Es un blog diario digital conformado con los artículos, opiniones, ensayos, etc. del Catedrático universitario Lic. Pedro Pablo Arencibia Cardoso sobre diferentes temáticas de la problemática cubana, actual e histórica, así como por noticias y artículos de otros autores que se consideran de gran interés para profundizar en la realidad cubana.
miércoles, mayo 29, 2024
Luis Cino Álvarez desde Cuba sobre el rotundo fracaso de la ingeniería social del castrismo
El rotundo fracaso de la ingeniería social del castrismo
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No es de extrañar que los ministros y todo el equipo de gobierno de Díaz-Canel, el más mediocre que ha conocido la historia de Cuba, hayan llevado al país al desastre actual.
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Por Luis Cino Álvarez
27 de mayo, 2024
LA HABANA, Cuba.- La crisis que enfrenta la nación cubana, que es sin duda la peor de su historia, evidencia, entre otras cosas, el rotundo fracaso de la ingeniería social aplicada durante seis décadas por el régimen castrista.
Con la creación del llamado “hombre nuevo” preconizado por Che Guevara, se buscaba anular la individualidad de los cubanos, homogeneizarlos, para convertirlos en una masa manejable, obediente, que, incondicionalmente, pusiera los intereses del Estado por encima de los suyos propios. Pero los resultados no han sido los que esperaban los mandamases comunistas. ,
Lo que obtuvieron fue una chusma amoral, confundida, disparatada y cínica, experta en fingir, que ya va por su tercera generación.
Si dicen que no les interesa la política y no son capaces de reclamar democracia, tampoco sirve para cumplir, al pie de la letra, los deseos de los mandamases.
No se podía obtener algo mejor a base de adoctrinamiento, consignas, prohibiciones e imposiciones.
Hoy mucho se habla de la pérdida de valores entre las nuevas generaciones de cubanos. En realidad, la crisis de valores empezó cuando en los primeros años de régimen revolucionario pretendieron sustituir lo que calificaban como “la moral burguesa” por una “moral proletaria”. Y falló, no funcionó, porque la moral es una sola, cimentada en valores universales. Ahora, con tanto deterioro social, es imposible traer de vuelta esos valores.
Mucho daño hizo a las familias cubanas el empeño del Estado por separar a los niños y adolescentes de sus padres, en las edades que más necesitaban de ellos, para adoctrinarlos a su antojo en becas y escuelas en el campo, que se suponía fueran “la cantera del hombre nuevo”.
La educación gratuita que es presentada por el régimen y sus apologistas como uno de los principales “logros de la revolución”, ha registrado un notable deterioro en las últimas décadas. Para constatarlo, basta con escuchar a la mayoría de los jóvenes cubanos que, si no hablan en una jerga presidiaria y onomatopéyica, apenas pueden expresarse coherentemente, leerse un libro y menos redactar un párrafo sin errores ortográficos ni falta de concordancia.
Y ni les preguntes de historia. La que les enseñaron es una historieta distorsionada, manipulada y de un patrioterismo enfermizo que provoca rechazo, aun por los próceres de la patria —Martí incluido—, a los que asocian con “esto”.
El arte y la cultura cubana, salvo excepciones, cada día es de menos calidad. El régimen lo achaca a una “guerra cultural” que, de existir, parece estar perdiendo irremisiblemente.
Así, nos hemos convertido en un pueblo desorientado, sin sentido de pertenencia ni referentes, con muy baja autoestima nacional.
Para gran parte de los cubanos, principalmente los jóvenes, la única esperanza de futuro es irse del país. A donde sea, pero principalmente a Estados Unidos. Porque, paradójicamente, luego de seis décadas de prédica antiyanqui, hoy los cubanos son probablemente el pueblo más pronorteamericano de América Latina.
Pese al ateísmo de estado y el hostigamiento a los religiosos de las décadas de 1960 y 1970, cada vez, en busca de respuestas y esperanza, hay más creyentes en Jehová, Cristo, los santos católicos o los orishas. Pero a muchísimos de esos creyentes la fe les sirve de poco, en medio de la debacle en que viven, para hacerlos personas decentes. No es fácil serlo en un sálvese el que pueda donde priman el egoísmo, la avaricia, el marrullerismo, y la violencia.
En aquellos ambientes casi carcelarios de las escuelas al campo, becas y unidades militares, en los que se imponía la ley del más fuerte y más astuto, se formaron generaciones de gente frustrada pero que se acostumbró a vivir entre dificultades, siempre “inventando” y que enseñaron a sus hijos y nietos las tácticas de supervivencia que aprendieron para “resolver e ir escapando”.
Si antes saciaban el hambre en los platanales y naranjales, o robando en la cocina, el almacén, o en la mochila del de la litera de al lado, ¿qué podemos esperar que hagan ahora que vale todo en este despelote nacional?
Trabajando por salarios de miseria, malcomiendo de la libreta de abastecimiento, con la casa cayéndose, se han aburrido de escuchar hablar de un futuro que nunca llegó. Nunca pudieron elegir a sus gobernantes; cuando más, eligieron al delegado de circunscripción del Poder Popular. Como había jefes infalibles que velaban por su pureza ideológica, tampoco pudieron elegir qué libros leían, qué películas veían, qué música escuchaban o qué moda les era permitida usar. Si prácticamente ni siquiera pudieron elegir lo que comían, que era “lo que había”, lo que venía a la bodega o la carnicería, lo que apareciera, aunque fuera bazofia apestosa.
Los que, obedientes o simulando, lograron llegar a la universidad solo para revolucionarios o conseguir buenos empleos, para los que exigían “confiabilidad e idoneidad”, no podían descollar demasiado por sus ideas innovadoras, y tenían que cuidar lo que decían, a quién y en qué momento, porque los podían catalogar como “autosuficientes, individualistas, conflictivos e hipercríticos”. ¡Y ay si les detectaban “problemas ideológicos”!
¿Cómo podía esperarse que de un medio así, con ese mediocre material humano, pudieran surgir cuadros y funcionarios con dos dedos de frente y capaces de generar iniciativas valiosas a la hora de relevar a los ancianos de la llamada “dirigencia histórica”?
No es de extrañar que los ministros y todo el equipo de gobierno de Díaz-Canel, el más mediocre e inepto que ha conocido la historia de Cuba, hayan llevado a la nación al actual atolladero.
Los actuales dirigentes de la continuidad castrista han llegado a donde están hoy porque siendo asiduos practicantes de la doble moral, se formaron obedeciendo las órdenes sin chistar, siempre aplaudiendo, repitiendo gastadas consignas, chivateando, adulando a los jefes y dejando que los mandamases de encima pensaran y decidieran por ellos. ¿Qué podía esperarse que no fuese el actual desastre?
EEUU anuncia nuevas medidas para 'ampliar el acceso a ciertos servicios financieros que realmente beneficiará a la parte del pueblo cubano que sea cómplice' de la dictadura
En Venezuela, Nicaragua, China, Vietnam y en otros países existen micro, pequeñas, medianas y grandes empresas privadas, pero no todas las libertades y Derechos Humanos se pueden ejercer en esos países., luego ese no es el camino para Cuba.
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Mario J. Pentón
29 de mayo, 2024
Exclusiva: Estos fueron los funcionarios cubanos que visitaron el Aeropuerto Internacional de Miami
Daniel Benitez News
28 de mayo, 2024
Cambio de política hacia Cuba: "emprendedores independientes" podrán tener cuentas de banco en USA
Mario Pentón
28 de mayo, 2024
Régimen cubano responde a Biden tras el alivio de sanciones a la dictadura
EEUU anuncia nuevas medidas para 'ampliar el acceso a ciertos servicios financieros para el pueblo cubano'
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Las nuevas medidas permiten a los empresarios cubanos privados abrir cuentas bancarias en EEUU, utilizar sus plataformas de pagos en línea, exportar aplicaciones móviles, entre otras.
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DDC
Washington
28 de mayo 2024
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EEUU aprobó este martes una serie de "enmiendas regulatorias" que buscan "apoyar a los empresarios independientes del sector privado cubano y ampliar el acceso a ciertos servicios financieros para el pueblo cubano", informó la institución en un comunicado de prensa. Este anuncio se traduce, fundamentalmente, en la autorización para que los empresarios privados cubanos puedan abrir cuentas bancarias en EEUU y utilicen sus plataformas de pagos en línea.
Estos cambios modifican las Regulaciones de Control de Activos Cubanos (CACR, por sus siglas en inglés), y fueron aprobados, según la OFAC, "para implementar aún más la política anunciada por la Administración Biden-Harris el 16 de mayo de 2022". "Hoy estamos dando un paso importante para apoyar la expansión de la libre empresay la expansión del sector empresarial en Cuba", dijo un alto funcionario estadounidense.
La normativa, dirigida a los "pequeños empresarios de la Isla", les permitirá abrir cuentas bancarias en EEUU y restablece la autorización para las llamadas "transacciones en U", suspendidas en septiembre de 2019. Se trata de transferencias de fondos que se originan y terminan fuera de EEUU, donde ni el originador ni el beneficiario están sujetos a la jurisdicción estadounidense. Esta medida "busca ayudar al pueblo cubano al facilitar las remesas y pagos para transacciones en el sector privado autorizadas por el CACR", dijo la OFAC.
De igual forma, las autoridades financieras de EEUU permitirán que los dueños de MIPYMES cubanas utilicen las plataformas de pago en línea de EEUU, algo que hasta ahora fue un obstáculo para las transacciones de las empresas privadas de la Isla.
Además, la OFAC reemplazó el término "individuo trabajador por cuenta propia" por el de "empresario independiente del sector privado", una clasificación que, indicó el comunicado, "continúa incluyendo a personas que trabajan por cuenta propia, como propietarios o empleados de empresas privadas o empresas unipersonales, pero la definición modificada ahora también incluye cooperativas privadas o pequeñas empresas privadas que son propiedad exclusiva de dichas personas o están formadas únicamente por ellas".
La OFAC insiste en la exclusión de funcionarios cubanos prohibidos y de miembros prohibidos del Partido Comunista de Cuba, "para garantizar que no se aprovechen de las acciones estadounidenses destinadas a beneficiar a empresarios independientes del sector privado".
En tal sentido, el Congreso de EEUU aprobó en marzo la Ley de asignaciones del Departamento de Estado, operaciones extranjeras y programas relacionados para el año fiscal 2024, que incluyó sanciones a las MIPYMES manejadas por "empresarios" vinculados al Gobierno de la Isla.
Además, el Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, uno de los principales organismos de ese país que promueve los negocios con la Isla, llamó a establecer una lista de MIPYMES "confiables", que despeje las sospechas sobre el uso de los negocios no estatales por el régimen de La Habana como "caballo de Troya" para burlar las sanciones de Washington contra sus empresas.
Este martes, la Administración Biden también autorizó la exportación o reexportación de software y aplicaciones móviles de origen cubano desde EEUU a terceros países, "con el objetivo de ampliar la capacidad de los empresarios cubanos independientes de ofrecer su software y aplicaciones móviles en tiendas de aplicaciones globales", dijo la OFAC en el comunicado.
"Ejemplos adicionales de servicios autorizados incluyen plataformas de redes sociales, plataformas de colaboración, videoconferencias, plataformas de juegos y aprendizaje electrónicos, traducción automática, mapas web y servicios de autenticación de usuarios", informó la entidad.
"La OFAC también aclara que las personas sujetas a la jurisdicción de los EEUU pueden proporcionar servicios basados en la nube (incluido el almacenamiento remoto de datos, el servicio de transporte de datos, las redes de distribución de contenido, las máquinas virtuales, el software como servicio y la infraestructura como servicio), para apoyar los servicios relacionados con el intercambio de comunicaciones a través de Internet", agregó.
Recientemente, EEUU excluyó a Cubadel listado de países cuyos gobiernos no cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas de Washington. En tal sentido, el secretario de Estado de de ese país, Antony Blinken, aseguró que este cambió de política se debió a "la revisión anual, los requisitos de la designación y el cambio de circunstancias".
