jueves, enero 31, 2008

PARA ENTENDER LA ´DEMOCRACIA ´ CUBANA

Para entender la 'democracia' cubana


Por Rafael Rojas


Más de ocho millones de cubanos han elegido, por medio del voto directo y secreto, a 614 diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Según la Ley Electoral de la isla, esos diputados deberán elegir el próximo 24 de febrero al presidente, primer vicepresidente y demás vicepresidentes y miembros del Consejo de Estado, quienes gobernarán la isla por los próximos cinco años, es decir, hasta el remoto 2013. Más provechoso que especular si Fidel Castro será o no elegido presidente --aunque lo sea, la dinámica de la sucesión seguirá su curso titubeante, como hasta ahora-- resulta analizar el proceso electoral del socialismo cubano.

En las últimas semanas hemos leído varias apologías de dicho sistema electoral por parte de altos funcionarios cubanos, en especial, del presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón. Cuba, según estos dirigentes, no sólo es una democracia, sino la más avanzada del planeta por tres razones: las elecciones son directas, no son competitivas y en ellas no intervienen partidos políticos. El poder legislativo del país es nominado por los ciudadanos desde los barrios y elegido por ellos mismos en votaciones municipales, provinciales y nacionales. Lo peor es que los gobernantes cubanos son sinceros cuando afirman que la isla posee el sistema electoral más democrático del mundo.

Es cierto. En Cuba sólo existe una asociación política, el gobernante Partido Comunista, y esa institución no interviene directamente en el proceso electoral. Sin embargo, los más de 800,000 militantes del Partido Comunista que existen en la isla participan activamente en las elecciones como ciudadanos con una ideología política específica. Además de esta intervención, que se manifiesta desde el nivel local, las listas de nominados por los que vota la población son elaboradas por comisiones de candidaturas integradas, según el artículo 68 de la Ley Electoral de 1992, por las seis ''organizaciones de masas'' (Comités de Defensa de la Revolución, Federación de Mujeres Cubanas, Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, Federación Estudiantil Universitaria y Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media) y presidida por un representante de la Central de Trabajadores de Cuba.

La lista final de 614 candidatos a la Asamblea Nacional, que votaron el pasado domingo ocho millones de cubanos, fue elaborada por el propio Estado, no por la ciudadanía. El número de escaños, además, es el mismo que el de candidatos a elegir, por lo que las posibilidades de escoger racionalmente entre diversas opciones son nulas. Desde la reforma electoral de 1992, el gobierno cubano ideó la fórmula del voto unido, promovida hasta la saciedad por los medios oficiales y por el convaleciente máximo líder, que consiste en colocar en el centro de la boleta un cuadro, que al ser marcado con una cruz, implica el voto por todos los candidatos. Con esa fórmula fácil, el acto de la elección racional queda reducido a una ceremonia plebiscitaria.

Contraria a la reciente tendencia a subrayar la ''diversidad'' y el ''debate'', las pasadas elecciones en Cuba fueron una jornada de afirmación del unanimismo y la homogeneidad. El margen de intervención de actores opositores, en esas elecciones, es inexistente. Es cierto que, hipotéticamente, un opositor podría resultar nominado en una asamblea de barrio, pero, al llegar a la comisión de candidaturas del municipio, su nombre sería automáticamente borrado por no ser representativo de los intereses de ninguna institución oficial. Es por ello que casi la totalidad de los 614 diputados elegidos pertenece al Partido Comunista y los pocos que no son miembros de esa organización están ahí como voceros de otro cuerpo estatal.

En unas elecciones del Estado, por el Estado y para el Estado, como las cubanas, se hace difícil encontrar el elemento representativo de cualquier democracia moderna. Las élites cubanas y sus aliados en el mundo, sin embargo, insisten en que se trata de la democracia perfecta. El alto índice de concurrencia --el 95% de los electores y más del 70% de la población insular-- es uno de los elementos en que se apoyan esas élites para pregonar la superioridad de su sistema. El cálculo, en todo caso, sería incorrecto: fuera de Cuba viven cerca de 3 de millones de cubanos sin derechos políticos, por lo que el pasado domingo sólo votó alrededor de un 60% de la ciudadanía cubana. Habría que preguntarse, además, qué hacen esos ocho millones de cubanos cuando marcan la cruz del voto unido. ¿Votan? ¿Eligen a sus gobernantes?

A pesar de haber sido elegida de acuerdo con un sistema antidemocrático, la nueva Asamblea Nacional del Poder Popular, si se lo propone, podría funcionar como un agente de cambio en Cuba. En manos de esa institución legislativa está la potestad de impulsar una ley de asociaciones que conceda libertades públicas a la ciudadanía de la isla: una ley de asociaciones que facilite la expresión de la diversidad social, reconocida por el propio gobierno cubano, en términos del pluralismo político existente. De paso, esa misma Asamblea, si quiere contribuir a la democratización de Cuba, podría proponer una reforma electoral que suprima las comisiones de candidaturas y que facilite el acceso de opositores al poder legislativo de la nación.

La más acendrada resistencia al orden democrático, que se percibe en la cultura política oficial cubana, es aquella que identifica la competencia con la fractura de la comunidad, la elección racional con la amenaza de una quinta columna, siempre al acecho y resuelta a anexar Cuba a Estados Unidos. No hay lugar para el opositor en ese sistema porque quien se opone es automáticamente catalogado como ''enemigo del pueblo''. El partido único se asume, entonces, no como lo que es, una asociación de minorías comunistas, una gran facción gobernante, sino como un instituto nacional que representa a toda la sociedad. Mientras ese dispositivo totalitario no se deshaga, la democracia cubana será una quimera.

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UNA CANCION PARA TI

"Una Canción Para Ti".

Por Sinue Escolarte*.

( Enviado a CDV por el Dr. Darsi Ferrer. )
La Habana, 30 de Enero de 2008.

Los cantautores, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, han representado a lo largo de los años de Revolución, la vanguardia de la canción protesta, comprometida, no sólo en Cuba, sino que han devenido en ídolos latinoamericanos de varias generaciones. Ellos han producido obras de indudable contenido literario, musical y político, de alto valor. Por eso, quedaran como muchos otros talentosos músicos cubanos, para la historia de lo mejor del arte, en la época que les toco vivir. !Oh melancolía!.Te Amare, de Silvio. Yolanda. El breve espacio en que no estas, de Pablo, ¿quien puede negarlo?. Siempre se cantaran, por que son reconocidas como una buena música.

Pero esa misma fidelidad de cantarle al amor en su época, los ha traicionado en la canción política. Ambos inevitablemente y a través de su extensísima obra, conocida e interpretada por importantes personalidades de diversas latitudes, han logrado eliminar ampliamente las innumerables limitaciones personales, presiones sociales y económicas, el atraso y la pobreza, que en su momento, también padecieron, convencidos de que todos las superaríamos juntos. Fue así como en su música quedo plasmado, el esfuerzo colectivo, la igualdad social, el desarrollo y progreso socialista, el patriotismo, el internacionalismo, la guerra. Y las cantaron, y nos las hicieron cantar.

( Silvio Rodríguez )

Pero la gran mayoría de quienes los seguíamos en ese momento, les creíamos y reafirmamos sus contenidos por casi 50 años, hemos conseguido modificar muy poco en algunos casos, e involucionar en la mayoría, nuestro senil destino. Ya dejamos atrás los mejores momentos. Ya dejamos de vivir, ya perdimos, al amparo y con las imaginarias victorias, de aquellas canciones protestas.

El porvenir, al que corrimos y acudimos, cuando la era estaba pariendo aquel corazón, hace rato esta en el suelo del mismo país, donde se suponía que llegaría al cielo. Y claro que quedarse, con todas las cosas que no son ni tan pequeñas, ni tan silenciosas, como las que ellos poseen, cualquiera que esté como estamos la mayoría, o aceptaría con gusto. De esa forma, los tres millones de cubanos que se han ido de Cuba, también se hubiesen quedado aquí. También cantarían hoy, yo me quedo.

Silvio soñó con aviones y ha tomado todos los que ha querido en su vida. Pablo ama a esta isla, pero ha recorrido el mundo entero, mientras aquella mayoría por la que pedía, que nos hundiésemos en el mar, antes que traicionar, la gloria que se ha vivido, seguimos sin movernos de aquí. Se hubiese hundido ya fácilmente la isla, en ausencia de los dos.

Ambos y sus allegados, a través del esfuerzo realizado, de su talento y su virtud, y con mucho trabajo, viven libres, holgadamente, sin limitaciones, en suntuosos hogares de los que son merecedores y con todos los recursos que nos falta a la mayoría, que no hemos sabido, o no hemos podido conseguir, detenidos por el modelo que ellos ayudaron a construir y del cual, no son victimas ahora [hicieron en Argentina mas que lo que hubieran hecho cien políticos]. Son ricos en Cuba, y lo pueden ser fuera de aquí.

Pero con este estatus como consecuencia lógica de su esfuerzo y sin proponérselo, se alejaron definitivamente de su filosofía de igualdad, la misma que los hizo ser vistos, con aquellos valores que les suponíamos y por los que también los admiramos. Ahora son respetados, pero ese respeto, ya no aumenta y con el tiempo se disipará. Si, seguramente serán recordados por su obra.

( Pablo Milanés )

Si fueran auténticos, con la lógica involución que han podido palpar, porque han sido parte de ella. Con la misma claridad e inteligencia con que influyeron en tantos jóvenes, hoy sus cantos debieran decir otra cosa. Porque ellos mismos son la diferencia, ellos son, la desigualdad.


"Una canción para ti"

Has entonado, has hecho
tantas canciones
para tantos cubanos
sin ilusiones
haciendo retornar
un poco de esperanza
y descontar
un tanto la añoranza,
que soñé hacer un día
con mas confianza
una canción para ti.

Has demostrado
tanto arraigo por lo tuyo
por esta tierra
es tanta tu nostalgia
por nuestro sufrimiento
por esta patria
que siempre será tuya,
que pensé que debía
hacer un día,
una canción para ti.

Has demostrado
sin muchas palabras
con transparencia
tu sensibilidad
tu gran preocupación
y tu paciencia
y tanto embullo
por nuestra libertad
y por los tuyos
que seria injusto
obviar la vía
el intento
de hacer un día
de estos,
una canción para ti.

Se te siente,
tan comprometido
en todo lo que expresas
tan desinteresado
cuando confiesas
que quieres vernos libres
hay en ti tanta fuerza
que me reprocho a veces
no haber escrito ya
un día
por puro gusto,
una canción para ti.

Eres tan natural
tan atrevido
tan sincero en tu amor
y tan amigo
que no cuadro el error
de ser igual contigo
y haber escrito al fin
un día
desinhibido,
una canción para ti.

Pero,? sabes guajiro
que tu eres mucho más
que el que canta conmigo
en mi casa, en mi fiesta
compartiendo tristezas
a mi destino
poniéndole las fechas
a mi camino
a ese día que ya
viene llegando
que tu eres mucho mas
que te estoy esperando?.

Porque,
yo soy tu pueblo
el que sabe
que aunque a veces te rías
has llorado por mi
sin fantasías.

Por eso
aunque trate, no pude
hacerte la canción
salió del corazón
contrario a mi intención
hacerte esta poesía.


El cantante y salsero Willy Chirino, también es cubano de la misma época que Pablo y Silvio, pero tuvo otro destino que ni siquiera él decidió. Pero con sus textos y su música ha trascendido y sobrepasado, las limitaciones, exclusiones y temores de aquella época similar, en que escuchar a los Beatles, era un desafió a la ideología política del país y había que andar escondidos, para oírlos y bailar con su música. Hoy su principal figura tiene aquí una estatua, siendo inglés.

