Es un blog diario digital conformado con los artículos, opiniones, ensayos, etc. del Catedrático universitario Lic. Pedro Pablo Arencibia Cardoso sobre diferentes temáticas de la problemática cubana, actual e histórica, así como por noticias y artículos de otros autores que se consideran de gran interés para profundizar en la realidad cubana.
domingo, febrero 27, 2022
La aventura de Putin en Ucrania es justificada por la tiranía castrista de Cuba. Luis Cino desde Cuba: De seguir Putin en este rumbo belicista, el demasiado estrecho comprometimiento del Gobierno cubano con Rusia tendrá consecuencias catastróficas para Cuba
La aventura de Putin en Ucrania es justificada por el régimen castrista
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De seguir Putin en este rumbo belicista, el demasiado estrecho comprometimiento del Gobierno cubano con Rusia tendrá consecuencias catastróficas para Cuba
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Por Luis Cino
27 de febrero, 2022
LA HABANA, Cuba.- La invasión rusa a Ucrania asombró a pocos en el mundo. Desde hacía semanas, los Estados Unidos y la Unión Europea habían advertido sobre ella. Y nadie creyó en los desmentidos del Kremlin, que solo retrasó unos días la fecha en que se produciría el ataque. Lo que sí asombró es la decimonónica desfachatez imperial de Vladímir Putin y su descarado desafío a las normas del derecho internacional.
Lo que Putin calificó como “operación especial para la defensa del Donbass” fue una blitzkrieg que irrumpió por el norte, el sur y el oriente del territorio ucraniano y que, pese a la resistencia encontrada, en menos de 48 horas llegó a las puertas de Kiev, la capital, y comenzó a masacrar a sus habitantes.
Putin sobrepasó por mucho su declarado objetivo de proteger a los rusos de las autodenominadas “Repúblicas Populares de Donetsk y Lungask”, cuyas milicias secesionistas, armadas por Rusia, se enfrentan desde hace ocho años al ejército ucraniano
No disimula Putin que su principal interés es sustituir al gobierno de Volodímir Zelenski, democráticamente elegido por la mayoría de los ucranianos, por un gobernante títere del Kremlin, como Víktor Yanukóvich, derrocado por un levantamiento popular en el año 2014, o como Aleksandr Lukashenko, el dictador bielorruso que está pagando los favores de Moscú participando con sus tropas en el flanco norte de la invasión a Ucrania.
Dijo Vladímir Putin que aspira a desmilitarizar y “desnazificar” a Ucrania. ¡Si tendrá la cara dura! No debería osar el mandatario ruso hablar de los nazis para referirse a los nacionalistas ucranianos. Si alguien guarda semejanza con Hitler y los nazis en esta invasión a Ucrania es el ultranacionalista Putin, que parece haber utilizado el mismo manual empleado por Hitler en 1938.
Los nazis invadieron Danzig y se apoderaron de los Sudetes, supuestamente para proteger a los alemanes que residían en esos territorios. Putin —que antes se anexó a Crimea, como Hitler a Austria mediante el Anschluss— alega que la invasión es para defender de los ucranianos a los rusos del Dombás.
A Putin será difícil pararlo: tiene misiles hipersónicos (que viajan a cinco veces la velocidad del sonido) y chantajea con un holocausto nuclear a quienes se le enfrenten —léase los Estados Unidos y los países que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Putin, que ya amenaza a Finlandia y a Suecia para que no entren en la OTAN, cuando se apodere de Ucrania, le bastará ir atravesando fronteras para ir en pos de Polonia, Moldova, las repúblicas del Báltico, etc. Y qué decir de las ex repúblicas soviéticas del Asia Central, con las que aspira a recomponer y ampliar lo que fue el gran imperio de los zares y luego la Unión Soviética, esa gigantesca cárcel de naciones.
¡Si eso no es imperialismo, que vengan Dios o el Diablo y lo digan!
Pero el régimen castrista, que se precia de antiimperialista, posa de pacifista y se llena la boca para hablar constantemente de soberanía y autodeterminación, está del lado ruso en esta cruenta y peligrosísima aventura de Putin en Ucrania, un país con el que Cuba tiene relaciones diplomáticas.