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Pepe Forte
29 de mayo, 2024
Biden abre Financiamiento a la Dictadura Cubana
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Abanico Cubano
1 de abril, 202
Claudia Padrón revela los secretos del agente David y las Mipymes en #AbanicoCubano
Alfonso Larrea: de agente “David” a la vanguardia de las mipymes
Por Claudia Padrón Cueto *
marzo 5, 2024
CDMX, México. – El 26 de septiembre de 2023 un grupo de 70 representantes de mipymes cubanas (micro, pequeñas y medianas empresas) aterrizaron en Florida, Estados Unidos para reunirse con empresarios, políticos y funcionarios estadounidenses. Al frente de ese grupo estuvo un hombre corpulento y canoso, de unos 60 años, que vestía siempre camisas de manga larga o guayaberas. Su nombre es Alfonso Valentín Larrea Barroso y no es la primera vez que acapara reflectores.
Ocho años atrás, cuando la silla presidencial estadounidense la ocupaba Barack Obama, Alfonso fue presentado también como un exitoso empresario privado y una de las voces más activas por pedir confianza en los emprendedores cubanos. Ahora regresa en un rol semejante.
Es lo que podríamos llamar el rostro oficial del sector privado en Cuba. Como administrador único de la mipyme Evexcon, Larrea ha organizado viajes de negocios al extranjero donde participan representantes de otras mipymes que él elige. También, cada semana dirige reuniones de networking para que los empresarios se conozcan entre sí y dialoguen. De igual modo, en las redes de su empresa, promociona las actividades de destacados comerciantes, que si bien no residen en la Isla, hacen negocios con el Estado cubano, como Hugo Cancio o John Felder.
Si los mipymeros cubanos tuviesen un líder oficial, ese papel lo ocuparía Larrea. Y no extraña, pues la razón de ser de su negocio es precisamente esa: promocionar el sector privado cubano. Es por eso que, en artículos, eventos y espacios informales ―donde quiera que se hable de mipymes― el nombre de Alfonso Larrea sale a relucir.
Sin confrontar directamente al régimen, se centra en sostener que, pese a todas las sospechas y críticas, el sector privado cubano es real y no un espejismo construido por el Gobierno. En cada entrevista, insiste en negar que el emergente espacio esté cooptado por la cúpula. Esto sería, ha dicho él, “temores infantiles”, “el cuento del hombre del saco”.
Sin embargo, él mismo tiene una historia de lazos estrechos con la dictadura cubana. Según antiguos miembros de la Seguridad del Estado y un opositor que fue su víctima directa (todos consultados por CubaNet), Larrea trabajaba como agente de la Policía e infiltró la oposición a finales del siglo pasado. Además, un hermano suyo aún ocupa un alto cargo en la Seguridad del Estado.
Dos de estas fuentes confirman que Larrea continuó su vida laboral en cargos comerciales de empresas estatales sin perder el contacto con la Policía política.
Después, cuando dieron luz verde a las primeras cooperativas de servicios en 2013, de inmediato registró Scenius para prestar servicios de contabilidad mayormente a sociedades del Gobierno.
Ahora, con el auge de las mipymes, Larrea regresa y de nuevo cuenta con apoyo de los medios estatales de difusión y se vincula a empresarios privados que viven en el extranjero, pero que tienen relaciones estrechas con el Estado.
Públicamente realiza un cabildeo centrado en defender los intereses de los mipymeros, con un discurso que coincide con el oficial. No cuestiona al régimen por las limitaciones que sigue imponiendo sobre el sector privado, sino que centra la mayoría de sus críticas en las sanciones de Estados Unidos.
Niega, además, cualquier relación de las mipymes con el Estado, a pesar de que algunas son de propiedad estatal o han surgido de empresas que anteriormente lo eran.
El historial de Larrea no contribuye a disipar las dudas que ya de por sí generan los emergentes empresarios privados cubanos, un sector atrapado entre los obstáculos que les plantea el régimen y las críticas de muchos opositores y exiliados.
El agente “David”
Alfonso Larrea, el hombre que hoy se presenta como líder del sector privado cubano, testificó en el juicio contra el disidente Francisco Chaviano, según confirmaron a CubaNet el propio Chaviano y un exagente de la Seguridad del Estado que estuvo presente durante el proceso penal.
Chaviano fue detenido el 7 de mayo de 1994 y acusado de revelar secretos de la Seguridad del Estado y falsificar documentos. El opositor presidía un grupo de derechos humanos no autorizado ―el Consejo de Derechos Civiles de Cuba― y fue condenado por un tribunal militar de La Habana en abril de 1995.
El juicio fue a puerta cerrada y pocas personas pudieron estar presentes. En ese proceso, el régimen presentó una lista de seis agentes de la Policía política que estaban infiltrados en movimientos opositores o en actividades diplomáticas, a los que Chaviano había delatado ante funcionarios de la Sección de Intereses de los EE.UU. en Cuba (SINA)
“Se presentó con su nombre completo y el alias que usaba como miembro de la Policía política y dijo que había sentido temor, y que su vida peligraba porque yo lo delaté”, rememora Chaviano, hoy en el exilio.
Chaviano nunca antes había visto a Larrea, pero un contacto suyo dentro de la Seguridad del Estado le había compartido los datos del agente y revelado que su tarea era infiltrarse en la oposición; y esa misma información la compartió con la SINA.
“De la lista solo Larrea fue llevado a testificar por la Fiscalía, declarando él que operaba como ‘David’”, confirmó a CubaNet el exagente que participó en el juicio.
La defensa de Chaviano respondió que entre varios opositores la actividad de Larrea como agente infiltrado era conocida; que sabían de su relación con el oficial de la Seguridad del Estado Winston Jordan Calzadilla, célebre represor de la disidencia. Y que por tanto Chaviano se había limitado a revelar algo que no estaba tan oculto.
Pero la declaración de Larrea fue determinante para culpar al activista por “revelación de secretos”; y en abril de 1995, Chaviano fue condenado a 15 años de cárcel. Cumplió 13 años y tres meses en prisión. En este tiempo sufrió tortura y malos tratos, según relató.
“Una de las que más recuerdo fue cuando un coronel, el segundo del Combinado del Este, me ordenó arbitrariamente quitarme la ropa en un pasillo frente a los demás presos. Al yo negarme a hacerlo, me dieron una paliza entre varios carceleros y me arrancaron toda la ropa frente a los demás. Desnudo, me arrastraron hasta la celda de castigo, que estaba lejos. Allí, me dieron otra paliza que me desbarataron”, narra Chaviano, quien también responsabiliza a Larrea por el tiempo que estuvo en prisión y las vejaciones a las que fue sometido.
“Según el testimonio de Larrea en el juicio, entre otras misiones, infiltró un grupo de la oposición nombrado Comité de Unidad Nacional, dirigido por José Antonio Fornaris, con vínculos estrechos en el exterior con la Fundación Nacional Cubano Americana”, confirma el exagente, quien pidió anonimato por temor a su seguridad.
Esta fuente y Chaviano coinciden en que Larrea declaró en el juicio que otro de los objetivos de sus misiones era la SINA, a cuya sede asistía con frecuencia para entrar a la biblioteca y participar en talleres y cursos. “En varias ocasiones también sostuvo entrevistas, solicitadas por él con funcionarios de la representación”, dijo en el estrado, según rememora el exagente consultado.
Aunque no es común que el Gobierno cubano exponga la identidad de sus agentes infiltrados en procesos judiciales, el de Larrea no sería un caso aislado. En 2003 Odilia Collazo, una oficial infiltrada, testificó junto a otros siete agentes en los procesos contra 75 disidentes y periodistas. Odilia había sido contactada en 1988 por la Seguridad del Estado para infiltrarse en la oposición como la agente “Tania” y llegó a convertirse en una de “las opositoras” más prestigiosas de esa época.
Otras dos fuentes, que no desean revelar su identidad (una de ellas asegura haber coincidido con Larrea como agente de la Policía política y la otra conoce personalmente a este y su familia), confirmaron a este medio que Larrea no es el único miembro de su familia que ha formado parte del órgano represivo. Su hermano, Lázaro Romualdo Larrea Barroso, dijeron estas fuentes, es teniente coronel de la División de Inteligencia del Ministerio del Interior y graduado del Instituto Superior de Relaciones Internacionales en 1989.
Estos testimonios sobre la actividad de Larrea como agente infiltrado son congruentes con el relato ofrecido por otros opositores que militaron junto a “David” en movimientos disidentes. Antes de que Larrea revelara su verdadera identidad en el juicio contra Chaviano, algunos opositores ya sospechaban que fuese un agente infiltrado.
Larrea, “el opositor”
Entre finales de los años 80 e inicios de la siguiente década, Larrea, entonces, de poco más de 20 años, trabajaba como estibador en un almacén de Nuevo Vedado asociado a una empresa extranjera y al Ministerio de Transporte, según los dos exagentes de Contrainteligencia consultados que lo conocieron. A la par, estudiaba la licenciatura en Derecho en el Curso para Trabajadores.
Fue en esa etapa, relataron las fuentes, cuando Larrea comenzó a acercarse a opositores. Lo hizo a través de su suegro, Humberto Hechevarría, quien tenía entre sus amistades al activista anticastristra Mario Viera. De la mano de Viera, Larrea ingresó al Comité de Unidad Nacional (CUN), un movimiento opositor, que en ese entonces era el grupo de la Isla más cercano a la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
Hablamos de la última etapa del siglo pasado, cuando Jorge Mas Canosa, al frente de la FNCA, era uno de los pilares del exilio. Mas Canosa fue uno de los arquitectos del denominado lobby cubano; y su postura y determinación de acabar con el comunismo en la Isla e influyeron en la política de Estados Unidos hacia Cuba.
Para la Policía política, infiltrar el CUN y a José Antonio Fornaris, su líder, era, por tanto, una de las vías para afectar la labor de Mas Canosa y la poderosa FNCA.
“Desde que Alfonso llegó al Comité lo vi interesado en aproximarse a mí por mi relación con Mas Canosa. Incluso él visitaba a mi mamá por su cuenta como manera de ganar mi aprecio”, relata Fornaris, exiliado hoy en Costa Rica.
En ese entonces, quien después se presentaría como el agente “David” era un muchacho simpático que caía bien. Le gustaba hacer chistes y de cualquier tema inventaba un comentario ocurrente. No pasaba desapercibido y era agradable, según los opositores que lo conocieron; aunque, aclaran, pronto levantó sospechas, al igual que otros militantes del CUN, como Fausto Adolfo Martí y Héctor Castañeda, quienes también se revelarían como agentes infiltrados.
“Los tres [Martí, Castañeda y Larrea] coincidían en que intentaban influenciar para que cambiáramos los propósitos de nuestra organización. Crearon divisiones y problemas internos”, rememora Fornaris, y agrega que la Seguridad del Estado siempre estaba un paso por delante de sus actividades.
La desconfianza se incrementó cuando Larrea transmitió información sobre un hecho que nunca ocurrió: una supuesta renuncia masiva de militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Al parecer, “su objetivo era que el CUN difundiera esto y quedara en evidencia por mentir”, comenta Fornaris.
Esta es una táctica habitual a la que la Seguridad del Estado recurre para mostrar cómo la oposición no es confiable.
Irse del país, el consejo constante
Las sospechas contra Larrea aumentaron porque era muy insistente en su afán de estimular a otros opositores a que abandonaran el país. Tanto Fornaris como Mario Viera aseguran que Larrea les recalcaba sin cesar que la mejor opción era dejar Cuba. A Viera, la persona que lo presentó en la oposición, llegó a proponerle el siguiente plan:
“Me habló de un grupo de militares que iban a desertar con papeles muy importantes y que se irían en una lancha para Miami. Alfonso [Larrea] supuestamente los iba ayudar robándose un motor del almacén donde trabajaba. Me invitó a sumarme a ellos. La verdad es que entonces pensé que era una ingenuidad de él”.