Tal vez ocurra lo mismo y en el parque de Consolación una figura de su principal músico y uno de los mas importantes de Cuba, pueda en vida verse sentado allí y que no le roben sus espejuelos.

Este músico también con su esfuerzo, su profesionalidad, su trabajo, su talento y su virtud, ha ido poco a poco convirtiéndose en un ídolo de varias generaciones de cubanos, que ya sin temor alguno lo escuchan, abiertamente y lo aceptan sinceramente y repiten sus coros y lloran con él, porque ha sido fiel a su filosofía, a la que no ha renunciado, ni su posición social le ha obligado a cambiar. Por el contrario a expuesto y defendido sus ideas que ya poco a poco, son similares a la de la mayoría de los cubanos. El quedará también para la historia, por que su canción protesta, romántica, salsera y comprometida, no se ha alejado nunca de su filosofía. Nunca ha dejado de pensar y decir que nuestro día, ya viene llegando, por que así lo cree, como lo creemos muchos y con ello nos ha traspolado su deseo, de unión en una sola patria para todos los cubanos. El respeto y el afecto por el crecen y siempre será recordado por su posición en los momentos mas difíciles.

Èl sabe que ahora, si el corazón de la era esta muriendo de dolor y nos canta mucho más seguido para entretenernos y darnos ánimo, sin hablarnos tanto de otras cosas, más dignas, mas hermosas. Por eso yo, después de haber sido un seguidor de aquellos, respetarlos y sentir, cuanto se han alejado de mí y como éste, cada vez más, se me acerca y me comprende, en mi esperanza, esperando ese día, con este, yo me quedo.

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LA MUERTE ES SORDA

La muerte es sorda


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Cuba necesita otro concierto: para que nadie vaya a un calabozo por sus ideas políticas.
jueves 31 de enero de 2008 6:00:00
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Por Raúl Rivero, Madrid

A la galera de Antonio Díaz Sánchez, en la cárcel de Canaleta, no llega la música. No llega la alegría programada de un concierto de artistas que pasa una noche como un cometa por la prisión. Lo que ese hombre necesita no son los acordes de una guitarra ni una voz ajena. Quiere los remedios para sus enfermedades y quiere la libertad, como la quieren y la reclaman los otros 233 presos políticos que sufren en las cárceles de Cuba.

¿Una brigada de músicos y un pintor de la corte? No. Un equipo internacional de juristas y de especialistas en derechos humanos, para que se examinen los expedientes desde la óptica de la verdadera justicia y no desde la arbitrariedad de unos sirvientes que no prepararon juicios, sino entremeses obscenos con guiones escritos por la policía.

¿Un equipo de cine pagado por el mismo gobierno que los apresó? No. Un cineasta libre que lleve su cámara a las celdas de castigo y filme, por encima de la plancha de hierro de la puerta, el camastro de zinc y el hueco en el piso al que llaman en los documentos oficiales "baño turco".

( Antonio Díaz Sánchez )

Una cámara en la cocina, aunque no se pueda grabar el olor del pescado podrido, ni el sabor de los pedazos de harina que dan como plato fuerte, junto a hierbas con agua caliente y un dado de pan expuesto al sol, a las moscas, y humedecido por el sudor de los operarios y ayudantes que cocinan con leña.

Otra en la enfermería, para que filme los tajazos con cuchillas, los alambres en forma de signos de interrogación que se tragan los presos, las piernas y los brazos inyectados con un repuesto de bolígrafo, con petróleo o excremento, cuando ya no encuentran otra forma de protestar por las condiciones en las que viven en las cárceles.

¿Unos redactores de lobregueces y obviedades que reseñen la hazaña (siempre hay un poco de miedo en el ambiente) de ir a cantarles a los presos? Que le den un espacio en sus panfletos a los 24 periodistas que están allá dentro, para que cuenten su experiencia, para que den detalles de las palizas y de cómo se utilizan a delincuentes sin escrúpulos para tratar de atemorizar a los presos políticos.

Una página para que escriban sus testimonios Ricardo González Alfonso, Normando Hernández, Víctor Rolando Arroyo, Pedro Argüelles Morán, Adolfo Fernández Saínz, Iván Hernández Carrillo, José Luis García Paneque, Héctor Maseda, Omar Moisés Ruiz, Pablo Pacheco Ávila, Oscar Sánchez Madam y Omar Rodríguez Saludes, entre otros.

Ellos son más libres y más periodistas que los enviados especiales, porque están detrás de las rejas con condenas de hasta 26 años por describir la realidad y decir sus opiniones con honestidad en el país donde nacieron. En la tierra que aman.

No hay alivio con canciones

La gravedad y el peligro de la vida en las cárceles de Cuba no se eliminan con un poco de agua y cal en las paredes, y otra de mano de chapapote desleído con gasolina en los barrotes. No se alivian con canciones desde unos altavoces y una caravana de artistas que pasa por las afueras de la prisión en un ómnibus que conduce Mr. Marshall.

( Silvio Rodríguez en el concierto en la prisión en Guamajal )

Es otro el concierto que se necesita. Otro el que quieren los presos políticos. Otro el que reclama Cuba para que nadie vaya a un calabozo por sus ideas políticas, por robarse unas naranjas para su familia, ni falsificar un vale para poner algo de comer en la mesa de casa. Que la cárcel sea, de todas formas, un ámbito decente donde los asesinos y los gángsteres paguen sus deudas con la sociedad.

Es un concierto para el que estamos convocados todos, y esa, una música que sí se puede escuchar ya en cualquier parte de Cuba y sus exilios. Y en la galera de Antonio Díaz Sánchez.

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SEÑOR DICTADOR : NADIE SE VA DEBIENDO NADA

Señor Dictador : Nadie se va debiendo nada


José Daniel Ferrer García, prisionero de Conciencia

31 de enero de 2008

Prisión Provincial de Guantánamo – www.PayoLibre.com – Señor Dictador: no conocía que había realizado cambios en su nombre, o que había incorporado algunos más. Pero teniendo en cuenta que es el primero en todo, me dije: quizás sea una nueva moda, producto del mefistofélico ingenio del abuelo del despotismo, digo del socialismo del Siglo XXI.

Lo noté cuando entre tanta propaganda ridícula, en torno a sus antidemocráticas elecciones, y una singular muestra donde aparece usted votando en una farsa anterior, sobre la imagen se leía: “El voto unido, esto es lo que le conviene a la Patria”.

Y como lo único que en realidad beneficia tal cosa, es a usted (también a sus cortesanos), por supuesto, pensé, será que ahora el tirano se apellida Patria. ¡Bueno, no solamente Patria!, sino también Independencia, Soberanía, Unidad, Revolución, y no sé cuantas cosas más; hace bastante tiempo viene usurpando lo que ha todos o a muchos pertenece, hasta decir que la patria es de todos lo considera delitos, y no hablemos de promover una verdadera consulta popular.

Según sus reglas se puede castigar al insolente, hasta con 28 años en lóbregas prisiones, custodiados por trogloditas uniformados y en la grata compañía de toda clase de criminales, y eso gracias a su generosidad, según me dijo en el 2003 un Tte. Coronel del Ministerio del Interior, que considera debieron habernos fusilado.

Señor Dictador, cuando pienso en la calidad, la justeza, la importancia y la belleza de su proceso electoral, me viene a la mente una serie nacional de béisbol, pero no como la conocemos, sino con un solo equipo, el suyo. Les da la pelota y les dice por donde deben batearla, y hasta que base correr. Los demás jugadores, encarcelados, atados, reprimidos, y las gradas llenas. Bajo coacción todos aplauden tan burdo espectáculo.

¿Es cierto que cuando joven, luego de varios fracasos intentando hacerse elegir democráticamente consultó a una médium, y esta le dijo que sin violencia, y sin trampas, no ganaría ni en el dominó?

Pasando a otro tema, talentoso su discípulo, va rumbo a construir la Gran Colombia. Debe frotarse las manos cuando piensa que puede lograr lo que usted no consiguió con el apoyo soviético. Con sus petrodólares y una buena dosis de maquiavelismo caribeño, puede convertir al terrorista y narcotraficante Tirofijo en Presidente de la vecina Nación. Dice que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tienen un proyecto bolivariano, ¡Oh Bolívar, cuantos excesos en tu nombre! Marulanda, sería otro fantástico cacique en escena, y un paso más en el regreso a la era de las cavernas.

Oiga, ¿se enteró de que en las acusaciones que enfrenta Fujimori, está la de haber ordenado la detención de “Dirigentes Opositores”?

Dice Álvaro Torres, en una de sus populares canciones, que “en este mundo nadie se va debiendo nada”. Y digo yo, que quién no hace todo lo posible por enmendar sus errores, aunque aparentemente escape, las historia no lo absolverá.

Así había concluido este trabajo el pasado 19 de enero, pero al día siguiente me enteré de que los imperialistas habían enviado un frente frío a sabotear el voto unido, no podía pasar por alto ese hecho. Menos mal que desde la vecina nación del norte también han venido muchos abrigos, y dinero, para que muchos cubanos se protejan de las bajas temperaturas y de la miseria general, que por acá hace temblar más que el frío.

Desde la prisión Provincial de Guantánamo, el prisionero de conciencia CONDENADO A 25 AÑOS José Daniel Ferrer García, miembro del Movimiento Cristiano Liberación y gestor del Proyecto Varela.

Centro de Información del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba.

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EL ESBIRRITO

"EL ESBIRRITO"


Por Iliana Curra.

Tenía la figura de un estudiante del pre-universitario. Incluso, hasta de secundaria básica. Era delgado y pequeño de estatura. También de sentimientos.

Lo conocí estando detenida en la Décima Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) que está en la Víbora. Me sacaron del calabozo en condiciones bien precarias debido a la suciedad imperante en ese lugar. El día anterior dos oficiales de la Seguridad del Estado me habían arrestado en mi casa. Era el 6 de agosto de 1994.

Todavía se escuchaban como ecos los gritos de “Libertad” de miles de jóvenes que se lanzaron a las calles de La Habana protestando contra ese régimen que los ahogaba desde que nacieron. La capital aún se estremecía bajo una brutal represión que se impuso arrestando y amenazando impunemente. Centenares de esos muchachos estaban siendo llevados a prisiones de máxima seguridad y por las calles se paseaban unos jeeps de asalto con ametralladoras de 70mm dirigidos por militares que no pensarían dos veces para disparar cuando fuera preciso. Los ánimos estaban caldeados.

Me sentaron en una silla de una oficina de interrogatorios de la unidad policial. Frente a mí tenía un rostro más que conocido. Se trataba de Sosa, el supuesto apellido de un oficial de la Seguridad del Estado que no se cansaba de reprimir a los opositores de la barriada de Santos Suárez. Era joven, pero ya estaba experimentado en esos quehaceres represivos.

“Este es Osvaldito”, me dijo Sosa, como si me estuviera presentando a un personaje importante. Osvaldito era tan insignificante como una mosca, pero trataba de poner cara de un “duro” de las películas para tratar de impresionarme. Recuerdo que lo miré y hasta me dio risa. Le dije con toda la ironía que me caracterizaba: “¿Qué edad tu tienes niño?” “Eres muy joven para estar amenazando a los opositores pacíficos en vez de estudiar”. Estaba tan serio y molesto que me hubiera fusilado si hubiera sido posible. Balbuceó algo que no recuerdo, y fue cuando lo bauticé con un apodo que se le quedó por mucho tiempo. Le dije: “¡Así que eres el nuevo esbirrito de la Seguridad del Estado!”.

El esbirrito, un pichón de verdugo que comenzaba a andar en un largo camino cruel y aberrante se iniciaba en sus primeros interrogatorios para graduarse un día como todo un sicario.

