viernes, mayo 23, 2025

Roberto Álvarez Quiñones: Cuba, el país donde se prohíbe celebrar su independencia

 Tomado de https://diariodecuba.com/

Cuba, el país donde se prohíbe celebrar su independencia

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¿Saben bien hoy los escolares en Cuba qué significa la fecha del 20 de mayo? ¿Lo saben los adultos con menos de 62 o 63 años de edad?

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Por Roberto Álvarez Quiñones

Miami 20 mayo 2025 

¿Saben bien hoy los escolares en Cuba qué significa la fecha del 20 de mayo? ¿Lo saben los adultos con menos de 62 o 63 años de edad?-

Para los escolares cubanos no significa nada. Es un día como cualquiera otro en el que tienen que ir a la escuela. Los adultos que no llegan a sexagenarios tampoco están duchos en lo que esa fecha representa, salvo aquellos a quienes sus padres y abuelos les hayan contado algo al respecto y quién fue Tomás Estrada Palma.

Es algo así como si en México hoy no se supiese bien qué pasó el 16 de septiembre de 1810; en EEUU lo sucedido el 4 de julio de 1776, en la India lo ocurrido el 15 de agosto de 1947, o que los franceses ignoraran que el 14 de julio de 1789 los parisinos asaltaron la fortaleza de la Bastilla e iniciaron la más trascendental (y última) revolución social burguesa de la historia.

En esas fechas esos pueblos mencionados, y todos los del planeta, festejan jubilosos y con legítimo orgullo nacional la conquista de la independencia, o de la liberación del hambreador viejo régimen semifeudal en el caso de Francia, que costó sangre y sacrificios a sus ancestros.

Pero en Cuba el megalómano Fidel Castro, como antes hicieron sus homólogos (y paradigmas) Lenin, Hitler, Mussolini y Mao Tse Tung en sus países, borró el significado del 20 de mayo de los textos de historia de Cuba.  Tiró a la basura la fecha en que el país obtuvo su independencia del imperio colonial español, luego de dos sangrientas guerras en las que murieron más de 240.000 cubanos, incluyendo los 173.000 que fallecieron por hambre durante la reconcentración de civiles ordenada en 1896 por el gobernador colonial, el genocida general Valeriano Weyler.

Castro prohibió totalmente cualquier acto, festejo, desfile o parada de los que tradicionalmente tenían lugar en toda la Isla cada 20 de mayo desde 1902, cuando en el Castillo del Morro ondeó por primera vez, al fin, la hermosa y gloriosa bandera de la república soberana de Cuba.

Castro I decidió que la fecha nacional cubana fuera la suya propia

El tirano decidió que la fecha nacional cubana tenía que ser la suya propia (de Castro) el 26 de julio, y bien en grande, acompañada de otros dos días feriados-festivos con descanso laboral, los días 24 y 27 de julio.

¿Y qué fue lo que ocurrió un 26 de julio tan trascendental y extraordinario como para sustituir nada menos que al 20 de mayo como la principal fecha patriótica de los cubanos?

Ese día de julio en 1953 en Santiago de Cuba tuvo lugar lo que realmente puede considerarse uno de los más sangrientos ataques terroristas en América Latina, organizado y dirigido por el propio Fidel Castro, quien, por cierto, huyó del sitio atacado, el Cuartel Moncada,  sin avisarle a sus compañeros de armas, que siguieron combatiendo… y muriendo. Otros fueron apresados y asesinados.

Paralelamente, ese mismo día y a la misma hora otro grupo de asaltantes, también por orden de Fidel, atacaron el Cuartel Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, en una acción realmente suicida que costó la vida a diez de los 21 jóvenes asaltantes, casi todos asesinados, y hubo una sola baja mortal en las filas del ejército batistiano.

En Santiago de Cuba la acción, además del Moncada, incluyó la toma del Hospital Provincial y del Palacio de Justicia, para apoyar a tiros el asalto al cuartel. Al final de todo aquello el saldo fue de 98 muertos, incluyendo 56 asaltantes asesinados y ocho muertos en combate. Del ejército de la dictadura murieron 25 soldados en combate o asesinados. También nueve civiles, ajenos al ataque, fueron asesinados por esbirros batistianos en represalia política por el asalto al cuartel.  

En Buenos Aires, en el ataque realizado en agosto de 1994 por terroristas islámicos contra la Asociación Mutual Israelita Argentina murieron 85 personas, o sea, 13 menos que en el Moncada.

Lo del Moncada tuvo suficientes rasgos típicos de un ataque terrorista por al menos dos razones. Por una parte, Castro escogió el día 26 de julio porque por esos días tenía lugar el muy popular carnaval de Santiago de Cuba. Muchos soldados del Ejército participarían, regresarían al cuartel medio borrachos y dormirían profundamente. Y, así fue, el ataque comenzó a las 5:00AM y varios soldados fueron acribillados medios dormidos, probablemente en calzoncillos.

Por la otra, Castro no respetó las reglas de la guerra. Los asaltantes se disfrazaron con uniformes del ejercito batistiano para engañar y entrar al cuartel con ventaja. Por eso, al iniciarse el ataque hubo tal desconcierto y asombro entre los soldados del cuartel que comenzaron a dispararse entre ellos mismos. Algunos murieron, o fueron heridos por aquel insólito fuego amigo.

Volviendo al 20 de mayo, hace ya dos tercios de siglo que Cuba es el único país de América que no festeja y celebra la fecha en que obtuvo su independencia. En la Isla todos los libros de texto de historia de escuelas y universidades, y en general toda literatura de ficción o ensayística escrita o publicada a partir de 1960 o 1961, ignora olímpicamente la conmemoración del 20 de mayo, y encima miente y tergiversa lo ocurrido aquel día en que el pueblo de Cuba festejó con júbilo sin precedentes en la historia cubanas su acceso libre y democrático a la modernidad del naciente siglo XX.

Los libros castristas, todos los medios de comunicación oficiales, historiadores, profesores, e intelectuales en la Isla siguen las directrices de la dictadura y afirman que el 20 de mayo de 1902 Cuba no obtuvo su independencia, sino que pasó a ser una neocolonia de EEUU. Califican y definen a la República, desde 1902 al 1 de enero de 1959, como "la República mediatizada", o "la República neocolonial".

Y nada se dice del asombroso empuje económico social que tuvo Cuba desde aquel 20 de mayo inicial. Baste recordar que, al proclamarse la independencia, el país tenía 1,6 millones de habitantes, y desde ese año hasta 1930 llegaron a la Isla 1,3 millones de inmigrantes de todas partes del mundo a participar y beneficiarse de aquel auge económico cubano.

Tampoco en Cuba se puede publicar que cuando asaltaron el poder los Castro y el argentino Ernesto Guevara la nación se acercaba con paso firme al Primer Mundo, era uno de los tres países latinoamericanos con más alto ingreso per cápita, duplicaba al de España, igualaba al de Italia y superaba al de varios países de Europa.

Tergiversación de la real historia de Cuba, un arma política castrista

Es bueno destacar que el desconocimiento o tergiversación de la historia verdadera de Cuba, de antes y después de 1959, ha sido una tramposa arma del castrismo, muy bien diseñada por la oligarquía dictatorial para anestesiar sin mucha resistencia a las "masas".

Así se presenta a José Martí como un pensador socializante, casi militante del Partido Comunista, mientras se oculta su admirable y ostensible condición de demócrata liberal, cultivador casi obsesivo de todas las libertades y derechos humanos, y enemigo acérrimo de las tiranías, no importa el disfraz con que la vistan.

Pero se oculta que Fidel Castro irrumpió en el escenario político como gángster, a tiro limpio, matando e intimidando a sus rivales. Y a propósito ¿quiénes hoy en Cuba saben que Fidel en 1951 fue a Kuquine, la finca del senador Fulgencio Batista, y le propuso que diera un golpe de Estado? O que en su luna de miel en EEUU, en 1948, Fidel Castro se compró en Nueva York un auto Lincoln de uso con el dinero que le diera Batista como regalo de bodas.

