miércoles, marzo 04, 2020

SOBRE LAS CIRCUNSTANCIAS Y LAS POSIBLES CAUSAS Y AUTORES DE LA EXPLOSIÓN DEL BUQUE LA COUBRE EL 4 DE MARZO DE 1960 EN LA BAHÍA DE LA HABANA




La  explosión del barco  francés La Coubre el 4 de marzo de 1960   en el puerto de La  Habana y las   mentiras del Castrismo
Por Pedro Pablo Arencibia
4 de marzo de 2016

 Una de las primeras y descaradas  grandes mentiras de Fidel Castro y del Castrismo  después del triunfo revolucionario  fue  decir que Pedro Luis Díaz Lanz había bombardeado La Habana. En el periódico Revolución  se mostraron fotos  de los heridos y muertos  producto de ese falso  ¨bombardeo¨cuando en realidad fueron producto de la balacera  que las fuerzas Castristas desataron  producto  del ¨gatillo alegre¨  con el que bajaron de las montañas  y la paranoia alimentada por la cúpula militar Castrista; en las fotos no había ni una sola mostrando algún crater de las inexistentes bombas ni en La Habana (soy de La Habana) se escuchó alguna bomba al explotar y sí los disparos de fusiles y baterias antiaéreas.

(Comandante  del Ejército Rebelde Pedro Luis Díaz Lanz, Jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria después del triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959)

   Otra gran mentira fue decir inmediatamente despues de  producirse  que la(s) explosión(es) del barco  francés La Coubre el 4 de marzo de 1960 había sido obra de la CIA. Por cierto, desde mi escuela primaria y desde mi casa sí oí y vi las explosiones de La Coubre y la del polvorín de Cayo  Cruz en la Bahía de La Habana. Fidel acusó en 1960 a la CIA de la explosión del vapor La Coubre y estas son las horas que no ha presentado una sola prueba pues ni el traidor de la CIA Phillip Agee ni otros traidores y agentes infiltrados en la ¨Compañía ¨ han dado información referente a esa explosión en el Puerto de La Habana. En La Habana, Arthur M. Schlesinger Jr., antiguo asesor del presidente Kennedy, en el 40 aniversario ( no se si fue en el de la victoria de Playa Girón o de la Crisis de Octubre, pues estuvo en ambas ocasiones ) le preguntó directamente a Fidel Castro si él había denunciado inmediatamente después de la explosión de que había sido la CIA para obtener ventaja política, pues él pese a las altas responsabilidades que ocupó en el gobierno norteamericano NUNCA encontró alguna información que vinculara a la CIA con dicha explosión. Por otra parte, la única ¨prueba¨ de la tirania para demostrar que no fue accidental la explosión del vapor La Coubre  fue lanzar desde un helicóptero varias cajas de granadas, etc.

Además de la posible mala manipulación durante el  desembarque del armamento y municiones, existen versiones  de que fueron personas totalmente ajenas a la CIA  y a los EE.UU. ; una de ellas   es que  esa  explosión  se llevó a cabo pensando que dicho buque iba para Argelia, la cual estaba en plena lucha de su independencia como colonia de Francia.  Algunas personas  tienen la opinión (supuestamente fundada por informaciones de Inteligencia) que los autores de ese horrendo acto terroristas fueron personas que posteriormente formaron parte de la OAS (Organisation de l'Armée Secrète), organización terrorista nacida en 1961 tras un fallido golpe de estado en contra de Charles de Gaulle En Wikipedia se lee lo siguiente sobre la OAS:

¨Según uno de sus fundadores, Jean Jacques Susini, llegó a tener más de un millar hombres armados y 3.000 militantes. Sus acciones, inicialmente selectivas, fueron derivando en actos de terror cada vez más indiscriminados. Al final, como un grupo terrorista singularmente violento, acabó atentando contra instituciones francesas y argelinas, asesinando tanto a ciudadanos europeos como árabes no sólo en África, sino también en Europa. La lucha contra la Policía francesa llegó a ser singularmente violenta, mientras que el Ejército se inhibió de entrar en el conflicto. Sus principales puntos de apoyo fueron Orán, Constantina y Argel, formando tres focos que no siempre estuvieron de acuerdo en la línea de actuación..

Otra  línea de investigación  para conocer los autores del supuesto acto terrorista es la siguiente:
En el articulo Del Barbara Brovig al Hornsee: armas belgas para la Revolución cubana  del Doctor en Ciencias Históricas. Investigador del Instituto de Historia de Cuba. Servando Valdés Sánchez se lee:

Otras evidencias parecían comprometer a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo con los sucesos de La Coubre. El 25 de marzo, en una nota confidencial a R.R. Rubottom, secretario asistente de Estado para los Asuntos Interamericanos, el embajador norteamericano en República Dominicana, Joseph S. Farland, le informaba que a través de una fuente militar se había podido confirmar que Porfirio Rubirosa, exoficial (1) del ejército, era uno de los que estaba detrás de los acontecimientos del barco francés. Asimismo, refería que por otra fuente se conocía que el reciente viaje a Bélgica del general Espaillat, exjefe del Servicio de Inteligencia Militar de Trujillo, había sido con el propósito de “crear los mecanismos de sabotaje”."

Joseph Goebels, encargado del Ministerio de Propaganda de la Alemania Nazi, quién tenía la función de controlar los medios y formas en que la comunicación llegaba al pueblo expresó:
  •     ¨Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad¨
  •     “Miente, miente, que al final algo quedará... ...cuanto más grande sea una mentira, más gente lo creerá..."
Esa actitud execrable ha sido  casi una constante en el Castrismo.

 Raúl Castro no es diferente a Fidel Castro en esa actitud execrable, pues fue el propio Raúl Castro en la  televisión el que dijo que lo de la masacre del Remolcador 13 de Marzo el 13 de julio de 1994 fue un accidente.pese a las decenas de testigos que afirmaron que fue una masacre totalmente intencional por parte de  personal paramilitar de la tiranía que usaron la premeditación, la nocturnidad y la alevosía, personal que fue posteriormente condecorado, en particular el tal ¨Jesusito¨

Execrable fue también la actitud de ambos hermanos al fusilar y condenar a prisión  en la Causa 1/89 (Ochoa- La Guardia) a personas que obedecian órdenes suyas  de participar en el narcotráfico en nombre de la Revolución.

La lista de hechos execrables  es larguísima; estos ejemplos  son sólo algunos de ellos más;  hasta la explosión del  ¨... vuelo 455 de Cubana de Aviación sobre el mar Caribe, que costó la vida a 73 personas ...en 1976¨.

En el siguiente testimonio del piloto  de combate  chileno  y Capitán del Ejército Rebelde  Jacques Lagas, condecorado por el castrismo con la medalla Héroe de Playa Girón,  se relata sobre quienes fueron verdaderamente los que ordenaron y bombardearon al pueblo de Playa Girón, Cuba, cuando el desembarco de la Brigada 2506 en abril de 1961:

El 19 de abril de 1961, vuelo mi avión de combate sobre el pueblo de Playa Girón. Había despegado por tercera vez en ese día a las 16:50 horas. Recuerdo las instrucciones que he recibido antes de elevarme: "el enemigo se hace fuerte en el mismo pueblo de Playa Girón, y hay que liquidar esa batalla antes de que caiga la noche; de los contrario pueden reembarcar o recibir respuestos al amparo de la oscuridad".

Llamo a mi bombardero: "mire Cuadrado, tome nota tranquilamente. Vamos a bombardear a 6,000 pies de altura. De sur a norte, con una velocidad de 250 millas por hora; el viento es del norte de 15 nudos. No hay deriva. ¿entendido bien? -Sí Capitán, copiado todo correcto- Recuerde- agrego- o pone las cuatro bombas en el pueblo, o le parto la siquitrilla llegando a la base... Cuadrado, lo que ve directamente adelante y pegado a la costa es Girón. Desde aquí ya se puede apreciar el pueblo, la pista y el camino, ¿ lo ve?- Si jefe.......Por el intercomunicador me llega la voz tensa de Cuadrado: "-cuatro bombas fuera, capitán, Cayeron medio a medio en el pueblo-agrega a media voz, a lo mejoer sintiendo lo que habíamos hecho.