No recuerdo haberlo visto en detenciones posteriores. El incremento represivo fue escalando grados hasta llegar a otros sicarios mucho más comprometidos que este pionerito que recién comenzaba. Pero supe que numerosos opositores del área fueron hostigados por este adolescente imberbe que fue convirtiéndose en todo un fanático de la represión contra los que no aceptaban la dictadura de un vejete que, sentado en su trono, se ha mantenido en el poder a base de imponer el terror en el pueblo cubano.

No pude verle más su cara. La prisión anunciada llegó y fueron otros los secuaces que me reprimieron. Pero Osvaldito, el esbirrito que fuera captado por la policía política para prepararlo como un agente, siguió el equivocado camino de la represión y las torturas. Muchos hermanos de lucha recibieron sus amenazas y hostigamiento, pues se convirtió en uno de los sicarios más conocidos del área. Hoy por hoy debe continuar en sus andares, coaccionando y amenazando a los que no se someten a la dictadura militar implantada por la fuerza en 1959.

Osvaldito, ya convertido en todo un esbirro adulto y comprometido hasta el tuétano, tendrá algún día que presentarse ante los opositores. Pero ya no será para atormentarlos con su hostigamiento. Será para declarar sus culpas ante un tribunal que lo imputará por el acoso permanente, las torturas y la persecución contra aquellos que, lo único que han hecho, es querer ver a su patria verdaderamente libre.

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SIN BLUMER EN EL SOCIALISMO

SIN BLUMER EN EL SOCIALISMO

Por Tania Díaz Castro
La Habana
Cubanet
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Fidel Nuñez
Analista
Jefe de Buró
Latinoamérica
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Enero 31, 2008

'El socialismo es la peor medicina que nos han dado a tomar en la vida del cubano. Mucho más en el invierno, porque gracias al castrismo vivimos sin calentadores eléctricos o de gas. Sólo un cubo con unos cuantos litros de agua caliente para el baño.

Pero además, el socialismo es también lo peor, si nos referimos a la ropa interior de las mujeres pasaditas de peso y con más de cincuenta años. En las tiendas recaudadoras de divisas es casi imposible comprar un blumer (panty). No los hay. Tampoco un calzado adecuado para personas de la tercera edad, principalmente del sexo débil.

Mi hijo, que vive en Miami, no concibe que yo no tenga blumers, como llamamos en Cuba a los panties. Se los he pedido varias veces, pero nada, se olvida. Y es razonable. ¿En qué cabeza cabe que las mujeres cubanas que ya no somos jóvenes, andemos a la bartola, sin blumers, como si hubiéramos perdido el pudor?

( Dalia de Soto Valle, pareja de Fidel Castro ¿ usará blommers ? )

Afuera, en los países civilizados donde las economías de mercado se encargan de comercializar todo lo que el ser humano necesita para vivir, pensarían que exagero cuando digo que, pese al empeño del gobierno cubano en recaudar divisas, y pese a que los viejos somos gran parte de la sociedad -según las estadísticas del régimen, la población envejecida constituye el 16,4 por ciento- , los gerentes encargados de hacer las compras para abastecer el mercado de Fidel Castro, se olvidan de que tienen madre, de que sus compañeros de trabajo tienen madre, y de que los amiguitos de sus hijos, en las escuelas, también tienen madre y abuela.

Y no sólo las abuelas gorditas necesitan blumers. También muchas jóvenes, porque la mujer cubana es bien despachada de trasero, algo que llama mucho la atención al europeo.

Me dice una vecina, no me crean si quieren, que hace más de veinte años que no usa blumers, porque ni tela apropiada ha conseguido para hacerlos en casa.

-¿Y cómo te las arreglas para caminar? –le pregunto.

-Me he acostumbrado –me responde.

Entonces llego a casa, miro mis blumers viejitos enviados por mi hijo desde Miami hace más de dos años, y me digo que no estoy tan mal, que no tengo por qué quejarme. En definitiva, hasta el propio Fidel Castro señaló hace algunos días en sus periódicos que la escritora de radio Iris Dávila, quien murió a los 89 años por esos días, vivió 49 años de castrismo en La Habana sin haberse quejado nunca. Quizás Iris tampoco tenía blumers que ponerse, aunque lo dudo, siendo la madre de Carlos Lage.

Esperemos que para el 2025, cuando Cuba se haya convertido en un pueblo de veteranos, porque uno de cada cuatro cubanos sobrepasará los 60 años, según pronósticos oficiales, ya no haya socialismo y las cubanas tengan blumers.

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LA GRANDEZA DE FIDEL CASTRO

Recordando al Dr. Luis Aguilar León


La grandeza de Fidel Castro

Por Luis Aguilar León

No sé por qué, la imagen de Fidel Castro en su reciente viaje me trajo a la mente un encuentro que tuve en la Universidad de Georgetown cuando, hace un par de años, iba a hablar sobre la Revolución Cubana. Un pequeño grupo de latinoamericanos se me acercó y con un tonillo de irónica insolencia me anunciaron que venían a oír "lo que iba a decir de Fidel Castro un cubano contrarrevolucionario".

--Tal vez se sorprendan-- les comenté. --Voy a iniciar mi charla afirmando que, a mi juicio, Fidel Castro es el líder más grande que ha dado la América Latina.

El pasmo esfumó las sonrisas.

--Respetando caracteres y nacionalidades-- les añadí --es posible afirmar que Bolívar, San Martín, Sucre y todos los "liberadores" de nuestro continente no le llegan al tobillo a Fidel.

--Oiga-- atinó a decir uno de ellos --tampoco hay que exagerar.

--Pero yo no exagero-- le dije --en definitiva, ¿qué hizo Bolívar? Arrastrándose hacia el exilio, enfermo y lacerado, él mismo hizo la confesión, había "arado en el mar". ¿Y San Martín? Exiliarse en Francia y negarse a volver jamás a la Argentina. ¿Y los demás? Los demás fragmentaron el continente creando repúblicas sin ciudadanos y constituciones que terminaban siendo pasto para los caballos de los caudillos. Y, al final, todos esos caudillos de resonantes títulos,"El Supremo", "El Benefactor", fueron más efímeros que el polvo que dispersa el viento en las desérticas faldas de los Andes.

El grupo desplegó crecientes síntomas de indignación, pero no les di oportunidad de protesta.

--En cambio-- proseguí --¿qué ha hecho Fidel?. Fidel ha hecho de todo. Y en todo ha recibido aplauso. Y todavía está ahí en el poder. Fidel estremeció a Latinoamérica con sus guerrillas y obligó a todos los países a sacrificar tiempo, dinero y vidas, y cuarenta años más tarde presidentes y pueblos lo tratan con respeto. Desafió al norte y quiso aniquilarlo con la cohetería soviética; y cuando ahora lo visita, las cadenas de televisión se derriten bajo su encanto.

Cerró los colegios católicos, expulsó a curas y a monjas, arrestó a muchos sacerdotes, impuso el ateismo como la única verdad; y cuando va a Roma, ni un índice se alzó acusadoramente.

Ha insultado múltiples veces a la Organización de Estados Americanos; y la organización clama por su presencia.

Recuerden que Fidel lanzó la única expedición militar que ha salido de la América Latina. Sus tropas llegaron a Angola y a Etiopía, y si no es porque a los soviéticos les temblaron las rodillas y algunos pueblos africanos, como el de Eritrea, no entendieron su mensaje, Fidel hubiera ocupado el trono milenario de Halie Helassie. ¿Se puede ir más lejos partiendo de Birán, en Oriente, Cuba.?

Si hubiera podido aplicar sus planes, Fidel hubiera revolucionado a México barriendo la costra corrompida del PRI y eliminado ese jugar a ser izquierda en el exterior y ser todo derecha en el interior.

Desde luego, su victoria hubiera evaporado todas las libertades "burguesas" y hubiera extendido sobre México la vieja miseria de los campesinos de Chiapas.

Según él mismo confesó una vez, en España, donde es tan popular, Fidel hubiera aplastado en diez días a los separatistas vascos y catalanes; establecido una Inquisición atea y, en caso de encontrar resistencia, se hubiera proclamado Califa y llamado a sus amigos árabes para que restablecieran el orden en España.

Tales cosas no pudo hacer porque le fallaron los pueblos. En Colombia, por ejemplo, donde las montañas son más altas que en Cuba, un cura siguió el ejemplo de Fidel y se alzó en armas. Seis meses más tarde cayó abaleado. En Bolivia, los campesinos se mostraron sordos a las llamadas del Che. En casi todas partes sus guerrillas fueron derrotadas. Y aun el pueblo ruso se sacudió de encima el poder comunista.

--¿Y Uds. saben por que Fidel ha llegado tan lejos? --Los estudiantes seguían ceñudos y silenciosos.

--Porque Fidel se ha mantenido leal a sus convicciones y no altera ni una coma de ellas. Como Calvino, Fidel cree firmemente que los hombres están vocados hacia el mal, que el odio es mas fuerte que el amor, que la envidia aplasta a los que quieren distinguirse, y que el miedo es el más calmante de todos los sentimientos humanos.

Por eso, mientras otros líderes apelan al sentimiento, Fidel apela al resentimiento. Sus palabras sobre los pobres son siempre un pretexto para fomentar el odio a los que no son pobres. Él, que ni sabe ni puede eliminar la miseria, pero sí puede hacer igualmente miserable a todo el pueblo. Su solución no es mejorar a los que nada tienen sino quitarle todo a los que tienen algo. Así impuso en Cuba la socialización de la miseria y la igualdad del hambre. Lo cual tiende a eliminar la envidia. De ahí su negativa a hacer reformas y sus esfuerzos por mantener a los cubanos alejados de los centros turísticos para extranjeros, para que no caigan en la horrible tentación de esforzarse en mejorar sus vidas.

Así concluí y me quedé esperando por algún comentario o pregunta. Pero los tipos se miraron entre sí, hicieron gestos negativos y se fueron musitando discusiones.

Y ninguno asistió a mi clase.


Fonte: PenhadeCuba
penhadecuba@googlegroups.com

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RAUL OBTIENE UN 1 POR CIENTO MAS EN COMICIOS QUE FIDEL CASTRO

Nota del Blogguista No es la primera vez que ocurre algo parecido. Según me dijo en Cuba el hermano de un parlamentario cubano, en los años 90s algunos delegados no votaron por Fidel y votaron por Raúl, Alarcón y algun otro. Raúl tomó la batuta y hablo muy duro de aquellos que no votaron por Fidel. Preguntaron hasta quiénes habían sido; nadie respondió.
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Raúl obtiene un 1 por ciento más en comicios que Fidel Castro

Por ANDREA RODRIGUEZ
The Associated Press


LA HABANA --
El mandatario interino de Cuba, Raúl Castro, ganó su escaño para diputado por un 1% más que su hermano Fidel Castro, en las elecciones para conformar un parlamento que deberá elegir un gobernante.

Raúl Castro obtuvo el 99,3% de los votos de sus electores según detalles de datos oficiales difundidos el miércoles.

Fue el porcentaje más alto de los 614 diputados, que debían obtener más del 50% en las votaciones del 20 de enero. Fidel Castro obtuvo 98,2%.

Ambos estaban nominados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (el parlamento) en localidades de la provincia de Santiago, a 900 kilómetros de la capital.

La legislación establece que el parlamento unicameral debe ser renovado cada cinco años y de entre sus miembros se elige el Consejo de Estado, máximo órgano ejecutivo y ahora encabezado por Fidel Castro.

El mandatario, de 81 años, se encuentra alejado del poder desde julio del 2006, cuando fue operado de un padecimiento intestinal y anunció su retiro temporal.

Desde entonces no apareció en público y su hermano, en su carácter de vicepresidente asumió las responsabilidades.

Ahora con un nuevo proceso electoral en marcha se especula si Fidel será reelecto o no y a partir de allí que rumbo tomará la isla, con el único gobierno comunista del hemisferio.

