viernes, agosto 06, 2021

Miguel Sales Figueroa: El unicornio azul era un ornitorrinco albino.


 El unicornio azul era un ornitorrinco albino.

Por Miguel Sales Figueroa

4 de agosto, 2021

Silvio Rodríguez declara al diario español El País que la causa profunda de lo que ocurrió en Cuba el 11 de julio fue una insólita conjunción “de crueldades e infortunios”. Entre esos factores destacan, según el cantautor, “una pandemia mundial aún no controlada”, “un panorama económico especialmente desfavorable” y “62 años de bloqueo (sic) incrementado por 240 medidas de asfixia extra (sic) que el gobierno de Trump nos impuso…”. 

Leonardo Padura, por su parte, afirma a la agencia EFE que sus novelas son "de los documentos más radicales que se pueden haber escrito" sobre Cuba. “Y eso a mí me da mucha tranquilidad”, añade, como si hubiera motivos para intranquilizarse. "Con cierta frecuencia recibo ataques de un extremo y de otro, porque trato de ser justo y de hablar de verdades sobre las que existe un cierto consenso", agrega el novelista, dueño de lo que dice… y de lo que calla.

Silvio, el Susurrante, Padura, el Radical… qué fauna. Ante la insurrección popular, dan pellizcos de monja al régimen que los ha amamantado durante 60 años. Reinciden en malabarismos para jugar con la cadena sin molestar al mono. Echan una de cal y cuatro de arena para sepultar el asunto. Y, al mismo tiempo, se desmarcan un poquito. Por siaca…

Pero la realidad es terca. Cuba es un Estado fallido, lo que en lenguaje diplomático se llama un basket case. Un país improductivo con un gobierno tiránico, que sobrevive gracias a la caridad internacional.

Si tras seis decenios de dominio absoluto de la economía de la Isla, en un contexto de paz y estabilidad, disponiendo del control total de la vida social y política, con un volumen ingente de ayuda externa en forma de petróleo y subsidios para casi todo, el régimen castrista ha alcanzado los resultados que ahora saltan a la vista, la responsabilidad es, obviamente, de los burócratas “revolucionarios” que han ejercido el poder totalitario a través del Partido Comunista y con la complicidad de turiferarios como estos voceros impenitentes.

Silvio, Padura y sus colegas corren un estúpido velo sobre los fusilamientos, las cárceles, los atropellos y las violaciones de derechos humanos que el régimen ha practicado durante décadas y que ahora se vuelven contra el mismo sistema que los implantó. Apenas rozan con un pétalo de azucena la quiebra social que representan el exilio de dos millones de compatriotas, la miseria generalizada, el adoctrinamiento, el simulacro permanente de adhesión que el gobierno exige y las consecuencias individuales y colectivas de la falta de libertad.  

Ya sé que recordar estas verdades evidentes me convierte en un extremista peligrosísimo, pero qué le vamos a hacer. Ante lo que está ocurriendo en la Isla, la equidistancia me parece el último refugio de la cobardía.   


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1 Comments:

At 5:09 a. m., Anonymous Realpolitik said...

Del Silvio no vale ni hablar, porque apesta y aburre, y a veces, aunque muy breve y fugazmente, casi da lástima--repito, casi. Padura es más interesante, al menos en un sentido antropológico. Su pinta de camaján es de lo mejor que conozco en ese género y difícilmente superable; es algo tan marcado que casi sorprende que se atreva a mostrar tal cara en público--repito, casi. Lo que dice es mucho menos elocuente y revelador que lo que deja por decir, aunque es inútil pedirle otra cosa, pues no puede dar lo que no tiene. Al fin y al cabo, Padura no representa nada para la inmensa mayoría de los cubanos, dentro y fuera de la isla, pero sobre todo dentro. O sea, habla para su público en el extranjero, el que tiene y el que busca, como una suerte de mercadeo.

Ahora, la Cuba castrista no sobrevive a base de la caridad, sino de la perversidad internacional, incluyendo la de los países "buenos." No puede estar más claro que si los mismos cubanos no se liberan, nadie ajeno lo hará por ellos.

 

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