Julio M. Shiling sobre Cuba : Los veredictos de los “tribunales de canguro” del castrocomunismo
Tomado de https://elamerican.com
Las personas amantes de la libertad y sus líderes democráticos no pueden decir que no lo sabían
Por Julio M. Shiling
01.26.22
Los regímenes totalitarios no son cosa del pasado. A pesar de la revisión y readaptación práctica de su modelo de funcionamiento tradicional tras el colapso de la Unión Soviética, su control monopólico de los medios de comunicación, la economía y sus relaciones de producción, el ejército, los tribunales, todas las instituciones sociales y la adhesión a una ideología predominante, todo ello dirigido por un único partido político, ha permanecido intacto.
La apariencia de normalidad es una búsqueda constante. De ahí que el ejercicio de una legalidad para validar el gobierno despótico sea la norma. Los veredictos de los tribunales de canguro del castrocomunismo son un ejemplo de ello.
La Alemania nazi los llamaba “Tribunal del Pueblo”. Los bolcheviques, surgidos de un decreto de 1917 décadas antes, etiquetaron esta farsa simulada como “Tribunales Revolucionarios”. El hilo común entre estas variantes del legalismo socialista es la sumisión de los tribunales al enclave de poder de la élite del partido gobernante. A lo largo de la historia del socialismo, ya sea fascista o comunista, el sistema judicial sirve para promover la supervivencia del régimen. Esto significa ejercer el terror por medio de sus leyes.
Cuba está sometida a una intensa sesión de “justicia revolucionaria” tras el Levantamiento Cubano del 11 de Julio (11J), ese descomunal despliegue de manifestaciones masivas y espontáneas en más de 60 localidades, en toda la isla, en las que participaron cientos de miles de ciudadanos. La esperada represión ha sido brutal y se ha producido rápidamente. Se están dictando largas condenas de prisión. El objetivo del régimen castrista, por medio del terror duro, es la domesticación social en general y el aplastamiento de la oposición y de la oposición potencial, en términos específicos.
Durante la semana del 24 de enero se están celebrando en toda Cuba cerca de 50 juicios amañados, todos ellos derivados de las acusaciones derivadas de las protestas del 11J. El simulacro de órgano principal de justicia del comunismo cubano ha declarado que ya ha procesado “legalmente” a 790 personas, incluidos 55 menores. Entre las acusaciones absurdas que la dictadura comunista ha ido acumulando se encuentran las de sedición, sabotaje, lesiones, desorden público, agresión sexual y desacato. Lo ridículo de estas falsas acusaciones legales es que muchos de los manifestantes fueron víctimas de los mismos cargos a los que se enfrentan por los actos criminales cometidos contra ellos por las fuerzas represivas del régimen, ya sea durante las protestas o mientras han estado en cautiverio.
Una prueba de que uno de los objetivos primordiales del régimen castrista es la completa neutralización de toda oposición real o imaginaria ha sido la detención y los juicios de Félix Navarro Rodríguez, presidente del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, y de su hija, Saylí Navarro, miembro de las Damas de Blanco y activista de los derechos humanos. Ambos están siendo sometidos a juicios simulados. Félix Navarro Rodríguez ya cumplió una condena de 8 años en lo que se conoció como la Primavera Negra, una brutal represión del régimen en 2003. Ahora, a sus 68 años, se enfrenta a una condena de 15 años de cárcel.
Lo increíble es que el líder del movimiento que lleva el nombre de Pedro Luis Boitel, un épico preso político que desafió a los opresores comunistas desde el interior de las cárceles cubanas y murió a causa de una huelga de hambre de 53 días en 1972, fue detenido el día siguiente al 11J. Navarro Rodríguez había ido a la comisaría local de Perico, Matanzas para preguntar por el paradero de miembros de su partido que habían desaparecido. Saylí Navarro, que acompañaba a su padre el 12 de julio, enfrenta una condena de 11 años de cárcel.
Desgraciadamente, los tribunales canguro del comunismo cubano seguirán dictando arbitrariamente sentencias crueles a todos los que se levanten contra la tiranía. La familia Navarro es un caso típico de la horrible injusticia que se lleva a cabo a 90 millas de las costas americanas. Las personas amantes de la libertad y sus líderes democráticos no pueden decir que no lo sabían. Estas farsas judiciales están ahí para que el mundo los vea. Este es el comportamiento habitual del régimen castro comunista ¿Cuándo terminará la apatía internacional?