Aunque los dirigentes más destacados del país insistieron en que la revolución continuará, Raúl Castro reconoció que serán necesarios hacer ajustes para profundizar el socialismo, pero también para mejorar la calidad de vida de la población en cuestiones materiales.

"El nuevo parlamento tendrá que encarar la adopción de leyes que fortalezcan el socialismo en Cuba", dijo a periodistas el canciller Felipe Pérez Roque, para quien esta Asamblea tendrá que aprobar proyectos "importantes".

El domingo 20 de enero concurrieron a votar 8.231.365 ciudadanos, equivalente al 96,89% de los empadronados. Los votos válidos ascendieron al 95,24%.

Las boletas en blanco representaron el 3,73% y las anuladas el 1,04.

Los nuevos diputados son en un 28% obreros o campesinos y el 43% mujeres.

El 63% se estrenarán como parlamentarios en un órgano cuya media tiene 49 años de edad. El 56% de ellos nacieron después de la revolución.

Por su parte, Fidel Castro, quien no ha dado señales sobre cuál será su futuro político, continúo usando sus columnas para dar a conocer su opinión.

La última de ellas, el miércoles, publicada por los medios oficiales de prensa, Castro criticó duramente a su colega estadounidense George Bush por su discurso esta semana ante el Congreso.

En una alocución cargada de los temas del momento como la guerra en Irak, la necesidad de defender los "intereses vitales" de Washington en el Medio Oriente o las dificultades internas de Estados Unidos, Bush mostró "una ausencia total de ética", aseguró Castro.

Tomado de la Prensa Oficial Cubana

Cuba divulga resultados oficiales de elecciones generales
La Habana, 30 ene (PL) El presidente Fidel Castro y el primer vicepresidente, Raúl Castro, figuran entre los diputados elegidos con más cantidad de votos en las elecciones generales en Cuba, de acuerdo con los resultados finales oficiales.

Los datos indican que el mandatario cubano alcanzó el 98,268 por ciento de la votación, mientras el también Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionaria obtuvo un 99,372, lo que los ratificó como diputados al Parlamento.

Otros históricos dirigentes como los Comandantes Juan Almeida Bosque y Guillermo García Frias, fueron seleccionados para integrar la Asamblea Nacional del Poder Popular, junto a otros hombres y mujeres con elevados méritos y ascendencia en la población.

El cómputo oficial de los comicios indica que votaron ocho millones 231 mil 365 cubanos, el 96,89 por ciento de los registrados en las listas electorales, al tiempo que el municipio especial Isla de la Juventud y las provincias de La Habana y Granma registraron la mayor cantidad de asistentes a las urnas.

Ciudad de la Habana y Santiago de Cuba aparecen entre las zonas que reportaron los más bajos niveles de participación en los comicios, aunque todos los territorios estuvieron por encima del 95 por ciento en ese indicador.

En relación con las boletas válidas la mayor cantidad fue depositada en las urnas de los colegios situados en Guantánamo, Granma y Santiago de Cuba, al tiempo que el voto unido tuvo los mayores por cientos en Granma, Guantánamo y Las Tunas.

El pasado 20 de enero fueron electos los 614 diputados al Parlamento y mil 201 delegados a las Asambleas Provinciales, quienes este sábado 2 de febrero constituirán esos órganos del Poder Popular en las 14 provincias y elegirán a sus respectivos presidentes, vicepresidentes y secretarios.

Para el 24 de febrero está fijada la primera sesión del Parlamento cubano, donde sus integrantes elegirán por el voto secreto a los miembros del Consejo de Estado y sus principales cargos, presidente, primer vicepresidente, cinco vicepresidentes y un secretario.

apr/crc

PL-110

Fonte: El Nuevo Herald
http:www.elherald.com

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EUROPA Y LAS SANCIONES A CUBA

http://www.gaceta.es
Editorial

Europa y las sanciones a Cuba

Eran más bien una justificación de los Veintisiete a las expectativas despertadas por Raúl Castro

ES muy dudoso que el reciente levantamiento de sanciones a Cuba por parte de la UE sirviera para abrigar algún tipo de esperanzas de cambio político en la isla caribeña. Eran más bien una justificación de los Veintisiete a las expectativas despertadas por Raúl Castro, no confirmadas tras el reciente discurso conmemorativo del 26 de julio presidido por un gigantesco retrato del ausente Fidel. Con todo, hay quienes opinan que la efeméride del asalto al cuartel Moncada no era la más adecuada para hablar de reformas y que habrá que esperar futuras señales, pero los hechos están demostrando que Raúl Castro no será el político del cambio, sino el de la continuidad, pues no tiene las convicciones de un Gorbachov ni el pragmatismo de un Deng Xiaoping. Sus cambios no quieren ir más allá de las críticas a algunas deficiencias del sistema, para no ponerlo en peligro en unos momentos en los que el populismo de otros países americanos viene a ser un balón de oxígeno para un castrismo convaleciente.

Pese a todo, los Veintisiete no han enviado una señal de firmeza a un régimen que sigue encarcelando disidentes políticos, algo de triste memoria entre algunos de los nuevos miembros de la UE como la República Checa, que quizás tuvieron un día la convicción de que Europa no contemporizaría ante un sistema negador de esos valores. Se entiende también la decepción del exilio cubano, que atribuye a España la principal responsabilidad del levantamiento de las sanciones, consideradas como inútiles y contraproducentes por el ministro Moratinos. Ahora sería el momento de un diálogo político incondicional y recíproco, según el comunicado oficial de la UE, pero una cierta marginación de los disidentes es el precio a pagar, por mucho que el comunicado se refiera a que Cuba debe mejorar la situación de los derechos humanos. La única explicación por la condescendencia hacia Cuba sólo puede obedecer a que no ha desaparecido de la mente de algunos políticos españoles y europeos el mito de la revolución castrista. Son los que creen en la bondad natural del revolucionario y justificarán las buenas intenciones por encima de los resultados concretos. Son los que creen que las dictaduras de izquierdas son redimibles, pues tienen algo salvable. Son un bien defectuoso comparadas con las otras, suprema encarnación del mal. El resultado es, aunque no se quiera, una legitimación de esos regímenes, y detrás está probablemente un cierto sentido de culpabilidad de Europa por su pasado histórico y colonial.

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miércoles, enero 30, 2008

ALIANZA NUEVA NACIÓN

Natalicio del Apostol

ALIANZA NUEVA NACIÓN

“Proyecciones y desafíos para el 2008”

La Asamblea Plenaria de la Alianza Nueva Nación acordó en reunión efectuada el 4 de enero las estrategias generales que asumirá esta concertación cívica durante el presente año.

Fundada el 20 de mayo de 2007 por nueve organizaciones, en estos momentos supera la veintena. Destacándose la participación de varias radicadas en el exterior, no sólo en Estados Unidos sino también en Europa lo que le ha permitido tener una visión plural sobra la problemática cubana y las vías a utilizar para acelerar el tránsito a la democracia.

El reto principal continúa siendo obtener la libertad incondicional de los centenares de presos políticos y de conciencia, este año intensificarán los contactos con gobiernos e institucionales para que la situación de estos cubanos sea debatida en cuanto foro sea posible.

Continuar los intercambios con académicos, profesionales y población en general con vistas a encontrar para su posterior aplicación los mecanismos adecuados que posibiliten el tránsito a la democracia. También trabajar con vistas a impedir que una nomenclatura comunista reciclada pueda continuar aferrada al poder.

Una de las prioridades será también lograr una vinculación más efectiva con la juventud. La experiencia ha demostrado que sin los jóvenes es muy difícil lograr los cambios que Cuba necesita de forma urgente, para alcanzar esta meta la ANN utilizará la cantera de jóvenes que integran las filas de las organizaciones de la misma. Consideramos necesario destacar que varios de los integrantes del Consejo Permanente no rebasan los 35 años, por lo que se facilitará alcanzar a la parte más joven de la sociedad cubana. En los próximos meses la ANN realizará un encuentro nacional de juventudes al que deben asistir otras asociaciones del amplio espectro de la sociedad civil alternativa.

También culminar con éxito la Campaña del vota NO, a pesar de todas las dificultades el 20 de enero de 2008 el Comando Electoral Nacional Independiente aspira a lograr cerca de dos millones de votos. De esta manera mandaremos al mundo el mensaje de que el pueblo ya no desea el sistema comunista y que aspira a que se generen de forma urgente reformas que mejoren su vida, algo que es palpable en la calle y que el jefe interino de gobierno, Raúl Castro se ha visto obligado a reconocer.

Defender nuestra nacionalidad y promover los valores de identificación con los sentimientos patrios; junto a otros grupos opositores la ANN ha fustigado los intentos de la dirigencia cubana por atarnos aún más a Chávez. Varios fueron los documentos que en este sentido emitimos durante el año 2007 y en este año vamos a seguir denunciando estas maniobras, la ANN continuará promoviendo nuestro nacionalismo y valores patrios.

Convertir a la ANN en una referencia para aquellos que simpatizan con las ideas humanistas, nacionalistas, centristas y conservadores. Un proceso paulatino de identificación ha traído como resultado que quienes simpatizamos con los valores tradicionales cubanos nos hallamos agrupado. Durante este año debe continuar el proceso de fusión de varias asociaciones dentro de la ANN pues a lo que aspiramos es a unirnos todos bajo un mismo programa político.

Durante la reunión se estudiaron las peticiones de varias organizaciones que desean integrar nuestras filas, durante el mes de enero se les dará respuesta. Para nosotros es bueno ver que agrupaciones con años de trabajo y prestigio desean participar en este empeño colectivo.

Uno de los mayores desafíos que afrontamos es el de impedir que el proceso de continuidad del sistema totalitario, con el traspaso de poder un Castro a otro, se vea como la mejor solución para Cuba. Ambos representan la esencia de un régimen dictatorial que dura ya casi medio siglo, no hay un Castro bueno y otro no, o uno intransigente y el otro pragmático, uno intolerante y otro progresista, el autoritarismo no tiene diferencias. Nuestra lucha no terminará hasta que el pueblo cubano disfrute de un verdadero Estado de Derecho. Nos opondremos a cualquier intento de establecer en Cuba un estado semi-democrático o una democracia dirigida.

La ANN ha elaborado un programa de estudios encaminado al estudio de otras experiencias y aprender de ellas. Ver sus errores y aciertos nos puede permitir aliviar los costos sociales una vez iniciada la transición.

El mayor desafío continua siendo la vinculación efectiva del pueblo las filas de la oposición, aunque cada día son más abiertas las críticas en contra del gobierno todavía la policía política tiene un férreo control sobre la vida de los ciudadanos. Por eso hay que convencerlo para que de pequeñas pasos en la búsqueda de la libertad, ayudarle a ganar espacios, a que conozca sus derechos y los reclame, sólo así lograremos alcanzar los cambios que Cuba necesita.

Pero para todos los que formamos parte de la Alianza Nueva Nación si hay un objetivo bien definido, no importa como lleguemos a la transición, las dificultades que halla que superar, la represión que debamos afrontar. Cuba es de los cubanos, por los cubanos y para los cubanos, si no lo hacemos no merecemos patria.

Rafael E. Ávila Pérez

Presidente A.N.N

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ALIANZA NUEVA NACION : NOTAS DE PRENSA

ALIANZA NUEVA NACION

Nota de Prensa

Secuestrado Coordinador del CENI.

Carlos Ríos García, coordinador del Comando Electoral Nacional Independiente y miembro del Consejo Permanente de la Alianza Nueva Nación fue detenido en la ciudad de Pinar en horas de la madrugada en la vía pública y conducido por agentes de la Seguridad del Estado con destino desconocido.

