir a la guerra entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
AQUELLA CRISIS DE OCTUBRE Y TRES RECUERDOS DEL PRESIDENTE KENNEDY
Creo haber tenido cerca del presidente John F. Kennedy un amigo cuya identidad nunca supe. Así explico honores y cortesías que me dispensó. Tras el desastre de Bahía de Cochinos solicité en telegrama al Presidente que el Día de las Madres recibiera a una comisión de madres cubanas que deseaban entregar un presente a su esposa Jackeline. Como West Palm Beach, ciudad escogida para su descanso, prohibe las manifestaciones públicas, resuelto el presidente católico a no romper el descanso dominical, decidió enviarme un mensaje para que lo leyera a las madres cubanas y designó a tres asistentes claves para que recibieran el regalo en el City Hall de Palm Beach.
El mensaje, fechado 14 de mayo de 1961, Día de las Madres, lo entregó un policía uniformado de la Ciudad de Miami que llegó en motocicleta a mi modesta casa alquilada de 10276 NE 12 Avenida, Miami. Yo leí el Mensaje de Esperanza a las Madres Cubanas en el Bayfront Park de Miami en un mediodía de sol y de lágrimas. Fotos del evento y el texto de la carta aparecieron en The Miami Herald y la primera página de importantes diarios de Estados Unidos. Consecuentemente, pronuncié un discurso en inglés en el City Hall de Palm Beach, recinto donde se entregó para Jackeline Kennedy un abanico que por regulaciones legales de entonces no podía costar más de $50.00.
Pierre Salinger ,Secretario de Prensa, me recibió en privado largamente. Comenté la promesa lejana en el texto de la carta en inglés:
A ustedes que se han reunido hoy en Miami, yo las saludo. Ustedes han experimentado personalmente el sufrimiento y la pena que acompaña a la pelea por la libertad. Las madres y los padres que en cada generación han visto a sus hijos pelear por la libertad, han entendido y viven ese dolor.
Pero hoy yo les envío un mensaje de esperanza. El pueblo de los Estados Unidos de América jamás olvidará al pueblo de Cuba- el pueblo de los Estados Unidos de América estará asociado siempre con la lucha de ustedes por la libertad.
Y la libertad vendrá porque a la larga la tiranía nunca puede derrotar las ambiciones legítimas de un pueblo que quiere ser libre.
Sinceramente,
John F. Kennedy
Mi respuesta terminaba así: La esperanza, espera ilusionada, exige hechos, acciones, presencias, para mantenerse compacta… Que venga la libertad y que no tarde… Pero la libertad no viene; hay que ir a buscarla. Y hasta las madres irán a buscarla con sus lágrimas heridas.
El segundo honor fue totalmente inesperado. Estando en Miami el 24 de septiembre de 1962 me llamaron para que visitara Washington D.C. donde me esperaba una habitación en el Hotel Mayflower. Viajé en compañía del médico José Pintado Giraldo, delegado en Miami del Frente Anticomunista Cristiano que yo presidía entonces.
En el Hotel nos visitó un funcionario de la CIA que nos llevó a la Casa Blanca, donde prontamente nos encontramos con Salinger en el Departamento de Prensa. Me llamó la atención que Salinger hablara cortésmente de generalidades sin explicar el motivo de la invitación. El misterio se disipó y también comenzó cuando llegó el Presidente Kennedy que sin mediar palabra puso su mano sobre mi hombro caminó algunos pasos conmigo y con voz queda me comunicó amistad, respeto y confianza. Comprendiendo que yo nada entendía, Kennedy me habló de su interés en la liberación de Cuba y por la prosperidad en América latina y me informó que prontamente recibiría un mensaje y que él agradecía que le prestara atención especial. Emocionado, le contesté que sería un honor servirlo. Pierre Salinger, que muriera en París a los 79 años de edad, y el Dr. Pintado sonreían a corta distancia.
Cuando volví al Hotel Mayflower me esperaba mi viejo amigo Robert Wilkinson con un sobre cerrado cuyo contenido él ignoraba Me impactó el texto en español” ACCION CONCERTADA E INMEDIATA.
Llamó entonces al hotel Alberto Merino, corresponsal en Washington de la United Press International para preguntarme si yo había conversado con Kennedy. Le contesté que preguntara en la Casa Blanca, aunque era evidente que la Casa Blanca ya le había informado dónde me encontraba y del encuentro con el presidente que atribuyó a la gran audiencia en América de mis comentarios por Radio Américas y por la WRUL de New York, 50 kilovatios en onda corta –retransmitidos en varios países-, y el deseo de que se hablara sobre la Década para el Desarrollo que conllevaba la Alianza para el Progreso.
Otro elemento fue el cable publicado en el diario El Mundo, La Habana, Cuba, septiembre de 1962:
En despacho del Secretario de Prensa.
Dirigente Contrarrevolucionario Cubano, Luis Conte Agüero Habló Ayer Brevemente con J. Kennedy
WASHINGTON, septiembre 14 (United).- El Presidente Kennedy conversó hoy brevemente con el dirigente cubano exilado Luis Conte Agüero, según informó un portador de la Casa Blanca.