Viera tenía una causa pendiente por intento de salida ilegal del país. Si lo atrapaban reincidiendo sería enviado a prisión de inmediato. Además, como la propuesta le pareció algo disparatado, declinó el ofrecimiento de Larrea.
“Estuve un año preso en el 91 y cuando salí, Alfonso había ganado renombre dentro de la oposición. No salía de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana. Incluso me llevó con él una vez y pude ver lo cercano que era a algunos funcionarios americanos y cómo lo escuchaban”, recuerda Viera.
Este opositor, exiliado en Estados Unidos actualmente, narra que decidió alejarse de Larrea cuando confirmó que este, a la par de militar en el CUN también lo hacía en la UJC y además no había perdido su trabajo asociado a una empresa extranjera, un puesto especialmente atractivo. “¿A qué opositor que se codea con la Oficina de Intereses le permiten en Cuba trabajar y menos en algo importante?”, reflexiona Viera.
Es común que en la Isla se despida a simples empleados si critican abiertamente al Gobierno y que se impida a los opositores acceder a muchos empleos.
En cuanto a la contratación en empresas extranjeras, esta se hace a través del Estado, que filtra quién recibe el empleo. Un disidente que visitaba la SINA y militaba en el CUN no sería idóneo para ganarse el empleo que tenía Larrea. A menos que no fuera realmente un opositor.
En la Isla, las personas que ayudan o forman parte de la Seguridad del Estado pueden dividirse en tres categorías fundamentales: los agentes propiamente dichos; los colaboradores que actúan por convicción ideológica, también llamados “personas de confianza”; y los colaboradores que lo hacen por algún tipo de interés personal, material, miedo o chantaje.
Los trabajos de mayor relevancia, como penetrar a movimientos opositores, usualmente, son responsabilidad de los primeros, los agentes.
“Un agente es una persona reclutada, con un expediente, con preparación oficial para hacer este tipo de trabajos. Es un oficial encubierto”, explica un extrabajador de Contrainteligencia consultado.
La fuente, que conoce a Larrea, lo describe como “un agente ideológico” que “actuaba por convicción”.
Después del juicio contra Chaviano, los opositores consultados perdieron el rastro del agente “David”. Larrea, según las fuentes entrevistadas, no solo dejó de visitar la sede diplomática estadounidense, también cambió de empleo.
De agente a empresario
Ya con su título de abogado en mano, Larrea pasó por una variedad de ocupaciones, mayormente en ministerios en posiciones de asesor comercial, según detalla su perfil de LinkedIn.
Primero estuvo en la agencia de noticias Prensa Latina, donde permaneció hasta 1998. De ahí aterrizó como especialista comercial en la Zona Franca del Wajay. Luego de unos cinco años, pasó al Ministerio de la Industria Pesquera. Y en 2007 fue nombrado especialista en la Oficina del Programa Martiano, perteneciente al Consejo de Estado, órgano superior cubano. Su último empleo fue en el Ministerio de Cultura.
Esta información, publicada por el propio Larrea, no pudo ser contrastada exhaustivamente con los agentes entrevistados que lo conocieron. Pero estos sí aseguran que se mantuvo en centros de trabajo estatales, sin romper sus vínculos con la Seguridad del Estado.
Esto no es extraño que suceda. Algunos agentes son asignados a instituciones ajenas a los órganos de Seguridad, pero desde sus nuevos puestos siguen colaborando con la Policía política.
La vida pública de Larrea como empresario privado comienza cuando se acerca el restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, durante el segundo mandato del presidente Barack Obama, al comienzo de la década pasada.
Un tenue apoyo a la iniciativa privada era la muestra de buena voluntad que la administración de Raúl Castro podía exhibir como señal de apertura. Como ocurre hoy con la presidencia de Joe Biden, el sector privado era la carta que llevaba Cuba a la mesa para convencer a los estadounidenses de que el país estaba realmente cambiando.
Y en efecto, se vieron algunas transformaciones: en las principales ciudades del país se abrieron restaurantes, bares, tiendas de regalo, emprendimientos tecnológicos… Cuba se puso de moda en el exterior y se aliviaron restricciones para el turismo estadounidense, que empezó a llegar.
Esto, en parte, fue posible debido a que el régimen legalizó las primeras formas de empresa privada: las llamadas cooperativas no agropecuarias, que fueron aprobadas a finales de 2012. En estos espacios, personas particulares, los conocidos como cuentapropistas, podían unirse y ofertar servicios conjuntos.
Una de esas cooperativas, probablemente la más conocida, fue Scenius, que se enfocó en prestar servicios de asesoría contable.
En enero de 2015, meses después de que Raúl Castro anunciara en televisión que la “Guerra Fría” había acabado, Scenius cobró vida y no paró de crecer.
Sus servicios incluían realizar estados financieros, registros contables, control de inventarios o asesoría en materia tributaria a empresas.
En todas partes se hablaba de la cooperativa de particulares que estaba siendo exitosa dentro de la limitada y maltrecha economía estatal cubana. La prensa internacional la catalogó como “líder” en este sector y además de la capital se extendieron a Matanzas y Camagüey. Habían logrado lo impensable. Se les elogiaba por lo lejos que habían llegado.
Una iniciativa de tres socios con 300 dólares de capital inicial logró facturar más de dos millones de dólares y emplear a unos 300 trabajadores, según le explicó a la prensa el propio Larrea.
Sin embargo, detrás de esta historia de éxito había una paradoja. La cooperativa no prosperó brindando servicios para el sector privado. Scenius no se enfocó en los sectores que emergieron con el deshielo y que atrajeron a los cuentapropistas: el turismo o la restauración. La mayoría de los clientes a los que Scenius proporcionaba servicios contables, alrededor del 90 por ciento, eran empresas estatales, según detalló el propio Larrea.
Lo que nunca explicó fue cómo obtuvieron una cartera tan amplia de clientes dependientes del Gobierno, siendo ellos una empresa privada tan joven que nadie conocía.
A medida que la cooperativa se convertía en un referente, dos de sus fundadores cobraron cierta fama. El presidente de Scenius, Luis Alberto Dueñas, era un ingeniero de profesión que había trabajado como marino mercante y que armó junto a Larrea el emprendimiento.
Aunque no llegó a tener la visibilidad de Larrea, Dueñas también dio entrevistas a la prensa foránea. En una de ellas alertó a los empresarios extranjeros con intereses en Cuba que la apertura económica no iba a significar “llenar de McDonald’s” el país. Dueñas dejó claro que los emprendedores como él, trabajaban bajo las reglas del socialismo y eran “graduados de la Revolución”. Por tanto, no dejarían que extranjeros les impusieran intereses políticos ajenos. También calificó el desempeño del Gobierno de la Isla ante el deshielo como “rápido”, pero “cauteloso” y “eficiente”.
A la par de Dueñas, Larrea también era una voz muy citada al respecto. Era objeto de notas tanto en la prensa independiente como en la oficial, dictaba talleres, prestaba asesorías, incluso viajó a Estados Unidos. Sin duda, era uno de los hombres del momento para el sector privado.
El fin de Scenius
Todo en Scenius parecía marchar bien, hasta que el contexto cambió radicalmente. El deshielo se ralentizó tras los ataques de origen desconocido que sufrió el personal de la embajada estadounidense en La Habana a partir de 2016. Para entonces, el régimen ya estaba obstaculizando el desarrollo del cuentapropismo y las cooperativas; como resultado de estas medidas unas 80.000 personas renunciaron a sus licencias de trabajo por cuenta propia.
A esto se sumó la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017. El expresidente republicano dio un giro a la política hacia Cuba: restringió los viajes a la Isla, endureció las sanciones y puso en el punto de mira al grupo empresarial más importante del país, propiedad del Ejército cubano, GAESA.
Fue en ese contexto en que las autoridades cubanas decidieron ponerle freno a Scenius, acabar con el cuento de hadas.
El 7 de agosto de 2017, el portal estatal Cubadebate anunció oficialmente que Scenius había sido extinguida por supuestas violaciones cometidas por la cooperativa. Según explicaron, Scenius había prestado servicios no contemplados en su licencia. Por ejemplo, elaboraban para sus clientes fichas de costo, algo que es un servicio contable, pero no estaba contemplado en la licencia.
Hasta hoy, no sabemos por qué cayó en desgracia Scenius, ni por qué se detuvo el proceso de reformas económicas. Para algunos observadores, estos cambios dejaron de interesar al régimen cuando ya no fueron útiles para obtener concesiones de Estados Unidos. Para otros, el cierre de Scenius y, en general, el freno a la iniciativa privada, fueron el síntoma de las disputas internas existentes dentro del régimen entre sectores más reformistas y otros más ortodoxos.
En esta línea, el economista Emilio Morales, quien ha investigado por años el sector privado, opina que el deshielo y la apertura económica produjeron temor a una pérdida de control entre algunos poderosos militares. “Al general (Luis Alberto Rodríguez) López-Calleja, entonces CEO de GAESA, no le convenía un movimiento arrollador de empresarios independientes, con mayor poder empresarial y mayor autonomía financiera, pues impediría la supremacía del conglomerado del Ejército y cortaría sus multimillonarios ingresos en dólares”, opina Morales.
Sobre el cierre de su negocio, el propio Larrea escribió una carta pública criticando la decisión y defendiendo que los supuestos incumplimientos cometidos eran falsos. Incluso dio a entender que se trataba de una represalia. Dijo que los motivos reales para cerrar la empresa eran otros y que los iba a explicar. Aunque nunca lo hizo.
Después del cierre de Scenius, el empresario generó más interés público y ocupó titulares que lo presentaban como una especie de “reformista” que el régimen, o al menos una parte de él, había querido sacar del juego.
Ese mismo 7 de agosto de 2017 en que se anunció el cierre de Scenius, Larrea publicó el primero de seis textos en el medio independiente El Toque sobre cómo las cooperativas eran vistas como enemigas del sector estatal.
Pero el cierre de Scenius aumentó su presencia no solo en los medios, sino también en las recepciones realizadas en la representación diplomática estadounidense en Cuba. Había pasado de ser uno de los emprendedores del momento, a una víctima de la represión del régimen.
“Después del explote de la cooperativa, Larrea se hizo más famoso y asistía a todo lo que se hacía en la Embajada. Lo invitaban con más frecuencia, supongo que por la notoriedad que tuvo. Se convirtió en un mártir del cuentapropismo”, comenta un periodista independiente que en esas fechas coincidió con él en muchos eventos de la sede diplomática de Estados Unidos.
En 2019, el empresario firmó el último de sus artículos en El Toque, pidiendo que dejaran a las cooperativas trabajar. Esa sería una de sus últimas apariciones públicas hasta ahora.
El regreso como “mipymero”
El 20 de enero de 2021, Biden se convirtió en presidente de Estados Unidos y con él retornó el Partido Demócrata a la Casa Blanca. Que Trump no lograra reelegirse fue una buena noticia para la dictadura de La Habana, que había visto cómo el ahora exmandatario prometía más mano dura contra el castrismo si obtenía un segundo mandato.
En cambio, con Biden, quien había formado parte del deshielo como vicepresidente de Obama, el panorama era más alentador. Y el régimen necesitaba sí o sí un respiro.
Cuba atravesaba una gravísima crisis económica, empeorada por la pandemia de COVID-19. El colapso del turismo, la principal industria del país, había provocado que se implementaran una serie de medidas impopulares dirigidas a dolarizar la economía y sanear las finanzas. Y, en parte como respuesta a estas medidas, el 11 de julio de 2021, por primera vez desde 1959, personas de todo el país salieron a protestar a las calles, lo que, a su vez, desató una ola de represión histórica.
Así, necesitado de impulsar la economía, mejorar su imagen y con un nuevo inquilino en la Casa Blanca, el régimen comenzó a dar señales de apertura económica.
Meses después de la llegada al poder de Biden, las autoridades cubanas presentaron una forma jurídica que permitía a personas particulares crear una empresa privada. Esta vez no se habló de cooperativas como durante el deshielo de Obama, sino de mipymes.