A pesar de las gestiones realizadas por familiares y amigos para averiguar adonde fue llevado, la única respuesta fue: "A lo mejor lo metemos de cabeza en 5 y medio (centro de detención de la policía política en esa provincia occidental) para que no siga fastidiando con lo de la farsa electoral"

Aparentemente, la detención y aislamiento de Carlos Ríos García obedece a que informaría a la Voz de los Estados Unidos de América, en Washington, y a Radio Mambí, en Miami, sobre las irregularidades del llamado proceso electoral cubano.

También ese día, Ríos García iba a efectuar actos de calle en protesta contra la manipulación de José Martí por parte del régimen comunista. Mientras tanto, en la Habana, activistas de la ANN fueron objeto de represalias en sus casas con el objeto de obligarles a participar en actividades conmemorativas a la fecha del 28 de enero organizadas por el gobierno.

A aquellos que pudieron llegar al parque de Infanta y San Lázaro, se les impidió distribuir documentos denunciando los abusos contra los derechos humanos del régimen castrista. Otros que intentaron entrar en la Fragua Martiana, lugar donde Martí cumplió prisión, fueron hostigados por agentes de la polícía secreta del régimen comunista.

Este 28 de enero, la represión ha alcanzado proporciones a nivel nacional. En Las Villas, varios opositores fueron golpeados y detenidos por la polícia. En la capital, miembros del Comité de Relatores de Derechos Humanos fueron también acosados por la Seguridad, al igual que muchos otros activistas a lo largo y ancho del país.

Rafael Ernesto Avila Pérez Alfredo M. Cepero

Presidente de la ANN Director Ejecutivo en el Exterior



Dios, Patria, Libertad y Justicia.

Alianza Nueva Nación es una concertación cívica-política, integrada desde Cuba por: Partido Popular Joven Cuba, Instituto Juvenil Cristiano de Estudios Sociales, Unión Lucista, Movimiento Democrático Popular, Centro de Info rmación Pro Democracia, Sindicato Independiente “Cambio”, Frente Democrático Independiente “Elena Mederos”, Mov. Republicano Pro Der. Hum. de Cuba, Partido Popular Republicano, Movimiento Democrático Popular, Mov. Unidad Nacional Republicana, Movimiento de Der. Hum. “Municipios de Cuba”, Hermanos Unidos, Movimiento Cívico Nacional “Máximo Gómez Baez”, Centro de Información “La Estrella Solitaria”, y Unión Sindical de Trabajadores Cuba-Ortodoxa; y fuera de Cuba: Partido Nacionalista Democrático de Cuba, Asociación Cubanos por la Libertad, Federación Sindical de Plantas Eléctricas, Acuerdo Democrático Ecuatoriano y Asociación Pro Democracia en Cuba.

Nota: Para cualquier información dirigirse a nuevanacion2007@bellsouth.net, nuevanacioncuba@gmail.com, cubano2000cisd@yahoo.es, , gonz744@comcast.net y rafacuban@yahoo.es. Teléfono: 643 69 78 (en Cuba) y 305-322-7111(Estados Unidos)


22 de enero de 2008

nn 2 copia

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ALIANZA NUEVA NACIÓN
Nota de Prensa

Miente Comisión Electoral Nacional castrista

Datos aportados por los más de 2 000 voluntarios participantes en la Campaña por el Vota NO contradicen las informaciones ofrecidas por la presidenta de la Comisión Electoral Nacional (CEN) y a su vez ministra de Justicia, María Esther Reus González sobre los resultados de las elecciones a diputados de la Asamblea Nacional (parlamento) de Cuba.

En horas de la tarde del lunes 21 de enero de 2008, ante la prensa oficial y extranjera acreditada en nuestro país, la presidenta del CEN dio a conocer los resultados preliminares de la segunda parte del proceso electoral cubano. Sin negar el por ciento de participación, que sobrepasó la cifra de más de 8 millones de electorales, las otras cifras no son reales.

Aunque el voto es voluntario nominalmente, las características del régimen totalitario cubano obligan a los ciudadanos en edad de votar a participar en las elecciones so pena de ser caracterizados como personas no simpatizantes con el gobierno, con las consabidas consecuencias que trae desafiar al sistema. Estas pueden ser desde la perdida de trabajo, limitación en las posibilidades de estudio hasta ser objeto de represalias por parte de la temida policía política, la Seguridad del Estado o G2.

A pesar de esto, la cifra de ciudadanos que no participaron en la “farsa electoral” alcanzó la cifra de 416 770, algo más de cien mil con relación a octubre de 2007, cuando se celebró la primera parte del proceso electoral. Sin embargo, la presidenta del CEN declaró que sólo se anularon 85 600 boletas y fueron dejadas en blanco 307 010, una disminución con relación a la misma etapa de 2007, sobre todo de las boletas anuladas.

En anteriores elecciones, el comportamiento del electorado ha sido de forma diferente a las informaciones ofrecidas en este 2008. Siempre en la segunda parte el total de votos anulados o dejados en blanco crece, toda vez que los ciudadanos no se sienten identificados con los diputados, que son elegidos por la nomenclatura y con los que no hay ningún tipo de identificación. La Asamblea Nacional se reúne menos de una semana al año y su función principal es ratificar los decretos emitidos por los hermanos Castro, en quienes radica el poder efectivo desde hace casi medio siglo.

¿Por qué entonces este interés del régimen comunista en demostrar que los 614 diputados fueron elegidos en su inmensa mayoría bajo el concepto del “voto unido”? ¿Por qué intentar convencer a la opinión pública nacional e internacional que el respaldo al parlamento que debe asumir el 24 de febrero de 2008 es unánime por parte del pueblo?

La respuesta es muy sencilla, aunque todavía las informaciones recibidas por el Comando Electoral Nacional Independiente (CENI) no han sido completamente procesadas, pues no disponemos de todos los medios tecnológicos necesarios y la policía política hace todo lo posible por obstaculizar este trabajo, los datos a pie de urna contradicen lo informado por la presidenta de la Comisión Electoral Nacional.

Los voluntarios del CENI visitaron durante el domingo 20 de enero más de 10 000 colegios electores para verificar su funcinamiento, cerca de la tercera parte de los habilitados en el país y además, contamos con la colaboración de miembros de colegios electorales que de forma anónima brindaron también informaciones. En total, se recibieron los resultados electorales de 4 379 colegios, que arrojan los siguientes datos preliminares.

Los porcientos analizados indican que, dando un estimado del comportamiento total de los votos emitidos a partir de los datos oficiales, el total de personas que no asistieron a las urnas asciende a cerca de 500 000 ciudadanos, la cifra de boletas en blanco supera las 400 000 y las boletas anuladas rondan las 700 000.

El interés de las autoridades cubanas en demostrar el aparente éxito de este proceso electoral radica en que de declarar los datos reales de las votaciones, estos indicarían que en sólo cuatro meses, el por ciento del electorado que de una forma u otra rechaza al sistema comunista pasó de un oficial 10,52 en octubre de 2007 a cerca de un 18 por ciento en enero de 2008.

Aunque el sistema no quiera y a pesar de todos los mecanismos de coacción que influyen sobre el ciudadano común, es evidente que cerca de dos millones de ciudadanos cubanos de una forma u otra han emitido un voto de castigo al régimen, un NO al estado actual del país, un NO a la nomenclatura comunista, un NO a las violaciones de sus derechos fundamentales, un NO a la sucesión castrista y un NO a un futuro de desesperanza.



El Comando Electoral Nacional Independiente ofrecerá tan pronto sea posible, los resultados totales de los colegios electorales en los que estuvimos presentes y ofrecerá un análisis detallado de proceso en sus dos fases (octubre 2007-enero 2008), incluyendo las violaciones a la ley electoral por parte de funcionarios gubernamentales.



Rafael E. Ávila Pérez Carlos Ríos García Carlos Ríos Otero

Presidente A.N.N Coordinador C.E.N.I Prensa y Comunicaciones A.N.N

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Para información sobre el Partido Nacionalista Democrático de Cuba, puede usted visitar nuestra página www.pndcuba.org . En la misma tambien podrá escuchar Radio Nueva Nación, emisora oficial del PNDC, todos los sábados a las 7 PM, hora estandar del este.

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ASAMBLEA PARA PROMOVER SOCIEDAD CIVIL EN CUBA DENUNCIA REPRESIONES EN CUBA

ASAMBLEA PARA PROMOVER SOCIEDAD CIVIL EN CUBA DENUNCIA REPRESIONES EN CUBA

La Habana
EFE
ABC
Uruguay
Infosearch:
Fidel Nuñez
Analista
Jefe de Buró
Latinoamérica
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Enero 30, 2008

La ilegal Asamblea para Promover la Sociedad Civil denunció ayer que miembros de la seguridad y la Policía cubanas reprimieron con “golpes” y detuvieron a varios disidentes en Santa Clara, en el centro del país.

Martha Beatriz Roque, líder de la organización, indicó a EFE que el lunes agentes de la seguridad del Estado reprimieron con golpes a un grupo de unas siete personas que trataba de hacer un homenaje al prócer cubano José Martí en la central ciudad de Santa Clara.

Según Roque, el opositor Jorge Luis García, alias ”Antúnez”, y su esposa, Iris Pérez, que se encontraban en el grupo de disidentes, fueron detenidos y llevados posteriormente a su casa, donde se encuentran en prisión domiciliaria.

Agregó que ambos fueron informados de que se les ha instruido un proceso penal por “desacato” y “resistencia” a la autoridad.

“Antúnez”, de 43 años, fue excarcelado en abril del año pasado de la prisión provincial de Villa Clara, luego de cumplir una condena de 17 años y 38 días bajo cargos de propaganda enemiga oral, intento de sabotaje y delitos políticos.

Según la opositora, el disidente Yansi Ruiz, liberado hace unas semanas tras cumplir un año de prisión, se encuentra aún detenido en una dependencia policial por el mismo incidente.

Roque denunció que en enero se han producido en el país casi 30 casos de “detenciones arbitrarias –detenciones de unas horas–, algunas de ellas masivas, de siete personas a la vez, cinco, seis, tres”.

“La tónica es de detenciones arbitrarias de unas horas, en esta (el incidente de Santa Clara) se pasó de esa tónica a los golpes”, indicó la disidente.

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GLORIA AMAYA OPOSITORA DE 79 AÑOS DE EDAD: "MIENTRAS TENGA FUERZA CONTINUARE LUCHANDO POR LA LIBERTAD DE CUBA"

GLORIA AMAYA OPOSITORA DE 79 AÑOS DE EDAD: "MIENTRAS TENGA FUERZA CONTINUARE LUCHANDO POR LA LIBERTAD DE CUBA"


Por Carlos Serpa Maceira
Periodista
Agencia de Prensa Sindical Press
La Habana
La Nueva Cuba
Enero 30, 2007

– La conocida opositora al gobierno de Fidel Castro , Gloria Amaya González , de 79 años de edad , galardonada con el Premio Paladín de la Libertad compartido con el periodista independiente encarcelado , Héctor Maseda Gutiérrez , vía telefónica desde el municipio Pedro Betancourt , en la provincia de Matanzas manifestó su regocijo por el galardón otorgado por el Partido Nacionalista Democrático de Cuba , una organización del exilio cubano .

“ Estoy muy emocionada por el otorgamiento del Premio , a todos los cubanos que luchan por la libertad de Cuba me pueden considerar como su madre . Mientras tenga fuerza continuare luchando por la libertad de Cuaba , por la libertad de los presos políticos . “ , dijo la septuagenaria fundadora del Movimiento Independiente Opción Alternativa (MIOA) , y madre de los conocidos opositores Ariel , Guido , Juan Francisco , y Miguel Sigler Amaya , los dos primeros encarcelados a 20 años de cárcel en la primavera del 2003 junto a otros 73 opositores .