También estuvo del lado de los rusos cuando en 1968 invadieron Checoslovaquia o en 1979 cuando invadieron Afganistán. Solo que entonces Fidel Castro pudo alegar motivos políticos e ideológicos para apoyar el intervencionismo soviético. Ahora, con Putin, se trata de geopolítica pura y dura. Solo eso.
El régimen de la continuidad fidelista aun no ha reconocido a las repúblicas de Donetsk y Lugansk, e hipócritamente se pronuncia por la paz y el respeto a la seguridad internacional, pero en vez de a Rusia, culpa a los Estados Unidos y la OTAN de la actual situación en Ucrania, y justifica como un acto defensivo la llamada “operación especial para la protección del Dombás”.
El régimen castrista, que atraviesa su peor momento y no se caracteriza por ser demasiado responsable cuando está en aprietos, necesita que Rusia lo siga teniendo, junto a Venezuela, como aliado. Lo cual puede ser muy peligroso. Hace unos meses, un alto funcionario del Kremlin esbozó —sin que fuese confirmado ni desmentido por La Habana y Caracas— la posibilidad de un despliegue militar ruso en Cuba y Venezuela. Y pueden imaginar ustedes cual sería la reacción del gobierno norteamericano si eso ocurriera.
De seguir Putin en este rumbo belicista, el demasiado estrecho comprometimiento del régimen castrista con Rusia tendrá consecuencias catastróficas para Cuba.
Además de alejar aún más un eventual mejoramiento de las relaciones con los Estados Unidos y aumentar el descrédito por su alianza con un paria internacional, se agudizará la ya muy crítica situación de la economía cubana con el aumento de los precios del trigo y del petróleo.
Debido a las sanciones norteamericanas y europeas, la economía de Rusia, que es uno de los principales socios comerciales de Cuba, se verá seriamente afectada y no será mucho lo que pueda hacer el Kremlin por los tovariches de La Habana, tan malos como son a la hora de pagar sus millonarias deudas.
Es previsible que vendrán menos turistas rusos, Moscú concederá menos créditos a Cuba y habrá afectaciones en la industria, el transporte y la tecnología.
En los años 90, cuando se desintegró la Unión Soviética, la excesiva dependencia de Moscú, ser unos mantenidos suyos, tuvo terribles consecuencias para Cuba.
Por muy dependientes que sean de Rusia en lo económico, por grande que sea la deuda, por mucho que se la condone Moscú, los mandamases castristas deberían pensarlo bien antes de seguir comprometiéndose en su alianza estratégica con Putin.
La tiranía castro - comunista de Cuba justifica la criminal y prepotente invasión de Ucrania incumpliendo Los acuerdos de Budapest firmados por la Federación Rusa, Estados Unidos y Reino Unido
Ucrania poseía un tercio del arsenal nuclear de la antigua URSS. Entregó las armas nucleares de forma condicional en 1994, con garantías de Estados Unidos, Reino Unido y la Federación Rusa (cuando aún era una democracia).
El Memorándum de Budapest, firmado bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aseguraba a Ucrania que su desnuclearización recibiría la garantía de los tres firmantes y que estos “se abstendrían de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de Ucrania, y que ninguna de sus armas se utilizaría nunca contra Ucrania, salvo en defensa propia o de otro modo, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas”. El citado acuerdo estipulaba además que la ONU respondería si Ucrania llegaba a ser “víctima de un acto de agresión”.
'Rusia tiene derecho a defenderse': el Gobierno cubano justifica la invasión de Ucrania
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La Habana anticipa que votará en contra de una resolución de condena a Rusia que se presentaría en la ONU.
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(Vladimir Putin y Raúl Castro)
DDC
La Habana
27 febrero 2022
El Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba reiteró su posición de alineamiento con Moscú en la invasión contra Ucrania, culpó a EEUU y la OTAN del conflicto y justificó la agresión.
"Rusia tiene derecho a defenderse. No es posible conseguir la paz cercando ni acorralando a los Estados", indica la nota, compartida por Bruno Rodríguez en su perfil de Twitter bajo el título de "Declaración del Gobierno revolucionario".
