FORBES AFIRMA PUEDE PROBAR LA RIQUEZA DE FIDEL CASTRO
La revista especializada Forbes, insiste en su reporte sobre la estimación de la fortuna del dictador cubano Fidel Castro y señaló que puede "probarlo".
Por
Maria C. WerlauCortesía de:
Paul Echániz
La Nueva Cuba
Mayo 27, 2006
"Podemos probarlo" desde el punto de vista de que "tenemos nuestras fuentes" entre funcionarios cubanos, y estimaciones generales de las ganancias de empresas públicas cubanas, dijo la reportera de Forbes, Allison Fass. "Tenemos un estimado conservador de las ganancias" de compañías públicas, insistió Fass, al referir una de las fuentes principales que la revista consideró para estimar la presunta fortuna de Castro.
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María WerlauEl dictador vitalicio cubano negó el lunes desde La Habana la veracidad del reporte de Forbes, y señaló que su fortuna personal era "cero". Dijo que todas las ganancias de empresas públicas son utilizadas para servir al pueblo de su país. Retó a la revista a probar con evidencia concreta el artículo, que lo coloca como el séptimo de los líderes o monarcas con fortunas personales más amplias. Fass, que escribió la historia sobre Castro en la revista, indicó que la estimación "no incluye ganancias pasadas" o posibles activos en cuentas bancarias en el exterior. "No me sorprende su reacción", dijo la reportera, él "no quiere que los cubanos sepan esto".
La publicación cambió parte de la metodología que utilizaba en años previos para estimar fortunas difíciles de calcular y asumió un enriquecimiento de Castro en 350 millones de dólares, de un año a otro. "Para llegar a una cantidad neta usamos un método de flujo (descontado) de recursos, para valuar esas compañías y luego asumimos qué parte de esas ganancias va a Castro", señaló la publicación.
De acuerdo con el listado, el rey Abdullah Bin Abdulaziz de Arabia Saudita, es el líder más rico del mundo, con una fortuna estimada en 21 mil millones de dólares, seguido de cerca por el sultán de Brunei, Haji H. Bolkiah, con 20 mil millones. El jeque Khalifa Bin Zayed al-Nahyan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos, tiene, siempre según Forbes, activos por 19 mil millones y su colega de Dubai, Mohammed Bin Rashid al-Maktoum, tiene 14 mil millones de dolares. La publicación sostiene que, como era de esperarse, ninguno de sus estimaciones ha sido confirmada por los ennumerados. Tampoco ninguno de los aludidos, con la excepción de Castro, siquiera se molestó con la información.
La influyente publicación estadounidense ubicó al decano de todas las dictaduras del planeta en la séptima posición, con un estimado de US$900 millones. Castro desestimó el informe y dijo que renunciaría a su cargo si alguien presentaba pruebas fehacientes de que lo afirmado es cierto. Castro ha jurado en el pasado que renunciaría si se presentaran evidencias sobre muchas alegaciones diversas en su contra relacionadas con la utilización en su régimen de la psiquiatría como método de tortura, torturas físicas, ejecuciones sumarias y desapariciones, pero nadie le ha concedido nunca seriedad a sus amenazas de "renuncias", algo que nunca ha hecho, aunque existen irrefutables evidencias de flagrantes violaciones de los derechos humanos en la Isla. Forbes le dijo a la BBC que para determinar la presunta fortuna de Castro se calculó el valor de varias empresas estatales cubanas y se adjudicó un porcentaje al líder cubano.
Un portavoz de la muy leída revista financiera concedió que no tenían ninguna evidencia de que Castro haya escondido dinero en cuentas bancarias en el extranjero, pero afirmó que controla una fortuna. "Si alguien como Castro quiere escapar del país y llevarse una suma millonaria, podría hacerlo", dijo el vocero de Forbes. Según la revista financiera, sus fuentes no están en Cuba aunque algunas de ellas han trabajado con el gobierno cubano en el pasado.
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Los perdedores de siempre
Por Ezequiel Pérez Martín
Los vencedores la escriben a su modo y de acuerdo con sus intereses; los malos gobernantes la manipulan y tergiversan; y los pueblos la sufren. Pero la historia no siempre lo es y, lamentablemente, la mayoría de las veces está en el otro extremo de la verdad. En pocas palabras: Cuba no es lo que quieren aparentar Fidel Castro y los privilegiados miembros de la cúpula dictatorial dentro de la isla y sus engañados seguidores fuera de ella. Por eso se explican algunas de las posibles tragedias que podrían experimentar varios países latinoamericanos, si la llamada izquierda populista sigue ganando terreno y, peor aún, asientos presidenciales.