“ Su defensa heroica de la libertad y su coraje para desafiar la barbarie han sido las bases sólidas de una familia de patriotas que constituye un ejemplo de civismo y una luz de esperanza para la patria digna a la que aspiramos . “ , expresa un fragmento del correo electrónico al que tuvo acceso este periodista , enviado por Alfredo Cepero , Secretario General del Partido Nacionalista Democrático de Cuba , a Amaya donde le notifica del Premio otorgado .

Gloria Amaya González , es la única mujer en Cuba que ha exhortado a sus hijos y nietos a la rebeldía contra el régimen de Fidel Castro . Ha participado en vigilias , ayunos y ha marchado junto a las Damas de Blanco por la céntrica Quinta Avenida en la Habana , exigiendo la liberación de los presos políticos .Su vivienda situada en calle 22 No. 1910 entre 19 y 21 , Pedro Betancourt , Matanzas , ha sido allanada en múltiples ocasiones por la Policía Política . La “ abuela “ como le dicen los opositores en el interior de la isla , ha sido víctima de Actos de Repudios y golpizas , debido a tales hechos se encuentra impedida de caminar , encontrándose en una silla de ruedas .

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martes, enero 29, 2008

¿POR QUÉ FRACASÓ LA REPÚBLICA QUE SOÑÓ MARTÍ?

Nota del Blogguista

Si es verdad lo que dice el exergo tomado de Simón Bolivar ¿ Por qué desde hace años no se ha disuelto el Estado castrista o fidelista ?. La explicación lleva más que eso, aunque la conferencia está excelente cuando sintetiza las respuestas a sus dos fundamentales pregfuntas; CAM omitió que Valeriano Weyler también fue un destacadísimo liberal en España; supongo que no lo hizo porque era demasiado para un público cubano.
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Tomado de El Tono de la Voz, de Jorge Ferrer

¿POR QUÉ FRACASÓ LA REPÚBLICA QUE SOÑÓ MARTÍ?

Por Carlos Alberto Montaner

Instituto de Estudios Cubanos yCubanoamericanos, University of Miami

28 de enero de 2008

La destrucción de la moral pública causa bien pronto la disolución del Estado.
Simón Bolívar

Durante el primer medio siglo de vida independiente los cubanos solíamos referirnos nostálgicamente a “la república que soñó Martí”. Era un recurso retórico generalmente utilizado para quejarnos de la realidad política y social del país. Lo que allí sucedía, aparentemente, no era lo que Martí se había propuesto crear. Algo había salido mal. Algo no había funcionado. ¿Qué sucedió? ¿Qué era lo que tenía Martí en la cabeza cuando convocó a la lucha por la independencia en 1895, y por qué embarrancó aquel proyecto que tanta sangre y sacrificio costara? Los papeles que siguen tratan de responder esas dos preguntas.

La forja de un nacionalista romántico

A los 16 años, en 1869, Martí tuvo su primer encontronazo con la justicia española por defender la independencia de Cuba. Probablemente, entonces pesaba más en él la influencia de su admirado maestro Rafael María Mendive, director de la escuela San Pablo, que la de sus padres españoles. Mendive, ex discípulo de José de la Luz y Caballero en el legendario colegio El Salvador, era un intelectual de personalidad agradable, buen poeta romántico, mientras D. Mariano, el padre de Martí, era un militar de bajo rango, limitada educación y no muy buen carácter, de manera que es explicable que aquel niño sensible y extremadamente inteligente que fue Martí, sin advertirlo, y sin dejar de profesarle un gran cariño a su padre, haya efectuado psicológicamente un cambio de modelo paterno, colocándose bajo la autoridad moral de su admirado maestro y mentor.

Martí se hizo poeta romántico y se decantó como un nacionalista cubano de la mano de Mendive. La poesía, el romanticismo y el nacionalismo, al fin y al cabo, eran categorías vecinas que casi siempre iban juntas. Su mundo adolescente -y ahí está el poema Abdala como prueba- es un universo de arquetipos heroicos, de exaltación de figuras valientes y entregadas al sacrificio, gente toda maravillosa a la que se debía emular. Esa visión formaba parte de la sensibilidad romántica y Martí la había adquirido en la casa de Mendive, a veces en el patio del colegio, donde los muchachos recitaban los versos patrióticos del maestro. Allí, quizás, también decidió que el desinterés económico era una virtud extraordinaria, cuando vio a su amado profesor empeñar su reloj “para prestarle seis onzas a un poeta necesitado. Y luego -dice Martí- yo le llevé un reloj nuevo, que le compramos los discípulos, que le queríamos; y se lo di llorando”.

Esa primera patria a la que se asoma Martí es pura emoción, puro romanticismo espiritual y estético. Es en esa etapa y dentro de esa atmósfera psicológica donde Martí comienza a sentirse cubano. Naturalmente, pudo haber sido de otro modo si el azar no lo hubiera colocado en un medio criollo y patriótico. Al fin y al cabo, su madre, Doña Leonor Pérez, era canaria, su padre, D. Mariano, era un militar valenciano, él era el primogénito de la familia y había viajado a España siendo niño, lo que pudo acercarlo más a esas raíces. Incluso, D. Mariano había participado activamente en la lucha contra la expedición de Narciso López durante el primer intento violento de los cubanos por separarse de España, y es posible que la primera versión de esos hechos que el niño escuchara respaldara la visión integrista de los peninsulares.

De alguna manera, para Martí, ser cubano fue una elección en la que no faltaron agónicas contradicciones. Para él, ser cubano era una identidad escogida, no heredada. Sus circunstancias personales, al menos dentro de las cuatro paredes del hogar, eran muy españolas. Muy integristas, como entonces se decía, aunque probablemente sin gran contenido ideológico. No parece que Mariano o Leonor participaran apasionadamente de ese debate, y ambos fueron siempre muy solidarios con el hijo amado, pero la familia tenía en el centro de La Habana una casa radicalmente española, como sucedía en decenas de millares de hogares habitados por españoles o por hispano-cubanos en aquella Antilla.

En todo caso, hasta ese punto -16 años, poca formación- lo que Martí sueña es con que Cuba se autogobierne y sea independiente. Sueña con una nación. Eso es lo que ha aprendido en la escuela. Eso es lo que le escucha a su maestro Mendive. Todavía, lógicamente, no se ha planteado en qué tipo de Estado podría encarnar esa nación. No tiene edad ni lecturas para una reflexión de esa naturaleza. Sin embargo, junto a la defensa del derecho a la independencia y al autogobierno, Martí se ha acercado a las ideas liberales, que solían ser las de los partidarios de los cambios. Mendive, como casi todos los patriotas de su época, y como una buena parte de la población española, pero de la radicada en España, era eso: un liberal.

En efecto, desde principios del siglo XIX, y aún antes, desde fines del siglo XVIII, la sociedad española se fue alejando paulatinamente del pensamiento del antiguo régimen -absolutista, defensor de la soberanía real en lugar de soberanía popular, fanático en materia religiosa, carente de libertades, aristocrático- para dar paso a la mentalidad propia de los estados modernos caracterizados por los valores opuestos surgidos de la Ilustración: defensores del control del parlamento sobre los gobernantes y de la autoridad emanada de la voluntad popular, partidarios de los métodos electorales democráticos, tolerantes en las cosas del espíritu (de ahí el auge de la masonería entre los liberales y los independentistas) y respetuosos de los derechos individuales, tal y cómo se consignaron en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano proclamada en Francia o en el Bill of Rights estadounidense.

Ese debate se dio en Cuba de una manera clarísima en torno a la Constitución de Cádiz de 1812 y cuajó, posteriormente, una década más tarde, en la cátedra de Derecho Constitucional que el presbítero Félix Varela dictó a aula llena en la Habana en el Seminario de San Carlos. Es verdad que Fernando VII se encargó de hacer abortar ese movimiento renovador de la cosmovisión hispana -Cuba incluida-, pero tras su muerte, ocurrida en 1833, alcanzaron el poder diversas parcelas del liberalismo (a veces encarnizadamente enfrentadas) y comenzó aceleradamente en España y en Cuba el desmantelamiento de la vieja mentalidad.

El mismo años en que Martí nació, en 1853, murió en España Juan Álvarez Mendizábal, un prominente político liberal que en 1836 (había regresado del exilio dos años antes) “desamortizó” -literalmente: sacó del mundo de los muertos- las enormes propiedades en manos de la Iglesia católica, privándola de los recursos materiales con que contaba la institución, poniendo en marcha un irreversible proceso de secularización que también afectó al clero en las colonias antillanas. Tal vez los cubanos de nuestros días lo ignoren, pero aquel capitán general Miguel Tacón, llegado a la Isla en 1834 para instaurar un régimen de control policiaco realmente severo, se consideraba un liberal, como liberal fue, y de los importantes, Leopoldo O’Donnell, cruel represor en Cuba durante la Conspiración de la Escalera (1844), pero notable reformador liberal en la España de su tiempo.

La primera república que Martí conoce

Esa contradicción -liberales en España y reaccionarios en Cuba- la observó José Martí cuando tenía 20 años y era un universitario desterrado en la Madre Patria. Es importante entender el paralelismo: en octubre de 1868 estalla en Cuba la llamada Guerra de los Diez Años. Martí es detenido, juzgado y condenado a seis años de cárcel por firmar una carta en la que llama “apóstata” a un compañero de estudios, Carlos de Castro y Castro -profética reiteración-, por haberse enrolado en el ejército español para combatir a los insurgentes, y le recuerda que él, Castro, es un discípulo de Rafael María Mendive, lo que lo obligaba a un comportamiento honorable y patriótico.

En ese mismo año, un mes antes, en septiembre de 1868, triunfa en España la Revolución Gloriosa, encaminada a imponer por la fuerza los valores liberales a la monarquía española. De los siete firmantes de la proclama que anuncia el levantamiento, tres han ejercido, o ejercerán pronto, el mando en Cuba: Francisco Serrano -el llamado “General bonito”, ex amante de la reina despojada de su trono- Domingo Dulce y Antonio Caballero de Rodas. Otro de los firmantes, Juan Prim -ex Capitán General en Puerto Rico, donde gobernó con la punta de la fusta-, tuvo una cierta amistad con Carlos Manuel de Céspedes de cuando el bayamés vivía en Barcelona. Los cubanos independentistas, pues, tenían derecho a albergar cierto optimismo.

Exiliada la reina Isabel II y derrocada la dinastía, los golpistas buscan a otro monarca en alguna casa reinante europea. La condición es que se someta a la autoridad del Parlamento, que sea demócrata y católico. Por fin, encuentran a un príncipe italiano de la casa de Saboya, hijo del rey de Italia, quien en noviembre de 1870, tras ser elegido por la mayoría del Parlamento español, jura su cargo como Amadeo I. Cuba, pues, tiene un rey italiano-español y parece ser el monarca perfecto: liberal, masón (con licencia papal) y tolerante. Previamente, en 1869, las Cortes han aprobado una Constitución absolutamente liberal, en gran medida inspirada en la de Estados Unidos. Todos los derechos fundamentales han sido consignados en el texto. Lo que parece querer la sociedad española es democracia, libertades, orden y progreso. Lo mismo que la cubana.

El experimento, sin embargo, fracasa penosamente: la guerra en Cuba, las conspiraciones de los militares, las divisiones entre las distintas facciones liberales, los republicanos, los conservadores, los carlistas y los isabelinos (partidarios de la reina depuesta), hacen al país ingobernable. “Esto es una jaula de locos” exclama, desesperado, más de una vez, el pobre rey italiano. Por fin, en febrero de 1873 abdica y regresa a Italia, e inmediatamente se declara la primera República Española. Entre las personas que viven apasionadamente esos hechos en España está José Martí, entonces un joven estudiante universitario de apenas veinte años que ya comienza a darse a conocer y a publicar artículos en la prensa.