O que al mes y medio de entrar en La Habana declaró a la prensa que no estaba de acuerdo con el comunismo, y "yo no soy un aspirante a presidente de la República (…) no me importa ningún cargo público, no me interesa el poder".  Y que luego, en abril de 1959, estando en Washington de visita aseguró a los periodistas:   "Que quede bien claro que nosotros no somos comunistas. Que quede bien claro".

En fin, por eso forzosamente la historia de Cuba, sobre todo a partir de enero de 1959, habrá que reescribirla tan pronto sea libre otra vez. Y hay que escribirla ¡ya!, o tal vez nunca será rescatada totalmente del fondo del oscuro baúl en que languidece.

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Este VIDEO hoy es OBLIGATORIO para TODOS los CUBANOS. Asi nació la República.


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(De un lado  los integrantes del Congreso elegido por el pueblo cubano;  del otro lado los militares del gobierno interventor. Para las elecciones  municipales, las cuales precedieron a las elecciones generales,  se exigió poseer cierta cantidad de dinero;  no así para las generales. Comentario del Bloguista de Baracutey Cubano.


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miércoles, mayo 21, 2025

Cuba spbre música y moda: El reparto y los reparteros: esparciendo el virus de la chabacanería

 Tomado de https://www.cubanet.org/

El reparto y los reparteros: esparciendo el virus de la chabacanería

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El derecho a escuchar y a bailar lo que le venga en ganas a cada persona se debe respetar, pero hacer pasar por traje un calzón ripiado es cosa de improvisados e inescrupulosos críticos.

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Por Víctor Manuel Domínguez

Mayo 16, 2025

LA HABANA, Cuba. – Si la estupidez y la chabacanería fueran contagiosas, muchos de los cubanos dispersos por el mundo las esparcirían como una plaga de ruidos que ha enlodado la música cubana. 

La frase “Parece que estamos allá, pero estamos aquí”, acuñada por el reguetonero Ja Rulay, un aquejado por el síndrome del cubatón, ha provocado el éxtasis y el delirio de los compatriotas que padecen o incuban el virus de la vulgaridad.

Según CiberCuba, dicha frase resume el follón que se forma en una discoteca en Barcelona cuando suena Marca mandarina, una canción de Bebeshito que “refleja no solo el impacto global del talento urbano cubano, sino también el sentido de pertenencia de una diáspora que, a través de la música, mantiene vivo el vínculo con la Isla”.

El hiperbólico impacto mundial y la presunta búsqueda de identidad cubana adjudicados a los que interpretan o consumen ese “grosero engendro marginal y antimusical” (como lo definiera mi colega y amigo Luis Cino en un artículo publicado recientemente en CubaNet) debe derivarse de un arrebato ocasionado por un mano a mano entre “el químico” y el éxtasis, pues ambas drogas causan tembleques, desatinos, pérdidas de la memoria y tales desvaríos que no se sabe lo que dice ni adónde va.

La frase, expresada por Ja Rulay y recogida para la posteridad en un video que se hizo viral en las redes sociales, según la fuente, hace justicia “al estilo distintivo del reparto y su capacidad para conectar con una juventud que ha convertido esta canción en un verdadero himno”. 

¿Habrá muchos de los que entonan Marca mandarina, Tacto que llegó el repartoTotaila, que se sepan la letra del Himno Nacional?

El derecho a escuchar y a bailar lo que le venga en ganas a cada persona se debe respetar, pero hablar de calidad y hacer pasar por traje un calzón ripiado es cosa de improvisados e inescrupulosos críticos que, como los mediocres amanuenses de la prensa oficial Arleen Rodríguez, Francisco Rodríguez o Randy Alonso, recibieron la contraorden del régimen de apoyar, legitimar y hacer institucional la peor y más denigrante ¿música? que se escuche en Cuba con tal de sumar gentuza que supla las diezmadas filas de sus tropas en la guerra cultural.

Para nadie que se respete, el gusto de los comisarios y amanuenses del régimen resulta un buen medidor de la calidad de ese Frankestein elaborado en los barrios marginales, al que hoy le abren las puertas de la EGREM y Bis Music cuando hasta no más ayer se les cerraban detrás las de un calabozo. 

Tampoco sirve para legitimar al reparto que un grupo de barrioteros nostálgicos de los derrumbes y la escatología social que impera en Cuba, recuerden desde Miami, París o Barcelona, los apagones y la escasez general que sufrían en su país.   

Y, menos aún se puede considerar que el reparto sea una señal de identidad, como un tinajón de Camagüey o un pan de Cruces.

Imagine cómo andarán por el infierno Pedro de la Hoz e Iroel Sánchez, artífices y defensores de decretos enfilados contra “la vulgaridad, el sexismo, la chabacanería y el mal gusto”, que ellos consideraban que contenían los textos del perreo, el reguetón, el guachineo y toda la parentela de engendros marginales y ruidosos disfrazados de música, al sentir hoy como retumba el reparto sobre sus tumbas.

Y qué pensar de los comisarios culturales que, aún vivos, vuelven la cabeza, hacen silencio, y no atinan a decir ni un disparate contra los que desde las propias trincheras ideológicas y estéticas del régimen, han cambiado de bando sin apenas defender sus criterios o dibujar un rictus de desprecio en su rostro. 

Todos corren a aplaudir la buena nueva de que el reparto es música innovadora, decir singao o puta una finura, y a jurar sobre el carnet del Partido que, por contrarrevolucionarios, Celia Cruz, Ernesto Lecuona, Meme Solís, Olga Guillot, Willy Chirino y La Lupe son la chusmería, la antimúsica.

Espero que Pancho Amat tenga de luto el tres y Fernando Rojas esté preparando sus guantes de boxeo para retar a Macho Rico a una pelea por escuchar a Bola de Nieve y a Chopin.  

Choteados y escarnecidos por la invasión de la chusma, Abel Prieto y Alpidio Alonso, haciendo oídos sordos al reparto, siguen concentrados en su tarea de reconvertir un ómnibus escolar en carro jaula para arrestar a los artistas que, como Luis Manuel Otero y Maykel Osorbo, se atrevan a hacer un arte “subversivo”.

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Planet Records Cuba / Miami

Bebeshito ❌ El Taiger - Marca Mandarina


Bebeshito: Tacto que llegó el Reparto


Bebeshito Totaila

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Tomado de https://www.cubanet.org

La institucionalización del reparto y el reparterismo

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Casi llegan a declarar al reparto como Música Nacional; tan nacional como la palma real, el tocororo, la flor mariposa, el son y el poeta Nicolás Guillén.

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Por Luis Cino

Marzo 31, 2025

LA HABANA.- Sobre el programa Mesa Redonda del 28 de marzo, que estuvo dedicado a la música (de algún modo hay que llamarla) conocida como reparto, comentó en las redes sociales Carlos L. Alfonso, guitarrista, cantante y director del grupo Síntesis: “No puedo creer lo que estoy viendo y escuchando en la TV”.

Sentimos lo mismo que Carlos Alfonso, muchos de los que amamos la música, quiero decir, la de verdad, sin importar el género que sea.

En el programa “Llegó el reparto”, que algunos jocosamente bautizaron como “La Mesa Repartera”, luego de años de hacerle asquitos, se oficializó la aceptación por parte del régimen del grosero engendro marginal y anti-musical conocido como “reparto”.

La periodista Arleen Rodríguez Delivet, como moderadora, junto a un panel de tres musicólogos y un funcionario del Instituto de la Música, se encargaron de buscar argumentos para legitimar y validar el reparto, llegándolo a calificar como “un salto superior del reguetón”, por mezclar el Cubatón con elementos de la timba y hacerlo una expresión musical –nunca un género, por falta de originalidad en su célula rítmica– netamente cubana.

Casi llegan a declarar al reparto, en vista de su popularidad entre todos los grupos sociales y etarios en el país, donde ya prácticamente apenas se escuchan otros géneros, como Música Nacional; tan nacional como la palma real, el tocororo, la flor mariposa, el son y el poeta Nicolás Guillén.