Miro hacia Girón.El pueblo no se ve; está envuelto en una inmensa nube blanca que se eleva a más de dos mil pies de altura. Las cuatro bombas de 500 libras cada una hicieron blanco directo. Son las 17:35 horas del miércoles 19 de abril de 1961. Según supe después el enemigo se rindió incondicionalmente a las 17:40 horas de ese mismo día. Exactamente cinco minutos después del bombardeo.

El 19 de abril de 1962 y a pesar de que ya estaba curado de espanto, casi me caigo del asiento en la cafetería Marakas, al ver las fotografías de los destrozos que yo había ocasionado en Playa Girón, cuando bombardée dicho pueblo por órden de Fidel, el miércoles 19 de abril de 1961, a las 17:35 horas, como producidos por efectos del "brutal bombardeo del imperialismo yanqui". Aparecían las fotografías acompañadas de grandes titulares de la Revista Verde Olivo, en los periódicos Revolución y Hoy. Miraba atónito, incrédulo y asombrado las fotografías. No podía dar crédito a los que estaba viendo. Engañar y mentir de esa manera caía ya en lo ridículo. Miles de hombres habían sido testigos de aquellos trágicos y sangrientos bombardeos.

De repente vino a mi mente la conversación sostenida con el camarada César Escalante, cuando insinuó insistentemente que cortara la parte de mi libro en la cual yo relataba ese hecho. Ahí estaba por fin el verdadero motivo por el cual mi libro había sido censurado totalmente (Nota de Nuevo Acción: Lagas se refiere a su libro "Memorias de un Capitán Rebelde").

Nuevamente la mentira, el engaño y la burla cruel que se hacía al pueblo de Cuba, al permitir que viudas, huérfanos y adoloridas madres, depositaran ofrendas florales en esos falsos monumentos, productos de nuestras propias bombas y que se atribuían al imperialismo yanqui, para exasperar a los pueblos del mundo. El asco y la repugnancia que tal procedimiento me produjo, se transformó en complejo de culpabilidad y complicidad. Decidí de ese instante, hacer lo inhumanamente posible para abandonar Cuba y contar al mundo LA VERDAD HISTÓRICA
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

El servicio de Inteligencia  de Trujillo conocía los preparativos de la invasión de la incipiente dictadura  de los Castro a República  Dominicana  y hasta había intentado establecer un acuerdo de  no agresión entre Cuba y República Dominicana; hasta insinuó que podía darle a la tiranía Castrista a algunos de los más connotados represores  de haber  cometido crímenes  en contra de revolucionarios durante la lucha contra el régimen de Batista y que estaban refugiados en Dominicana desde el 1 de enero de 1959. Todo lo de este párrafo aparece en un largo artículo del hijo del embajador de la naciente dictadura castrista en Dominicana;  veamos dos fragmentos de ese artículo que está relacionado con la información anterior:

 1.- En cumplimiento de instrucciones de Generalí­simo –escribía Rubirosa–, le envío párrafos de un informe confidencial recibido, que dice así: «Tenemos infor­mes de que el 13 de marzo, Juan Manuel Batista Climenty, despachó por correo, declarando que se trataba de efectos personales, 200 mochilas mili­tares. Este despacho fue hecho a Ascasia Sánchez 21, apartamento 202, Vedado […]. (Reinaldo Hernández a Rubirosa, carta del 21 de marzo de 1959. AGN, fondo Presidencia, Embadom Cuba). Ascasia Sánchez 21 era el anagrama de Acacia Sánchez Man­duley, hermana de Celia Sánchez y luego esposa del comandante Delio Gómez Ochoa, quien se encontraba al frente de la oficina ubicada en las calles N y 21 que se ocupaba del apoyo logístico de lo que sería la futura expedición del 14 de junio).

2.- Continuó diciendo el Sr. Meo: “El gobierno dominicano ha decidido que es mejor un acercamiento con Cuba. Nosotros quisiéramos entrar en negociaciones pues no conduce a nada esta situación. Cuba tiene problemas económicos y hasta en esto pudiéramos ayudarlos. Naturalmente, todo esto que le estoy diciendo, no lo podrán probar, en caso que sea rechazada esta propuesta, pero estamos haciéndoles una proposición. Usted no sabe quién soy yo, pero le puedo hacer una demostración”.
“Si ustedes quieren, yo arresto a uno de los cubanos que están aquí y aparece mañana golpeado o muerto, en cualquier esquina que yo le señale de antemano, para que vean que estoy hablando realmente en serio”. “Pudiera ser el Sr. Ventura Novo”, dijo después de una breve pausa.
“Estamos interesados en un tratado de no agresión”, terminó por decir.
Fue respondido muy diplomáticamente, pero con firmeza. No existían instrucciones para entrar en negociaciones y cualquier asunto a tratar se llevaría a efecto mediante los canales oficiales.
“Si, yo lo entiendo, pero les voy a dejar mi teléfono y dirección. Si a su gobierno le interesa, llámeme. Nosotros podemos arreglar cualquier cosa, mejor que los diplomáticos”, respondió altaneramente el Sr. Meo.
La segunda proposición era arrestar a Esteban Ventura y extraditarlo a La Habana, en caso de llegarse a un acuerdo.
Coincidía con la propuesta que Rubirosa había insinuado a poco de llegar a Santo Domingo.

     A continuación publico dos escritos  (realmente un fragmento de un artículo oficialista y un artículo no oficialista, que abordan dicha ingerencia) sobre esa muy temprana injerencia militar Castrista (no fue la primera, ya que la de Panamá en abril de 1959 le precedió, al igual que la de Nicaragua en mayo: le sucedería la de Haití en agosto) en países latinoamericanos: la invasión a la República Dominicana en junio de 1959; ingerencia que ya en 1965 se extendería fuera de nuestro continente y mediante fuerzas militares regulares del ejército Castrista a África, mediante el envio de tropas a Argelia y que alcanzaría su apogeo en las décadas de los años 70s y 80s. En Asia también se hicieron presente militares y paramilitares Castristas interviniendo en conflictos entre naciones y también en conflictos entre facciones de un mismo país.

    Por último, he decidido a ese suceso llamarle invasión Castrista a República Dominicana para seguir los parámetros y la terminología Castrista aplicados a la mal llamada Invasión de Playa Girón dadas las similitudes en muchos aspectos, no en todos, que tuvieron ambas expediciones. Uno de esos aspectos en que difieren, es que el dictador Trujillo fue inicialmente elegido por el pueblo y la dictadura Castrista, fue impuesta, ya que las primeras elecciones Castristas, no legítimas ninguna de ellas, fueron en 1976.

    Pueden leer mas sobre las  muy tempranas invasiones Castristas a Panama, Republica Dominicana y Haiti en:
    http://baracuteycubano.blogspot.com/2011/01/invasiones-de-fidel-castro-panama-santo.html

    http://www.aguadadepasajeros.bravepages.com

    Al triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro (1 enero 1959), un grupo de dirigentes dominicanos exiliados vieron la oportunidad de invadir Republica dominicana y liberarla de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, y desde el primer momento por supuesto contaron con la ayuda del aun no declarado régimen comunista cubano, y en menor escala con la del presidente electo democrático de Venezuela Rómulo Betancourt, quien era un acérrimo enemigo de Trujillo, pues le adjudicaban al dictador dominicano un atentado efectuado contra Betancourt cuando se encontraba exiliado en Cuba.