Martí espera que la república española reconozca a la república cubana. Le parece lógico y coherente. Sólo cuatro días después de proclamada la república, el 15 de febrero de 1873, Martí da a conocer su ensayo La república española ante la revolución cubana. Le resulta inconcebible que quienes invocan los principios democráticos de la soberanía popular para cambiar el régimen en España, les nieguen a los cubanos esos mismos derechos para reclamar la creación de una república independiente. Martí no usa el término, porque entonces no existía, pero hace una clara defensa del “derecho a la autodeterminación”.

Sin embargo, la experiencia de esa primera república española debe haber sido contradictoria para Martí: se exacerban todos los conflictos internos en la Península, pero muy especialmente los de carácter étnico y regional. Federales y unitarios se van a la greña. El parlamento trata de imitar el sistema federal norteamericano y aprueba unas reglas que conceden una enorme dosis de autonomía a las regiones, pero lo que sucede es que España casi se desintegra en una lucha que incluye conspiraciones militares, graves problemas sindicales, renovación de las guerras carlistas, intentos de golpe de estado, y la pintoresca y sangrienta insubordinación del Cantón de Cartagena, en Murcia, con el consecuente bombardeo de Almería por los insurrectos, quienes, entre otras locuras, piden ser anexionados por Estados Unidos. Es en ese clima caótico donde se justifica la frase lapidaria y desesperada, aunque escasamente elegante, con que el primer presidente de la república, el catalán Estanislao Figueras, había renunciado a su cargo meses antes de estos hechos, largándose subrepticiamente a París: “estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Realmente, visto a siglo y medio de distancia, lo que parece asombroso es que España, colocada al borde del colapso, simultáneamente hubiera podido mantener en Cuba una guerra colonial terriblemente impopular y costosa. En ese momento Martí ya ha terminado sus estudios, y con el auxilio económico de Fermín Valdés Domínguez decidió abandonar España rumbo a Francia. Transcurría el mes de diciembre de 1874 y naufragaba la república con gran pena y sin ninguna gloria. Pocos días más tarde, casi al terminar el año, el general Arsenio Martínez Campos, para alivio de casi todo el país, puso fin al fallido intento republicano y le dio inicio a la restauración de los Borbones con el auxilio astuto de D. Antonio Cánovas del Castillo.

La república que Martí soñó

El Martí graduado de derecho y filosofía que abandonó España, aunque todavía muy joven -apenas 21 años-, probablemente ya había adquirido una formación ideológica que seguramente no tenía cuando arribó a la Península. El muchacho que a los 16 años soñaba con una nación independiente sin definir su estructura, ya era un joven abogado que había aprobado cursos de Derecho Político y, sobre todo, había presenciado in situ el intenso debate español sobre el mejor Estado y gobierno en el que puede organizarse la convivencia ciudadana.

Sin duda, ese tipo de gobierno -pensaba-, pese al guirigay en que había devenido el experimento español, era la república, donde la soberanía residía en los individuos y no en un monarca, donde el gobierno era laico, y se sostenía en un andamiaje de contrapesos y equilibrios con los tres clásicos poderes independientes, autoridad limitada, y periódica rendición de cuentas. También, sin duda, creía en la superioridad del método democrático para tomar las decisiones colectivas y para designar a los representantes del pueblo con el fin de administrar los órganos de gobierno. Martí, pues, era un republicano liberal y un demócrata moderado. No era un anarquista radical que rechazaba la existencia del Estado, ni un socialista que predicaba el igualitarismo. Por el contrario, tenía muy claro (y así lo expresó más adelante) el papel creador de riqueza de los empresarios privados y la inevitabilidad de las diferencias económicas, que no surgen, como creían los marxistas -el texto que sigue está escrito en 1883, el mismo año en que murió Marx- de la propiedad de los medios de producción, sino de las peculiaridades intelectuales, psicológicas y temperamentales de las personas. En un prólogo a los cuentos de Rafael Castro Palomino, Martí lo afirma con toda claridad:

“Los hombres inferiores ven con ira la prosperidad de los hombres adinerados, y éstos ven con desdén los dolores reales y agudos de los hombres pobres. No se detienen aquéllos (…) a ver que los hombres ricos de ahora son los pobres de ayer; que el hombre no es culpable de nacer con las condiciones de inteligencia que lo elevan en la lucha leal, heroica y respetable, sobre los demás hombres; que del resultado combinado del genio, don natural, y la constancia, virtud que recomienda más al que la posee que al genio, no puede responder como de un delito el que ha utilizado las fuerzas que le puso en la mente y en la voluntad la Naturaleza (…) jamás acabará por resignarse el hombre a nulificar la mente que le puebla de altivos huéspedes el cráneo, ni a ahogar las pasiones autocráticas e individuales que le hierven en el pecho, ni a confundir con la obra confusa ajena, aquella que ve como trozo de su entraña y ala arrancada de sus espaldas, y victoria suya, su idea propia”.

En realidad, las ideas políticas de Martí no se alejan demasiado de lo que era común entre los cubanos y los españoles progresistas de su tiempo y están vinculadas a una tradición que, en la Isla, acaso comienza y se va perfeccionando paulatinamente con Francisco de Arango y Parreño, José Agustín Caballero, Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Antonio Saco -por sólo mencionar los más notables-, y luego se prolonga en figuras ya contemporáneas de Martí como Ignacio Agramonte (n. 1841) -el más enérgico y claro defensor que tuvo el liberalismo en su tiempo-, Enrique José Varona (1849), o los brillantes autonomistas José Antonio Cortina (1851), Rafael Montoro (1852), Antonio Govin (1849) y Eliseo Giberga (1854).

No todos estos cubanos fueron republicanos independentistas -los hubo autonomistas y anexionistas-, pero compartían las mismas ideas sobre las características esenciales que debería tener el Estado de Derecho idóneo para organizar la vida pública de los cubanos, y éstas eran las propias de las sociedades liberales surgidas de la Ilustración. Cuando los mambises se reúnen en Guáimaro en 1869 para redactar la primera Constitución de Cuba en armas, el modelo que tienen en mente -y así lo declara Céspedes en una carta que hace circular-, es la constitución norteamericana, extremo que no deja de ser una ironía, porque los liberales españoles a los que combate, al otro lado del Atlántico, en ese mismo año redactan su nueva constitución, la más liberal de su historia hasta ese momento, también inspirada en la ley de leyes estadounidense.

Finalmente, en 1901, los cubanos proclaman una verdadera Constitución. (Las de la manigua fueron reglamentos necesariamente incompletos, aunque la última, la de la Yaya, tuvo más largo aliento). Este nuevo texto está integrado, como era de rigor, por una parte dogmática, una parte orgánica que describe las instituciones de gobierno, y una cláusula de reforma que explica cómo modificarla. Se trata, pues, de una Constitución claramente liberal, y lo probable, pues, es que ese documento final hubiera tenido el visto bueno de Martí, porque no hay en él absolutamente nada que pugne con el pensamiento del Apóstol, dado que la Enmienda Platt -a la que seguramente se habría opuesto- no formaba parte del texto aprobado por los constituyentes, sino fue un apéndice impuesto por las autoridades interventoras norteamericanas.

Lo que quiero decir es que la famosa república que soñó Martí fue la que se estrenó el 20 de mayo de 1902, aunque con las limitaciones humillantes que le imponía la Enmienda Platt, mecanismo que, de jure, convertía a Cuba en un protectorado norteamericano. En todo caso, el autogobierno estaba garantizado, existía un diseño institucional razonable, y la Isla contaba con el capital humano indispensable para que el país, potencialmente, funcionara con acierto. Basta repasar la lista de los 29 constituyentes que firmaron el texto, o el gabinete de Estrada Palma, para advertir que la media intelectual era bastante elevada. El novelista Carlos Loveira calificaba con cierta ironía a esa clase dirigente cubana de los primeros tiempos como de “generales y doctores”, pero ni es extraño que los generales presidan las repúblicas democráticas cuando se hace la paz -Washington, Jackson, Taylor, Grant, Eisenhower son buenos ejemplos americanos-, y si hay algo frecuente es que los abogados se conviertan en parlamentarios, ministros o jefes de gobierno. Al fin y al cabo, Martí había sido nombrado general por Máximo Gómez tras el desembarco, y, si hubiera sobrevivido, habría sido las dos cosas: general y abogado.

Los problemas de la República

No tenía, pues, Martí un proyecto político en la cabeza distinto al que comenzó su andadura en 1902, y es ingenuo pensar que su sola presencia, de no haber muerto en Dos Ríos, habría garantizado un resultado diferente. Martí era un demócrata, no un autócrata, y habría tenido que pactar, buscar consensos y someterse a la regla de la mayoría y a la alternancia en el poder. Era un hombre excepcional, pero otros hombres excepcionales, como Enrique José Varona y Rafael Montoro -ambos políglotas, cultísimos y refinados, dotados de una estatura intelectual y moral como la de Martí- participaron intensa y constructivamente en la vida política sin mancharse, pero también sin lograr un cambio cualitativo que asegurara la estabilidad del país.

¿Cuál era el inventario de oportunidades e inconvenientes que esperaba a la República? La Cuba de 1902 tenía problemas muy concretos, que se pueden resumir esquemáticamente, y que eran, fundamentalmente, de dos tipos: los de carácter histórico-cultural y los relacionados con factores materiales concretos. Los de carácter histórico-cultural eran, por lo menos, cinco problemas intangibles, pero medulares, que afectaban la convivencia de los cubanos y creaban graves problemas a la gobernabilidad del país e incidían en su desarrollo económico:

1. La ausencia de tradición en el campo del autogobierno. Cuando los norteamericanos estrenan su república en 1776 ya tienen en su pasado siglo y medio de autogobierno en todos los órdenes, incluyendo la milicia. Cuba había sido gobernada desde España a lo largo de toda su historia. Durante una buena parte del siglo XIX no hubo otra autoridad que la voluntad del Capitán General que mandaba en la Isla.
2. El poco respeto que la clase dirigente criolla sentía por el cumplimiento de la ley. No existía la convicción, al menos de forma generalizada, de que las repúblicas se sustentan en la humilde admisión de que todos deben colocarse bajo el imperio de leyes que afectan de la misma manera a todas las personas (the rule of law), conducta que en gran medida explica la estabilidad política de las naciones exitosas. Ese desprecio por la ley no era sólo una actitud de la clase dirigente: alcanzaba al conjunto de la sociedad que, en general, no rechazaba a los políticos corruptos o a los que violaban las reglas, como se comprobaba elección tras elección. No sólo existía impunidad legal. También existía impunidad moral.
3. El culto por la violencia y por los hombres de acción. Las virtudes intelectuales y morales pesaban menos que el prestigio que confería el valor personal. Las batallas libradas contra España se convirtieron en el centro de la mitología favorita de la sociedad cubana y no el respeto por las virtudes cívicas o por los éxitos sociales y económicos. De esa actitud, en su momento, derivó el pandillerismo político, y muchos revolucionarios supuestamente vinculados a causas justicieras se transformaron en los matarifes del gatillo alegre que merodeaban la Universidad, los Institutos de Segunda Enseñanza y los sindicatos. La propia biografía de Fidel Castro demuestra los enfermizos vasos comunicantes que en Cuba existían entre el matonismo, la política y el patriotismo revolucionario.
4. El caudillismo como forma de organización política. Las ideas importaban mucho menos que el culto por ciertos líderes que, a su vez, estimulaban esos vínculos mediante el clientelismo y la entrega de canonjías y privilegios. En esa república de principios del siglo XX, la mambisa, los cubanos se agruparon tras José Miguel Gómez (el primer caudillo que conoció el país), Menocal o Machado, tres generales que despertaron el fanatismo de distintos segmentos de la población. Con Gómez comenzó la nefasta costumbre de asignar botellas -cargos fantasmas por los que se recibía un salario sin tener que trabajar- para recompensar a los partidarios y cortesanos. Disponer de estas botellas y poder distribuirlas era un síntoma del poder que se tenía.
5. Desprecio por el trabajo manual. Dentro de la peor tradición latina (no sólo hispana), los criollos tendían a no cultivar los trabajos manuales y los oficios, por los que tenían poco respeto. Era una sociedad con muchos más abogados que ingenieros, y en la que ser plomero, carpintero o electricista carecía totalmente de prestigio, quizás porque en época de la esclavitud ésos eran los trabajos que desempañaban los negros libertos. No en balde, no fue hasta fines del siglo XVIII cuando Carlos III emitió su Real Decreto dejando sin efecto el carácter vil y degradante asociado al desempeño de labores manuales.