La renuncia al buen gusto, la capitulación ante un monótono machaqueo mecánico que convoca a la tribu al despelote y el aguaje. ¡Con tanta música buena que se hizo y todavía se hace en Cuba, a pesar de los pesares!

Esto se veía venir. En noviembre del pasado año, en el discurso de clausura del X Congreso de la UNEAC, el presidente y primer secretario del Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel, dijo, refiriéndose al reguetón y el reparto, que “no se deben menospreciar o subestimar desde posiciones elitistas, porque estamos ante un fenómeno cultural que trasciende los gustos sedimentados durante décadas por su fuerte componente y alcance social” y porque “se están generando ideas, señales de cambio de paradigmas culturales que no podemos ignorar ni desatender”. Además, aseguró que, debido al gran impacto que tiene el reguetón en segmentos cada vez más amplios, el régimen no puede mantenerse al margen, sino que debe influir en sus creaciones y sumarlos a “la política cultural de la Revolución”.

También el pasado año, la Cuba oficial derrochó oportunismo e hipocresía con motivo del asesinato de El Taiger, un intérprete radicado en Miami, sumamente inadecuado y al que nunca pusieron en la radio y la TV cubana, pero que poco faltó para que, después de muerto, lo convirtieran en héroe nacional.

En la Mesa Redonda sobre el reparto, los panelistas, cual comisión evaluadora de esas que caprichosa e inapelablemente clasifican a los músicos cubanos en categorías A, B y C, escogieron, entre tantos reparteros como hay en Cuba y en Miami, a El Taiguer y Bebeshito como los máximos exponentes del reparto.

El régimen, contradiciendo su política cultural que dice batallar contra la banalidad y la vulgaridad para elevar el nivel cultural de los cubanos, ahora acepta y le da reconocimientos al súmmum de lo vulgar. Pero es que los mandamases quieren sacar provecho del reparto. Económico, porque evidentemente nunca conseguirán que el reparto sea “un arma de la revolución”, como lo fue el Movimiento de la Nueva Trova, ni hacer que Bebeshito y El Micha sean los equivalentes de Silvio Rodríguez y Sara González.


Escribió en su blog la musicóloga Rosa Marquetti: “Dentro del desespero por sacar de donde hace tiempo ya no hay, han llegado a creerse que tienen en el reparto una fuente inmediata y cuantiosa de ingresos. Lo primero entonces, blanquear el reparto, que tanto negro y mulato, cuestionado con problemas con la justicia, no viste bien. Mejor promover y apoyar a un blanquito dócil y bonitillo (para algunas y algunos) y políticamente correcto. ¡Ilusos ellos que creen que pueden construirse un Bad Bunny nacional!”

Cuando leí eso, enseguida me vino a la mente Bebeshito, cuyo exitoso concierto en Miami tanto alegró al régimen de La Habana, y que ahora, con la muerte de El Taiguer, queda como el más importante repartero, según los panelistas de la Mesa Redonda.

Peor que la institucionalización del reparto es que signifique también la del reparterismo, de los rasgos y conductas que emanan de canciones y videoclips: la guapería, la chabacanería, las palabrotas, la jerga presidiaria, el machismo, el sexismo, la cosificación de la mujer, y la ostentación de que hacen gala los intérpretes con sus carros y sus exageradamente gruesas cadenas de oro y plata, haciéndolos ver como triunfadores dignos de imitar por la juventud de la paupérrima sociedad cubana.

Los gobiernos no tienen por qué decidir, por razón alguna, qué música se debe escuchar y cuál no, como cuando en las décadas de 1960 y 1970 el castrismo proscribió el rock y las canciones en inglés en general, por considerarla “un instrumento de penetración ideológica”. Pero tampoco deben promover y aconsejar cómo digerir determinados tipos de música, máxime si son deformantes, embrutecedoras y socialmente nocivas, como evidentemente es el reparto.

Sin eximir de culpas a los reparteros, hay que reconocer que ellos y las letras de sus ¿canciones? son el reflejo de la sociedad de donde surgieron. Una sociedad enferma, en crisis, una jungla donde se han perdido los valores y se ha impuesto el más despiadado “sálvese el que pueda”. Coincido plenamente con Rosa Marquetti cuando afirma que “el reparto es la banda sonora de la debacle y el desbarajuste nacional”.


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martes, mayo 20, 2025

Sobre el 20 de Mayo de 1902: una fecha que en Cuba, desde hace 66 años, se ha querido borrar (o ningunear) pese a ser la fecha del nacimiento de la República de Cuba

 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano


 

 (Ceremonia del traspaso de poderes dentro del edificio de los Capitanes Generales)

Deseo puntualizar que Canadá fue protectorado de Gran Bretaña hasta bien avanzado el siglo XX. En el libro La verdadera República de Cuba, escrito por el Dr. Andrés Cao Mendiguren,  uno de los  mejores libros sobre la república cubana (1902-1958 ) que se ha escrito (quizás el mejor de los que  he leido en mi vida pues no esconde hechos  aunque vayan en contra de su opinión),  incluyendo la monumental obra en 10 tomos Historia de la Nación Cubana, aunque este último incluye el período colonial y llega hasta el año 1952, se lee: 

¨Cabe decir que aquellos pensamientos de 1913 expresaban una realidad  porque esa nación  se alcanzó muy pronto  en décadas posteriores,  aunque en 1959  fue demolida por los que  usurparon el poder, y ha sido vilipendeada  por una oleada de intelectuales comprometidos o  mediocres. El testimonio de ello es que Cuba ocupaba  las primeras posiciones  en todos los renglones de los anuarios de las Naciones Unidas  para la América Latina. Y hay que reconocer que estos logros  tan destacados  no se hubieran podido conseguir  si nuestros gobernantes, y a pesar de sus errores,  no hubieran tenido interés  y acierto para  resolver los problemas de la sociedad cubana, si nuestros legisladores no nos hubieran  dado una legislación avanzada  y moderna, o si el  pueblo cubano no hubiera estudiado  y trabajado  para superarse. El pueblo cubano era exigente  y siempre aspiraba  a lo mejor, pero tenemos  que acusarnos  de un pecado,  y es que  cuando no lo lográbamos plenamente, en vez de analizar  los fallos  y aplaudir lo logrado, prodigábamos una crítica irresponsable.¨ (Cao, 2008, p. 87
)


El Dr. Jorge Salazar Carrillo, profesor titular de economía de FIU  sobre el  gran desarrollo económico de Cuba en el siglo XX antes de Castro



  (Concentración de personas frente al Hotel Inglaterra, Prado y San Rafael,  en los momentos de la  trasmisión de poderes el 20 de mayo de 1902. Todas las imágenes fueron añadidas por el bloguista de Baracutey Cubano)


 

(Otra foto de dicha ceremonia de traspaso de poderes)




 (Momentos  en que se arria  al mediodia la bandera de EE.UU. y se iza la bandera cubana  en el antiguo edificio de los Capitanes Generales)



 (Máximo Gómez  izando la bandera cubana  en la azotea del antiguo edificio de los Capitanes Generales; a su lado Leonardo Wood  el que hasta hasta  pocos minutos atrás  era el gobernador  del gobierno interventor.)


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Tomado de http://www.vitral.org/vitral/vitral48/cent.htm; el artículo completo está en el número 48 de la revista Vitral de la Diócesis de Pinar del Río cuando yo aún vivía en Cuba.


ENMIENDA PLATT Y REPÚBLICA

(Fragmento)

Sabiduría vs imposición

La República nació con su independencia y soberanía limitadas en cuanto a principios se refiere; eso es un hecho innegable en nuestra historia. Los cubanos más preclaros se decidieron por la opción de aceptar por el momento la mencionada enmienda ante la alternativa de la ocupación indefinida de Cuba por las tropas norteamericanas y que la misma pudiera desencadenar una inútil guerra de guerrillas contra el Gobierno Interventor norteamericano que destruyera, más aun, al ya devastado país. El Mayor General Calixto García después de concluida la Guerra Hispano Cubana Norteamericana había dicho:

"Yo creo que los Estados Unidos no faltarán a su palabra empeñada; pero si así fuera siempre habría tiempo para morir, ya que no para vencer" ( Rodríguez, 44 y 45)

La sabia estrategia planteada desde los mismos inicios de la República por Don Juan Gualberto Gómez, y otros patriotas, y que está expuesta en las siguientes palabras, demostró ser la más adecuada para la joven república.