Estados Unidos ha demandado el empoderamiento del sector privado cubano y tratado de que sus sanciones sean más selectivas para afectar a las empresas estatales, pero no a los negocios privados.
Las mipymes, de esta forma, además de ser un guiño al enemigo histórico, fueron también una respuesta a las protestas populares del 11 de julio de 2021; como la apertura de los 90, lo fue al Maleconazo de 1994.
“Las aperturas en Cuba comienzan con crisis internas, cuando el agua le sube a la nariz. Después esas reformas las empacan en una campaña de propaganda que promete cambios y las venden al exterior. Es una manera de buscarle beneficios adicionales a algo que tuviste que hacer porque tus actores internos te obligaron”, opina el historiador y analista cubano Juan Antonio Blanco.
Así fue cómo regresó Larrea con un nuevo negocio. Aunque las autoridades le hubiesen cerrado arbitrariamente su emprendimiento anterior, él no dudó en volver a lanzarse a crear una empresa privada en Cuba.
Evexcon, el nuevo negocio de Larrea, es la empresa número 72 del listado oficial de mipymes. Y como sucedió con Scenius, Evexcon, de nuevo, ha tenido el acompañamiento constante de medios de comunicación oficiales, que han resaltado su gestión como organizadora de eventos para mipymes.
Por ejemplo, en noviembre de 2021, la página web de Radio Taíno dedicó una nota a promocionar el primer taller de Evexcon, cuando apenas había transcurrido un mes del anuncio de la creación de las primeras mipymes. Un año después, la agencia Prensa Latina dedicó un par de notas a promocionar dicha empresa y sus eventos en República Dominicana, intentando conectar el sector privado cubano con empresas internacionales.
Precisamente, el modelo de negocios de Larrea es ese que destacan los medios oficiales. Evexcon existe para colocar a miembros del sector privado cubano a conversar en espacios comunes e incentivar alianzas y posibles negocios.
La empresa de Larrea organiza encuentros de networking en el bar habanero 2.45, propiedad del famoso atleta Javier Sotomayor. Los interesados pagan apenas 200 pesos cubanos (menos de un dólar) y tienen acceso al evento.
Otro de los propósitos de Evexcon es coordinar eventos internacionales que visibilicen el emergente sector privado cubano y que le permitan aprender de otros contextos. Antes de aterrizar en Florida en 2023, la mipyme de Larrea ya había conseguido llevar a un grupo de emprendedores a República Dominicana e Isla Margarita, en Venezuela. En Dominicana, incluso, fueron a programas de televisión para promocionar sus negocios.
Otro objetivo en la mira de Larrea parecen ser las sedes diplomáticas afianzadas en La Habana y que históricamente han apoyado a la sociedad civil. A inicios de febrero de 2024, Evexcon publicó en sus redes que Jiří Kozák, viceministro de Exteriores de la República Checa, había acudido a una reunión con mipymeros cubanos junto al embajador de ese país. El encuentro fue gestionado por Evexcon.
Larrea, por tanto, se dedica a prestar servicios a otras empresas privadas, un sector incipiente y diverso, pero en general frágil y con muchos obstáculos, por lo que no está muy claro cómo logra sostener su actividad Exvecon: los viajes o talleres que organiza.
Larrea fue contactado por CubaNet para indagar sobre este y otros temas, como su paso por la Seguridad del Estado, pero se negó a responder cualquier pregunta. Otros clientes de Evexcon tampoco accedieron a ser entrevistados.
Las mipymes como tabla de salvación
Pero entre las funciones Larrea no solo están los asuntos relacionados con los negocios. Su misión también es política: generar un discurso público centrado en mostrar cómo en Cuba está aflorando la iniciativa privada y cómo esta puede ser una salida a la crisis económica que asfixia al país.
Su discurso no es el habitual entre los cuadros comunistas. Es, aunque sin tocar los problemas sistémicos o las violaciones de derechos humanos, más aterrizado. Larrea no pide resistir la miseria con “creatividad”, como ha hecho el gobernante Miguel Díaz -Canel. El empresario presenta a la empresa privada como tabla de salvación para que la gente progrese y solicita medidas concretas para fomentar los emprendimientos.
Larrea, por ejemplo, pide que se permita a las mipymes importar directamente bienes, sin necesidad de recurrir a intermediarios estatales, como sucede en la actualidad.
También reclama al gobierno de Estados Unidos que dé acceso a los particulares cubanos al sistema bancario de ese país. Ambas son reclamaciones recurrentes de los cuentapropistas.
Para él, la posibilidad real de cambiar el panorama cubano recae en el sector privado, no en la oposición política. “Si de transformar, cambiar el panorama cubano se trata, el sector privado cubano ha hecho más en unos años que la llamada oposición en 60 años”, se puede leer en uno de sus artículos de LinkedIn.
Y en esa fórmula de éxito para Cuba ha enfocado su discurso, recalcando que las mipymes son realmente independientes. Larrea reitera esta idea como respuesta a una de las principales críticas que recibe la “nueva” forma de propiedad.
Pero sus detractores señalan la debilidad de este discurso. Para muchos opositores y analistas, las mipymes no son ajenas al régimen, sino una estrategia de este, entre otras cosas, para burlar las sanciones estadounidenses.
Para demostrarlo, argumentan que varias de las nuevas mipymes son directamente de propiedad estatal o surgieron de empresas que eran estatales hasta 2021. También cuestionan que parte de los nuevos negocios son propiedad de testaferros o familiares de personas conectadas a la cúpula del régimen o a agentes de la Seguridad del Estado.
Evexcon, de hecho, tiene entre sus clientes a mipymes, en teoría privadas, que encajan en una o varias de estas categorías.
Aterrizando en Miami
En septiembre de 2023, Larrea llegó a Miami al frente de una delegación de decenas de empresarios cubanos. Durante la administración de Obama, se habían otorgado visas e invitaciones a los emprendedores del momento, Larrea entre ellos, pero nunca la delegación cubana había sido tan numerosa como ahora.
Antes de volar, Larrea debió tramitar su visado, para lo que es obligatorio llenar la planilla DS 160. En este formulario, se pregunta casi al final: “¿Alguna vez ha cometido, ordenado, incitado, ayudado, o de otra manera ha participado en tortura?”.
Además, en la entrevista posterior con un funcionario estadounidense, es frecuente que este pregunte si la persona que solicita el visado ha trabajado para el régimen directamente.
Dado que Larrea obtuvo su permiso para viajar a Estados Unidos, podemos adivinar que, en sus respuestas a estas preguntas, el antiguo agente “David” no mencionó su paso por un órgano represivo o su contribución a que un opositor como Chaviano fuera torturado en prisión.
Aunque sí otorgaron las visas, “la expedición”, como la llamaron, fue un viaje privado en cuya organización no participó Estados Unidos, por lo que no está muy claro cómo se financió.
Interrogada al respecto, la representación del país norteamericano en La Habana puntualizó a CubaNet que “los representantes del Gobierno estadounidense asistieron a algunos talleres para explicar las normativas vigentes que regulan las transacciones comerciales, pero no desempeñaron ningún papel en la coordinación o en la gestión del programa”.
Quien sí tuvo un importante rol fue Larrea, que no solo viajó como líder del grupo; sino que seleccionó personalmente a los participantes. En varias entrevistas, ha asegurado que fue Evexcon la encargada de conformar el listado.
“Contrario a lo que piensan muchos en Estados Unidos, de que nosotros somos unos enviados del Gobierno cubano, no es así. Ni los que aquí vinimos fuimos seleccionados por una convocatoria del Estado”, declaró Larrea a OnCuba.
“Los empresarios cubanos que viajaron a Miami son los que confiaron desde un inicio en nosotros, en Evexcon, como empresa privada que ha organizado eventos”, precisó.
Que fue, al menos públicamente, el antiguo agente “David” quién dirigió el viaje a Florida, también ha sido confirmado por Oniel Díaz, socio y gerente general de la compañía de AUGE, otra de las caras principales del sector privado cubano.
Con Larrea organizando desde La Habana, la otra parte del evento fue resuelta por el excongresista floridano Joe García. Este político demócrata es un conocido simpatizante de la normalización de las relaciones entre ambos países y se ha posicionado a favor de las mipymes.
Junto a García, también participó en el encuentro la firma de abogados de Miami Akerman. Este bufete ha asesorado por 20 años a empresarios interesados en hacer negocios en Cuba. Una de sus especialidades es cómo operar en la Isla sin violar el embargo.
Con estos tres pilares: Larrea desde Cuba, y García y Akerman desde Miami, aterrizaron los empresarios cubanos en la capital del exilio para tener intensas jornadas de visitas y reuniones.
¿Quiénes viajaron a Miami?
Durante los primeros días, el programa consistió en paneles y presentaciones. Posteriormente, los cubanos visitaron las oficinas de posibles proveedores y socios comerciales.
El primer negocio que conocieron fue la compañía Crowley, una naviera asentada en Fort Lauderdale que envía carga a la Isla y que también tiene una tienda en línea en la que vende alimentos, que luego envía a Cuba. De ahí pasaron a una constructora, un museo y, finalmente como era esperado, los “mipymeros” se encontraron con Hugo Cancio.
El empresario cubanoamericano insignia del deshielo los recibió en la oficina de la compañía Fuego Enterprises, a la que pertenece su conocida tienda online Katapulk.
La lista de quienes participaron en estas visitas nunca fue publicada. Solo a través de algunos reportes de prensa trascendió que allí estuvieron textileras como Los Hilos de Ariadna, Confecciones Ramos o Zory; una empresa de productos de belleza llamada D’Cabellos; varios emprendimientos tecnológicos; y algunas productoras de alimentos como Conservas El Roble, Media Luna, La Ceiba o Reina Victoria.
Varias de ellas son negocios estrechamente vinculados a la economía estatal. Media Luna, por ejemplo, es la primera mipyme aprobada en Ciego de Ávila y en el pasado reciente fue una empresa alimentaria estatal que luego fue transformada en un “proyecto de desarrollo local” (una forma de empresa público-privada) y que, finalmente, evolucionó a mipyme.
Este peculiar negocio “no estatal” comparte frecuentemente en sus publicaciones en redes sociales discursos de Fidel Castro; rememora con tristeza su muerte y celebra episodios de la Revolución como el aniversario del asalto al cuartel Moncada.
Ya sea por elección, conveniencia o costumbre, lo que proyecta en sus redes sociales es exactamente lo que se esperaría de una empresa controlada por el régimen cubano. Pero Media Luna se presenta como un negocio privado.
Media Luna vende carne y unos 60 productos alimenticios diferentes. Entre ellos están los de frutas procesadas de la línea Tuaba. Dicha marca vende a través de Supermarket23, un negocio previamente investigado por CubaNet, y que es administrado por personas vinculadas a la familia del comandante Guillermo García Frías.
Media Luna no es la única mipyme de la delegación que recientemente era una empresa estatal.
Una historia similar de conversión a mipyme también la protagonizó la Agroindustrial La Ceiba. Este negocio se dedicaba a la exportación de carbón vegetal, una de las actividades tradicionalmente controladas por la poderosa familia García Frías, pero ahora también procesa frutas mayormente destinadas al turismo y la exportación.
Como Media Luna, La Ceiba vende sus mercancías en plataformas online que son mayormente controladas directamente por el régimen o sus testaferros. La Ceiba también es muy activa en redes difundiendo propaganda política y loas a la dictadura cubana.
CubaNet también pudo comprobar, al revisar el programa de actividades de la delegación, que representantes de al menos otras dos mipymes con probados nexos con el régimen cubano viajaron a Miami. Se trata de 25MN SRL y TL38 SRL, dos negocios, vinculados entre sí, que se dedican a la comercialización de alimentos por internet.
Los dos Quevedos, padre e hijo, así como Pérez Blanco, han representado a empresas creadas en España, Panamá y Reino Unido para exportar el carbón vegetal de Alcona, una de las empresas estatales controladas por la familia García Frías. Este grupo también se ha dedicado a manejar páginas de comercio electrónico, entre ellas, Supermarket23.