"El empeño estadounidense en continuar la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia, ha conducido a un escenario, con implicaciones de alcance impredecible, que se pudo evitar", señala la nota.
"Son conocidos los movimientos militares realizados por los Estados Unidos y la OTAN en meses recientes hacia regiones adyacentes a la Federación de Rusia, precedidos de la entrega de armas modernas a Ucrania, lo que de conjunto equivale a un cerco militar progresivo", afirma.
Según La Habana, no se puede "examinar con rigor y honestidad la situación actual de Ucrania, sin valorar detenidamente los justos reclamos de la Federación de Rusia a los Estados Unidos y la OTAN y los factores que han conducido al uso de la fuerza y la no observancia de principios legales y normas internacionales que Cuba suscribe y respalda con todo vigor y son referencia imprescindible, particularmente para los países pequeños, contra el hegemonismo, los abusos de poder y las injusticias".
"Cuba es un país defensor del Derecho Internacional y comprometido con la Carta de las Naciones Unidas, que siempre defenderá la paz y se opondrá al uso o amenaza de la fuerza contra cualquier Estado", comenta.
Aunque la declaración dice lamentar profundamente "las pérdidas de vidas de civiles inocentes en Ucrania" y reconoce que "el pueblo cubano ha tenido y tiene una relación entrañable con el pueblo ucraniano", afirma que "la historia exigirá responsabilidad al Gobierno de los Estados Unidos por las consecuencias de una doctrina militar crecientemente ofensiva fuera de las fronteras de la OTAN, que amenaza la paz, la seguridad y la estabilidad internacionales".
"Fue un error ignorar durante décadas los fundados reclamos de garantías de seguridad por parte de la Federación de Rusia y suponer que ese país permanecería inerme ante una amenaza directa a su seguridad nacional", vuelve a justificar.
(Nicolás Maduro y Vladimir Putin)
Asimismo, el Gobierno cubano sugiere que rechazará "el proyecto de resolución sobre la situación en Ucrania no aprobado en el Consejo de Seguridad el 25 de febrero, que será presentado a la Asamblea General", puesto que, dice, "no fue concebido como una contribución real a la búsqueda de soluciones a la actual crisis" y lo califica como "desbalanceado".
"Abogamos por una solución diplomática seria, constructiva y realista de la actual crisis en Europa, por medios pacíficos, que garantice la seguridad y soberanía de todos, así como la paz, la estabilidad y la seguridad regional e internacional", dice, para finalizar recordando la intervención de EEUU y la OTAN en Yugoslavia en 1999 y responsabilizándolos por "la muerte de cientos de miles de civiles, que denominan 'daños colaterales'; de millones de desplazados y de vasta destrucción en toda la geografía de nuestro planeta como resultado de sus guerras de rapiña".
El propio sábado, el Partido Comunista de Cuba (PCC) también justificó la agresión a través de un largo texto en el diario oficial Granma, donde fueron reproducidos los partes de guerra de Rusia y se aseguró que "la operación que Moscú está llevando a cabo desde el jueves último fue provocada por las propias autoridades ucranianas. Los objetivos son claros: la desmilitarización y la desnazificación del territorio ucraniano".
En América Latina, solo los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, estrechos aliados de Moscú, han apoyado la invasión.
(Putin y Daniel Ortega)
El martes pasado la Duma rusa acordó retrasar hasta 2027 algunos pagos de la deuda de 2.300 millones de dólares que tiene el Gobierno de Cuba con Moscú, si bien indicó que le cobrará los intereses correspondientes.
Por su parte, Nicolás Maduro, tras anunciar su pleno apoyo a Vladimir Putin "en sus esfuerzos por defender la paz de Rusia", anunció que Venezuela fortalecerá su alianza con Moscú.
Daniel Ortega expresó su apoyo a Putin y dijo que es lo correcto reconocer la independencia de las provincias separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, la decisión de Moscú que fue el preámbulo de la invasión del pasado jueves.