"Declaración solemne del propósito de que mientras ese tratado esté vigente, será escrupulosa y lealmente observado por el pueblo cubano y por su gobierno; sin perjuicio de que el Gobierno de la República de Cuba aproveche cualquier oportunidad favorable que pueda presentarse en el porvenir para influir cerca del Gobierno de los Estados Unidos, a fin de obtener por mutuo acuerdo, la modificación de aquellas cláusulas del Tratado en que el pueblo cubano encuentra limitada su independencia y mermada su soberanía." (Ibarra, 245)

Los contenidos más lesivos de la Enmienda Platt en contra de la plena soberanía cubana fueron abrogados en 1934.

Balance controversial de la Enmienda Platt

El balance de la Enmienda Platt es muy controversial. Considero que sus consecuencias deben analizarse desde al menos dos perspectivas o ángulos diferentes. Una primera perspectiva nos dice que la mencionada enmienda:

1)
 Propició el aumento significativo de las inversiones extranjeras en un país totalmente destruido necesitado de las mismas. La mencionada enmienda garantizaba, en cierto medida, el ambiente de paz necesario para el desarrollo de las inversiones en el país.

2) Contribuyó grandemente para que no sucedieran en Cuba, largas y sangrientas guerras fratricidas similares a la ocurrida durante y después de la independencia en muchas repúblicas hispanoamericanas y en Haití, o como la ocurrida en los propios Estados Unidos con la guerra de Secesión.

3) Limitó significativamente la posibilidad de una agresión extracontinental por parte de las potencias europeas como la efectuada por Alemania, con la ayuda de Inglaterra, a Venezuela en 1901 mediante los bombardeos a La Guaira, Maracaibo y Puerto Cabello, por ésta no pagar las deudas adquiridas con un poderoso consorcio alemán. Anteriormente, en 1897, la marina alemana ya había realizado demostraciones de fuerza en Haití.

Una segunda perspectiva de la Enmienda Platt nos dice que:

1) 
Limitó en cierta medida, en cuanto a principios se refiere, la soberanía de Cuba, otorgándole a la república desde un punto de vista formal, una independencia restringida.

2) Creó una mentalidad de Patronato en ciertos segmentos del pueblo cubano mediante la cual, se esperaba que los norteamericanos fueran los que resolvieran nuestros problemas políticos. En otros segmentos de la población cubana, creó o acentuó un sentimiento nacionalista antinorteamericano.

La enmienda Platt nos privó de gozar de una independencia y soberanía total, pero también nos evitó grandes desastres y sufrimientos.
 
CARICATURA MENTIROSA Y MANIPULADORA:


Manuel Sanguily como Ministro de Estado (responsabilidad que corresponde a la de Canciller o Ministro de Relaciones Exteriores en nuestros días) del gobierno de José Miguel Gómez, en su discurso en el teatro Polyteama, a poco más de una década de la imposición de la Enmienda Platt, expresó:

"Mantendrá el Gobierno las relaciones más cordiales en el orden diplomático y de los negocios, con las naciones amigas entre nosotros dignamente representadas, y sobre todo cultivará los grandes y vitales intereses que en franca y afectuosa correspondencia nos ligan a los Estados Unidos, no ya solo en consideración a las ventajas que deriva de ellos nuestra economía, sino por los incomparables servicios que el pueblo y el Gobierno americanos han prestado a la causa de la justicia, de la civilización y de nuestra nacional soberanía.
Y no os sorprenda esta sincera manifestación de quien siempre ha vivido inquieto y receloso en el temor de los grandes y los fuertes. Dos veces -una, por la ceguedad de nuestra vieja y orgullosa Metrópoli; otra por la ceguedad de enconos fratricidas-, vinieron aquí los americanos traídos por su fortuna o llamados por nuestras discordias, y siempre se retiraron de nuestro territorio, haciéndonos el doble beneficio de construir dos veces la república, y dejándonos en el corazón atribulado, desengaños y escarmientos; más en ambas ocasiones, motivos superiores de admiración y de gratitud por esa magnánima conducta que jamás en la historia habían observado los pueblos fuertes y triunfantes con los débiles, conturbados y decaídos" (Ibarra, 312)

He escogido esas palabras de Manuel Sanguily en el teatro Polyteama, y no las de otro cualquier patriota o ciudadano, por la posición vertical que siempre mantuvo Sanguily en su quehacer político:

Sanguily se opuso en un primer momento, como ya expresamos, a la imposición de la Enmienda Platt. Posteriormente, y ya en la República como miembro del Senado cubano, se opuso a la venta de tierras cubanas a capital norteamericano. En ese cargo de Secretario de Estado del Gobierno de José Miguel Gómez, se opuso de palabra y de hecho a la injerencia norteamericana en Méjico cuando el derrocamiento del presidente Francisco I. Madero y su sustitución por Victoriano Huerta, actitud que suscitó desavenencias con el gobierno norteamericano. Sanguily fue en su momento, él más fuerte y decidido opositor en el Senado cubano a la aprobación en 1903 del Tratado de Reciprocidad Comercial con los Estados Unidos (TRC). La verticalidad de Sanguily llegó hasta el punto de acusar públicamente de corrupto al gobierno de José Miguel Gómez (1909-1913), pese a pertenecer a su gabinete como Secretario de Estado.

El fundamento de la preocupación norteamericana por nuestra estabilidad republicana iba desde los más excelsos y enaltecedores sentimientos humanos de solidaridad, hasta la más fría y calculada preocupación por sus inversiones económicas y su seguridad nacional. En ese amplio espectro, es donde debemos situar los móviles que tuvieron las numerosas personalidades norteamericanas que intervinieron en la confección, aprobación y aplicación de la Enmienda Platt.

Un caso concreto de la aplicación de la Enmienda Platt

Por otra parte, debemos admitir que en general, en el caso cubano, los gobiernos norteamericanos no se inclinaron en hacer un uso indiscriminado o exagerado de la prerrogativa que les daba la Enmienda Platt. El proceder del presidente Teodoro Roosevelt durante "la guerrita de agosto" de 1906 así lo atestigua, pues tanto el presidente Estrada Palma como los alzados contra él, pidieron la intervención norteamericana y fue el presidente Roosevelt el que trató de que la misma no se produjera. La carta de Roosevelt al embajador cubano Gonzalo de Quesada del 14 de septiembre de 1906 y su telegrama a Estrada Palma del 25 de septiembre de ese mismo año así lo muestran. Algunos fragmentos de la mencionada carta son:

" Solemnemente conjuro a todos los patriotas cubanos a unirse estrechamente para que olviden sus diferencias, todas sus ambiciones personales, y recuerden que el único medio de conservar la independencia de su república es evitar, a todo trance, que surja la necesidad de una intervención exterior para salvarla de la anarquía y de la guerra civil.
Espero ardientemente que estas palabras de apelación, pronunciadas en nombre del pueblo americano, por el amigo más firme de Cuba y el mejor intencionado hacia ella que pueda existir en el Mundo, serán interpretadas rectamente, meditadas seriamente y que se procederá de acuerdo con ellas, en la seguridad de que, si así se hiciere, la independencia permanente de Cuba y su éxito como República se asegurarán.
" (Pichardo, 283)
En el telegrama de Roosevelt a Estrada Palma del 25 de septiembre, éste le escribe en un tono invocatorio y suplicante:
" Bajo su gobierno y durante cuatro años, ha sido Cuba República independiente. Yo le conjuro, en bien de su propia fama de justo, a que no se conduzca de tal suerte que la responsabilidad por la muerte de la República, si tal cosa sucediere, pueda ser arrojada sobre su nombre. Le suplico proceda de manera tal, que aparezca que Ud. por lo menos, se ha sacrificado por su país y que lo deja aún libre cuando abandone su cargo." (Pichardo, 285)


Estrada Palma permaneció intransigente y convocó al Congreso para renunciar pese a que los sublevados no pedían su renuncia. Se creó una comisión para convencerlo que retirara la renuncia pero el resultado fue negativo. No pudieron obtener arreglo alguno con Estrada Palma, el cual, para colmo, le pidió al Vicepresidente que también renunciara, dejando así acéfala a la república.