Estos “mipymeros” no tuvieron que viajar a Estados Unidos porque ya residen allí. Sin embargo, de manera oportuna, decidieron no tener protagonismo en la gira y fueron otros representantes de sus empresas los que hablaron ante el público, como consta en la programación del viaje.
Estos ejemplos ponen de relieve una de las críticas que con más frecuencia se han hecho a las mipymes: que crear una no está al alcance de cualquiera. Este parece ser un privilegio, sobre todo si hablamos de grandes negocios, de personas que abiertamente apoyan al régimen y han desarrollado su carrera en altos cargos de empresas estatales. Personas como el propio Larrea.
Larrea regresa a Cuba, pero deja oficina en Miami
A inicios de octubre la delegación de “mipymeros” regresó a la Isla con, que sepamos, un resultado concreto: disponen ahora de una oficina en Miami “de apoyo y coordinación para facilitar las relaciones”. No dieron muchos más detalles al respecto, excepto que es un espacio compartido con una agencia de viajes, en Miami-Dade.
El resto de lo que prometía la visita ha quedado en un escenario dudoso, como la posibilidad de que los empresarios cubanos tengan cuentas de banco en Estados Unidos o pueden operar con dólares en el mercado internacional. Estas son dos reclamaciones básicas de las mipymes, hasta el momento, muy difíciles de lograr porque las sanciones de Estados Unidos impiden que se concreten.
De hecho, que se permita a cubanos usar dólares para comerciar en el exterior, además de una reclamación del nuevo sector privado, también ha sido un viejo anhelo del régimen de La Habana. Para evadir esta prohibición, el sector estatal ha registrado empresas opacas en paraísos fiscales, e, incluso, lo ha hecho en Estados Unidos a través de testaferros.
El académico Juan Antonio Blanco, quien actualmente preside el Laboratorio de Ideas Cuba Siglo 21, opina que con más de 10.000 mipymes aprobadas hasta el momento, no parece sensato asegurar que todas sean controladas y gestionadas por el Gobierno. En ese grupo probablemente converjan el negocio de un cubano común y el de un testaferro, teniendo el segundo mayores posibilidades de éxito. Pero quien difícilmente logre registrar en Cuba una mipyme es la persona que disienta del régimen.
Este uno de los conflictos centrales que rodea el crecimiento del sector privado en Cuba: la discriminación política que acompaña el proceso.
“Un sector verdaderamente privado e independiente en Cuba es una falacia, pues no existen libertades básicas para la propiedad privada, ni un Estado de derecho que las respalde. Lo primero es que necesitas autorización del Gobierno para registrar la mipyme con todo el proceso de filtración que eso lleva, que va desde la base al ministro”, explica el experto, quien resalta que parte de esas revisiones responden a criterios puramente ideológicos.
“Si otro país promoviera una ley de mipymes que vetara a personas negras, LGBTIQ+, mujeres, inmigrantes ya regularizados, Estados Unidos no la apoyaría porque es claramente discriminatoria. Eso es lo que pasa en Cuba, donde se segrega por razones políticas. El proceso de selección liquida las oportunidades de quienes disienten”, asevera Blanco.
A diferencia de lo ocurre en la mayoría de los países, en los que el registro de una empresa consiste en un simple trámite administrativo en el que el Estado solo vela porque se cumplan unos requisitos legales, en Cuba, el proceso está orientado a servir de filtro. Diferentes instituciones del Estado pueden vetar o dar luz verde a un negocio, con independencia de que este cumpla o no con las condiciones establecidas en la ley, algo que el propio Larrea pudo comprobar con el cierre de Scenius, pero que ahora parece obviar.
“Hay que recordar que para que un ciudadano tenga una mipyme debe pasar diferentes filtros de aprobación: el Poder Popular local, el Partido Comunista de Cuba, la Contrainteligencia militar y el Ministerio de Economía y Planificación”, añade el economista Emilio Morales.
El pasado que oculta Larrea
La discriminación incluso alcanza a los simples empleados de un negocio privado. A inicios del pasado enero, el exprisionero político José Antonio Pompa López fue despedido del restaurante Pizzas Pachi, ubicado en calle 17, en El Vedado, La Habana. Pompa contó a este medio que tras presiones de la Seguridad del Estado, el dueño del establecimiento le pidió que no fuera más por haber denunciado a la prensa independiente la falta de atención médica a su hijo pequeño.
Y Pompa no ha sido el único. En febrero el medio ADN América publicó que el artista cubano Álvaro Hernández había sido despedido de la mipyme MadWoman, una agencia de marketing con sede en La Habana. El motivo fue que Álvaro escribió “¡Abajo la dictadura!” en la red social X.
Pero estas son el tipo de cuestiones que Larrea prefiere no abordar en su afán por defender al sector privado cubano.
Poco después de su retorno a La Habana, en una entrevista que concedió al youtuber Guennady Rodríguez, conocido por su apoyo al Partido Demócrata, el fin de las sanciones y el respaldo a los emprendedores cubanos, el agente “David” dio su punto de vista sobre el viaje.
Larrea reiteró lo necesario que sería poder tener cuentas bancarias en Estados Unidos para no verse forzados a volar con efectivo en el bolsillo. También pidió al exilio que compartieran sus experiencias de “trabajo duro” con el sector privado dentro de la Isla. Ellos, según dijo, no veían a los cubanos del exterior solo como fuentes de financiamiento, sino también de conocimiento. Más allá de diferencias políticas, Larrea aseguró, el camino es el entendimiento para cambiar Cuba por vías nuevas.
En ese espacio, también lamentó las críticas y la oposición que han tenido que enfrentar las mipymes. “Estamos recibiendo más rechazo dentro de Cuba que de Estados Unidos”. Después, negó que hubiese infiltrados del Gobierno o del Ministerio del Interior en el grupo. Incluso sostuvo: “Nos acusan de ser privilegiados, de que somos partes del gobierno, pero eso no es así. Sabemos que con el tiempo se esclarecerá.”
Lo que Larrea no abordó en esta o en otras entrevistas o en sus propios artículos, es lo que múltiples fuentes contaron a CubaNet: cómo el agente “David” infiltró a la oposición, cómo visitaba la SINA presentándose como disidente, cómo ayudó a que condenaran a un opositor a 15 años de cárcel.
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* Claudia Padrón Cueto
Periodista. Egresada por la universidad de La Habana en 2015 y como máster en Comunicación en 2021 por la Universidad Iberoamericana de México. Ha trabajado como periodista para diferentes medios independientes cubanos y se ha especializado en cobertura a grupos vulnerables y periodismo de investigación.
Video de la presentación del documental: Los cubanos de Harvard. Alberto Luzárraga: en 1899 cientos de maestros cubanos fueron invitados a Harvard donde además de métodos modernos de enseñanza, aprendieron del ‘American way of life’
Algunas observaciones respecto a algunos planteamientos que se dijeron en el documental Los cubanos de Harvard y, sobre todo, en su presentación, el jueves 23 de mayo de 2024 en The American Museum of the Cuban Diaspora en la ciudad de Miami.
Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso
26 de mayo de 2024
A la historiadora cubana Marial Iglesias Utset, graduada en Moscú, que habló en el documental Los cubanos de Harvard y también después de finalizada la proyección del documental, le sugiero leer mi artículo Enmienda Platt y República, escrito y publicado en la revista Vitral, de la Diócesis de Pinar del Río, en su número 48, a principios de este siglo XXI. Deseo aclararle a la ¨compañera¨ de ¨cuna roja¨que Estados Unidos de América nunca ha sido imperialista, pues aunque ha tenido algún que otro episodio imperialista en su historia, esos los llevó a cabo solamente el Presidente Polk; de EE.UU. ser un país imperialista hubiera conquistado el mundo entero con las 7 bombas atómicas que le quedaban al finalizar la II Guerra Mundial, pero lejos de eso reconstruyó a Japón y a buena parte de Europa con el descomunal Plan Marshall.
La historiadora Iglesias Utset culpó solamente a las autoridades españolas de todas las muertes que hubo por la Reconcentración (se dice que fue ideada por Martínez Campos, pero implementada por Valeriano Weyler) cuando realmente las órdenes del Generalísimo Máximo Gómez en prohibir la entrada de alimentos a los poblados y ciudades controladas por el ejército español (que eran casi todas o todas las del país) tuvieron mucho que ver en esas muertes. En mi artículo No sólo fue Valeriano Weyler: dos ¨Circulares¨ del General en Jefe Máximo Gómez Báez que provocaron la muerte por hambruna de miles de habitantes de Cuba pueden leer más detalles sobre esas dos Circulares del Jefe del Ejército LIbertador..
Sobre la posibilidad de la anexión de la República de Cuba por parte de los EE.UU. y que algunas pocas personas piensen que eso pueda ocurrir y/o usen el temor que eso pueda ocurrir, el Gobernador Provisional Charles E. Magoon cuantifica y califica esas actitudes al escribir lo siguiente en el Informe de la Administración Provisional corresondiente al período entre el 13 de octubre de 1906 hasta el 10 de diciembre de 1907:
(Fragmento)
¨... Los cubanos tienen la mayor fe en el Presidente Roosevelt y en su Gobierno; muchos de ellos comprenden que el sentimiento público y muchos de los importantes intereses especiales de los Estados Unidos están opuestos a la anexión, tanto ahora como más adelante; saben que la resolución Conjunta adoptada en abril de 1898 por el Congreso de los Estados Unidos de ´que el pueblo de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente ´, es parte de la legislación permanente de los Estados Unidos y que fue necesario hacer uso de la facultad de la nación, de hacer la guerra, para obligar al reconocimiento de esta declaración; pero, a pesar de todo, ese temor sigue latente, especialmente entre la clase ignorante; esto viene, en gran parte, de que periódicamente vienen agitando el problema los residentes de la Isla que desean la anexión, y de que, de esos mismos temores del pueblo, se valen numerosos agitadores y politicastros que de ese modo tratan de aumentar sus intereses personales o su prestigio. Si fuera posible calmar por completo esos temores y hacer que todo el pueblo de Cuba comprendiera lo sincero y firmemente que el pueblo de los Estados Unidos desea e intenta que la soberanía independiente de la República de Cuba sea conservada, y que el Gobierno de la Isla sea desempeñado por funcionarios elegidos por los ciudadanos de la República, muchas dificultades de la situación cubana quedarían descartadas por completo; pero han sido tantas las seguridades que se han dado por parte de los Estados Unidos, y éstas han quedado ya de tal modo cristalizadas en forma de legislación del propio Congreso, en las estipulaciones de tratados y en la palabra internacional empeñada, que ya no es posible añadir más.
Indudablemente, el deseo de ponerse bajo la jurisdicción y dirección del Gobierno de los Estados Unidos continúa vivo entre el gran contingente extranjero y un corto número de cubanos que poseen bienes y temen se repitan los desórdenes. Una abrumadora mayoría de cubanos no está dispuesta a abdicar su independencia y soberanía; para conquistarla prácticamente todos los cubanos de esta generación se unieron a la revolución contra España. El arraigo de este sentimiento en el pecho de los cubanos me inspira la confianza de que llegarán a lograr un gobierno bueno y estable ... ” (Pichardo, Tomo II, pp 302-303)
Sin lugar a dudas, el acto central de traspaso de poderes, efectuado en La Habana el 1° de enero de 1899 quedó en la memoria de las generaciones posteriores como símbolo inequívoco de la humillación de los cubanos ante el poderío imperial estadounidense. La imagen de la bandera norteamericana ondeando sobre el Morro de La Habana es hasta hoy día, la representación más gráfica de la frustración y la impotencia inherentes a la nueva condición neocolonial. Un examen más a fondo de las fuentes de la época muestra en cambio un curioso fenómeno apenas estudiado: la subversión, en términos nacionalistas, del sentido original de la ceremonia imperial.
La historiadora parece desconocer, o no se acuerda, de ciertos versos de la poesía Mi Bandera, de Bonifacio Byrne, donde se lee: Al volver de distantes riberas / con el alma enlutada y sombría / afanoso busqué mi bandera / y otra he visto ADEMÁS de la mía !