Julio M. Shiling: El mundo libre ha traicionado a Ucrania. Si Kiev cae, debe producirse una guerra de guerrillas, y el mundo libre debe apoyar al valiente pueblo ucraniano con logística y armamento
Si Kiev cae, debe producirse una guerra de guerrillas, y el mundo libre debe apoyar al valiente pueblo ucraniano con logística y armamento
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Por Julio M. Shiling
02.26.22
Ya es oficial. El mundo libre ha traicionado a Ucrania. La izquierda y algunos en la derecha, albergaban la fe de que el régimen de Putin sucumbiría a la retórica de Occidente, que ha demostrado ser cínicamente ingenua. El discurso del presidente Joe Biden y la posterior rueda de prensa del 24 de febrero sonaron más bien a un reportero que informa al público sobre la noticia de que el supuesto líder de la mayor democracia del mundo. Estaba claro, meses antes, que la decisión de violar la soberanía de Ucrania y el derecho internacional, estaba supeditada a lo débil que el dictador ruso consideraba al presidente americano.
La justificación de Putin para incorporar por la fuerza a Ucrania a la versión del siglo XXI de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas es delirantemente hitleriana. El argumento del Lebensraum (“espacio vital”) era tan inválido para el dictador nacionalsocialista como lo es para su homólogo ruso. La manifestación bélica del Kremlin fue expuesta por Putin en su artículo del 12 de julio de 2021 “Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos”. “Los rusos y ucranianos eran un solo pueblo”, escribió el tirano ruso. Sin embargo, los hechos revelan que no lo son.
La Rus de Kiev era una federación de tribus eslavas, bálticas y finlandesas que se formó en el siglo IX y abarcaba el este y el norte de Europa, incluyendo las actuales Ucrania y Rusia. Terminó con la invasión mongola en la década de 1240. La reivindicación abstracta de Putin sobre Ucrania se basa en la falsa narrativa que surge de esa lectura de la historia. Los ucranianos, sin embargo, podrían hacer el mismo argumento, pero a la inversa.
En otras palabras, podrían afirmar que Rusia pertenece a Ucrania. La Rus de Kiev, después de todo, tenía su sede en Kiev. El hecho es que ambos países comparten rasgos comunes, al igual que los latinoamericanos, asiáticos, africanos y europeos. Pero Rusia y Ucrania son claramente diferentes, cultural y antropológicamente. Su diferencia actual es aún más asombrosa. Una es una democracia y la otra una dictadura.
Es en las distinciones sistémicas y morales entre los dos modelos opuestos de gobierno y la acción de la Rusia de Putin contra Ucrania, donde el mundo libre se ha avergonzado. Además, al no haber actuado rápidamente para ayudar al gobierno legítimo y libremente elegido del presidente Volodymyr Zelensky cuando la invasión rusa era inminente, Occidente ha invitado a la agresión tiránica en todo el mundo de otros regímenes malvados en China, Irán, Corea del Norte, Cuba y otros satélites socialistas del hemisferio occidental.
La reacción de Estados Unidos ha sido patética. Las medidas que se están imponiendo al régimen de Putin y que se etiquetan como “sanciones” son un insulto a la inteligencia de los americanos, los ucranianos y los ciudadanos libres del mundo. Las medidas de Biden evitan claramente penalizar las exportaciones rusas de petróleo. Si se tiene en cuenta que el petróleo y el gas natural son la principal fuente de entrada de divisas de Rusia, una exención de este tipo solo asegura a Putin que su dictadura seguirá disponiendo de recursos para hacer la guerra y el genocidio.
No modular el sistema de la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT) para excluir las transacciones rusas, muestra otra grave negligencia por parte de la administración Biden. Esta medida limitaría gravemente el acceso del Kremlin al dinero.
Otra medida importante sería dejar de poner los petrodólares en los bolsillos de Putin. Por increíble que parezca, todavía en este momento, Estados Unidos está comprando petróleo al régimen del exoficial de la KGB. Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, en 2021 Rusia fue el tercer proveedor de petróleo de Estados Unidos. Cualquier consideración seria de ayuda no militar a la noble causa de la libertad en Ucrania, debe incluir el bloqueo del sistema SWIFT de todas las transacciones rusas y el cese inmediato de la compra de petróleo de Putin.
Ucrania poseía un tercio del arsenal nuclear de la antigua URSS. Entregó las armas nucleares de forma condicional en 1994, con garantías de Estados Unidos, Reino Unido y la Federación Rusa (cuando aún era una democracia).