    (Algunos de los cubanos caidos en la invasión Castrista a República Dominicana)

    El grupo que iba invadir a Rep. Dominicana comenzó a entrenarse en Pinar del Río, y el reclutamiento lo hacían casi en forma pública en Cuba, Venezuela, Estados Unidos y otros países. El mando militar estaba a cargo del comandante Enrique Jiménez Moya natural de Republica Dominicana, y que había llegado a la Sierra Maestra (Cuba), a principio de diciembre 1958 por avión desde Venezuela uniéndose a las guerrillas que combatían a Batista. En ese avión también venia entre otros, el Dr. Manuel Urrutia (primer presidente de la revolución), que aterrizó en el aeropuerto rebelde de Cienaguilla en la Sierra.

    El día 14 de junio parte desde Cuba el primer contingente de unos 50 hombres en un avión pintado como si fuera de la Fuerza Aérea de Trujillo, y aterriza en horas de la tarde en el aeropuerto militar de Constanza. Después de una breve refriega con soldados de la base aérea que confundidos se acercaron a investigar, Jiménez Moya y sus hombres se internaron en las cercanas montañas.

    (Enrique Jiménez Moya )

    Esta acción de Jiménez Moya estaba programada para que otros grupos desembarcan en lancha por dos puntos de Republica Dominicana, pero por una serie de razones no ocurrió hasta seis días después.

    El 20 de junio los expedicionarios que faltaban parten de Cuba en lanchas y desembarca un grupo por Estero Hondo y el otro por Maimón, los cuales fueron sorprendidos por el ejército de Trujillo donde un gran numero de ellos murieron, y el resto pudo alcanzar las montañas. En Cuba quedó otro contingente, el cual no participo en la invasión

    Perseguidos por el ejército fueron cayendo los alzados, y para fines del mes de junio prácticamente estaba aniquilada la invasión. El día 4 de julio el dictador Trujillo proclamaba victoria.

    De los cientos que participaron en esta invasión a Republica Dominicana solamente quedaron vivo cinco, de los cuales dos fueron cubanos, el casi un niño Pablito Mirabal, y Delio Gómez Ochoa, los cuales mas tarde fueron repatriados a Cuba.

    ( Parte de los cubanos que participaron ;
    2º y 3º desde la izq. Delio Gómez Ochoa y Camilo Cienfuegos, resp )
    *************


    http://lapolillacubana.nireblog.com/

    La Revolución Cubana y su inserción en la contradictoria realidad latinoamericana-caribeña en 1959. (II Parte).

    ( FRAGMENTO )

    Por Orlando Cruz Capote*


    * La expedición dominicano-cubana a Santo Domingo. ¿Una respuesta o una acción independiente de Cuba revolucionaria y solidaria?.

    La historia de la expedición armada dominicano-cubana a Santo Domingo es un ejemplo relevante de cómo debe analizarse el comportamiento exterior de Cuba desde 1959. Sin conocer sus raíces programáticas se podría llegar a la falsa conclusión que la misma se preparó y realizó sólo como un acto de legítima defensa contra el régimen de Trujillo y nunca como un accionar propio e independiente, latinoamericanista y solidario de la Revolución Cubana. La amistad y deseos de cooperación entre los revolucionarios cubanos y los dominicanos siempre fueron parte de la historia de ambas naciones. Sirva otra muestra de esa hermandad, la del Generalísimo Máximo Gómez, en el siglo XIX, para ilustrar o simbolizar estos empeños internacionalistas. En la última fase de la guerra de liberación cubana, 1953-1958, exactamente en diciembre de 1958, arribó a la Sierra Maestra un avión procedente de Venezuela, en el cual se traían armas y otros pertrechos bélicos para la insurrección armada cubana. En este vuelo arribó el dominicano Enrique Jiménez Moya, quien era portador de un mensaje de la Unión Patriótica Dominicana (UPD), (7) radicada en Caracas, para que se hiciera conocer el apoyo de los emigrados revolucionarios dominicanos a la causa cubana y solicitar que estos combatientes y otros fueran entrenados en la contienda para que, en un futuro, pudieran servir en la lucha contra el dictador Trujillo.

    ( Delio Gómez Ochoa y Enrique Jiménez Losada )

    Aunque los acontecimientos desbrozaron el camino del triunfo revolucionario en el transcurso de ese mes y el resto de los revolucionarios quisqueños no pudieron llegar a Cuba antes, el pacto o alianza entre ambos movimientos revolucionarios estuvo de facto realizado. El combatiente Enrique Jiménez Moya fue ascendido a Capitán del Ejército Rebelde y se convirtió, de esa forma, en el segundo dominicano que participó en la última guerra de liberación cubana. (8) Durante la visita del líder de la Revolución Cubana a Venezuela, del 23 al 27 de enero de 1959, como ya expusimos, ambos gobiernos llegaron a un acuerdo de apoyar e impulsar la lucha de los revolucionarios dominicanos. En febrero de ese propio año, Fidel se reúne con el Capitán Enrique Jiménez y el Comandante del Ejército Rebelde Delio Gómez Ochoa, quien había sido el Jefe del IV Frente Oriental “Simón Bolívar” -creado el 10 de octubre de 1958, para operar en los llanos orientales- con el fin de coordinar los esfuerzos del apoyo cubano a la causa dominicana. De aquel encuentro sale la decisión de que el Comandante Delio Gómez fuera el delegado de la joven Revolución Cubana para facilitar la entrada al país de los futuros expedicionarios, (9) prepararlos en las técnicas del combate guerrillero y darles el entrenamiento y organización necesarios con el fin de que esta misión liberadora tuviera todo el éxito posible.

    La tarea fue asumida con prontitud. (10) Luego de varios análisis para ubicar el campamento guerrillero se decidió que fuera en las “Mil Cumbres”, en la Sierra de los Órganos, en la provincia de Pinar del Río. Este lugar, donde había operado el frente occidental insurreccional, era muy adecuado para los preparativos. La experiencia de los Comandantes Dermidio Escalona y José Argibais, primer y segundo jefe del V Frente, aseguraba que esa zona montañosa y agreste podía ser ideal para llevar a cabo las labores de entrenamiento. Además, la cercanía a la ciudad de la Habana y su aeropuerto nacional e internacional fueron también factores que determinaron que esa localidad fuera la escogida. Rápidamente, y dadas las orientaciones emitidas por Fidel, algunos armamentos de los antiguos frentes guerrilleros fueron trasladados a la finca “Mil Cumbres”. Todo se realizó en el más absoluto silencio y discreción posibles. Varios dirigentes de la vanguardia política cubana apoyaron tal empeño y, de tal forma, los Comandantes Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Ernesto Che Guevara, Juan Almeida y otros, además de ofrecer armas, dispusieron o prescindieron de algunos de los hombres bajo su mando para cooperar con la expedición. Ello estaba en plena coincidencia con la idea de Fidel de que no debían ir solo hombres del IV Frente Oriental. Igualmente, a la llegada de los emigrados dominicanos se sumaron revolucionarios de otros pueblos entre ellos, puertorriqueños, estadounidenses, venezolanos, guatemaltecos y españoles, aunque siempre se trató que la masa fundamental de beligerantes fueran de tierra quisqueyana. Se enrolaron en un inicio un total de 261 combatientes, pero entre el fragor de los preparativos, el duro entrenamiento, la decisión de los jefes de la operación y la disposición de cada uno de los participantes, al final solo quedaron alistados para la acción unos 198 guerrilleros. De ellos, 155 fueron dominicanos, alrededor de 18 cubanos (de los 21 que estuvieron inicialmente), 13 venezolanos, 7 puertorriqueños, 2 norteamericanos, 2 españoles y un guatemalteco. La estructura militar del grupo quedó definida con la composición inicial de 5 pelotones de 50 miembros y 5 escuadras de 10 combatientes. (11) La participación cubana debe tomarse con cierta cautela, porque no existe documentación desclasificada y tampoco testimonios que corroboren la cifra brindada y los nombres de los participantes, pero no hay dudas de que, posiblemente, el grupo antillano fuera mayor y que, parte de ellos, quedaron en Cuba para incorporarse, luego del establecimiento de los frentes guerrilleros, en el combate emancipador.