El país quedó sin presidente y con una sublevación en sus entrañas que deseaba también la intervención extranjera. La intervención se produjo y como la anterior intervención militar, no hubo oposición armada a la misma.
El Subsecretario de Estado Bacon, según el historiador Howard Hill, citado por Ibarra, le dijo contrito a Taft:
" Me avergonzaré de mirar a mister Root a la cara. Esta intervención es contraria a su política y a todo lo que él ha estado predicando en América del Sur" (Ibarra, 294)

Elihu Root, el padre de la Enmienda Platt, era en ese momento Secretario de Estado.

Según algunos historiadores cubanos de nuestros días, la renuencia del gobierno norteamericano a intervenir se debió a que podía afectarse la imagen del nuevo modelo neocolonial que se estaba experimentando en Cuba y que deseaba llevar a otros países latinoamericanos. Considero que esa explicación no es compatible con la imagen del gobierno cuyo presidente públicamente dio a conocer la política del Gran Garrote y de las Cañoneras. Esta ocasión no fue la única en la que el gobierno de los E.U. invocó la Enmienda Platt para intervenir en Cuba, pero sí fue la única en la que la intervención verdaderamente se llevó a cabo; las otras invocaciones (algunas veces precedidas de intentos por reconciliar a las partes cubanas beligerantes) se limitaron a amagos de intervención y a algún que otro desembarco en determinadas regiones lejanas del país, cercanas a la Base de Guantánamo o dentro de ella y en Santiago de Cuba, las cuales ayudaron a que se apaciguaran los ánimos de los cubanos que contendían entre sí. El artículo tercero de la Enmienda Platt se aplicó, o estuvo a punto de aplicarse, solamente en momentos en los que se habían producido enfrentamientos armados en el país y el gobierno democráticamente elegido había perdido o estaba perdiendo ostensiblemente el control del país. Esta situación se puede ilustrar también con el siguiente fragmento de la nota del Secretario de Estado norteamericano P.S. Knox, el 16 de enero de 1912, al Presidente José Miguel Gómez: "evitaran una situación peligrosa que pudiera obligar al Gobierno de los Estados Unidos, contra sus propios deseos, a considerar las medidas que debe tomar en función de sus obligaciones con respecto a las relaciones con Cuba"(Alzugaray, 29).

El artículo tercero de la Enmienda Platt nunca se aplicó cuando los objetivos políticos, sociales, obreros y de la mujer se buscaban pacíficamente. La anterior república cubana, pese a los defectos, deficiencias y males que tuvo, ocupó comparativamente una posición privilegiada en América Latina en cuanto a las conquistas políticas, sociales, laborales y de la mujer que en ella se alcanzaron.

No conozco que en esas intervenciones o amagos se haya producido algún enfrentamiento armado entre las fuerzas norteamericanas y alguna fuerza cubana.

Un hecho polémico no sujeto a esquemas

La intervención norteamericana en los asuntos cubanos en las postrimerías del antepasado siglo XIX y en los inicios del pasado siglo XX ha sido un hecho histórico muy polémico de nuestra historia. Para que se tenga una idea de lo controvertida que ha sido la apreciación cubana sobre la intervención norteamericana después de finalizada la guerra de independencia contra España diré, que en contra de todo esquema simplista, podemos encontrar desde burgueses cubanos admiradores de los E.U. opinar duramente en contra de ella, hasta a un destacado político de izquierda defender, en cierta medida y en la década del 40, la presencia norteamericana en los primeros años de independencia de España, pues esta aceleraba el desarrollo del capitalismo en Cuba y con ello, según la filosofía marxista clásica, la instauración del socialismo en Cuba.

La Enmienda Platt no fue abrogada en 1934 por poseer la república cubana en esa fecha, un gobierno fuerte que respondiera a los intereses del gobierno norteamericano, pues todos sabemos lo convulsa que fue en nuestro país la década del 30 del pasado siglo XX; tampoco se abrogó por ser una demanda del sentimiento nacionalista antinorteamericano que había en determinados estratos de la población cubana de los años veinte y treinta (también existían sentimientos antiespañol, antijudio, antihaitiano, antijamaicano, etc), sentimiento que después de 1940 y hasta 1959 disminuyó grandemente (Domínguez, 244). Fueron varios los factores que motivaron esa decisión entre los que, por supuesto, también se encontraban esa corriente y ese sentimiento nacionalista, pero no se pueden obviar tampoco: el trabajo paciente, tenaz y sabio de nuestros diplomáticos, las relaciones de amistad entre Cuba y Estados Unidos, la política del Buen Vecino de Franklyn D. Roosevelt, y finalmente, la percepción norteamericana de los cambios que se habían producido en las relaciones internacionales de las otras potencias con los países de nuestro continente.

Por último, deseo observar que el nuevo tratado sobre las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos que se firmó en esos años, nunca tuvo en su haber, un período norteamericano de ocupación de nuestro país pese a la inestabilidad política y de oposición armada que presentaron algunos gobiernos cubanos antes del primero de enero de 1959.
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 Fue durante el gobierno del Presidente provisional Carlos Mendieta y Montefur, y no durante el de  Grau -Guiteras, que fue abrogada la Enmienda Platt. Carlos Mendieta y Montefur  fue un Coronel del Ejército Libertador del que  Orestes Ferrara escribió:

 ¨... A Carlos Mendieta lo califica de ¨mula dócil del campamento de Columbia¨,  sin recordar que Mendieta  esgrimió, yendo a la cabeza en los asaltos, el machete más sangriento  de la guerra de la Independencia, y que era considerado como el joven más valiente en los campos de la batalla de Cuba.  Yo lo recuerdo  en la ¨crisis¨ del combate cuando sonriente nos mostraba su sombrero perforado   por las balas...¨ .¨ (Ferrara, 2009, pp. 419-420)
Ferrara, O. (2009).Una mirada sobre tres siglos. Memorias. Miami: Ediciones Universal.

Por cierto: Carlos Mendieta y Montefur conspiró y luchó contra el Presidente Gerardo Machado y Morales. ¿A una persona con ese valor personal se le puede de manera justa  adjudicar el calificativo  de marioneta  de Fulgencio Batista?








El Embajador Manuel Márquez Sterling  firmando el nuevo tratado (arriba) que abrogaba la Enmienda Platt; detrás el Secretario de Estado Cordell Hull.

Más en mi libro:


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0 de Mayo de 1902

 (Mañana del 20 de mayo de 1902:  La bandera norteamericana ondea aún en el Castillo de los Tres Reyes del Morro de La Habana)

Por disposición del gobernador militar Leonard Wood, a fines de abril de 1902, se fijó el 20 de Mayo para la transmisión de poderes. En ese día se iban a retirar de Cuba las tropas norteamericanas y tomaría posesión del gobierno el presidente electo, Tomás Estrada Palma. La culminación de los deseos del patriotismo cubano, el nacimiento de la República, tuvo así su fecha oficial.
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(En el preciso instante en que se arriaba la bandera norteamericana del ya Palacio Presidencial (antiguo Palacio de los Capitanes Generales) , el teniente estadounidense Edward A. Stuard ordenó el descenso de la bandera de la Union que flotaba en el mástil del Morro de La Habana. Palabras tomadas del artículo RECUENTO DEL 20 DE MAYO DE 1902, de  Ricardo Nuñez-Portuondo)

La víspera, el día 19, la Academia de Ciencias había celebrado una reunión. Su vicepresidente, el doctor Tomás V. Coronado, se excusó por la fecha en su discurso: "Día de gran júbilo para La Academia de Ciencias médicas, físicas y naturales es el que conmemoramos hoy, el XLII aniversario de su fundación... La Academia, cumpliendo un deber reglamentario, se ve precisada a celebrar su fiesta solemne de antiguo establecida, en día como éste, triste, muy triste, porque también conmemora la sentida muerte de aquel apóstol a quien Dios concedió fuerza y perseverancia inimitables para tremendas luchas por la libertad. Los académicos depositan una lágrima ante la tumba del que se llamó José Martí, y penetrados de las ideas altruistas del compatriota desaparecido, proseguimos las tareas científicas pretendiendo también enaltecer y honrar la Patria que él nos dio..."