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Calendario de Eventos de la Historia de Cuba: 10-14 de mayo, 1957
Por Manuel Márquez-Sterling
El juicio se celebró en el Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba; se juzgaban conjuntamente a los expedicionarios del Granma capturados y a los acusados en relación con el levantamiento de Santiago de Cuba el 30 de noviembre 1956. El juicio terminó con cuarenta rebeldes condenados a penas de prisión de uno a ocho años. Entre los condenados se encontraban veintidós miembros del M-26-7 que apoyaron y participaron en ese levantamiento de apoyo al desembarco del Granma . Los otros 111 acusados en el juicio fueron declarados inocentes y puestos en libertad.
Entre los acusados declarados inocentes y liberados estaba Frank País, el líder del M-26-7 en la provincia de Oriente. País también había sido el organizador y dirigente de la revuelta de Santiago, que había sido concebida como una táctica de distracción para que coincidiera con el desembarco del Granma. País siguió actuando como jefe organizador del M-26-7 después de su liberación.
Uno de los tres magistrados del Tribunal no estuvo de acuerdo con las sentencias de sus compañeros magistrados. El Magistrado Manuel Urrutia Lleó sostuvo la opinión de que todos los acusados deberían haber sido absueltos, sobre la base del inusual razonamiento jurídico de que la insurrección violenta era un derecho constitucionalmente protegido. Lo absurdo de la reclamación, y la arrogancia de un juez de primera instancia que ofrece esta extraordinaria y sin precedentes interpretación constitucional sugiere fuertemente que Urrutia estaba lejos de ser imparcial.
(Foto del tribunal: de izquierda a derecha los jueces Cutié, Urrutia y Segrera; foto de la colección de Latinoamerican Studies )
Seis meses más tarde, Urrutia se sumó al Gobierno Revolucionario en el exilio, siendo designado Presidente Provisional para tomar posesión de su cargo después del triunfo revolucionario. Por su propia cuenta, Urrutia pidió al M-26-7 que retrasara el anuncio hasta que tuviera el "tiempo para obtener mi jubilación, ya que yo no quería ser una carga financiera para la revolución." El gobierno de Batista aprobó su solicitud de jubilación el día después de haber sido en diciembre públicamente nombrado "Presidente Provisional" de Castro . Cinco días después Urrutia voló a Miami en un autoimpuesto exilio, donde celosamente cabildeó en nombre de la oposición revolucionaria contra Batista. Su cabildeo incluyó visitas a los EE.UU. del Departamento de Estado para exigir un embargo de armas contra el régimen de Batista.
Cabe señalar que las acciones de Urrutia demuestran que en el odiado régimen de Batista los tribunales funcionaban independientemente desde el punto de vista jurídico, donde los opositores al régimen eran libres de viajar dentro o fuera del país, y donde los ingresos y los bienes de los opositores, incluso los salarios y las pensiones -no eran incautados por el gobierno, incluso para aquellos que públicamente participaban activamente en los esfuerzos para derrocar violentamente al régimen. Esto desmiente a los revolucionarios que afirmaban estridentemente de que el régimen era tiránicamente represivo e intransigente con el cual no se podía negociar
En flagrante violación de las disposiciones constitucionales para la sucesión presidencial, Urrutia fue nombrado Presidente por Castro cuando Batista huyó de Cuba. Esto no sería la primera ni la última indicación de la proclividad de Urrutia de seguir la regla de los hombres y no la de la ley . Su presidencia estuvo marcada por la arbitrariedad y el despotismo, incluyendo rencor , mezquindad y extravagancias al promulgar decretos, producto de sus aberrantes opiniones jurídicas, para saldar viejas cuentas, y lesionar a los que no compartían sus opiniones políticas. Al igual que muchos otros nombramientos iniciales de Castro en el nuevo régimen, el mandato de Urrutia duró poco y terminó ignominiosamente.
Como Urrutia descubrió personalmente en su breve presidencia de seis meses, a diferencia de Batista, Castro no toleraría nada salvo absoluta lealtad y celo, tampoco permitía que cualquier persona sospechosa de disentir permaneciera en su puesto de trabajo y su propiedad-y menos aún recibir las pensiones gubernamentales. En cambio, el régimen de Castro daba prisión o pena de muerte por fusilamiento a los que no estuvieran a la altura de esa expectativa. Urrutia en julio de 1959 consideró que tuvo suerte de haber escapado de Cuba con su vida, incluso a costa de haber perdido todo lo que tenía, incluyendo su pensión.
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extract from the graphical version of the Cuba 1952-1959 History Timeline
by Manuel Márquez-Sterling
(año 2008)
Etiquetas: 11-J, 11J, 30 de noviembre, Batista, canguro, Castro, castro-comunismo, castrocomunismo, cuba, dictadura, Frank País, juicios, Justicia, legalidad, represión, Santiago de Cuba, tiranía, tribunales
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