Desde antes del triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro, ya este había declarado que la razón principal de su vida iba a ser la guerra que libraría contra los Estados Unidos de América (carta a Celia Sánchez). El odio visceral a Norteamérica lo ha movido en su peregrinar político; desde fingirse amigo con un discurso demagógico, hasta pretender lanzarle un ataque preventivo con armas nucleares. Quizás la culpa de todo este desastre la tenga un desconocido scout de las Grandes Ligas de Béisbol que no lo aprobó; quizás se perdió un pitcher mediocre, pero en cambio nos dejó un dictador de clase mundial.
Ahora se aparece el canciller cubano, señor Bruno Rodríguez, con la frasecita de "hemos llegado aquí gracias a la conducción firme y sabia del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro Ruz, a cuyas ideas siempre guardaremos lealtad suprema". El objetivo único del dictador fue y seguirá siendo la derrota de los Estados Unidos de Norteamérica, y todo parece indicar que ese momento no ha llegado aún sino más bien es Cuba quien se encuentra en la posición de fruta apolismada, cuya salvación está en las manos de los congresistas norteamericanos.
Fidel Castro no logró el objetivo de su vida, la derrota del Goliat norteño, y dejó además un país endeudado, arruinado, improductivo, con trescientos trece lineamientos por cumplir derivados de trescientos trece caprichos, errores y horrores acumulados en medio siglo de gobierno absoluto. Llegado el momento se descubrirán otros, también considerados errores solo achacables a su firme y sabia conducción como líder histórico de la revolución, ¿a qué viene entonces atribuirle méritos y victorias inexistentes por la reanudación de relaciones entre las dos naciones?
Por el contrario, nada ha estado más lejos de los deseos del frustrado aspirante a pitcher de Grandes Ligas que la normalización de relaciones con Estados Unidos. Toda su ejecutoria como político se basó en el enfrentamiento a los distintos gobiernos norteamericanos que coincidieron con su medio siglo de poder absoluto sobre los cubanos.
Entre los diversos rechazos de Fidel Castro a la normalización de relaciones con los Estados Unidos se encuentran los sucesos de la Embajada del Perú con el subsiguiente éxodo de más de cien mil cubanos hacia los Estados Unidos (Carter), y el derribo de dos avionetas civiles sobre aguas internacionales (Clinton). Todavía más, cuando Raúl Castro se pronunció hace unos años en Isla Margarita, Venezuela, a favor del diálogo con Obama, el firme y sabio líder, desde su retiro, descalificó a su sucesor y desmintió cualquier intención de acercamiento por parte de Cuba, encargándose de advertir sobre los supuestos peligros que se avecinaban sobre la Isla si esto sucedía.
Para no dejar de ser, el castrismo continúa ejecutando la misma política en el plano interno, reprimiendo con saña cualquier manifestación libertaria y obstaculizando el crecimiento de la economía privada, cuestiones estas que a fin de cuentas constituyen el verdadero impedimento para el desarrollo del país.
Ya el restablecimiento de las relaciones es un hecho consumado, como lo será en su momento el levantamiento del embargo; no obstante, poco o nada cambiará para el pueblo cubano mientras el país siga dirigido por el Partido Comunista, la economía sea estatal planificada y no se reconozcan los derechos civiles y políticos refrendados por las Naciones Unidas.
Por ahora, consideremos la reapertura de embajadas solo como una derrota más en el récord personal de Fidel Castro. Quedan demostradas la ineptitud y mala fe que siempre lo caracterizaron y su temporalidad, aun cuando esto no conlleve beneficios inmediatos para los cubanos.
Traducción del inglés de la Asociación Española Cuba en Transición.
¿Quién es Raúl Castro? Un tirano al que sólo un hermano puede querer.
Por Ion Mihai Pacepa.
Es
posible que Fidel Castro este muriéndose la cama. Quizás ya haya
muerto. Desafortunadamente, en los países comunistas de herencia latina,
los tiranos vienen pares –compre uno y llévese otro de regalo. La
Rumanía comunista tuvo a Nicolás y Elena Ceausescu. Cuba tiene a Fidel y
a Raúl Castro. El día de Navidad de 1989 los rumanos lograron librarse
de los dos Ceausescu y, veinte años más tarde, Rumanía entraba a formar
parte de la OTAN.