Yo he visto fotos del primer período de intervención norteamericana donde en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales está ondeando la bandera norteamerica y al lado, en elPalacio del Segundo Cabo(entonces otro edificio oficial del gobierno interventor) está flotando la bandera cubana. He leido que en el despacho de Leonardo Wood, localizado en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, estaban ambas banderas. Para conocer cual era la disposición del pueblo cubano ante la intervención norteamericana en la guerra, me voy a referir a una entrevista publicada en el libro de María Poumier titulado Apuntes sobre la vida cotidiana en Cuba en 1898, que le hizo (el día 16 de diciembre de 1969) al destacado historiador cubano José Luciano Franco Ferrán, donde éste expresó:
El ejército americano fue bien recibido, contra todo lo que diga todo el mundo; porque el odio concentrado de Cuba desde años era contra los españoles; se tomó en ese momento por el pueblo la llegada norteamericana como una cosa libertadora. Había, en comparación con España, un idealismo cubano, considerando al norteamericano el mejor del mundo.
La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) SÍ fue emperialista, pero las relaciones con el régimen comunista de Cuba no eran de Imperio a colonia o a satélite; eran relaciones de carácter simbiótico.
(Ramiro Guerra y Sánchez en 1955)
En la Cuba castrista elPremio de la Crítica Histórica lleva el nombre del gran historiador Ramiro Guerra y Sánchez, lo cual fue algo totalmente deliberado por razones políticas: ya en la segunda década de los años 60s del siglo pasado el ¨antimperialista¨ Ramiro Guerra estaba deteriorado mentalmente; su mente en los últimos años de esa década estaba como si fuera la de un bebé y otros grandes historiadores cubanos de esa época cuyos nombres podían llevar el Premio de la Crítica Histórica, habían partido tempranamente al Exilio a causa del régimen impuesto en Cuba a partir de 1 de enero de 1959; algunos de esos grandes historiadores que habían partido tempranamente al Exilio fueron Emeterio S. Santovenia, Herminio Portell Vilá, Juan J. Remos, Leví Marrero, Octavio Costa, etc. y con algunos otros (como fue el caso del marxista Manuel Moreno Fraginals) se temía que cambiaran, con el tiempo y sus vivencias, su opinión respecto a la situación política sufrida por Cuba después del 1 de enero de 1959. Ramiro Guerra fue aprovechado por la tiranía Castrista debido al carácter antiexpansionista en contra de los EE.UU. que aparece en parte de su obra. Herminio Portell Vilá, en su etapa ya de maduro historiador, fue su contrapeso, aunque es justo decir que Ramiro Guerra nunca llegó a la posición ¨antimperialista¨ (realmente antinorteamericana) de Emilio Roig de Leuchsenring, el cual era de ideas francamente de izquierdas. La dictadura ¨fue al seguro¨ con el nombre de Ramiro Guerra y Sánchez al darle su nombre al Premio de la Crítica Histórica.
De algunas pequeñas cosas que expresó Jorge Ignacio Domínguez no digo nada, pues él no tiene remedio a estas alturas de su vida y, al estar ya retirado, no le dirá en sus conferencias, clases o seminarios a sus alumnos que honremos a Fidel Castro, ya que Fidel Castro Ruz fue la figura más importante de la historia de Cuba, a la única persona en la historia de ese país con trascendencia mundial; en su artículo El comienzo de un fin. Jorge Ignacio Domínguez escribe lo siguiente en el mencionado artículo el cual fue publicado en Foreign Affairs En Español, Octubre-Diciembre 2006:
¨... Honremos, pues, a Fidel Castro mientras observamos el sol poniente de su vida, no sólo quienes lo apoyaron, sino también quien, como yo, no lo hicimos. Él fue el transformador de un pueblo en una nación; quien modernizó decisivamente esa sociedad; quien mejor entendió que los cubanos querían "ser gente," no sólo apéndices de Estados Unidos. Fue él quien comprendió que ese pueblo hipocondríaco requería más médicos y enfermeros por centímetro cuadrado que cualquier otro en la faz de la tierra. Fue él el arquitecto de una política de inversión en capital humano, que convierte a los niños cubanos en los campeones olímpicos de la educación latinoamericana y que, por tanto, permite vislumbrar un mejor futuro para Cuba. Fue el diseñador de una política que permite a los cubanos de todas las características raciales tener acceso a la salud pública, a la educación, a la dignidad que le corresponde a todo ser humano, al derecho a pensar que yo, mis hijos, y mis nietos, cualquiera que sea el color de la tez, merecemos el respeto y las mismas oportunidades que los demás. No fue él quien inventó que las mujeres tenían derechos igualitarios en la sociedad, pero sí un promotor de la igualdad de género en el desempeño ciudadano.¨
Fue el responsable de un gesto que la humanidad agradece: poner en riesgo la sangre de sus soldados por la causa noble de contribuir poderosamente a impedir que el régimen racista del apartheid sudafricano se expandiera sobre Angola. Fue él, igualmente, quien se merece el reconocimiento por contribuir al fin del apartheid en Sudáfrica, a la independencia de Namibia y a defender la independencia de Angola. El día que Fidel muera, las banderas de esos países africanos deberán reflejar duelo nacional.
¿Fue cruel? Sí. ¿Fue dictador? Sí. ¿Atropelló el poder público? Sí. ¿Cometió crímenes en nombre de la revolución, la patria, la soberanía nacional y el socialismo? Sí. ¿Fue un obstáculo para la prosperidad de los cubanos, el ejercicio de los derechos humanos de ese pueblo, y la realización de una democracia plena? Sí. Y, la historia, ¿lo absolverá, como dijo en 1953 que así sería? No. Pero no entremos en más detalles. Honrar honra, y es preciso que en este artículo más renglones se dediquen a honrar a la figura más importante de la historia de Cuba, a la única persona en la historia de ese país con trascendencia mundial. Ámesele, u ódiesele, merece respeto.¨
De Cordoví no escribiré casi nada, pues reside en Cuba y tiene menos de 65 años; aunque quizás por su posición académica puede tener acceso a una información histórica a la que la inmensa mayoría del pueblo cubano no tiene acceso.
El documental, en general, está muy bueno (no hablo de lo que dijo la Dra. Marial Iglesias Utsetal terminar de exhibirse el documental), pero tengo la opinión que en el documental faltó señalar al equipo de maestros cubanos de primera línea que asesoraban al teniente Alexis Everett Frye y a M. Hanna, como Superitendente General el primero y como Comisionado de Escuelas el segundo, que estaban al frente de la Educación en el gobierno interventor norteamericano como fueron, por sólo dar algunos ejemplos, el Secretario de Instruccion Pública Enrique José Varona Pera y los superintendentes asociados Esteban Borrero (¿H?)Echevarría y Lincoln Zayas. También faltó decir que inmediatamente de fundada la República de Cuba el 20 de mayo de 1902, ilustres cubanos como los ptopios Enrique José Varona Pera y Esteban Borrero (¿H?)Echeverría junto a Manuel A. Sanguily Garritte, Rafael Montoro Valdés, Vidal Morales y Morales, Juan Gualberto Gómez Ferrer, Carlos de la Torre y Huerta y otros, unieron sus esfuerzos para seleccionar y escribir los programas y manuales destinados a sustituir aquellos procedentes de Estados Unidos de América que no se ajustaran a los objetivos de la muy joven República de Cuba. La Dra. Marial Iglesias Utset hubiera aportado mucho en ese aspecto y así no quedaría la idea, o el mal sabor de boca, que en Cuba se copió o calcó lo aprendido en esos cursos impartidos en la Universidad de Harvard, y en otras instituciones educativas foráneas, aunque el documental se llamara Los cubanos de Harvard. La República de Cuba tuvo su propia identidad en Educación, Salud Pública, Leyes laborales, etc., que hablan fehacientemente en contra de aquellos que plantean que ls República de Cuba era una colonia o neocolonia de los EE.UU..
Finalmente: Veamos ahora unas contundentes palabras de Manuel Sanguily como Ministro de Estado (es decir: Ministro de Relaciones Exteriores) del gobierno de José Miguel Gómez, en su discurso de 1913 en el teatro Politeama; supongo que fue en el Politeama grande de los dos teatros Politeama que habían entonces en el techo del edificio habanero conocido durante un siglo como La Manzana de Gómez, cuando dicho edificio sólo tenía dos plantas; actualmente el edificio se llama Hotel Kempinski.
(Manuel A. Sanguily Garritte)
"Mantendrá el Gobierno las relaciones más cordiales en el orden diplomático y de los negocios, con las naciones amigas entre nosotros dignamente representadas, y sobre todo cultivará los grandes y vitales intereses que en franca y afectuosa correspondencia nos ligan a los Estados Unidos, no ya solo en consideración a las ventajas que deriva de ellos nuestra economía, sino por los incomparables servicios que el pueblo y el Gobierno americanos han prestado a la causa de la justicia, de la civilización y de nuestra nacional soberanía.
Y no os sorprenda esta sincera manifestación de quien siempre ha vivido inquieto y receloso en el temor de los grandes y los fuertes. Dos veces -una, por la ceguedad de nuestra vieja y orgullosa Metrópoli; otra por la ceguedad de enconos fratricidas-, vinieron aquí los americanos traídos por su fortuna o llamados por nuestras discordias, y siempre se retiraron de nuestro territorio, haciéndonos el doble beneficio de construir dos veces la república, y dejándonos en el corazón atribulado, desengaños y escarmientos; más en ambas ocasiones, motivos superiores de admiración y de gratitud por esa magnánima conducta que jamás en la historia habían observado los pueblos fuertes y triunfantes con los débiles, conturbados y decaídos" (Ibarra, 312)
He escogido esas palabras de Manuel Sanguily en el teatro Politeama, y no las de otro cualquier patriota o ciudadano, por la posición vertical que siempre mantuvo Sanguily en su quehacer político:
Más en mi libro:
La Historia de Cuba que te ocultaron y otros temas
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Wenceslao Cruz
23 de mayo, 2024
En el año 1900, durante la ocupación norteamericana de Cuba, 1,273 maestros cubanos de las escuelas públicas, viajaron a Cambridge, Massachusetts, para participar en un Curso de Verano de la Universidad de Harvard, de seis semanas de duración. Este experimento pedagógico fue iniciativa de Alexis Frye, a la sazón Superintendente de Escuelas de Cuba y de Charles Eliot, presidente de la Universidad de Harvard. El pueblo de Massachusetts.. convencido de que este experimento contribuiría a la reconstrucción de Cuba después de la terrible destrucción causada por las guerras de independencia, donó mas de $70,000 para sufragar gastos de la visita. Este proyecto educacional no solo fue un rotundo éxito, sino que constituyó el mayor intercambio cultural en la historia de Cuba y los Estados Unidos.
La presentación del documental se llevó a cabo el jueves 23 de mayo de 2024, a las 2 p.m. en el The American Museum of the Cuban Diaspora localizado en 1200 Coral Way, Miami, FL 33135; la entrada fue libre.
Presentación del documental: Los cubanos de Harvard (Organizado por NACAE)
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Hace 124 años, más de 1273 maestros cubanos participaron en la Escuela de Verano de Harvard, lo cual influyó notablemente en el futuro de la Escuela Pública en la Isla. Para celebrar este aniversario, estamos confeccionando un website que pensamos lanzar próximamente. Debajo de esta publicación usted podrá ver el listado completo de maestros, ordenado alfabéticamente. Si usted es un descendiente de esos educadores, o conoce a alguien que pueda estar interesado en el tema, puede ponerse en contacto con nosotros a través de nuestra página en Facebook.