Al margen de estas cuestiones culturales e históricas, cinco de los más graves problemas materiales que tuvo que afrontar la República fueron los siguientes:

1. Patriciado criollo arruinado. Aunque la intervención norteamericana facilitó el tránsito político y económico hacia una nueva etapa, la guerra tuvo un alto costo económico y arruinó a una buena parte del patriciado criollo. Durante los tres años de guerra hubo miles de confiscaciones de propiedades a cubanos acusados de colaborar con los insurrectos. Esos bienes no fueron devueltos a sus dueños porque en el Tratado de París que oficialmente puso fin a la guerra se acordó respetar las sentencias previas de los tribunales españoles.
2. Pocas oportunidades laborales. La base productiva del país -que no era muy grande fuera de la industria azucarera- fue severamente afectada por la guerra y las oportunidades de conseguir trabajo en el sector privado eran limitadas, especialmente en el campo, lo que determinó la rápida emigración del campesinado hacia las ciudades, dando lugar a una masa laboral de difícil asimilación. Por ello, obtener un cargo público se convirtió en el desesperado objetivo de muchas personas, independientemente de sus méritos, dado que se obtenían por relaciones políticas.
3. Escasez de capital. Aunque existían inversiones norteamericanas en azúcar y comunicaciones -las más cuantiosas de Estados Unidos fuera de sus fronteras-, no abundaba el capital, no existían instituciones financieras internacionales dedicadas a fomentar el desarrollo (como hoy el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional), y no había ayuda sustancial internacional a fondo perdido, como hay en nuestros días.
4. Postración de la población negra y mestiza. Seguramente, el sector más afectado por la falta de oportunidades era la población negra. Como regla general, era la más pobre, la peor educada, y la que, en mayor medida, procedía de hogares desestructurados como consecuencia de la esclavitud. En 1886 se había decretado el fin de la esclavitud, pero una parte sustancial de esta masa humana de cientos de miles de personas había quedado desamparada y debía conformarse con sobrevivir colocándose, cuando podía, como servicio doméstico de la población blanca. Como, además, existían graves prejuicios raciales, pese a la legislación que decretaba la igualdad absoluta de blancos y negros, los negros no solían ser empleados en el comercio o en determinadas industrias. Durante siglos, la estructura productiva, concebida para el manejo de una sociedad esclavista de plantación, era la que se adecuaba a la existencia de amos y señores, y esas costumbres y relaciones económicas se prolongaron insensiblemente en la república.
5. Dependencia del azúcar. La economía del país dependía en gran medida del comercio exterior y éste, a su vez, estaba centrado en el azúcar, lo que hacía al país muy vulnerable. Cuando subía el precio del azúcar, como sucedió durante la Primera Guerra mundial, los precios ascendían astronómicamente (la famosa Danza de los millones), como ocurrió en época de Menocal (1913-1921), pero, cuando bajaban, se desplomaba la economía, como sucedió durante el gobierno de Alfredo Zayas (1921-1924), y luego en pleno machadato (1925-1933) tras el crash del 29.

¿Por qué fracasó la República?

Sin embargo, ninguno de estos problemas era insoluble, y ya en ese momento la situación de Cuba era mucho más favorable que la de casi todos los países de América Latina y, en algunos aspectos, incluso superior a la de la propia España, como sucedía con los índices de alfabetización. Tras la intervención americana, el país estrenó la independencia de manera organizada y con la administración pública saneada y en pleno funcionamiento. Ninguna de las repúblicas hispanoamericanas surgió a la independencia con ese grado de orden y legitimidad. Los cubanos, sin embargo, no supimos aprovechar la oportunidad. ¿Por qué? Tal vez, porque para lograr que se produzca el milagro de la gobernabilidad no basta con tener una buena constitución y un grupo de líderes notables. El propio José Martí vio cómo fracasaba la Primera República española, pese a contar con la excelente constitución de 1869 y con figuras de la talla de Pi i Margall, Emilio Castelar y Nicolás Salmerón. Y si hubiera alcanzado los ochenta años de edad, habría podido comprobar cómo se hundía la España de la Segunda República tras promulgar la avanzada Constitución de 1931 (inspiración de la cubana de 1940), aun cuando en las Cortes o en el Ejecutivo comparecían personas del calibre de José Ortega y Gasset, Fernando de los Ríos o Manuel Azaña.

Es hoy, más de un siglo después de iniciada la República, que podemos entender mucho mejor qué pasó en el país y por qué aquella ilusionada aventura acabó en el desastre. Hoy sabemos de manera fehaciente, de la mano de estudiosos como Douglass North, Premio Nobel de Economía en 1993, el papel básico de las instituciones en el desarrollo económico, y la importancia insustituible que tiene un buen sistema judicial para que una sociedad consiga prosperar estable y armónicamente. Hoy manejamos el concepto de “capital cívico”, desarrollado por el sociólogo Robert Putnam, profesor de Harvard, y sabemos que una sociedad en la que la mayor parte de las personas que la componen suscriben valores democráticos, se colocan bajo el imperio de la ley, y se agrupan espontáneamente en organizaciones de la sociedad civil para defender causas comunes, alcanza mucha más estabilidad que aquellas que tienen otro tipo de comportamiento.

En nuestros días, tras observar con admiración los impresionantes “milagros” de postguerra -Alemania, Italia, Japón-, hemos podido estudiar, además, los casos exitosos de naciones que han pasado de la dictadura a la democracia, y de la pobreza a la riqueza y el desarrollo, en el curso de pocos años -Corea del Sur, Taiwán, España, Chile-, y no ignoramos cómo países como Irlanda o Nueva Zelanda -democracias anquilosadas- han conseguido reactivar enérgicamente sus economías, mientras otra nación extraordinaria, Israel, en pocas décadas lograba reinventarse en medio del desierto, conjugando la democracia con un altísimo desarrollo tecnológico y económico en medio de continuas guerras, y bajo el acoso permanente de numerosos enemigos.

Simultáneamente, hemos logrado examinar el complejo proceso de cambio de régimen que va desde el comunismo totalitario y el igualitarismo a la democracia y el mercado, y hemos visto el resurgimiento ejemplar de países como Estonia, Eslovenia, República Checa, Eslovaquia o Polonia, y ya nadie bien informado duda sobre cuál es la fórmula para crear riquezas o -por la otra punta del fenómeno- como se destruye, malgasta o se impide su creación. En otras palabras, viendo lo que otros han hecho bien, podemos deducir exactamente lo qué nosotros hicimos mal entre 1902 y 1959, hasta que se produjo el descalabro que nos trajo la dictadura comunista, y con ella la devastación material del país, la muerte violenta de varios millares de cubanos, el exilio de otros dos millones y el sufrimiento de casi toda la población.

Sin embargo, si hubiera que elegir la causa fundamental del fracaso de la república cubana nos daríamos de bruces con una singularísima paradoja: el gran error que cometió la sociedad cubana no estuvo en la identificación y denuncia de los males que exhibía el país, dado que eran plenamente conocidos -corrupción, violencia política, impunidad, violación constante de la legalidad vigente por parte de quienes tenían que hacerla respetar-, sino en el remedio con que se pretendió corregir esos comportamientos delictivos. Casi desde el inicio mismo de la República se abrió paso entre los cubanos, de manera arrolladora, el culto por la revolución. Algún día, por medio de la violencia revolucionaria -soñaban numerosos cubanos-, llegarían al poder un hombre o un grupo de hombres que impondrían el orden, la justicia y el buen gobierno a punta de pistola, redescubriendo la mítica república supuestamente soñada por Martí, mientras mágicamente crearían las condiciones para que se multiplicaran las oportunidades laborales y los cubanos fueran prósperos.

Los cubanos, en general, no entendían que el buen gobierno difícilmente puede surgir del desorden, la violencia y la ingeniería política y económica diseñada por los afiebrados revolucionarios, unas personas generalmente dotadas de un débil instinto laboral, usualmente afectadas por espasmos fundacionistas que los precipitan a tratar de rehacer incesantemente la realidad de acuerdo con sus más delirantes fantasías. Tampoco entendían que las buenas oportunidades económicas y la verdadera generación de riquezas están vinculadas a la enérgica creación de empresas en el ámbito privado que agreguen valor a la producción de manera sistemática, lo que exige la existencia y cuidadoso mantenimiento de un medio social, jurídico, financiero y académico hospitalario con este complejo objetivo. El problema, pues, radicaba en los valores, creencias y actitudes prevalecientes en la sociedad cubana, tan poco afines con la fragilidad del diseño institucional republicano. Sencillamente, no es posible sostener una república si el conjunto de la sociedad, o al menos la inmensa mayoría de quienes la componen, no está dispuesta a acatar las reglas y a sancionar penal y moralmente a quienes las violan.

Estos papeles comienzan por una cita de Simón Bolívar: “La destrucción de la moral pública causa bien pronto la disolución del Estado”. Y así es, aunque al apotegma del venezolano debe agregársele un matiz: ese fenómeno ocurre con mucha más rapidez si se trata de una república democrática. ¿Por qué? Porque la supervivencia de un modelo de Estado y de gobierno fundado en el consentimiento de las personas y no en la imposición forzada, tiene necesariamente que cumplir con los objetivos para los que fue creado. ¿Por qué tantos cubanos apoyaron acciones violentas contra la República -alzamientos, golpes militares, incluso asesinatos-, o reaccionaron con total indiferencia ante ellos? ¿Por qué no se escandalizaban ante esos y otros hechos altamente reprobables? Probablemente, porque una parte sustancial de los cubanos no sentía que ese orden constitucional destrozado les pertenecía, o que ese gobierno ilegítimo que alcanzaba el poder iba a ser muy diferente al que había sustituido violentamente.

Si los cubanos optaron por esperar a un Mesías revolucionario que enderezara al país de una vez por todas, es porque dejaron de creer en las instituciones republicanas con cada pucherazo electoral que se producía, con cada injusticia que contemplaban, con cada descarada violación de la ley que quedaba impune. Llegó un punto, tal vez muy temprano en nuestra corta historia republicana, en que la sociedad, simplemente, dejó de creer que el Estado surgido en 1902, ese espacio común donde se produce la convivencia pública de los ciudadanos, podía servir para reflejar sus ideales y defender sus intereses. Fue entonces cuando comenzó a creer en la revolución, sin advertir que ése era el camino de la arbitrariedad y el fin del ideal republicano que, precisamente, había sido el sueño de Martí. Ojalá hayamos aprendido la lección. Debemos recordar, cuando nos llegue, otra vez, el momento de estrenar la libertad, que fuera del cumplimiento de la ley, fuera de las instituciones de Derecho, solo queda el abismo. El abismo al que nos precipitamos voluntaria e insensiblemente hace ya casi medio siglo.
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Ilustración: José Martí rodeado de obreros cubanos ante la Vincent Martinez Ybor Cigar Factory, también conocida como Ybor Square, en Ybor City, Florida, ¿1891? Es cortesía de la University of South Florida

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