Pronto Cuba será abandonada a un sólo Castro,
que es el heredero del trono. Pero, ¿quién es realmente Raúl Castro?
Algunos países occidentales especulan con la posibilidad de que Raúl
pueda estar barajando la posibilidad de virar hacia un gobierno
colectivo y una democracia: eso no es más que un cuento de hadas. Ojalá
estuvieran en los cierto, pero Raúl Castro ha conseguido transformar un
auténtico paraíso de este mundo en una cárcel y tenemos razones para
creen que continuará convertir a Cuba en una tiranía incluso peor.
Me
he reunido con Raúl en numerosas ocasiones tanto en Cuba como en
Rumanía. Él era el responsable de coordinar los servicios de
inteligencia cubanos (Dirección General de Inteligencia o DGI) y a
principios de los años setenta se vio inmerso en una operación de drogas
junto a la agencia donde yo trabaja (Departamentul de Informatii
Externe o DIE).
Cuando Raúl no estaba en La Habana o en Moscú estaba en
Bucarest. Juntos trabajábamos, pescábamos, buceábamos y hablábamos. Nos
retábamos él uno al otro en competiciones de tiro –Raúl tiene un
buenísimo disparo. Conducíamos juntos nuestros idénticos coches de la
marca Alfa Romeo. Y jamás vi un atisbo en él que me indujera a pensar
que alguna vez quisiera democratizar Cuba.
“ALGUNOS PAÍSES
OCCIDENTALES ESPECULAN CON LA POSIBILIDAD DE QUE RAÚL PUEDA VIRAR HACIA
UNA DEMOCRACIA: ESO NO ES MÁS QUE UN CUENTO DE HADAS”
Raúl estaba
siempre borracho –de alcohol de vanidad personal. Mi contraparte cubana
en inteligencia en aquellos años, Sergio del Valle, que fue el
compañero más cercano Raúl en los años de Sierra Maestra le solía llamar
“Raúl el Terrible” en alusión al primer rusó que se autoproclamó zar.
Raúl era el, no coronado, zar cubano –su título oficial era General
Máximo. Fidel pronunciaba los discursos, hora tras hora y, mientras
Raúl, dirigía la economía cubana, la política internacional, el comercio
exterior, el sistema judicial, las cárceles, incluso la administración
de los hoteles y las playas.
Generalmente, se le Raúl como un
discreto ministro de defensa pero, Raúl también ha sido la cabeza
brutal de una de las instituciones más criminales del comunismo cubano:
la Policía Política. Le conocí en esa faceta. Raúl era cruel e
inmisericorde; ha cooperado en el asesinato y represión de miles de Cuba
y no tengo ninguna duda de que luchará con todas sus fuerzas para
mantener su poder. En caso contrario, en algún momento se vería obligado
a responder por su crímenes y, que yo sepa, Raúl Castro no es un
suicida.
“FIDEL PRONUNCIABA LOS DISCURSOS, MIENTRAS RAÚL DIRIGÍA
LA ECONOMÍA, LA POLÍTICA INTERNACIONAL, EL COMERCIO EXTERIOR, INCLUSO LA
ADMINISTRACIÓN DE LOS HOTELES Y LAS PLAYAS”.
Antes de conocerle
personalmente, Nikita Khrushchev y el general Alexander Sakharovsky, el
creador de la estructura de la inteligencia rumana y en ese momento
cabeza del servicio de inteligencia internacional soviético (Pervoye
Glavnoye Upravleniye) me habían dibujado a grandes rasgos el perfil de
Raúl Castro. Corría el año 1959. Los dos soviéticos habían venido a
Bucarest el 26 de octubre para un periodo de “seis días de vacaciones en
Rumanía”. Era la primera vez que Khrushchev cogía unas vacaciones tan
largas en el extranjero y, Rumanía, nunca había sido destino de sus
vacaciones. El dirigente soviético estaba ahí para discutir sobre la
revolución que se estaba desarrollando en Cuba con el entonces líder
rumano Gheorghe Gheorghiu-Dig, hasta ese momento, el único tírano
comunista gobernando un país de herencia latina.