PARA VER EL LISTADO DE LOS MAESTROS QUE PARTICIPARON EN ESOS CURSOS HACER CLICK AQUÍ
Delante y en la extrema izquierda Alexis E. Frye, Superintendente de Escuelas en Cuba; a su lado me parece reconocer a Elliot, Rector de la Universidad de Harvard
Al centro Alexis E. Frye, Superintendente de Escuelas en Cuba
Maestros cubanos en Harvard, una historia a rescatar
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El intercambio entre estudiantes cubanos y universidades norteamericanas se remonta a principios del siglo XX
1,300 maestros cubanos viajaron a Cambridge
Además de métodos modernos de enseñanza, aprendieron del ‘American way of life’
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Maestras cubanas a bordo del Sedgwick, camino a Estados Unidos para asistir al curso de verano en Harvard. En el centro, con sombrero de plumas, María de Jesús Hernández Alfonso. Cortesía Harvard University Archives
Por Eliana Rivero
Especial/el Nuevo Herald
Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, el intercambio académico entre ambos países se ha fortalecido, al punto que muchos esperan que el próximo paso sea otorgar becas a cubanos para que estudien en universidades estadounidenses.
Existe, sin embargo, un antecedente de este tipo de experiencia educativa, una que se remonta al comienzo de la intervención norteamericana en Cuba a principios del siglo XX
Los archivos de la biblioteca de la Universidad de Harvard contienen varios documentos e imágenes de un viaje que hicieron más de 1,000 maestros cubanos a los Estados Unidos en 1900 para recibir un curso de verano. Mi abuela fue una de ellos.
En una foto color sepia se la distingue, al centro, con sombrero de plumas y una expresión seria en el rostro. Se llamaba María de Jesús Hernández Alfonso, y había nacido en Los Palacios, pequeño pueblo de la provincia de Pinar del Río, en la región occidental de Cuba. Era el primer viaje al extranjero de aquella muchacha de 21 años recién graduada de la Escuela Normal de Maestros en La Habana.
En esa ocasión, junto a otros maestros, residió por ocho semanas en el recinto de Cambridge, Massachusetts, para asistir a la Harvard’s Summer School for Cuban Teachers, ideada en febrero de 1900 por dos ex alumnos de esa universidad que vivían en La Habana: Alexis E. Frye, Superintendente de Escuelas en Cuba por nombramiento del ejército norteamericano, y Ernest Lee Conant, abogado norteamericano que ejercía su profesión en la capital de la isla.
Los dos explicaron sus planes y pidieron apoyo al entonces rector de Harvard, Charles W. Elliot. El objetivo del programa, además de proveer a los maestros de conocimientos y cultura, estaba orientado a forjar lazos más estrechos entre Cuba y los Estados Unidos.
“Usted puede ver fácilmente los tremendos resultados que vendrán (después de esa experiencia tan abarcadora), con 1,000 hombres y mujeres inteligentes dispersos por toda la isla”, escribieron Frye y Conant en su carta a Elliot.
La Corporación Harvard aprobó el proyecto, que fue apoyado por el general Leonard Wood, gobernador militar de Cuba entre 1898 y 1902.
En julio de 1900, aproximadamente 1,300 maestros cubanos viajaron a Cambridge. Los hombres se hospedaron en dormitorios de Harvard College, mientras las mujeres quedaron alojadas en casas particulares cerca del recinto universitario. Hombres y mujeres comían separadamente y estas últimas eran acompañadas por chaperonas.
El programa de estudios incluía lecciones de inglés, conferencias en español sobre geografía y aprendizaje infantil, así como charlas sobre el sistema de educación en EEUU. Las mujeres atendían charlas adicionales sobre los jardines infantiles y los hombres recibían instrucción sobre trabajo manual de talleres.
La llegada de los maestros a Harvard fue ampliamente cubierta en la prensa de la época. Figuras y grupos locales ofrecieron recepciones en su honor. Los maestros viajaron a la capital, Washington D.C. yFiladelfia antes de regresar a Cuba.
En Washington, fueron recibidos por el presidente William McKinley en la Casa Blanca, en agosto de ese mismo año. Tres semanas después el primer mandatario fue asesinado por un anarquista.
(Fue el presidente McKinley quien, después de la explosión del acorazado Maine en La Habana, pidió autorización al congreso para intervenir en la guerra hispanocubana, conflicto que culminó en 1898 con la derrota del ejército español en Santiago de Cuba, y con el nombramiento de un gobierno interventor para Cuba hasta 1902).
Un sobrante de los fondos recaudados para el programa de verano de 1900—unos $71, 145—hizo posible que otros ochenta maestros pudieran regresar a Cambridge al año siguiente a recibir clases en inglés. Los fondos alcanzaron para financiar el programa de verano durante varios años para pequeños grupos de maestros cubanos.
De niña, cuando me enfermaba, mi abuela “Chucha”, como le llamábamos, se sentaba junto a mí contándome historias de su viaje a los Estados Unidos, y la travesía por mar desde Matanzas en el vapor Sedgwick hasta South Carolina. Me hablaba también sobre el trayecto en ferrocarril desde Charleston hacia el norte, y los huertos de manzanas que se veían por las ventanillas. En Harvard las muchachas estaban separadas de los hombres, incluso durante las comidas, y eran “guardadas” por chaperonas que viajaron con ellas. Mi abuela contaba las dificultades de las clases de inglés y de otras materias de que constaba su entrenamiento.
¿Qué pensarán entonces las nuevas y las viejas generaciones, en Cuba y en Estados Unidos, si en un futuro no muy lejano la Universidad de Harvard invita a estudiantes cubanos a participar en programas educacionales que los traigan becados a Cambridge? ¿Podría esperarse una penetración mayor y más intensa de la cultura de masas norteamericana en la isla si el intercambio cultural, diplomático y económico entre ambas partes se convierte en una one-way street de norte a sur?
De un lado, tanto allá como acá, se percibe la euforia sobre la apertura política y económica, pero la cúpula dirigente cubana está preocupada por la supuesta “agresión imperialista” y subversión ideológica que esta comunicación entre ambos pueblos podría traer.
Tal parece como si existiera más de un paralelo entre los eventos de hace 115 años y los que vemos desarrollarse en el presente. El Harvard Program for Cuban Teachers queda como episodio histórico que revela rasgos del pasado nacional, a la vez que –en mi caso personal– atesora memorias y recuerdos de familia. Pero en esta coyuntura, en la que se abren posibilidades de un reencuentro entre las sociedades cubana y estadounidense y sus respectivos gobiernos, quizás resuenen ecos de la intervención de 1898 y de la enorme influencia (algunos la han llamado injerencia) que “el Norte” tuvo para Cuba hasta 1961, cuando la bandera de las barras y las estrellas dejó de ondear en la embajada norteamericana en La Habana.
Para mi abuela María de Jesús, que presenció el izar de la bandera cubana en 1902 en el Castillo del Morro y el nacimiento de la república por la que luchó y murió José Martí, el presente sería quizás prometedor. Para nosotros, cubanos de esa isla que se repite y se expande por el mundo, será necesario esperar.
La Dra. Eliana Rivero es profesora emérita en el Departamento de Español y Portugués en la Universidad de Arizona en Tucson.
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Nota del blogguista de Baracutey Cubano del año 2008 pues ese tema ya se había publicado en este blog en el 2006
Uno de los tantos pasajes de la Educación cubana ocultados o arrancados de la historia de nuestra Patria. Debo añadir que se dice que no sólo la Universidad de Harvard, sino también la Universidad de Yale, participaron en la formación de verdaderos maestro emergentes en esa etapa.
Durante la ocupación norteamericana se implementaron notables medidas y acciones relativas a la enseñanza. El teniente Alexis Everett Frye y M. Hanna, como Superitendente General el primero y como Comisionado de Escuelas el segundo, por la parte norteamericana, y Enrique José Varona y otros ilustres ciudadanos, por la parte cubana ( entre ellos Borrero el padre de la poetisa) contribuyeron de manera relevante en la reorganización y desarrollo de la educación primaria en el país. Estas personalidades extrajeron lo mejor de la tradición educacional cubana y de los novedosos métodos educacionales norteamericano y los aplicaron exitosamente en la enseñanza de la Isla. Las Escuelas de Verano y los cursos emergentes, mediante exámenes anuales, contribuyeron a la formación y al aumento de la eficiencia de los maestros; esta formación acelerada se hizo imprescindible por la gran falta de maestros y la creación masiva de aulas por parte del mando militar norteamericano, pues solamente por la orden militar No 368 de 1900 se crearon 3 000 aulas; este movimiento de creación masiva de aulas solamente es comparable con el movimiento de creación de las Escuelas Cívico Militares en el campo, el cual fue llevado a cabo más de tres décadas después por Fulgencio Batista, y posteriormente con el gigantesco movimiento llevado a cabo por la Revolución que triunfó el 1ro. de enero de 1959. Las primeras Escuelas Normales para Maestros se fundaron en 1915.
Sobre esta experiencia pueden profundizar en :
The Cuban Educational Association: An Early Experiment in International Education
Kenneth B. O'Brien, Jr.
The Journal of Negro Education, Vol. 32, No. 1 (Winter, 1963), pp. 6-15 (article consists of 10 pages)
Esta excelente foto de profesoras cubanas a bordo de un vapor se refiere a parte de un contingente invitado a tomar un curso de verano en Harvard. Los detalles de este episodio los relata el Dr. Martínez Ortiz en su libro 'Los primeros Años de la Independencia' (Paris 1921) que nos explica como se gestó el curso.
Fue una brillante idea del Superintendente de Educación, Sr. Alexis Frye nombrado por el general John Brooke, primer interventor, para ese cargo. Frye gran educador y hombre de capacidad ejecutiva consiguió que el gobierno americano facilitase los transportes y que la Universidad de Harvard donase $70,000 para gastos mientras que el resto se obtuvo por suscripción particular. Las maestras se alojarían en Cambridge, en casas particulares, y los maestros en la Universidad. De 3,500 maestros embarcarían 1350. 900 maestras y 450 maestros. Se escogieron con un sistema muy inteligente. En cada municipalidad se escogían dos grupos de maestros y cada cual seleccionaba los correspondientes al otro. El curso cubriría Inglés, Historia de Cuba, de América Latina, Geografía, e Historia de la Revolución Americana para que los maestros supieran como se organizó esa república.
(Cuban teachers on board the Sedgwick, 1900 )
Es un dato muy interesante que muestra dos cosas. Primero que hubo grandes y desinteresados personajes en la intervención pues Mr. Frye nunca quiso aceptar un sueldo y que había gran calidad humana disponible, a pesar de todas las vicisitudes de la guerra. No tendrían muchos medios pero todas las maestras están vestidas con elegancia y propiedad. Se ve a la larga su decencia.
El 'hombre nuevo' no entiende de estas 'cosas burguesas'. La inmundicia, la grosería y la chabacanería son su moneda corriente
Eliana S. Rivero, poeta y ensayista, se desempeña como profesora universitaria en Estados Unidos. Es una notable estudiosa de las literaturas latinounidenses (la cubano-americana entre ellas), así como del género testimonio y la literatura de mujeres. Ha publicado dos poemarios y numerosos textos poéticos y críticos en revistas y antologías. Los fragmentos que siguen forman parte de un curioso diario en el que se mezclan los documentos con los recuerdos personales, lo histórico con lo íntimo.Memoria de la abuela María Tucson, Arizona, abril de 1977
Me trajo Bernadette un número de la revista The Americas en el que -sorpresa sin igual- aparecía un artículo sobre el viaje de los maestros cubanos a la Universidad de Harvard, Estados Unidos, en el verano de 1900. Y allí, por milagro de la tinta impresa y de la cámara fotográfica, se veía la figura de mi abuela materna, mujer de traje blanco y sombrero de ala ancha, captada para la historia a bordo de un vapor cuyo nombre se me escapa, listo a zarpar desde el puerto de Matanzas al de Charleston, Carolina del Sur. [...]