    Mientras se sucedían los entrenamientos, se iba forjando en La Habana la unidad organizativa de las fuerzas de la nación hermana. Para evitar un comprometimiento cubano, a esas reuniones solo asistieron los oriundos de Santo Domingo con el fin de que dirimieran sus discrepancias ideológicas y políticas que eran múltiples. (12) Al fin, entre los días del 27 al 29 de marzo de 1959, los patriotas de ese país acordaron, en el Palacio de los Trabajadores, sede de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), que la organización se denominara Movimiento de Liberación Dominicano (MLD). (13) Paralelamente, los preparativos fueron en aumento. El Comandante Delio Gómez realizó varios viajes a Venezuela con el fin de conseguir el comprometido apoyo financiero y logístico del Presidente Rómulo Betancourt. En esos intercambios se percibió inmediatamente que las opiniones dentro del gobierno venezolano no eran concordantes. El presidente fue muy renuente a cumplir la promesa y solo envió una mínima parte del dinero -de un compromiso de medio millón de dólares solo envió en efectivo alrededor de 150 mil dólares- para apoyar la expedición. Sin embargo, otros miembros del gabinete, y fuera de él, fueron partidarios de cooperar al máximo y cumplir con lo pactado. El mayor temor del mandatario venezolano era que se afectara la imagen regional e internacional venezolana y provocar la hostilidad de los EE.UU., por lo que expuso que la expedición no debía partir del territorio de su país. Y trató de comprometerse lo menos posible con esta acción, a pesar de lo conversado y acordado con Fidel. Puede decirse que ese fue un momento de inflexión en las ideas del dirigente venezolano y el inicio de su traición posterior al pueblo bolivariano y a Cuba. Incluso, en esos viajes Delio Gómez conjuntamente con el embajador cubano en ese país, Francisco Pividal Padrón, llevaron algunas armas a los demócratas venezolanos ante la inminencia de un golpe de estado contra el gobierno de Rómulo Betancourt.

    Luego de las vicisitudes de todo preparativo de esa naturaleza, la parte cubana asumió con seriedad el compromiso con los revolucionarios dominicanos. No se trataba de una acción en respuesta a la agresividad del dictador Trujillo, sino la ejecución de una política de principios que iba a ser aplicada de forma ininterrumpida a lo largo del desarrollo de la Revolución. Incluso, en los momentos en que el Comandante en Jefe Fidel Castro visitaba los EE.UU., del 15 al 26 de abril, una delegación cubana compraba armas y hasta un avión, un viejo C-46, en tierras estadounidenses (Miami) que iba a servir para hacer llegar a tierras dominicanas al primer grupo de combatientes. En los inicios del mes de junio todo estaba listo. El Comandante Camilo Cienfuegos fue el más asiduo colaborador y asegurador de la misión e, incluso, se fotografió junto a los combatientes y despidió a los mismos antes de partir hacia tierras dominicanas. El Comandante Enrique Jiménez Moya fue nombrado el Jefe máximo del grupo guerrillero, y otro dominicano, Rinaldo Sinitiago fue Segundo Jefe y miembro del Estado Mayor, mientras que el Comandante Delio Gómez Ochoa partió como asesor militar y responsable de los cubanos. Estos últimos irían en avión y debían iniciar las acciones guerrilleras y crear el frente en la región de Constanza. Asimismo dos naves, que pertenecieron a familias del antiguo régimen batistiano, se pusieron a disposición de los expedicionarios, un total de 144 hombres, -el yate “Carmen Elsa” que era propiedad de la esposa de Batista, Martha Fernández, y una segunda embarcación, que fue sustituida a última hora por el yate “Tinima”-, con las misiones de abrir dos frentes guerrilleros en la región montañosa de Estero Hondo y otro en la zona de Maimón.

    ( Manuel Rojo del Río, traidor a la expedición, Gómez Ochoa y Juan de Dios Ventura Simó )

    El 14 de junio los primeros guerrilleros, un total de 54 hombres, aterrizaron bajo fuego enemigo, en el aeropuerto de Constanza, en República Dominicana. La odisea, de la cual poco se conoce, comenzaba con muchas dificultades. Hubo dispersión de los combatientes, que llegaron por aire, porque fueron detectados rápidamente en suelo dominicano por las fuerzas del ejército que se lanzaron a su persecución y exterminio. Todo parece indicar que indiscreciones y delaciones internas y externas dieron al traste con los que llegaron días después por vía marítima, -en las primeras acciones luego de la llegada del avión se perdió una mochila que tenía algunos mapas que indicaba los lugares del desembarco marítimo - ya que, prácticamente, fueron esperados y tuvieron que entrar en combate de forma inmediata. La masacre de esos grupos fue absoluta. Ante esta disyuntiva y ante la pérdida del contacto del grupo de Enrique Jiménez (luego se supo que esta tropa fue aniquilada rápidamente y el Comandante Jiménez, muerto el 19 de junio) el Comandante Delio Gómez fue nombrado Jefe del grupo guerrillero actuante.

    La probabilidad de que las autoridades del dictador conocieran parte de los planes es sustentada por algunas pruebas presentadas por el régimen trujillista, en que se mostraba unas fotos, en tierras cubanas, del Comandante Camilo Cienfuegos junto a varios expedicionarios. Algunos documentos revelados más tarde dan cuenta que los servicios de inteligencia de Estados Unidos y de Santo Domingo conocieron muchos aspectos de la expedición. (14) A su vez, las traiciones posteriores de Pedro Luis Díaz Lanz (Jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria), Eloy Gutiérrez Menoyo y William Morgan pueden dar fe de la filtración de los detalles de la acción internacionalista. Estos dos últimos conocían de las actividades conspiradoras de Trujillo, y es muy posible que hayan realizado el papel de dobles agentes, al poner al descubierto ante Fidel la conjura del dictador y continuar conspirando e informando a las autoridades norteamericanas y dominicanas. En pago, pudieron muy bien enviar informaciones de la expedición revolucionaria dominicano-cubano. La hipótesis de que el gran traidor fue Pedro Luis Díaz Lanz, la enuncia el propio Comandante Delio Gómez, teniendo presente que en días posteriores al desembarco, un avión de la Fuerza Aérea Rebelde de Cuba -o Fuerza Aérea Revolucionaria- debía lanzar armas y avituallamiento a la incipiente guerrilla y que, por lo tanto, el mando superior de esta arma conocía de los planes y los lugares en que esta guerrilla debía moverse y encontrarse. La segunda hipótesis, la traición de Menoyo y Morgan, la deduce el autor de este trabajo partiendo del análisis de los hechos, del comportamiento de estos dos individuos y conociendo, además, que Morgan ya era desde la lucha guerrillera cubana un agente de la CIA encubierto. La actividad de William Morgan es evidente si se lee un telegrama del Departamento de Estado enviado a su embajada en La Habana donde se da a conocer que éste está vinculado a alguna actividad contrarrevolucionaria al ser líder de un grupo que se proponía asesinar a Fidel Castro.

    Por otra parte, errores tácticos y estratégicos también fueron fatales. El Comandante y Jefe, Enrique Jiménez Moya, al que acompañaba el Comandante cubano Nene López, no tomó el camino acordado y fue sorprendido y eliminado con su tropa inmediatamente, como hemos planteado. Varias emboscadas, la ubicación de la tropa guerrillera, su bombardeo y el seguimiento permanente desatado sobre ella, más la ausencia del apoyo que debía llegar posteriormente (las expediciones marítimas, por ejemplo) dieron al traste con la acción. Asimismo, existieron algunas indisciplinas e insuficiencias en la preparación física entre los grupos de revolucionarios no cubanos. Algunos relatos, contados en diarios de campaña y los testimonios recogidos denotan estas problemáticas en la tropa guerrillera. Todos los hombres, salvo cinco, fueron muertos en las acciones combativas y la mayoría fueron torturados y asesinados. Otras de las razones, y no de menor peso, fueron que no se produjeron actividades de soporte interno a las acciones combativas de los expedicionarios. Las ilusiones de los revolucionarios dominicanos de que podría producirse un levantamiento popular instantáneo -más bien espontáneo- no se llevaron a vías de efecto. No existían las condiciones subjetivas para que el campesinado, los obreros agrícolas y la población de las zonas por donde desembarcó el grupo guerrillero facilitaran la cooperación o el silencio ante la arremetida y la represión gubernamental contra ellos. De igual forma los grupos revolucionarios internos no estaban lo suficientemente unidos y organizados para dar una respuesta de apoyo lo más rápidamente posible.