Khrushchev
soñaba con pasar a la historia como el líder soviético que había
conseguido llevar el comunismo al continente americano y estaba
dispuesto a poner todo el empeño necesario para que ese sueño se
convirtiera en realidad. Pero Khrushchev desconfiaba de Fidel Castro
alegando que no era marxista. Los líderes del Partido Comunista de Cuba
estaban convencidos de que Fidel Castro era un aventurero peligroso y la
burocracia soviética también encontraba reparos en apoyarle.
“KHRUSHCHEV DESCONFIABA DE FIDEL CASTRO ALEGANDO QUE NO ERA MARXISTA. SIN EMBARGO, CONFIABA EN RAÚL”
Sin
embargo, Khrushchev confiaba en Raúl. Según los testimonios de
Sakharovsky –que a mediados de los años cincuenta lleva a Raúl a Moscú-
fue un amor a primera vista. A los dos, a Nikita y a Raúl, les encantaba
el vodka y los estaban fascinados con el marxismo. Los odiaban la
escuela, la religión y la disciplina. Ambos se jactaban de ser unos
expertos militares. Estaban obsesionados con el espionaje y el
contraespionaje y ha ambos les gustaba dormir con las botas puestas.
Sakharovsky considera que es esta “ardiente relación” es la que impulsa a
Khrushchev a lanzarse por completo a apoyar la revolución cubana.
Siguiendo
las órdenes de Khrushchev, Sakharovsky asigna Raúl Castro un consejero
de inteligencia: Nikolay Leonov, el mayor experto en Latinoamérica de la
PGU. Leonov –actualmente Comandante General retirado de la KGB y
miembro de la Duma- facilitó a Raúl información sobre las fuerzas
armadas del entonces dictador Batista y ayudó a Raúl a trazar el plan de
la guerrilla. En junio de 1957, Leonor le entregó a Raúl unas
fotografías que mostraban cómo Washington estaba apoyando a Batista con
armas y ayuda logística y sugirió a Raúl que tomara a varias docenas de
americanos como rehenes con el fin de forzar a Eisenhower a que se
quedara al margen. Raúl siguió su consejo. En junio de 1958, los
guerrilleros secuestraron a medio centenar de civiles y militares
americanos y canadienses que estaban trabajando en Cuba. Batista, que
temía por la vida de los secuestrados, declaró el alto el fuego y eso
permitió que los soviéticos pudieran llevar más armas a Cuba. El destino
de la revolución cubana había cambiado para siempre. Además, se había
introducido la era de los secuestros como arma de lucha.
En la
noche del 31 de diciembre de 1958, el dictador Fulgencio Batista huye en
avión de Cuba y los hermanos Castro toman el control del país. Durante
los meses siguientes, Raúl es el encargado de organizar la ejecución de
cientos de policías y oficiales del régimen de Batista. Los prisioneros
fueron ejecutados y sus cuerpos fueron enterrados en fosas comunes a las
afueras de Santiago de Cuba.
Un año después aterriza en La
Habana el dirigente soviético Anastas Mikoyan y es recibido por Fidel,
Raúl y consejero de la KGB Aleksandr Shitv: la operación consistía en
ayudar a Raúl a crear una KGB cubana y un ejército al estilo soviético.
En 1962, Khrushchev, nombra a Shitov embajador en Cuba lo que supone un
hecho sin precedentes. Pronto, Moscú comenzaría a establecer en secreto
bases para lanzar misiles en Cuba. Khrushchev, Raúl y Shitov –no Fidel-
estuvieron a un ápice de conducir al mundo a una guerra nuclear.
“RAÚL ES EL ENCARGADO DE ORGANIZAR LA EJECUCIÓN DE CIENTOS DE POLICÍAS Y OFICIALES DEL RÉGIMEN BATISTA”.