New Haven, Connecticut, julio de 1982
Tal vez serían las grandes piedras amarillas de la Universidad de Yale recubiertas por la hiedra y la luz del verano, o la conversación que aquí tuve con Pepe Arrom y Emilio Bejel sobre las playas de Oriente de Cuba, o quizás la persistente memoria de tu juventud con sucesos extraños, visitante en este Norte de bibliotecas y monumentos, abuela, lo que me hizo pensar en tu pasado de muchacha y maestra novicia, que viajó en vapor desde Matanzas en aquel julio de principios de siglo hasta los recintos de Harvard, no tan lejos de aquí -ahora-, y en aquel entonces rodeados de huertos de manzanas y arces crecidos cuyas hojas admiraste. Lo cierto es: tu historia (pensada tantas veces, recogida en la ojeada a los retratos sepia con tu talle de avispa y tu moño alto, en el patio habanero con arecas; adivinada en la joven del sombrero de paja con cintas, que traicionaba su seriedad a bordo del vapor vislumbrado en una revista 75 años más tarde). Lo cierto es: tu recuerdo, con la pena de no haberte visto pasar al sueño último. Lo cierto es: tu voz y tu sonrisa, que fueron materia de visiones imaginarias para mi lejanía desterrada. Lo cierto es que mis pasos han repetido los tuyos aquí, ahora, y también en Cambridge, Massachusetts, por las calles empedradas, tantos veranos después que los maestros de Cuba viajaron por el mar desde la tarde soleada de un puerto matancero, porque el gobierno interventor de Leonard Wood quería instruir a los cubanos en el "American way of life", y qué mejor forma que mostrar el progreso y la democracia de la formidable Unión a los que instruirían a los niños en aquella isla, marcada por estaciones carboneras y enmiendas territoriales, fatigada en sus palmas, que pasaron de españolas a norteamericanas: así se trajo a los maestros a absorber esta vida del Norte, su lengua y costumbres por medio de ocho semanas de inmersión, desde luego que con chaperonas que acompañaran a las jóvenes.
Lo cierto es que te pienso, abuela, en la ironía histórica de duplicar tus huellas por estos alrededores, en la doble ironía de tener que constatar tu existencia por medio de un traductor certificado de la Embajada Suiza en La Habana de 1963 (por la tarifa de 15 francos o U.S. $3.45), cuando tú hace rato que dejaste de mecerte en un portal pinareño, cuando los canarios de tu jaula se fueron a cantar a otros montes más etéreos, cuando ya las vicarias de tu jardincito no reciben más el agua de tu mano. El dulcero vizcaíno, vendedor ambulante con paciencia, de boina y alpargatas, que traía quesitos de almendra y cusubú criollo, y apeaba su gran canasta de golosinas frente a mis ojos, también pasó a los libros del recuerdo. Y te pienso aún antes, antes de que tu pelo se emblanqueciera, cuando todavía cantabas en la vieja casa de Guanabacoa con sus vitrales, donde tus vecinos eran una familia de apellido Lecuona, y cuando Ernestico, de apenas cinco años, se sentaba casi al amanecer en la banqueta del piano a la que apenas se podía subir, y se desesperaba porque Ernestina, su hermanita mayor, le revelara los secretos del do bemol y de todas aquellas teclas negritas que lo atraían obsesivamente.
Me contabas que de allí, de aquella casona de las afueras donde te alojabas con la tía solterona -a la que recuerdo ya anciana, con sus lentes de cinta negra y los barquillos de helado en forma de abanico que me compró una vez- te ibas por las mañanas a la Escuela Normal en tranvía de mulas, al que te subías con las mismas mangas de hilo y entredoses de la pechera que yo quería tocar en tu retrato. Ay, abuela, ¿sería verdad que en el cuarto último de tu casa de la infancia, en Los Palacios, vivía encerrada tu madre Teresa Alfonso, mi bisabuela de nombre místico que veía visiones y aparecidos, y creía conocer a los espíritus que subían del río? Aquella casi legendaria mujer, en la que a veces creo reconocerme, era cuidada por la antigua esclava liberta de nombre Clara, quien fabricaba polvos de arroz para blanquear el cutis de las señoritas Alfonso, en los ratos de ocio que le proporcionaban las siestas de la abuela enloquecida. Todavía imagino sus cantos de soprano operática, mi antepasada cuya voz heredó mama, y la que tuvo tres hijas que se casaron con tres hombres tan disímiles: Pilar, con el senador de la República Matías de la Fuente -allá en los tiempos en que el presidente Estrada Palma dicen que perjuraba de su historia- y con el cual viviría después en una casa grande y extraña del barrio habanero de Lawton. Lola, la menor, con el funcionario Menalio San Juan, al cual recuerdo en su gusto por la leche quemada, en la casa de la calle San Lázaro número 22, donde reposaba el gran piano de cola que tocaba su hija Teté, con sus teclas de marfil legítimo cubiertas por aquel lienzo de terciopelo de aroma embriagador que yo acariciaba a los siete años, aquella casa semioscura donde se recordaba al maestro Eusebio Delfín, compositor de canciones románticas de la vieja trova que cuentan de niñas grabando su nombre en troncos de árboles... Y a ti, abuela, que tanto te dedicaste a los niños campesinos en tu aula rural de Ríohondo, en el kilómetro 79 de la Carretera Central, casi llegando a Candelaria, el pueblo dedicado a la Virgen del 2 de febrero, cuando las muchachas se cortaban el pelo y hasta las puntas de las pestañas (para que les crecieran bonitas); a ti, que te casaste con mi abuelo Antonio de la larga familia, que me dio primas con nombres melodiosos -Perla, Josefina, Antonieta-, y primos que después fueron combatientes dentro y fuera de su país... A ti, que te tocó pasar la infección de piojos que padecían los pobres muchachos de tu aula cerca del río Bayate, con las pesadas curaciones de alcohol de reverbero y trapos enrollados en la cabeza a manera de turbante, según me contaba mamá... A ti, abuela, te tocó casarte con aquel hombre de ternura chistosa y vista miope, de familia un tanto excéntrica, dueña de cines y boticas y lecherías. En aquel teatro de nombre Capetillo, donde pusiste tu enseñanza musical al servicio de las pianolas y las películas silentes de Thom Boyd y Theda Bara, según me contaba papá, y donde se les cobraba la entrada por igual a familiares y conocidos, nada de pases gratis, y todo el público se emocionaba al compás de tus pies que pedaleaban en el instrumento mecánico. En aquel pueblo donde vivías con tus hijos y con mi abuelo Tonito en la misma casa de la Calle Real número 26, con la lámpara Tiffany en el comedor que me tocó ver después que te mudaste, con sus colores de vivo azul prusia y rojo sangre que teñían el mantel de la mesa de reflejos, cuando me contabas de aquella vez que te picó un alacrán en la barriga y desde entonces siempre dormiste con mosquitero grueso, a pesar del calor...
Cómo te tocó en tus años tempranos salir de tus costumbres y comer jalea dulce junto a la carne asada en los comedores de Cambridge, al igual que me tocaría a mí años después en aquellas residencias de Virginia y Tennessee, a mis diecisiete años, en que te pensaba comparando nuestros destinos relacionados a este Norte que nos cambió la vida, donde le diste la mano al presidente McKinley en la elegante recepción que ofreció a los maestros cubanos en la Casa Blanca, a los maestricos cubanos recién graduados como tú (tú, con tu flamante diploma que te certificaba y no "habilitada", como a tantos otros al comienzo de la República, decías orgullosa). Todavía me miran esas caras lustrosas desde la foto, en la fila triple sobre la cubierta del vapor, desde las páginas de la revista donde Bernardette te recortó y donde papó y yo te descubrimos, seria, junto a las señoras que chaperoneaban al grupo. Y qué paralelo de nuestro destino darle la mano al Presidente, pensaría yo mucho tiempo después cuando en una primavera de Tucson me tocó saludar a Clinton, que pasaba por la base militar recogiendo simpatía cuando los rehenes de Kosovo todavía tocaban el corazón del gran público.
Pero antes, abuela María de Jesús, "señora Chucha" para los guajiritos de la escuela, mucho antes te había tocado a ti ver de cerca la Guerra grande del 98, y me contaste cuando me reponía del sarampión que habías visto a los campesinos reconcentrados, echados de sus sitios y fincas por Valeriano Weyler, azote de los campos de Cuba, para que no ayudaran a los mambises insurrectos, y por eso -me decías- no te asustaban los disparos ni los truenos, por todo lo que habías visto y pasado. Ay, abuela, quién te viera de nuevo con tus vestidos blancos y tus anillos finos de oro, sentada en tu portal esperándonos. La guerra de Independencia le tocó asimismo a la abuela María, la de trenza larga y esposo español venido de la más pequeña de las Islas Canarias, La Gomera, hasta aquella vega de Vueltabajo donde cultivaba tabaco y criaba gallos finos de pelea y donde se quedó hasta el final de su vida.
(Tomado de la revista Correo de Cuba)
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Teachers from Cuba
Throughout its history the Harvard Summer School has included programs that are intercultural in scope. The earliest of these programs, the Summer School for Cuban Teachers, was initiated by Alexis E. Frye, Superintendent of Schools for Cuba by appointment of the U.S. military, and Ernest Lee Conant, an American lawyer practicing in Havana. The two men, both of whom were Harvard alumni, wrote to President Eliot in February 1900 about their plan to bring Cuban teachers to the United States for summer study and touring. The goals of the program were to provide educational and cultural enrichment for the teachers and to forge closer ties between Cuba and the United States. By this time, the Harvard Summer School enjoyed a national reputation and both men felt that their alma mater would provide the best setting for such an endeavor. The Harvard Corporation voted to approve the project and it was endorsed by General Leonard Wood, Military Governor of Cuba.
(Cuban teachers on board the Crook, 1900. )
In June and early July of 1900 nearly 1300 Cubans, most of whom were teachers, traveled to Cambridge by U.S. government transport. The men were housed in Harvard College dormitories, while the women lived in private homes nearby. Men and women dined separately, in Randall and Memorial Halls.
The program of instruction included two English lessons daily; lectures in Spanish on physiography that were illustrated by field trips to sites in the Boston area; lectures on American libraries and schools; and lectures on the psychology of imitation and allied faculties in children. In addition, the women attended special lectures on kindergarten education, while the men received instruction in American "sloyd" (shopwork). Excursions to local sites of historical, cultural and industrial interest were also organized.
( American Assistants, Cuban Summer School, 1900. )
The arrival of the Cuban teachers in Cambridge was widely publicized and their various activities were well documented in the press. Many local individuals and community groups provided social events, tours and other services. Following their stay at Harvard, the teachers traveled to Washington, D.C., New York and Philadelphia before returning to Cuba.
A surplus of funds raised to support the Cuban Summer School of 1900 enabled a group of eighty Cuban teachers to return to Harvard the following summer for instruction in English. At the end of the course, examinations were given and certificates awarded. For several years thereafter, small groups of Cuban teachers returned to Harvard for summer study and received stipends from this fund.
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Libro de Pedro Pablo Arencibia: Paradigmas Psicopedagogicos y caminos de la Investigacion Matematica en la Ensenanza de la Matematica Universitaria y Media
OPINIÓN SOBRE EL LIBRO:
Lo he ojeado, aqui y alla; es conmovedor. humano. Tardare en leerlo de tapa a tapa. Comprendo que es holistico, lo que me parece admirable, meritorio, politica, experiencia humana, Matematicas, Ciencias, y tambien ¨very scholar. Una combinacion unica. Gracias. B.M.
“Marco Rubio a Donald Trump: Te diré lo que es un buen acuerdo: que Cuba sea libre
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Licenciado en Matemática Pura en la Universidad de La Habana (UH) y Catedrático universitario con 24 años de experiencia en la docencia universitaria cubana; posee la Categoría Docente Principal de Profesor Titular universitario. Fue expulsado el 29 de enero de 1997 del Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río ( universidad de perfil formativo o pedagógico) por motivos políticos. Activo colaborador desde su fundación de la revista VITRAL y del Centro Católico de Formación Cívica y Religiosa (CFCR) de la Diócesis de Pinar del Río. Colaboró en Cuba con las organizaciones opositoras: Todos Unidos, Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba y con el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC).
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COLABORADORES:
Paul Echániz