El Memorándum de Budapest, firmado bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aseguraba a Ucrania que su desnuclearización recibiría la garantía de los tres firmantes y que estos “se abstendrían de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de Ucrania, y que ninguna de sus armas se utilizaría nunca contra Ucrania, salvo en defensa propia o de otro modo, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas”. El citado acuerdo estipulaba además que la ONU respondería si Ucrania llegaba a ser “víctima de un acto de agresión”.
La dictadura de veintidós años de Putin, desde el primer día, trazó el curso de la recuperación de una versión menos ideologizada del socialismo soviético, aunque con modificaciones en su modelo económico. La invasión de Georgia en 2008, seguida del atraco a Crimea en 2014, debería haber alertado a Estados Unidos sobre la naturaleza y las intenciones del déspota ruso. Los acuerdos de Minsk que “zanjan” la invasión de Crimea fueron violados desde el principio, siguiendo el precedente soviético de violar todos los acuerdos firmados con Occidente. Desde 2014, Putin desató una guerra de guerrillas contra Ucrania en las regiones que hoy llama “repúblicas populares.”
El Mundo Libre debería haber estado presente en Ucrania, ya que seguramente el Gobierno de Zelensky habría agradecido una presencia armada americana y británica. El Memorándum de Budapest era suficiente justificación. No hace falta la OTAN. Ahora lo que hay que hacer, además de verdaderas sanciones económicas, es dotar de material militar a las defensas ucranianas. Si Kiev cae, debe producirse una guerra de guerrillas, y el Mundo Libre debe apoyar al valiente pueblo ucraniano con logística y armamento.
Si todas estas acciones se siguen con diligencia, Putin podría ser derrocado. Ese debería ser el objetivo a largo plazo. Acabar con el régimen de Putin significa salvar a Ucrania, a Rusia y, posteriormente, a Bielorrusia. Es un objetivo digno.
Guerra Ucrania - Rusia, en directo | Los combates llegan a las calles de Kiev y Rusia asegura haber tomado Melitopol
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Conflicto Ucrania - Rusia: ¿Estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial?
En la tercera jornada de la invasión rusa de Ucrania, las tropas movilizadas por Vladimir Putin aseguran haber tomado Melitopol, ciudad al sureste de Ucrania que de confirmarse sería la primera en caer en manos rusas desde el inicio de la ofensiva el pasado jueves. Además, los combates han llegado a las calles de Kiev mientras sigue la presión internacional con la imposición de más sanciones y además Kiev y Moscú buscan hora y lugar para entablar conversaciones sobre la guerra.
Sobre la base de la constitución aprobada, el derecho al voto en las elecciones de 1902 se ejerció sin tener en cuenta limitaciones alguna (en el sentido de aquellos tiempos, pues por ejemplo, las mujeres no votaron) y el presidente cubano no fue elegido por votación directa de la población votante, pues la elección del presidente se llevó a cabo a través de los votos de los compromisarios o miembros de un colegio especial, siguiendo el modelo electoral norteamericano. El 31 de diciembre de 1901 fueron elegidos los compromisarios que en febrero de 1902 tuvieron la tarea de elegir la presidencia de la República de Cuba.
Las primeras elecciones celebradas en nuestro país no fueron ejemplares: la coalición de partidarios de Bartolomé Masó concertó irse al retraimiento y producto de ello triunfaron fácilmente los partidarios de Estrada Palma, cual si fuera una carrera de un solo caballo. Este retraimiento se produjo, según la versión más difundida y pública en aquel entonces, porque los partidarios de Estrada Palma obtuvieron todas las posiciones en la Junta Electoral con el consentimiento de Leonardo Wood, gobernador militar de Cuba en esos momentos.
(Don Tomás Estrada Palma llegó primeramente a Gibara para de ahí ir a la casa de Bartolomé Masó en Bayamo, saludarlo, tomar un café y tener una conversación amigable)
El futuro primer presidente cubano, Don Tomás Estrada Palma llegó al país en el propio mes de mayo. Estrada Palma era una figura vista con beneplácito por el gobierno interventor, y que por los méritos revolucionarios y por las virtudes ciudadanas que había manifestado hasta ese momento, era digno de tan alta responsabilidad, aunque después se vio, que no era el hombre para gobernar en un país con esa situación política.