El
abril de 1971 visité Cuba como miembro de la delegación del gobierno de
Rumanía para conmemorar el décimo aniversario de la victoria de Castro
en Bahía de Cochinos. Un par de días después de la ceremonia, Raúl me
invitó a ir con Sergio del Valle a pescar en su barco. También invitó a
un soviético que se presentó como Aleksandr Alekseyev. “Este es Shitov”-
me susurró al oído Sergio del Valle- “ahora es consejero de Allende”.
(El marxista Salvador Allende había sido elegido presidente de Chile en
las elecciones del pasado noviembre). Ahí, en ese barco, comprendí de
una forma más clara que nunca que Raúl, y no Fidel, era quien estaba
llevando los mandos de aquella revolución cubano.
En 1972, tuve
que organizar el viaje de Ceausescu a La Habana y fui su mano derecha
durante toda la visita. Fidel era la cabeza visible, Raúl el movia los
hilos. La primera dama de Cuba no era la mujer de Fidel sino la de Raúl.
A Elena Ceausescu le estraño pero ambas mujeres conectaron a la
perfección. Las dos, Elena y Vilma Espin Guilloys, habían abandonado sus
estudios en la escuela; ambas querían ser químicas; las dos habían
logrado reconocidos doctorados en la universidad, ambas se unieron al
partido comunista antes de que hubiera llegado al poder en sus
respectivos países, llegaron formar parte del Consejo de Estado y las
dos eran presidentes de la Federación de Organizaciones de mujeres en
sus países.
Durante esa visita, los hermanos Castro y Ceausescu
acordaron aventurarse en el tráfico de drogas. Querían regir los
destinos del mundo con las drogas. “Las drogas pueden hacer mucho más
daño al imperialismo que las armas nucleares”-pontificaba Fidel. Raúl
estaba de acuerdo: -“Las drogas pueden erosionar el capitalismo desde
dentro”. En esas conversaciones nunca escuche la palabra “dinero” pero
yo ya estaba administrando el dinero estaba generando Rumanía con estas
operaciones. Todo este dinero era transferido a las cuentas personales
de Ceausescu. En 1978, cuando afortunadamente pude abandonar Rumania esa
cuenta, que llamaban AT-78, tenía un saldo de 400 millones de dólares
–a pesar de las considerables dentadas que provocaba Elena con sus
gastos en joyería y abrigos de lujo.
“FIDEL PONTIFICABA: ´LAS
DROGAS PUEDEN HACER MUCHO MÁS DAÑO AL IMPERIALISMO QUE LAS ARMAS
NUCLEARES´. RAÚL ESTABA DE ACUERDO: ´LAS DROGAS PUEDEN EROSIONAR EL
CAPITALISMO DESDE DENTRO”.
En 2005, Fidel Castro enfureció cuando
Forbes publicó un reportaje en el que estimaba su fortuna personal en
500 millones de dólares. Este año la revista a elevado su fortuna a 900
millones. Considerando particularmente la miseria en que vive Cuba esa
dinero será probablemente suficiente para poder sobornar a sus fieles
seguidores y comprar las nuevas fidelidades que necesita.
En 1973
pasé mis vacaciones en La Habana. Raúl me llevó a visitar una fábrica
enorme que fabricaba maletas con doble fondo y otros artilugios para
esconder mercancía para, secretamente, poder transportar armas y
explosivos con fines terroristas. En ese momento, la DGI que dirigía
Raúl, estaba trabajando a contrareloj tratando de extender la influencia
de Cuba en América Latina y en los países del tercer mundo. En
particular, estaban deseosos de consolidar el poder de los sandinistas
en Nicagarua, fomentar una guerra sangrienta en El Salvador y apoyar
junto a la Unión Soviética el asalto al poder del Movimiento para la
Liberación de Angola. La DGI de Raúl también contaba con consejeros e
instructores en las bases de la Organización Palestina de Liberación y
había establecido una estrecha cooperación con Libia, Yemen y el Frente
Polisario de Liberación en el Sahara oriental. A mediados de 1970 mi DIE
estaba trabajando conjuntamente con la DGI de Raúl apoyando a las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), una organización
insurgente, antiamericana y marxista que cuyo objetivo era difundir el
comunismo en Latino América.