Un testigo de la época, Rafael Martínez Ortiz, recordó así esos días de Mayo de 1902 en su libro Cuba: los primeros años de independencia (1911): "El 19 fue día de recogimiento: se conmemoraba la muerte de Martí; las banderas a media asta con crespones de luto ondeaban sobre los hogares: parecía prepararse la nación con la plegaria en los labios y con el recuerdo de los sacrificados en el alma a celebrar dignamente la más grande de las fiestas... Al sonar el primer campanazo de la media noche, la muchedumbre apiñada en las calles y paseos principales, cambió de aspecto; al recogimiento sucedió la algazara, al silencio el estrépito, la calma a la agitación... La aurora encontró la ciudad vestida de gala; los lazos negros que sombreaban al atardecer las banderas habían desaparecido... La alegría era general y era legítima; palpaban los cubanos sus ensueños... Todas las fiestas celebradas hasta entonces habían sido pálidas comparadas con las de esa fecha inolvidable..."
 
A las ocho de la mañana del día 20 tuvo lugar en la Catedral un Te Deum, dijo el Diario de la Marina, "En celebración de la constitución de la República, y para dar gracias a Dios Nuestro Señor por los beneficios que se ha dignado dispensarle... Asistieron al religioso acto, que resultó muy lucido, el presidente de la República Sr. Tomás Estrada Palma, el Secretario de Estado y Justicia, señor [Carlos de  Zaldo y el general Máximo Gómez... Las naves del hermoso templo, adornadas con lujosas cortinas ostentando los colores nacionales, se vieron invadidas por una multitud de fieles entre los que figuraban numerosas damas, todo lo que prueba que los sentimientos religiosos no han menguado en el corazón de las habitantes de esta ciudad..." Hubo, en la tarde, una recepción en el Palacio a la que asistieron autoridades y dignatarios (senadores y representantes, y, entre otras personalidades, Máximo Gómez, Carlos Finlay, Fernando Figueredo y Rafael Montoro), agentes diplomáticos de varios países (los Ministros de los Estados Unidos, de Inglaterra y México; los Encargados de Negocios de España, Bélgica y China; los Cónsules de Chile y del Ecuador...) Y siguieron desfiles, en la Plaza de Armas, del ejército, la policía, la guardia rural y los bomberos, mientras en las calles de La Habana y en los parques de las ciudades del interior, se celebraba con similar alegría tan señalada fecha.
 (La bandera cubana fue izada el 20 de mayo de 1902 en El Morro de La Habana NO por Máximo Gómez, el cual SÍ  izó la bandera cubana  en  la azotea del  ya Palacio Presidencial,  , antiguo Palacio de los Capitanes Generales. En un  párrafo  del artículo RECUENTO DEL 20 DE MAYO DE 1902de  Ricardo Nuñez-Portuondo,  se lee: ¨El general Emilio Nuñez Rodríguez, presidiendo la delegación del Consejo nacional de Veteranos, con la ayuda del vigía de la vieja fortaleza del Morro, Narciso Valdés Mir, amarró la histórica bandera a las cuerdas del mástil; al izarla, contó con el auxilio de los veteranos designados al efecto por sus compañeros: coronel José Clemente Vivanco, coronel Orencio Nodarse, teniente coronel Rafael Izquierdo, coronel Manuel María Coronado, teniente coronel Joaquín Ravena, comandante Eliseo C. Cartaya, comandante Domingo Herrera, comandante Arturo Primelles, comandante Laureano Prado, comandante Antonio V. Zicay, y teniente Narciso López.¨.  Imágenes y comentarios añadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano)


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 ¿Fue la República de Cuba (1902-1958) una neocolonia de los EE.UU.? Dos ejemplos que lo niega.


Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso
1 de mayo de 2016


Aunque L. H. Jenks escribiera el libro Nuestra Colonia de Cuba, Cuba republicana no fue nunca colonia de los Estados Unidos, de la misma manera que la tiranía cubana no fue tampoco una colonia o un satelite de la Unión Soviética. Entre la tiranía isleña y el régimen comunista de la URSS lo que existía realmente era una fuerte relación simbiótica desde el punto de vista político, la cual incidía muy significativamente en el aspecto económico de las relaciones. Los múltiples desencuentros entre las partes, en ambas etapas de nuestra Historia, niegan la existencia de una relación Colonia-Metrópoli entre ellas.

En la etapa republicana de Cuba  y en lo referente a la economía en 1958,  menos del 5% de la economía cubana estaba en manos de ciudadanos de los EE;UU., mientras que aproximadamente el 85%  estaba en manos cubanas. En 1958 aproximadamente entre el 82% y el 85% de la riqueza nacional estaba en manos cubanas, según se infiere del Anuario Azucarero de 1958 (página 11) y de la tabla de la página 24 del libro En el último año de aquella República de Ramiro J. Abreu. En la rama azucarera los cubanos eran los dueños de aproximadamente el 60% de la producción de azúcar; el casi 40% que estaba en manos norteamericanas podemos verlo desde diferentes perspectivas; una de ellas, raramente abordada, era la de ser un fuerte baluarte en el mercado consumidor norteamericano a favor de toda el azúcar producida en Cuba, pues garantizaba unos poderosos aliados: los intereses de los productores norteamericanos de Cuba,  frente a los productores de azúcar  de remolacha  producida en los EE.UU..

 La renta anual por habitante en los años 50  osciló entre los 330 dólares y los 350 dólares; la de E.U. era aproximadamente de 2 000 dólares (los cubanos no nos comparábamos con los demás países latinoamericanos o europeos; En 1953, el ingreso nacional per cápita de Cuba era de $325, superior al de Italia ($307), Austria ($290), España ($242), Portugal ($220), Turquía ($221), México ($200), Yugoslavia ($200) y Japón ($197) según Charles P. Kindleberger en su libro Economic Development,  publicado en 1958. Nuestro referente desde mediados, y quizás desde antes, del siglo XIX eran los EE.UU.)   según escribe el economista y comunista Oscar Pino Santos  en la página 97 de su libro La Penetración  del Imperialismo Norteamericano en la Economía Cubana, escrito en 1957. En el Atlas de la Economía Mundial de fines de la década de los cincuenta, Cuba estaba situada en el lugar 22 entre más de ciento veinte naciones (Apuleyo, 149). Sobre la base de los valores de la Tabla de la página 16 del Material de Estudio Nro. 3 del Ministerio de Educación de Cuba, los Países en Desarrollo y Países menos Desarrollados tuvieron respectivamente en 1976 un Producto Nacional Bruto per cápita de 450 y 140 dólares y en 1987 de 650 y 210 dólares respectivamente, todos menores que el que tuvo Cuba en 1957 (433,5) cuando se tiene en cuenta la devaluación que ha tenido el dólar desde 1957 hasta esas fechas.