    El día 11 de julio, Delio Gómez y el pequeño grupo de otros tres compañeros (los últimos de su tropa) -lo que él llamó el “reducto guerrillero”- fueron hechos prisioneros, luego de tratar realizar maniobras para alejarse de la zona de operaciones del ejército profesional. A principios del mes de septiembre, los últimos hombres del desembarco marítimo, el norteamericano Larry Bevins y el español Francisco Álvarez cayeron en combate. La operación militar no fue exitosa y situó a la Revolución Cubana en “el banquillo de los acusados” en el seno de la OEA. Y aunque salió airosa de aquella peligrosa prueba, fue un momento muy difícil para la joven diplomacia cubana.

    Sin embargo, en la valoración de este hecho histórico es necesario resaltar que el intento revolucionario de abrir frentes guerrilleros sirvió como un detonante inicial, aprovechado poco tiempo después por las fuerzas democráticas y revolucionarias dominicanas para el surgimiento de una oposición estructurada y genuinamente popular que dieron vida al “Movimiento 14 de junio” que comenzó diversas acciones contra el dictador. El mito de la impunidad e inmunidad de la que estaba revestida la tiranía de Trujillo fue completamente desbaratado. Ni siquiera la represión más sangrienta detuvo al movimiento progresista. Incluso, los EE.UU., bajo la presidencia de John. F. Kennedy, “tomaron cartas en el asunto” y, dando un giro a sus posiciones de apoyo al dictador, comenzaron a criticarlo y aislarlo. No es casual, entonces, que se vincule a la CIA en los planes de asesinar al dictador y abrir una etapa “democrática” en esa nación, a partir de 1961. Trujillo ya no encajaba en los planes del “nuevo rumbo” o las “nuevas fronteras” de Kennedy, y el Imperio que estaba más preocupado porque no surgieran “nuevas Cubas” en el subcontinente, lo desechó totalmente, luego que lo utilizó en su cruzada “anticomunista cubana” con el fin de reprimir a su pueblo y a las democracias latinoamericanas. El viejo apotegma imperial norteamericano que, "los Estados Unidos no tienen amigos sino intereses", volvió a ser puesto en práctica en la década del 60.

    El movimiento revolucionario dominicano tomó un auge de tales proporciones, entre 1961 y 1965, que las autoridades de Washington determinaron, en ese último año, desatar una invasión directa de sus marines a ese país. Fue el epílogo de la contienda revolucionaria quisqueyana en aquellos años. (15)

    La misión guerrillera de carácter antidictatorial y nacional-liberadora dominicana-cubana de 1959, aunque también con participación de combatientes de otras nacionalidades, fue la primera acción latinoamericanista e internacionalista directa y, relativamente numerosa, de la Revolución Cubana. Ella constituyó el signo vital de que sólo una Revolución es verdadera y auténtica si además de resolver los graves problemas endógenos de su país, es capaz de brindar su internacionalismo resuelto y militante ante las urgencias del movimiento revolucionario regional e internacional. Por ello, el proceso histórico de la conformación y ejecución de la expedición a dominicana, donde se involucraron alrededor de 100 cubanos, directa e indirectamente, y donde murieron 17 compañeros cubanos y cientos de otros países -cifra un poco menor de los combatientes nacionales en la guerrilla del Che en Bolivia, en 1967- es una página gloriosa en la historia de Cuba y Latinoamérica.

    Notas bibliográficas y referencias:

    (1) Una más copiosa información sobre este hecho se puede obtener de la lectura del diario Revolución, (La Habana, Cuba), en los meses desde junio hasta septiembre de 1959.

    (2) William Alexander Morgan era de origen norteamerican

    o y agente de la CIA. Logró con la ayuda de Eloy Gutiérrez Menoyo una participación en la lucha insurreccional y también alcanzar los grados de Comandante.

    (3) El término “comevacas” se los impuso el propio pueblo y las fuerzas insurreccionales del país, porque parte del II Frente Escambray, se dedicó a desarrollar muy pocos combates contra el ejército batistiano y, por el contrario, se dedicaron a acciones de pillaje en la zona de operaciones, robando y comiéndose, en ocasiones, el ganado vacuno de los campesinos y otros propietarios de ese lugar. De esa manera los denominó también Ernesto Che Guevara.

    (4) Este hombre era un asesino y sicario por naturaleza, desde la década de los años 30. En el año final de la lucha contra la tiranía, Batista lo nombró Jefe de la Policía Nacional, con el fin de que reprimiera duramente al movimiento revolucionario.

    (5) “La Rosa Blanca” fue una de las primeras organizaciones contrarrevolucionarias organizadas. La integraron ex-batistianos, ex-militares (ex-casquitos) y representantes de la oligarquía burguesa desplazada del poder, como fue el caso del doctor Amando Caiñas Milanés, ex-presidente de la Asociación de Ganaderos de Cuba.

    (6) Declaraciones al periódico Revolución, La Habana, 25 de agosto de 1959, p. 1.

    (7) Los firmantes fueron el Dr. Francisco Castellanos, Rinaldo Sinitiago Pou, Cecilio Grullón y Miguel Ángel Gómez Rodríguez por la UPD de Venezuela. En, Emilio Cordero Michel Los Expedicionarios de junio de 1959, Ponencia en el Curso “Contra el Olvido”, hacia la recuperación de la Memoria Histórica Nacional, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Museo Nacional de Historia y Geografía, 7 de diciembre de 1990. Archivo del Instituto de Historia de Cuba, Rg. 19/93, Tema: Firmeza.

    (8) Enrique Jiménez Moya fue herido en la Batalla de Maffo, en la provincia de Oriente, en 1958.

    (9) La emigración o los exiliados políticos revolucionarios y antitrujillistas estaba dispersa por varios países del continente.

    (10) Para conocer y abundar sobre esta temática se pueden consultar y ver: Delio Gómez Ochoa Constanza, Maimón y Estero Hondo: La Victoria de los Caídos, Editora ALFA & Omega, Santo Domingo, República Dominicana, 1998; Anselmo Brache Batista Constanza, Maimón y Estero Hondo, Testimonios e Investigación sobre los acontecimientos, Editora Taller, República Dominicana, 1994; Justino José Del Orbe Del Exilio Político Dominicano Antitrujillista en Cuba, Editora Taller, Santo Domingo, D.N., 1983; Juan Enrique (Johnny) Puigsubirá Miniño Diario de Campaña, Editorial Corripio, Santo Domingo, República Dominicana, 1984, entre otros.

    (11) Esta es la versión que dejó el hermano de uno de los combatientes caídos. Ver: Emilio Cordero Michel, Ob. Cit., p. 5

    (12) Muchas de esas reuniones se realizaron en la Iglesia de la Caridad, del municipio de Centro Habana, con la autorización del padre Madrigal, quien había sido tesorero del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la capital. El sacerdote Madrigal poco tiempo después se marchó de Cuba, a raíz de las discrepancias de la Jerarquía Católica Cubana con el rumbo radical y socialista de la Revolución.

    (13) Gobierno Dominicano. Invasión Report: Constanza, Maimón y Estero Hondo. Communist Aggression Against The Dominican Republic, Santo Domingo. En, Emilio Cordero Michel, Ob. Cit., pp. 7-8.