En la década del 70, el dictador cubano no se cansaba de lanzar a los cuatro vientos airadas protestas de que “la maquinaria imperialista tenía un poderío desigual en el campo de la información” y que esa circunstancia estrangulaba las aspiraciones de que los pueblos conocieran la verdad. Decían los verdaderos y falsos comunistas de entonces que el 95 por ciento del potencial informativo del planeta estaba en manos del “enemigo imperialista”. De tal modo, centraron todo su esfuerzo, interés y recursos en engrasar la industria propagandística y hay que reconocer que esa estrategia les ha dado resultado.
Un triste resultado, valga decir, porque a pocos años de que el mundo entero asistiera al espectáculo de la derrota del comunismo internacional, crecientes masas han quedado seducidas por la mentira vestida de verdad y están a punto de entrar en la oscuridad de un mundo de falsedades, como el que han padecido ya tres generaciones de cubanos. Los dueños de la historia oficial echaron mano a la tecnología de la mentira y se lanzaron a la conquista de millones de desposeídos que les creen ciegamente sus falacias.
Cuba podría no ser un país tan paupérrimo como se muestra en las fotos que circulan actualmente por todo el mundo en varias páginas de Internet, porque durante décadas recibió una incalculable ayuda financiera de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Los utópicos, y por ello fracasados, planes de desarrollo económico y social para la isla no fueron la única causa de que hoy en día sus casi 12 millones de habitantes se hayan convertido en una empobrecida masa que solo ve una salida a su situación: abandonar el país, ante la amarga perspectiva de una ausencia de futuro en el terruño natal.
La gran culpa de la tragedia de un país que formaba parte del cuarteto de naciones más prósperas de América Latina a finales de la década del 50 (junto a Brasil, Argentina y México) la atesora el Capataz en Jefe, el dueño de la finca que se extiende desde el Cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí y desde la península de Hicacos hasta la Bahía de Cienfuegos.
¿Por qué? Por el gran afán es engrandecer su figura y vender una imagen falsa, querer aparecer como un guerrero revolucionario, adusto, ejemplo para los de abajo, alejado totalmente de la gran realidad, de que es un hombre enriquecido hasta los dientes, porque se apropió de todo en el país, no sólo de su suelo, sino de lo que hay sobre ese suelo, incluidos sus hombre, mujeres y niños.
Por eso a pocos extrañó que una vez más, la revista Forbes lo incluyera entre los gobernantes más ricos del mundo. Y para enriquecerse no le importó destruir la sociedad de quienes lo recibieron como a un salvador hace casi medio siglo. No es la primera vez que el tirano aparece en esa lista, pero sí es la primera vez que protesta airadamente y convierte el tema en una de sus grandes “batallas ideológicas”.
De nuevo ¿por qué? Porque cada día más se pone en peligro su coartada de aparecer como víctima ante el mundo por las “amenazas del imperio”. Su pueblo se muere de hambre, sólo piensa en cómo sobrevivir el día de turno, mientras él se da el lujo de gastarse millones en invitar a miles de personas anualmente para que secunden sus fracasados planes de hacer ver lo que no es, de conseguir la complicidad de quienes están cometiendo más que crimen, una horrenda estupidez. Y es que no faltan quienes por ser o sentirse enemigos de los norteamericanos, entran en una estrecha alianza con el dictador caribeño, por el solo hecho de que Castro se ha autodeclarado enemigo acérrimo del vecino país del norte.
Es la vieja pregunta de que si A y B son enemigos de C, pero B es un criminal... ¿tiene A que aliarse con B en su enfrentamiento con C?¿No sería más lógico y provechoso dejar de seguir quejándose de que la culpa de todos los males de los pueblos la tiene Estados Unidos, y decidir a construir sociedades más eficientes y prósperas, como lo lograron varios países del sudeste asiático, que emanaron de naciones en ruinas y trabajaron con tesón?
Ese facilismo histórico ha llevado a la debacle a varios pueblos. Es admisible y comprensible que haya millones en América Latina y el resto del mundo que estén resentidos con los gobiernos de Estados Unidos. Pero es una soberana crueldad que por sólo mostrar su odio a los norteamericanos, estrechen la mano de un sanguinario personaje que llevó a su pueblo a la ruina económica y social y sobre todo, moral.
Fidel Castro se vale de la mentira recurrente para mantener a las masas engañadas y oprimidas. Se ha pasado la vida amenazando con que Estados Unidos va a invadir a la isla. Y millones dentro y fuera del país se han llegado a creer esa falacia. Lo mismo hace Chávez ahora con Venezuela. Y los que le hacen el juego al régimen de la Habana están llevando a sus pueblos a un abismo que los convertirá en pordioseros y esclavos de las ideas de un solo hombre.