Esos resultados económicos se obtuvieron pese a la inestabilidad política que presentó el país y a las medidas económicas norteamericanas que afectaron a la economía cubana: solamente la aprobación norteamericana  en 1956 de reducir del 96% hasta el 29% la participación cubana en el mercado azucarero norteamericano dieron a Cuba pérdidas de 240 millones de dólares  según las páginas 14 y 15 del libro  El último año  de aquella república de Ramiro J.  Abreu al dejar de exportar a Estados Unidos 1 156 902 toneladas métricas de azúcar según  se lee en la página 52  del libro La Economía Cubana en los años 50, del  entonces economista oficialista  Ismael Zuaznábar. Ramiro J.  Abreu, fue  ex oficial del Ministerio del Interior de la tiranía de los Castro y, en el momento de publicarse ese libro en Cuba (con prólogo del entonces  miembro del Buró Político del PCC  Carlos Rafael Rodríguez)  funcionario del Departamento América, un departamento de Inteligencia y Subverción del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que recibió inicialmente el nombre de Liberación y que tuvo como jefe a Manuel Piñeiro Losada, conocido como ¨Barba Roja,

Esas medidas norteamericanas  fueron producto del lobbysmo  en los EE.UU.en contra  del gobierno de Fulgencio Batista por este haber tomado medidas a favor del desarrollo de la economía en Cuba que afectaban a intereses norteamericanos como fueron:
  • El desarrollo de planes arroceros en Cuba, pues afectaba a los intereses de los arroceros norteamericanos de la cuenca del Mississippi. Cuba llegó a exportar arroz. El Paln de Alonso de Rojas, Pinar del Río, fue uno de ellos.
  •  La decisión de construir un molino de harina en Santiago de Cuba que le quitaba el monopolio al molino ubicado de La Habana, que era de propiedad norteamericana.
  •  El desarrollo en Cuba de la industria de aceites vegetales, pues afectaba a los exportadores norteamericanos de manteca o grasa de cerdo, la cual no era consumida por los norteamericanos.
  • Ventajas económicas  a una planta de Niquel, de la cual Batista era uno de sus accionistas, que perjudicaba a la otra planta que existía en el país, la cual era norteamericana.
  • Cuando se fue a renovar el parque de ferrocarriles, que estaban nacionalizados, las locomotoras se las compraron a los alemanes en lugar de comprárselas a la norteamericana  General Motors, 
  • El papel de la prensa cubana se compraba a Estados Unidos, lo cual  fue afectado cuando  Cuba  instaló  varias papeleras que usaban bagazo de caña como materia prima.
  • Se iba a llevar a cabo una revisión de las tarifas proteccionistas que perjudicaría a los Estados Unidos.
  • Planes para producir materias en Cuba que hasta el momento eran compradas fundamentalmente a los Estados Unidos; uno de esos materiales  era  el cemento.   Dos marcas de cemento que recuerdo eran  Santa Teresa y El Morro.
  •  Una compañía norteamericana cuyo presidente era hermano del entonces Presidente de los Estados Unidos Dwight Einsehower hizo gestiones para que  la obra del túnel de la bahía de  La Habanase la adjudicaran a su compañía, pero Batista se opuso a esas gestiones y la puso en licitación para que el proyecto mejor y más barato  fuera el escogido. Una  compañía francesa se ganó la obra.
 El túnel de La Habana se enmarcaba dentro de un vasto plan de construcciones para desarrollar la infraestructura turística en el país. Muchas eran las construcciones que se habían construido y se estaba construyendo en el país con ese fin. Algunas de ellas fueron la Vía Blanca, incluyendo el puente de Bacunayagua,  y las carreteras del circuito norte de La Habana, Pinar del Río y Matanzas y otra por el sur del país que conectaba a Trinidad, Cienfuegos, etc.,. A estas obras se sumaban la construcción de fábricas de todos tipo para abastecer al país y a la creciente industria turística Estas obras se hicieron durante el régimen de Fulgencio Batista entre 1952 y 1958. El país estaba pasando de un país monoproductor y monoexportador a un país pluriproductor y pluriexportador donde la industria no azucarera había ya desplazado a la industria azucarera. El turismo había ya desplazado a la industria azucarera como la primera fuente de ingreso del país pese a estar el país en medio de cierta inestabilidad política por la lucha armada contra el régimen de Fulgencio Batista. El país estaba en transición a una economía de comercio y servicios.

Pero con las medidas norteamericanas  puramente económicas  contra el régimen de Fulgencio Batista  no se agotaron las medidas en contra de dicho régimen:  un EMBARGO DE ARMAS  al régimen de Fulgencio Batista, el cual estaba enfrascado en reprimir la subversión armada que existía en el país, fue una de las medidas más dañinas para el futuro de Cuba ... y el de  muchos otros países, incluyendo, en cierta medida  al de  los EE.UU., pese a que durante  la lucha contra  el régimen de Batista  el tirano Raúl Castro había secuestrado a civiles y militares norteamericanos (Operación Antiaérea) y dió ordenes de atacar el acueducto de Yateritas   que daba abasto de agua a la Base Naval de Guantánamo de los EE.UU. en Cuba.

Ya  durante   el gobierno del Presidente Gerardo Machado y Morales  se llevaron a cabo  sanciones norteamericanas  contra el gobierno de  Machado por este llevar a cabo  una política para desarrollar la industria nacional en Cuba. La Ley Arancelaria de 1927 emitida por el gobierno de Machado afectaba a muchos  intereses norteamericanos, los cuales usando a sus lobbystas  promovieron sanciones del gobierno de los EE.UU. contra el gobierno de Gerardo Machado en el marco de la Gran Depresión de 1929 que tuvo un alcance mundial y de la cual solamente se salió por el desarrollo de la industria  de armamentos  durante la II Guerra Mundial.

En Cuba se  falsea la historia.  Un ejemplo es presentar  a la República de Cuba como una neocolonia norteamericana y al Presidente  Don Tomás Estrada Palma, primer Presidente de la república cubana,  como un perrito faldero de EE.UU., pese a que ha sido, aún hasta hoy, el único presidente cubano que ha expulsado de Cuba a un embajador norteamericano, pues expulsó al  Ministro Plenipotenciario de Estados Unidos en La Habana, Mr. Hebert G. Squiers, por hacer declaraciones a favor de los norteamericanos residentes en Isla de Pinos que en 1903 iniciaron un movimiento con el objetivo que la mencionada isla fuera anexada a los Estados Unidos (leer página 257 de la obra  Documentos para la Historia de Cuba, Tomo II de la historiadora Hortensia  Pichardo), lo cual nos habla claramente en contra de la adjudicación a Estrada Palma de un papel de hombre fácilmente manipulable, el cual nunca tuvo; también debemos hablar sobre sus discusiones con respecto al número de bases carboneras norteamericanas en Cuba y con respecto a las gestiones que realizó, a inicios de 1904, para concertar un Tratado de Reciprocidad con Inglaterra. Hortensia Pichardo opina lo siguiente sobre las negociaciones que se llevaron a cabo con los E.U. con relación a las carboneras o estaciones navales:

"Un triunfo diplomático se anotó Cuba al conseguir que las bases fueran arrendadas, no vendidas o concedidas y que La Habana de ningún modo figurara entre ellas.
Otro triunfo se anotó Cuba con respecto al número de las bases, pues los Estados Unidos pretendían cuatro, incluidas en ellas algunas de las mejores bahías de Cuba, Guantánamo, Nipe, Bahía Honda y Cienfuegos, pero al fin quedaron reducidas a dos: Guantánamo y Bahía Honda, y más tarde a Guantánamo solamente.
De acuerdo con el Tratado, los Estados Unidos ejercerían jurisdicción sobre las tierras arrendadas mientras las ocuparan, pero reconocían la soberanía de Cuba sobre dichas tierras."

Es importante señalar que esas negociaciones con relación a las carboneras así como las gestiones que se llevaron a cabo para concertar el Tratado de Reciprocidad con Inglaterra hicieron posible el Tratado Hay-Quesada del 2 de marzo de 1904 por el cual los Estados Unidos renunciaban a favor de la República de Cuba toda reclamación del derecho a Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud.