La candidatura de Don Tomás Estrada Palma fue apoyada por prestigiosas personalidades de nuestras guerras independentistas: Máximo Gómez, Manuel Sanguily, Gonzalo de Quesada, José Miró Argenter, Alfredo Zayas, Martín Morúa Delgado, etc. Es justo y necesario decir que Estrada Palma en un primer momento, había rechazado la proposición que le había hecho Máximo Gómez para que fuera candidato presidencial. Como una digresión diré, que el Marqués de Santa Lucía, Enrique Collazo y García Vélez acusaron públicamente a Estrada Palma en la campaña electoral de 1901 de ser un “americanizado”, pero no pudieron probarlo.
La imagen pública y la trayectoria de Don Tomás eran la de un patriota que había luchado durante 30 años por la independencia de Cuba. En la Guerra de los Diez Años había sido Vicepresidente de la Cámara de Representantes, Secretario de Relaciones Exteriores y Presidente de la República en Armas. Fue la segunda figura del Partido Revolucionario Cubano (PRC) al ser éste fundado por José Martí. Después de la muerte del Apóstol de la Independencia cubana, Don Tomás ocupó la primera posición, o sea, la de Delegado, la cual fue desempeñada con honestidad y dedicación según se puede leer en Apuntes de la Guerra del General Enrique Loynaz del Castillo, y tal es así, que pese a que existieron ciertos roces entre él y Manuel Sanguily cuando Don Tomás era Delegado del PRC, Sanguily supo distinguir entre la persona y el cargo y como ya mencionamos, lo propuso como Presidente.
(Observen que con fecha anterior al 20 de mayo de 1902 ya ondeaba en El Castillo de los Tres Reyes del Morro la enseña nacional cubana. En la poesía Mi Bandera de Bonifacio Byrne se habla de dos banderas y eso también fue antes de la fundación de la República de Cuba.)
El pueblo cubano también conocía los grandes esfuerzos de cabildeo que había realizado para obtener del gobierno norteamericano el reconocimiento de la independencia cubana en la Resolución Conjunta. Tal es así que en el segmento de la población al que la revista El Fígaro le hizo una encuesta (Rodríguez, 1998, p. 13) para conocer la opinión de quién debía ser el presidente de la república que se instauraría, los resultados fueron: Máximo Gómez (798 votos), Tomás Estrada Palma (234 votos) y Bartolomé Masó (156 votos). Máximo Gómez, como muchos sabemos, declinó la proposición como aspirante a esa alta responsabilidad, alegando su condición de dominicano. No está de más enfatizar, sobre la base de estas cifras, en el gran espaldarazo que significó para Estrada Palma el apoyo que Máximo Gómez le dio a su candidatura; además del hecho, que Máximo Gómez al apoyar a Estrada Palma, apoyaba en esas elecciones al adversario de Bartolomé Masó, Presidente del Consejo de Gobierno con el cual Gómez tuvo serias desavenencias en el transcurso de la Guerra de Independencia de 1895 y el cual se había adherido con la decisión de la Asamblea del Cerro (decisión tomada después de concluida la Guerra Hispano Cubana Norteamericana) de destituir a Máximo Gómez como Generalísimo del Ejército Libertador, y eso, el pueblo admirador del Generalísimo que había producido ante aquella decisión multitudinarias y espontáneas manifestaciones en contra de esa decisión, no lo había olvidado.