    (14) Telegram 150 to Habana, August 2, 1959. Department of State, Central Files, 737.00/8-259. En, Tomás Diez Acosta Confrontación Cuba- Estados Unidos. (1959-1960), Editora Política, La Habana, 2003, p. 46.

    (15) Juan Bosch De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe frontera Imperial, Colección Nuestros Países, Serie Rumbos, Casa de las Américas, La Habana, 1981; Gregorio Ortega Santo Domingo, 1965, ediciones venceremos, La Habana, 1966.

    *Dr. Orlando Cruz Capote, Investigador Auxiliar, Instituto de Filosofía, Cuba
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    OBSERVACIONES DEL BLOGUISTA:

    El  buque La Coubre fue descargado en  otro muelle diferente al que  habitualmente se descargaba el material bélico; desconozco si el personal encargado de descargarlo estaba familiarizado con la descarga de armamentos y municiones.  Las relaciones entre el Castrismo y la Unión Soviética  así como  las  múltiples  invasiones e injerencias del Castrismo  en otros países, incluyendo aquellos en que los gobiernos habían sido constitucional y legítimamente elegidos,  eran conocidas  y todo esto ocurría en el marco de una Guerra Fría, que de fría sólo tuvo el nombre.


    Se plantea por algunas personas que Fidel y Raúl Castro ya estaban vinculados al Comunismo internacional desde antes del asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y que, mediante el oficial de la KGB Nikolai Leonov, el comunismo soviético  le brindo  en México ciertos recursos a la preparación y expedición del yate Granma. No obstante, lo verificable, hasta ahora, es  lo siguiente, lo cual se extrajo del ensayo  Razones de Angola IX, de César Reynel:

    ¨La inteligencia checa, que desde 1948 era incapaz de tomar una sola decisión sin consultar con Moscú, pidió asesoramiento de los soviéticos y recibió respuesta a través de la decisión del Presidium de Comité Central que hoy puede ser consultada en el Archivo del Presidente de la Federación Rusa (Extracto del Protocolo 198, reunión del Presídium de diciembre 27, 1958, folio 3, lista 65, Fichero 871). En esa resolución (que ya está desclasificada y es pública), el PCUS aprobó “la intención de los amigos checos de ayudar al movimiento de liberación en Cuba”, y dio instrucciones precisas de no dejar ningún rastro escrito diciendo que la armas eran para Cuba, que verificaran exhaustivamente la seriedad de las intenciones de la compañía (léase contacto), y que no enviaran ningún arma que pudiera ser rastreada como perteneciente al bloque soviético.
      
    No olvidemos que los primeros especialistas extranjeros en Inteligencia y Contrainteligencia  que asesoraron a los incipientes órganos de la Seguridad del Estado  después del triunfo de la Revolución fueron los checoslovacos, hispanosoviéticos y ex combatientes  de la Guerra Civil española. Uno de ellos fue Angel Martínez Riosola,   ¨Angelito¨, cuyo verdadero  nombre  era  Francisco  Ciutat de Miguel  quien llegó a Cuba el 4 de  marzo de 1960;  su avión procedía de Venezuela pero antes había recorrido varios países europeos como Checoslovaquia y Bélgica. Era graduado de la prestigiosa Academia  Voroshilov, de la Unión Soviética,  donde también ejerció como profesor. En el 40 aniversario de la invasión de Bahía de Cochinos, recuerdo, aunque ha pasado mucho tiempo,  a Fidel Castro decir en la televisión que  si la invasión hubiera sido por Trinidad,  no tenía ninguna probabilidad de éxito, pues ¨Angelito¨ había hecho fortalecer dicha zona con fuerte artillería y tropas. Se  afirma que participó en combatir a los alzados antiCastristas de la Sierra del Escambray y hasta que fue herido; quizás este ¨asesor¨haya formado parte del grupo operativo especial  ¨Molino¨. Posteriormente ofreció  asesoramiento militar en Vietnam y en Argelia . En Vietnam fue un importante apoyo del General Võ Nguyên Giáp.

     (Angel Martínez Riosola,   ¨Angelito¨, felicitado por Fidel y Raúl Castro)

     Este acercamiento  no escapaba a los órganos de Inteligencia de los EE.UU., los cuales tenían informado al Presidente Dwight D. Eisenhower, el cual el 17 de marzo de 1960 aprobó  el documento titulado “Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro”,con el objetivo de derrocar a la amenaza que se establecía a 90 millas de las costas de EE.UU. Señalo que la incipiente dictadura Castrista  antes del desembarco de la  Brigada  de Asalto 2506 por Bahía de Cochinos el 17 de abril de 1961  ya habia invadido  a varios paises latinoamericanos independientemente de que en ellos   hubieran  dictaduras o gobiernos constitucionalmente elegidos por  el pueblo de esos paises.

    Comprometámonos a seguir haciendo de la Patria el ejemplo que convierta a Los Andes en la Sierra Maestra del continente americano”. Fidel Castro, Santiago de Cuba. 26-07 1960

      A continuación  un breve resumen por países  de esas invasiones, injerencias y actividades de subversión que desarrolló la incipiente dictadura Castrista antes  de la invasión de la Brigada de Asalto 2506 y aún antes que el Presidente Eisenhower firmara “Un programa de acción encubierta contra el régimen de Castro¨; posteriormente las invasiones, injerencias y subversión  Castrista continuaron de manera creciente y se extendieron a otros continentes. Los fragmentos fueron tomados del libro Las Guerras Secretas de Fidel Castro de Juan F. Benemelis,  ex diplomático Castrista que tuvo vínculos con la Dirección General de Inteligencia.

    (Juan F. Benemelis) 

    Panamá (1959)
    Se entrenaron 200 hombres en Pinar del Río ,a cargo del jefe guerrillero Dermidio Escalona. La expedición armada, integrada por unos 82 cubanos, dos panameños y un norteamericano, estaba dirigida por el cubano César Vega, un viejo compañero universitario de Castro y expedicionario de cayo Confite, que llamaba la atención con sus pómulos salientes y su mirada de poseso. A bordo de la motonave cubana Mayarí, partió el grupo desde el surgidero de Batabanó, al sur de La Habana, hacia Panamá el 19 de abril, y desembarcó en un lugar conocido como Playa Colorada, para secundar un alzamiento armado que se había originado en el cerro Tute. El día 22, la guardia panameña hizo prisioneros a dos integrantes del contingente, un estudiante panameño de apellido Picans y un cubano de nombre Gilberto Betancourt, que había sido capitán de las células de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en La Habana, y que posteriormente fue fusilado en Cuba por oponerse al gobierno de Castro.

    Ante el fracaso de la expedición, el gobierno de Castro se vió obligado a cooperar con la Organización de Estados Americanos al remitir a dos miembros del departamento de inteligencia del ejército, el capitán Armando Torres y el teniente Fernando Ruiz, para que instasen la rendición de los expedicionarios ante la comisión de la OEA en la zona del Canal.

    La invasión fue un fracaso desde el primer instante, al naufragar las barcazas en las marismas y riscos de Nombre de Dios, donde hubo la única baja de la acción, un cubano que se enamoró y caso con una bella panameña del lugar; los invasores, por otra parte, escogieron una zona demasiado desolada para la guerra de guerrillas, y al final tuvieron que ser rescatados por buques de la marina de los Estados Unidos.

    El primero de mayo, Vega capitulaba ante una comisión de la OEA. Esta intrusión para derribar al gobierno del presidente Ernesto de la Guardia, fue el fruto de una compleja intriga latinoamericana, donde se complotaron varios personajes, entre ellos el pro castrista Rubén Miró, el doctor Roberto Arias, y un gigoló panameño casado con la bailarina británica Margot Fonteyn.

     En los meses iniciales del triunfo de la rebelión cubana, dos conjuntos nicaragüenses fueron atendidos en La Habana. Por un lado, el conglomerado de los juramentados con Castro en Méjico, compuesto por elementos anticomunistas entre los que despuntaba Pedro Joaquín Chamorro, y que era atendido directamente por el jefe guerrillero cubano Camilo Cienfuegos. El otro círculo, encabezado por Fonseca Amador y de clara inclinación izquierdista, se hallaba bajo la sombra protectora del Che Guevara.