“EN 1973 (…) RAÚL ESTABA TRABAJANDO A
CONTRARRELOJ TRATANDO DE EXTENDER LA INFLUENCIA DE CUBA EN AMÉRICA
LATINA Y EN LOS PAÍSES DEL TERCER MUNDO”.
En diciembre de 1974,
Raúl Castro vino a Bucarest para solicitar apoyo político y de
inteligencia a su nuevo Directorio de Liberación Nacional, un grupo cuyo
objetivo era coordinar campos de entrenamiento para la guerrilla y
terrorismo y crear movimientos de liberación nacional y gobiernos
antiamericanos como aquellos en Nicaragua y Granada. Consiguió las dos
cosas.
Es evidente que no tuve más acceso a la información
relativa a la exportación del terrorismo y la revolución por parte de
Fidel Castro, pero soy consciente de que en 2001 su FARC en Colombia
fueron responsables de 197 asesinatos. El 11 de abril de 2002, las
mismas FARC secuestraron a 13 congresistas colombiano de un edificio
gubernamental en Cali y tomó como rehén a la candidata presidencial
Ingrid Betancourt. El 13 de febrero de 2003, las FARC derribaron un
avión de la CIA que trasportaba la información electrónica al sur de
Colombia, tomando a tres oficiales de la CIA como rehenes. Ahora, las
FARC, están tratando de derribar a toda costa el gobierno pro-americano
de Álvaro Uribe, cuyo padre fue asesinado por las mismas FARC en 1983.
Quiero también destacar que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que
es un ferviente admirador de los hermanos Castro, ha amenazado a
Estados Unidos con cancelar sus exportaciones de petróleo y ha intentado
comenzar una guerra convencional contra la vecina Colomba, el principal
aliado de Estados Unidos en la región.
“PUEDE QUE RAÚL ESTÉ
TRATANDO DE PRESENTARSE COMO UN ÁNGEL (…); PERO ES UN ASESINO Y
TERRORISTA INTERNACIONAL QUE HA HECHO UNA FORTUNA CON EL TRÁFICO ILEGAL
DE ARMAS, DROGAS Y SERES HUMANOS”.
Nadie, ni en Cuba ni en el
exterior, tiene una idea clara del futuro –político y de salud- de Fidel
Castro. Quizás, todavía hay algo más que Raúl ha podido haber aprendido
de sus maestros de la KGB. Leonid Bresnev murió el 10 de noviembre de
1982 pero el máximo dirigente de la KGB, Yury Andropov, logró mantener
su muerte en secreto por varios días ganando el tiempo suficiente para
maniobrar la forma de colocarse en el poder. Una vez situado en el
Kremlin, el cínico de Andropov, se presentó ante los países occidentales
como un comunista moderado. Era un hombre sensible, cálido, valedor de
Occidente que, en ocasiones, disfrutaba tomando una copa de whisky,
leyendo novelas inglesas, escuchando jazz americano y la música de
Beethoven. Andropov no era nada de eso.
Puede que Raúl esté
tratando de presentarse como un ángel inocente. Pero la era del
secretismo de Andropov ya ha desaparecido. Ruego que los otros que
conocen a Raúl de la forma en que yo conocía a Ceaucescu den un paso al
frente y desenmascaren al tirano cubano, permitiendo que el mundo pueda
contemplarle desnudo, tal cual es: un asesino y terrorista internacional
que ha hecho una fortuna con el tráfico ilegal de armas, drogas y seres
humanos.
Comandante General Ion Mihai Pacepa es el oficial mayor
en abandonar el antiguo bloque soviético. En Navidad de 1989, Ceausescu
y su esposa fueron condenados a muerte al final de un juicio en el que
la mayor parte de las acusaciones provenían casi literalmente de su
libro “Horizontes Rojos”.
*Traducido por la Asociación Española Cuba en Transición.
Fuente en ingles:
http://www.nationalreview.com/article/218444/who-ra-l-castro-ion-mihai-pacepa