Esos pueblos que se sienten explotados por Estados Unidos tienen todo el derecho del mundo de oponerse a los gobiernos de Washington, de sentir rechazo, pero lo inadmisible es que esa realidad sirva de pretexto a dictadores sin escrúpulos para sacar ventaja y mantenerse en el poder mediante la mentira y el miedo.
Hugo Chávez, Evo Morales, Ollanta Humala, Daniel Ortega y todos los enemigos jurados de Washington tiene todo el derecho del mundo de sentir odio hacia quienes ellos consideran sus rivales en el terreno ideológico. Pero los que pagan las consecuencias son los perdedores de siempre, las masas oprimidas de siempre, que tienen que aceptar las imposiciones de regímenes totalitarios y llegan a creer que las mentiras son verdades.
Siempre he pensado que si el antagonismo de Cuba no fuera con Estados Unidos, si el enfrentamiento de Castro fuera con Holanda, Japón, Finlandia o Noruega, por citar solo algunos casos, nadie en el mundo estuviera apoyando a Castro en su ridícula cruzada contra lo que nunca va suceder: una invasión de Estados Unidos a la isla. Ese es el cuento que lo ha ayudado a mantenerse en el poder.
Pero Castro escogió bien a su enemigo, porque es el enemigo que le han hecho creer a la mayoría de los pueblos. Es provechoso oponerse a los poderosos del norte, porque siempre eso edulcora las imágenes de esos supuestos paladines de la libertad, que lo que hacen precisamente es aplastar el derecho a la libertad de sus propios pueblos. Si Chávez, Morales, Humala y Ortega vieran que la lucha de Fidel es con cualquier otro país del mundo, tal vez no se atreverían a pedir a sus pueblos que imiten el fracasado proyecto “a la cubana”.
Y por último, para esos millones de latinoamericanos que siguen víctimas de la propaganda izquierdista, que adoran la figura del Che Guevara sin siquiera conocer su verdadero pasado tenebroso, para todas esas personas hay una advertencia: No piensen que la honestidad es precisamente una característica de los seudo-revolucionarios. Fidel jura haber sido un revolucionario de pies a cabeza, pero si lo fue alguna vez, desde hace décadas dejó de serlo, porque tiene estancado a su pueblo en todos los sentidos y el concepto de revolución indica movimiento y acción.
No crean que en los regímenes totalitarios no existe la corrupción. Fidel es un corrupto, pero no solo él, sino sus más cercanos colaboradores.
Para esos pueblos que viven con la venda en los ojos, y sobre todo para los millones de cubanos que desean sacudirse de encima la desgracia de esa pesadilla que les ha tocado vivir, sepan que siempre los platos rotos los pagan los de abajo, sepan que en Cuba, hay ya un verdadero ejército de descendientes de los más altos dirigentes del país viviendo fuera de Cuba o en posiciones claves dentro de la economía cubana, y que esos serán quienes se apropiarán del país cuando el régimen se desplome. Para eso se adiestran y entrenan.
Se han ido preparando los magnates cubanos de la actualidad para asegurar la continuidad de su poderío en el futuro.
No serán los exiliados de Miami los que irán a apropiarse de las cosas en Cuba, como quiere hace ver el régimen de Castro. En el exterior nadie piensa en ir a hacer leña del árbol caído. En Miami y cientos de otras ciudades del mundo es un hecho establecido que los cubanos que luchan en la isla serán quienes tienen el sagrado derecho de tratar de borrar esta tragedia de casi medio siglo y sacar la isla a la luz nuevamente.Nadie del exterior quiere ir a quitarles nada, a reclamarles nada, sino a agradecerles que se hayan incorporado a la comunidad de naciones libres del mundo.
Pero sepan, queridos cubanos de dentro de la isla, que los que hoy viven mejor que ustedes, mucho mejor que ustedes, se están preparando para seguir haciéndolo cuando amanezca en la nueva Cuba.
Y los pueblos de América Latina no deberían dejar pasar esta oportunidad para aprender la lección. Pero, como toda asignatura en la vida, las lecciones las aprenden no sólo quienes quieren, sino quienes pueden.
Si los maestros se oponen, no les enseñan la verdad. Y hay maestros que no quieren que sus alumnos aprendan porque sería muy peligroso. Y por eso siguen echando mano de la mentira.
Mayo 29, 2006
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De Forbes.
Fidel Castro
President/Cuba$900 million
Age: 79
Comandante since 1959. We estimate his fortune based on his economic power over a web of state-owned companies including El Palacio de Convenciones, a convention center near Havana; Cimex, retail conglomerate; and Medicuba, which sells vaccines and other pharmaceuticals produced in Cuba. Former Cuban officials living in U.S. assert that he has long skimmed profits. Castro insists his net worth is zero.
*(£484.1M, 40.4B rupees, CA$997.2M, AU$1,167.4M, 706.5M euros)
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