    El régimen de Castro adquirió las armas, clandestinamente, en los Estados Unidos. La intrusión fue lanzada por partes, durante los días 31 de mayo y 1 de junio de 1959, empleando aviones cubanos y el yate Nola. El 28 de mayo de 1959 un transporte de las fuerzas armadas cubanas condujo hacia Centroamérica un importante alijo de armas que fue recibido por el comunista Marcial Eguiluz para las presuntas guerrillas nicaragüenses. En esa oportunidad, Joaquín Chamorro viajó a La Habana para solicitar el sostén de Castro a las incursiones de Olama y Mollejones en mayo-junio de 1959; pero tanto Fidel como el Che Guevara decidieron conceder un amparo menor a este proyecto y fomentar los planes del marxista Fonseca Amador.

    En una temprana maniobra planificada en Cuba, Chester Lacayo y otros cabecillas de los que realizaron con Castro el pacto de Méjico fueron detenidos por órdenes del Che Guevara y enviados a la cárcel, a la vez que se anulaba la invasión del comandante César Roca que había logrado reunir 35 hombres. Apoyado por el Che Guevara, Castro había decidido que una invasión de Nicaragua sería efectuada por elementos de izquierda.

    El 1 de junio el comando de nicaragüenses zarpaba del sur de La Habana bajo el liderazgo de Joaquín Chamorro consumaba la correría hacia el departamento de Chontales. Tras su captura, Joaquín Chamorro admitiría que se había entrevistado con Castro y el Che para gestionarse la asistencia bélica. En junio, Castro envió un transporte de su fuerza aérea a Punta Llorona, una playa de Costa Rica, con 13,500 libras de armas y municiones a bordo. Los pasajeros del avión eran seis exilados nicaragüenses, un costarricense naturalizado y un grupo de cubanos. El plan era irrumpir en Nicaragua y auxiliar al levantamiento ya en marcha contra el régimen de los Somoza.

    La unidad armada que estaba comandada por Fonseca Amador, se introdujo en territorio nicaragüense bajo el nombre de columna Rigoberto López Pérez. En este intento de invasión figuraba también Rafael Somarriba, un teniente de la Guardia Nacional nicaragüense, que se había encargado del entrenamiento en Cuba. Los 75 asaltantes, divididos en 4 columnas, se encaminaron hacia Chontales y Matagalpa.

    Los encuentros bélicos se suceden en Matagalpa, Chontales y Blue Fields. Esta operación se malograría en pocos meses ante la sorprendente apatía de la población local. Ya para agosto, la Guardia Nacional del dictador Somoza había dado cuenta de tales cuadrillas. Entre los caídos se encontraban varios soldados cubanos. El refuerzo, que esperaba en Cuba, no se pudo embarcar; asimismo, un grupo cubano que viajaba en el navío Nuevitas fue detenido en el puerto mejicano de Yucatán.

    La aventura de Castro en Centroamérica, fue denunciada al consejo de la OEA por Nicaragua. Después, el gobierno nicaragüense indicaría que, de las tres goletas que habían zarpado de Cuba, una navegaba a Cozumel, Méjico, y las otras dos derivaban a Puerto Cortés, Honduras. Otro intento serio de irrupción originado en Cuba tuvo lugar en 1960; esta vez utilizándose el territorio hondureño. Es allí donde Fonseca Amador, Tomás Borge, un puñado de instructores cubanos y 55 reclutas, entre ellos Silvio Mayorga y Humberto Ortega, crearon el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En la formación de los sandinistas participaron el coronel Santos López, de la guardia de Somoza y ex compañero de Augusto César Sandino. Quintín Pino Machado, el entonces embajador cubano en Managua y hombre de confianza de Fidel y de Raúl Castro, ayudó a la constitución del FSLN y seleccionó personalmente a sus dirigentes.

    El 23 de junio, una compañía del ejército de Honduras cercó y destruyó las fuerzas de Fonseca Amador en El Chaparral, capturando documentación que incriminaba directamente a Cuba en la expedición. Fonseca Amador resultó gravemente herido; él y Borge se refugiaron en La Habana donde trabaron relación directa con el Che Guevara y con Castro. A la sazón, Fonseca Amador también contaba con la asesoría del marxista mexicano Víctor Tirado López.

     El 14 de agosto de 1959, un mes después de la fracasada intentona en la República Dominicana,se iniciaba un nuevo ciclo,la "Operación Haití", el 8 de enero de 1959. El delegado de Castro en Haití durante la insurrección, Antonio Rodríguez Echazabal,vinculado a la oposición duvalierista, sostuvo una larga entrevista con Castro donde se estableció el pacto para lanzar una revolución en las montañas occidentales de la isla La Española.

    Se conformaron los cuadros militares,y se inició una campaña de reclutamiento en las colonias haitianas de Nueva York,Méjico,Caracas,Barbados y las Bahamas.El cuartel militar se ubicó en el poblado de Jamaica (a pocos kilómetros de la Habana),y la oficina de alistamiento ,funcionaba a pocos metros del centro de ésta última ciudad.

    Por ese lugar pasaron más de 500 voluntarios; la organización Triple-A, dirigida por Aureliano Sánchez Arango, que igualmente luchó con sus guerrillas contra Batista, ofreció las embarcaciones necesarias. La emisora cubana, Radio Progreso, comenzó a trasmitir una programación en francés, dirigida a los conspiradores dentro de Haití. Los cubanos aumentaron la parada y el esbozo original incluyó una escala para nuevamente invadir República Dominicana.

    Pese a las filtraciones de información y a las denuncias de Francois Duvalier,ni Trujillo,ni Washington,ni los servicios secretos franceses ,tomaron en cuenta esta amenaza
    Un contingente de cubanos secundado por varios haitianos, acaudillados por los oficiales del ejército de Castro, comandante Henry Fuentes y el capitán Ringal Guerrero, desembarcó en Les Irois, el 14 de agosto, para derrocar a Duvalier. Fuentes. El primer grupo estaba formado por 18 cubanos, 10 haitianos y 2 venezolanos, el cual debía sumarse a una columna del ejército haitiano, que supuestamente se amotinaría. Tres días después, el canciller haitiano, Louis Maré, acusaba de agresión a Cuba ante una estupefacta conferencia de cancilleres del continente reunida en Chile, que se desayunaba con la noticia asombrosa de la invasión cubana a Haití.

    La reacción militar haitiana, encabezada por el general Mercerón fue de íntegro apoyo a Duvalier, quien concentró toda su soldadesca en las montañas de Caracausse y el día 20 de agosto estalló el conflicto que concluyó desfavorablemente para las armas cubanas. Muy pocos de los invasores lograron escapar a esta breve y monstruosa matanza. Los periodistas eran llevados al teatro de los acontecimientos donde apreciaban aterrados la hilera de cadáveres.

    El gobierno haitiano denunció la intromisión cubana en la reunión de consulta de cancilleres, en Santiago de Chile, convocada tras la protesta dominicana en junio, reiterada en la comisión interamericana de paz, ante la cual se definió la acción dirigida desde La Habana como un caso típico de intervención, violatorio de la convención sobre deberes y derechos de los estados en caso de luchas civiles, suscrita en la capital de Cuba en 1928.

    La subcomisión del organismo regional visitó Haití y entrevistó a cinco prisioneros cubanos supervivientes de la referida expedición, entre ellos, Manuel Rodríguez, Santiago Torres, Antonio Panseca, Osmani Escalante6. Haití rompió relaciones con Cuba, y el líder rebelde haitiano, Louis Dejoie,que fué uno de los que encabezó la intentona, escapó de La Habana hacia Miami, donde fue arrestado.
    República Dominicana (esto ocurrió antes que la llamada Invasión trujillista que aterrizó en Trinidad, Cuba)
    El 14 de junio de 1959 todo estaba consumado; varios yates artillados, un guardacostas y tres fragatas, conjuntamente con tres C-46, un B-26 y un P-51, del ejército cubano, secundaron desde la provincia oriental el lanzamiento de la “operación domeñar”, que comprendía un desembarco combinado de 200 cubanos y dominicanos en las playas de Constanza y Puerto Plata bajo el mando de los oficiales de Castro: comandante Delio Gómez Ochoa y capitán Enrique Jiménez Moya. Este último, compañero de Castro en la malograda correría de cayo Confite.