Los gobiernos norteamericanos no se inclinaron en hacer un uso indiscriminado o exagerado de la prerrogativa que les daba la Enmienda Platt de intervenir militarmente en Cuba. El proceder del presidente Teodoro Roosevelt durante "la guerrita de agosto" de 1906 así lo atestigua, pues tanto el presidente Estrada Palma como los alzados contra él, pidieron la intervención norteamericana y fue el presidente Roosevelt el que trató de que la misma no se produjera. La carta de Roosevelt al embajador cubano Gonzalo de Quesada del 14 de septiembre de 1906 y su telegrama a Estrada Palma del 25 de septiembre de ese mismo año así lo muestran. Algunos fragmentos de la mencionada carta son:

" Solemnemente conjuro a todos los patriotas cubanos a unirse estrechamente para que olviden sus diferencias, todas sus ambiciones personales, y recuerden que el único medio de conservar la independencia de su república es evitar, a todo trance, que surja la necesidad de una intervención exterior para salvarla de la anarquía y de la guerra civil.
Espero ardientemente que estas palabras de apelación, pronunciadas en nombre del pueblo americano, por el amigo más firme de Cuba y el mejor intencionado hacia ella que pueda existir en el Mundo, serán interpretadas rectamente, meditadas seriamente y que se procederá de acuerdo con ellas, en la seguridad de que, si así se hiciere, la independencia permanente de Cuba y su éxito como República se asegurarán
." (Obra citada de Pichardo, p. 283)

En el telegrama de Roosevelt a Estrada Palma del 25 de septiembre, éste le escribe en un tono invocatorio y suplicante:

Bajo su gobierno y durante cuatro años, ha sido Cuba República independiente. Yo le conjuro, en bien de su propia fama de justo, a que no se conduzca de tal suerte que la responsabilidad por la muerte de la República, si tal cosa sucediere, pueda ser arrojada sobre su nombre. Le suplico proceda de manera tal, que aparezca que Ud. por lo menos, se ha sacrificado por su país y que lo deja aún libre cuando abandone su cargo." (Obra citada de Pichardo, p. 285)

Estrada Palma permaneció intransigente y convocó al Congreso para renunciar pese a que los sublevados no pedían su renuncia. Se creó una comisión para convencerlo que retirara la renuncia pero el resultado fue negativo. No pudieron obtener arreglo alguno con Estrada Palma, el cual, para colmo, le pidió al Vicepresidente que también renunciara, dejando así acéfala a la república.

El país quedó sin presidente y con una sublevación en sus entrañas que deseaba también la intervención extranjera. La intervención se produjo y como la anterior intervención militar, no hubo oposición armada a la misma.
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Más detalles  sobre la expulsión del  Ministro Plenipotenciario de Estados Unidos en La Habana, Mr. Hebert G. Squiers,

Fragmento tomado de https://www.cubaencuentro.com/

Era el año 1903 y al siguiente, 1904, los plenipotenciarios John Hay por la parte gringa y Gonzalo de Quesada por la criolla, formalizaron lo antes acordado en el llamado Tratado Hay-Quesada sobre Isla de Pinos. Inmediatamente el senado cubano lo ratificó, el del vecino norteño tardó hasta 1925 en hacerlo, dando vientos a la creciente bandera antimperialista dentro del archipiélago caribeño.

El limbo legal creado por la demora estadounidense en ratificar lo que era un hecho y un derecho, alimentó la inmigración de colonos norteamericanos, ante la creencia, fomentada por inescrupulosos especuladores de tierras (real states), de que la ínsula sureña era o muy pronto sería territorio norteamericano.

En 1905, un centenar de colonos yanquis se reunieron en Nueva Gerona, capital pinera, solicitando a la Casa Blanca la intervención a su favor. La respuesta de Elihu Root los dejó sin aliento. Copio fragmentos de la carta enviada al presidente de la asociación de colonos por quien era entonces Secretario de Guerra y Estado:

(Elihu Root, el verdadero padre de la Enmienda Platt, quien había sido gobernador de Matanzas durante un breve período de tiempo en  la primera  intervención norteamericana obtuvo  el Premio Nobel de la Paz en 1912 por su labor  en el mejor entendimiento entre los países de Norte y Suramérica. Imagen y comentario añadidos al artículo del historiador Vicente Morin Aguado, por el Bloguista de Baracutey Cubano)

“La Isla de Pinos se halla legalmente sujeta a la jurisdicción y Gobierno de la República de Cuba, y usted y sus asociados están obligados a obedecer las leyes del país en tanto permanezcan en la Isla. El Tratado que se halla actualmente pendiente ante el Senado, si se aprueba por ese Cuerpo, renunciará a todo derecho de parte de los Estados Unidos a la Isla de Pinos. El Tratado únicamente concede a Cuba lo que es suyo, de acuerdo con el derecho internacional y la justicia”. (Elihu Root, 27 de noviembre de 1905)

En el siglo XIX y principios del siglo XX habían más norteamericanos en Isla de Pinos que cubanos y españoles.  Muchos de los norteamericanos residentes no querían que esa isla perteneciera a la naciente República de Cuba e  hicieron un movimiento con el objetivo de que Isla de Pinos fuera anexada a los EE.UU... El entonces embajador o Ministro de Estado de EE.UU. en Cuba de nombre Herbert G. Squiers  estuvo en conversaciones con miembros de ese movimiento y fue expulsado por el Presidente Don Tomás Estrada Palma porque dicho embajador llegó a hacer  declaraciones  a favor de los anexionistas.  Esa  ha sido la ÚNICA vez que un embajador de EE.UU. ha sido expulsado de la República de Cuba, incluyendo el período de la tiranía Castrista. Ese hecho está narrado en el libro de la historiadora  Hortensia Pichardo titulado Documentos para la Historia de Cuba, Tomo II, página 257. Noten como ese hecho va en contra de la propaganda de que Estrada Palma era un anexionista; las razones por las que Estrada Palma pide la intervención norteamericana en 1906 están en su carta a su amigo Teodoro Pérez Tamayo del 10 de octubre de 1906 (página 286 del libro citado). Hago notar que también los que estaban levantados en armas pidiendo la renuncia de Estrada Palma TAMBIÉN pedían la intervención norteamericana.

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“Hoy honramos su sacrificio”: Marco Rubio al pueblo cubano en el Día de la Independencia

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"La malicia y la cobardía del régimen cubano no tienen límites", declaró el secretario de Estado de EE. UU. en el 123 aniversario del histórico 20 de mayo
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CUBANET
Mayo 20, 2025

MADRID, España.- Con motivo del 123 aniversario de la independencia de Cuba este 20 de mayo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, emitió un mensaje al pueblo cubano para transmitir su “apoyo inquebrantable” a quienes luchan por la libertad y la democracia en la isla.

A través de una declaración de prensa compartida en el sitio del Departamento de Estado de EE. UU., felicitó “a todos aquellos que se han enfrentado a más de seis décadas de represión brutal, censura y violaciones de los derechos humanos a manos del régimen ilegítimo cubano”.

Rubio, de raíces cubanas, agregó que “su incansable defensa de una Cuba libre, democrática y próspera sigue siendo un faro de esperanza y resistencia para el mundo”. Finalmente, concluyó: “Hoy honramos su sacrificio, su valentía y su resiliencia”.

Asimismo, en sus redes sociales denunció que “la malicia y la cobardía del régimen cubano no tienen límites”.


El 20 de mayo de 1902 marcó un hito en la historia de Cuba, al proclamarse la república soberana con Tomás Estrada Palma como primer presidente. Aunque la independencia estuvo limitada por la Enmienda Platt —que otorgaba a Estados Unidos el derecho a intervenir en los asuntos internos de la Isla—, la fecha es recordada como el inicio de la etapa republicana.

Ese día, la bandera cubana ondeó por primera vez en el Castillo del Morro, marcando simbólicamente el nacimiento de la nueva nación. Sin embargo, el 20 de mayo genera opiniones divididas: mientras sectores del exilio y defensores de la democracia lo celebran como el verdadero Día de la Independencia, el oficialismo cubano ha restado importancia a la efeméride, privilegiando otras efemérides afines a su narrativa ideológica.

No obstante, para muchos, el 20 de mayo sigue siendo el verdadero Día de la Independencia de Cuba, y reconocido así en la mayoría de los registros históricos.

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Este VIDEO hoy es OBLIGATORIO para TODOS los CUBANOS. Asi nació la República.


El 20 de mayo de 1902 hubo libertad en Cuba





Fragmento  del artículo  Banderas que han ondeado en  el Morro de La Habana, de José María Bens Arrarte:


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