Conte Agüero, ex colaborador de Fidel Castro y actualmente decidido enemigo del régimen de éste, había ido a la presidencia, según se tiene entendido, para conversar de manera informal con el Secretario de Prensa, Pierre Salinger. El portavoz mencionado manifestó que Kennedy habló unos momentos con el exilado cubano en el despacho de Salinger. Agregó que el encuentro había sido casual.
En su conferencia de prensa de ayer, el Presidente declaró que su gobierno “seguirá trabajando con los dirigentes cubanos refugiados, que están tan dedicados como nosotros al futuro retorno de esa nación a la libertad”.
Hoy, más temprano, Conte Agüero se había entrevistado con Edwin Martin, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos, y con Robert Mannings, Secretario Adjunto para Asuntos Públicos. Algunos observadores dicen en vista de las conversaciones de Conte Agüero con Salinger y Manning, que el gobierno norteamericano está tratando de explicar a América Latina las razones de su posición con respecto a Cuba.
Conte Agüero hace programas radiales regulares para América Latina, en varias emisoras de la costa oriental de los EE.UU. Sus comentarios son fácilmente captados por estaciones cubanas”.
El Dr. José Miró Cardona, Presidente del Consejo Revolucionario Cubano, y todo el mundo, quería saber lo yo había conversado con el Presidente Kennedy. El problema es que yo tampoco lo sabía. El Presidente no había sido específico.
El 10 de octubre de ese 1962 hablé por dos horas en el Bayfront Park de Miami, ante los líderes del destierro cubano y la imponente multitud. Una gran campana de un barco que me prestara Manolo Díaz evocaba a la repicada el 10 de octubre de 1868 en el ingenio Demajagua por Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, para proclamar la Independencia de Cuba.
En aquel discurso emotivo y complejo anticipé enfrentamientos colosales que determinarían cambios decisivos en Cuba y en el mundo. Intuía lo que estaba por ocurrir. Doce días después, 22 de octubre de 1962, estalló la crisis de los cohetes que puso al mundo al borde de la guerra.
Esa noche visité en la radioemisora La Fabulosa, Miami, al periodista Tomás García Fusté. Al oírme, se sumó a nosotros el ex Presidente de Cuba, Dr. Carlos Prío Socarrás.
Lo demás se conoce. El entendimiento Kennedy-Khrushchev, que evitó la guerra Estados Unidos-Unión Soviética, y condenó nuevamente a Cuba a seguir en la esclavitud. Este Pacto no tuvo validez formal; se limitó a cartas entre ambos Jefes de Estado; no se sometió al Congreso de los Estados Unidos. Y Fidel Castro no aceptó la inspección ocular sobre el terreno que verificara la retirada de los cohetes rusos.
Evidentemente, el remordimiento golpeaba a John F. Kennedy. Su temor a la guerra lo había empujado a ceder y se había comprometido a no permitir acciones armadas contra la tiranía cubana. Decidió hablar entonces a los miembros de la brigada 2506 y al pueblo cubano. Fue en el Orange Bowl de Miami en diciembre de ese mismo 1962. Un miembro del Servicio Secreto hizo un ademán para que me acercara. De pronto me vi junto al Presidente Kennedy. Al cruzar por una cuerda en torno a la tribuna, el presidente, que avanzaba con su esposa Jackeline, me tomó de la muñeca y caminó conmigo. Agradecí su gesto y fui yo quien tomó la muñeca suya cuando él subió a la tribuna donde yo no tenía que subir. El fotógrafo Willy Gort captó la escena. Así llegamos al automóvil convertible en el que se marcharían. Queda una foto junto a José San Román, Jefe Militar de la Brigada 2596; Dr. Manuel Artime Buesa, Jefe Civil- que años después me honró con su apoyo-; Dr. Miró Cardona, yo, el Presidente y la Primera Dama, que aquella tarde habló en español a la emocionada concurrencia.
HE ACLARADO REPETIDAMENTE Algo más y muy importante. La mayoría del exilio cubano rechaza el recuerdo de Kennedy Actuó mal en Playa Girón y mal para Cuba en la Crisis de los Cohetes. Pienso, sin embargo, que su promesa en el Orange Bowl: “Esta bandera ondeará en una Habana libre” conllevaba la voluntad de cumplirla. Y esta esperanza me la confirmó Robert Kennedy cuando muerto su hermano John lo visité en el Departamento de Justicia. No recuerdo la fecha; sí que me acompañó la hija de Raúl Maestri, amigo mío de CMQTV. Dentro del Despacho, Robert Kennedy me dijo categóricamente que el presidente Lyndon B. Johnson le había encargado del caso cubano y que su plan, el de Robert Kennedy, era liquidar la tiranía. Nada menos. Así contestó a mi inquietud por los muchos vericuetos semánticos utilizados por John F. y otros Presidentes al referirse a planes concretos sobre Cuba. Robert fue específico; se proponía actuar contra Castro. No tuvo oportunidad de probarlo. La tragedia también esperaba por él.
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