    El exiguo apoyo que tuvo en el consternado continente esta invasión dominicana, impidió que Castro lanzará un segundo contingente que esperaba sus órdenes en el poblado oriental de Baracoa. El delegado dominicano ante la OEA, embajador Virgilio Díaz Ordóñez, solicitó a esta organización que pusiera en práctica el procedimiento de consulta previsto en el Tratado de Río de Janeiro, pero el consejo no accedió por encontrarse República Dominicana bajo una dictadura rechazada en el continente. En su lugar, convocó a una reunión de consulta de cancilleres en Santiago de Chile

    Castro había considerado que la desestabilización del continente latinoamericano provocaría una fuga del capital nativo y una contracción de las inversiones norteamericanas, hecho que unido a un amplio esquema de sabotaje a las instalaciones económicas crearía las condiciones materiales para su estrategia de la violencia.
    Castro no se queda tranquilo y decide probar suerte con el otro espadón del continente, el paraguayo Alfredo Stroessner. En noviembre de 1959 lanza hacia Paraguay una insurrección de casi 100 guerrilleros que se habían concentrado en el Brasil, mientras poderosas emisoras clandestinas desde Cuba llenaban las frecuencias de Asunción con su mensaje bélico. Pero las fuerzas militares de Stroessner liquidaron con rapidez este ambicioso proyecto.

     En diciembre de 1960, el gobierno salvadoreño se hizo de documentación confidencial de La Habana donde se incriminaba al diplomático cubano Roberto Lasalle por financiar actividades subversivas en el país. Se demostró que los cubanos habían entregado $600 000 al salvadoreño Roberto Carias para desencadenar acciones violentas en territorio nacional. El gobierno expulsó a Lasalle, junto a René Rayneri, Armando Velázquez y José M. Valdés, los otros representantes cubanos implicados en tal designio.

    El informe detallaba las orientaciones de Raúl Castro sobre la necesidad de proveer instrucción bélica a naturales salvadoreños, el uso de dicho país centroamericano como un puente para los sediciosos nicaragüenses, y el atizar los problemas fronterizos con Guatemala. Uno de los borradores mencionados detallaba cómo los servicios cubanos buscaban afanosamente toda la información posible sobre las familias más poderosas del país
    .

    Cubanos y guatemaltecos habían hecho arreglos para un golpe de fuerza en el año 1960. Desde abril comenzaron a sucederse las visitas y la entrega de equipos bélicos a viejas capillas comunistas de Arbenz, como la de José Manuel Fortuny. Así se fueron “alzando” las cuadrillas de insurgentes en las serranías del país, a cuyo frente se encontraba un antiguo camarada de Arbenz, el coronel Carlos Paz Tejeda.

    En agosto de 1960, el gobierno de Idígoras hizo públicas las pruebas acumuladas sobre esta vasta conspiración dirigida por el Che Guevara y Castro. Un mes después, Juan Larcos, agente cubano detenido por los guatemaltecos, ratificó en su confesión el plan que se había delineado en su país. El 3 de octubre, la fuerza aérea guatemalteca atacó la goleta La Cubana mientras ésta trataba de realizar un desembarco en la costa atlántica. Al huir, la embarcación cubana embarrancó en Cozumel, y en Méjico estalló el escándalo.

    De nuevo caen informes en manos del gobierno guatemalteco que develaban las intenciones específicas de Castro: desembarcos en Omoa y la Barra (Honduras) combinados con agresiones a Puerto Barrios, Cobán y Mazatenango; episodios de sabotaje en las principales ciudades, y el establecimiento de comunicaciones directas con La Habana mediante una estación de radio que se instalaba en Senahu.

    Los cuerpos de vigilancia secretos del área detectaron una actitud inusual en Cuba; fueron los mexicanos quienes dieron la alarma: Castro había prohibido los vuelos internacionales por encima de la provincia occidental de Pinar del Río; era allí, precisamente donde estaba acantonada la fuerza expedicionaria cubano-guatemalteca, lista para entrar en acción.

    El 13 de noviembre estalló un complot en el aeródromo militar de Zacapa y en Puerto Barrios, donde figuraron los oficiales del ejército Rafael Sesam, Arturo del Cid y Marco Yong Sosa, quien sostenía los contactos con Cuba. Aparatos de la fuerza aérea cubana sobrevolaron la comarca aprovisionando a los rebeldes. El presidente Idígoras asumió personalmente la conducción de las operaciones militares y todo el continente se levantó indignado contra Castro. En Honduras fue sorprendida una columna capitaneada por oficiales cubanos que pretendía internarse en las montañas para prestar su concurso a los sediciosos. Al verse liquidado el levantamiento, Yong Sosa se encerró en las sierras con una tropilla de seguidores.

    El delegado de Guatemala en las Naciones Unidas demandó una sesión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para debatir la intromisión cubana. Dwight D. Eisenhower, presidente de los Estados Unidos, aprovechó la oportunidad para lanzar una dura advertencia a La Habana, desplazando una flota de guerra cerca de las aguas jurisdiccionales cubanas. La Unión Soviética le pediría a Castro "moderación".

    En los primeros meses de 1959, el gobierno de Castro envió a Detroit, en un cambio de su consulado a la bella Margarita Quintana, de amplia experiencia diplomática . Además de cónsul,trabajaba para los servicios secretos de Castro,y se relacionó con el ingeniero norteamericano Robert Braun, especialista en el manejo de instrumentos electrónicos, dueño de un laboratorio que suministraba equipos especiales a la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos.

    En plena luna de miel, Margarita y Braun desaparecieron de los Estados Unidos y se domiciliaron en Cuba, dejando preparadas para su envió a La Habana, todas sus pertenencias que sumaban 25 cajas y paquetes. En mayo y junio de 1960, el equipaje fue llevado al consulado cubano en West Palm Beach para ser reembarcado hacia Cuba, como rezaba en las franquicias. Durante la carga, uno de los bultos llamó la atención de los oficiales aduaneros e intervino el FBI que retuvo el equipaje pese a las airadas protestas del cónsul y de la cancillería cubana.
    .Tras una larga batalla judicial con los representantes cubanos, el 9 de agosto de 1961 se obtuvo la orden legal para realizar la inspección (Era un pequeño laboratorio atómico! Se ocuparon métodos de identificación semejantes a los usados por los Estados Unidos para reconocer aviones en pleno vuelo, un sistema de control para bombarderos B-52, instrumentos para reconocimientos aéreos y planos de equipos clasificados. Más sorprendente fue el hallazgo de documentos que relacionaban a la pareja con el espía de secretos relacionados con la energía nuclear Klaus Fuchs, así como las pruebas de que Braun sostenía contactos regulares en Detroit con el agregado comercial soviético, a través de su esposa.

    Por cierto,  ningún  Presidente de  Cuba del período republicano entre 1902-1958, dió tanta muestra de sumisión y falta de independencia que Fidel Castro en una carta de noviembre de 1960 que se encuentra en archivos del Buró Político del PCUS en la extinta URSS: ¨Moscú es nuestro cerebro y nuestro Gran Líder¨. Esa carta es citada en el libro ya citado de Fursenko y Naftali. En el prólogo a la Constitución  Socialista de la República de  Cuba de 1976 se muestran elementos compatibles con esa declaración, pero  al ser la Constitución un documento público, se fue más discreto.

    Foto del libro One Hell of a Gamble,   de Aleksandr Fursenko y Timothy Naftali




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