Algunos historiadores le dan, en mi opinión, una desmedida valoración histórica a la figura de Masó y consideran que hubiera sido muy diferente la historia de esa etapa si él hubiera triunfado, pues Bartolomé Masó era portador de una notable actitud antiplattista. Esos historiadores se olvidan que el futuro presidente de la República iba a gobernar un país regido en cierto grado por instituciones, y sobre todo, por una Constitución a la cual se debía; además, Bartolomé Masó fue el último presidente del Consejo de Gobierno; su elección había sido el 29 de octubre de 1897 y bajo su gobierno en armas se había aprobado la proposición del delegado plenipotenciario de ese gobierno en el extranjero, Don Tomás Estrada Palma, de supeditar las fuerzas cubanas al mando norteamericano; dicha aprobación se efectuó el 10 de mayo de 1898, cuando aún no habían desembarcado las tropas norteamericanas. Esa decisión fue tomada sobre la base que los insurgentes cubanos debían hacer causa común con Estados Unidos, país valorado como...nación justa, poderosa y fuerte, dispuesta a coadyuvar con nosotros (Abdala, 1998, p. 46). Deseo señalar también, que el mando militar cubano, representado por el Generalísimo Máximo Gómez, aprobó también la intervención norteamericana; la mencionada aprobación se encuentra en el último párrafo de una carta de respuesta (de fecha discutida: 20 de marzo de 1898 o principios de mayo de ese año) al gobernante español en Cuba, Capitán General Ramón Blanco:
«Así son para mí las naciones, y hasta el presente, sólo he tenido motivos de admiración hacia los Estados Unidos. He escrito al Presidente McKinley y al general Miles, dándoles gracias por la intervención americana en Cuba. No veo el peligro de nuestro exterminio por los Estados Unidos, a que usted se refiere en su carta. Si así fuese, la historia los juzgará». (Abdala, 1998, p. 45)
Después de esta carta vendrían los recelos del Generalísimo por la dilatada permanencia de las tropas norteamericanas en el país después de concluida la guerra.
Un argumento que en más de una ocasión se ha utilizado en contra de Estrada Palma es que en su exilio se acogió a la ciudadanía americana; argumento utilizado para demostrar su pro-norteamericanismo, pero ese argumento no tiene realmente ningún valor, pues, realmente a lo que había renunciado Don Tomás con esa ciudadanía, era a ser ciudadano español, pues en esos momentos no existía la ciudadanía cubana. Muchos otros patriotas cubanos que vivían en los E.U. se hicieron también ciudadanos americanos. La ciudadanía norteamericana era un privilegio que le proporcionaba ventajas personales a la persona en particular; pero, esas ventajas en no pocas ocasiones fueron usadas para beneficio de la causa independentista cubana.
La familia de Don Tomás en EE.UU.
Al centro parece ser Genoveva Guardiola, esposa de Don Tomás, nacida en Honduras
Otro de los argumentos (de Céspedes, 1998, p. 38) en contra de Estrada Palma (pero usado menos frecuentemente que el anterior) fue la participación que tuvo en la Guerra de los Diez Años en la destitución, justa o no, de Carlos Manuel de Céspedes como Presidente de la República en Armas, su vecino de Bayamo, cuando realmente la figura clave en ese hecho fue Calixto García Íñiguez al poner sus tropas a disposición de los impugnadores de Céspedes, entre los que se encontraba hasta Fernando Fornaris y Céspedes, un primo del Padre de la Patria que era miembro de la Cámara de Representantes de Cuba Libre que depone a Carlos Manuel de Céspedes. Deseo señalar que después de concluida la Guerra Cubano Hispano Norteamericana, la figura de Calixto García Iñiguez era la que más frecuentemente se manejaba con aprobatorio interés por parte de militares y políticos norteamericanos para el manejo de los futuros destinos de Cuba, pero Calixto García murió poco después, y casi de repente, en un viaje a EE.UU. como integrante de una importante delegación cubana que intentaba obtener un empréstito para el licenciamiento del Ejército Libertador y con ello, dar un paso para asegurar el futuro reconocimiento de Cuba como nación independiente cuando las autoridades o prestamistas norteamericanos fueran a cobrar dicho empréstito, pues en aquel tiempo existían en algunos patriotas recelos y desconfianza (pese a la claridad del texto explícito de la Resolución Conjunta) respecto a una Cuba libre, independiente y soberana.
El programa de gobierno de Estrada Palma aparece, por primera vez y de manera extraoficial (según expone el Dr. Jorge Ibarra Cuesta en su libro citado), en una carta de éste a Juan Rius Rivera (natural de Puerto Rico, que participó en las tres guerras de independencia de Cuba llegando al grado de Mayor General y a Primer vicepresidente de la Constituyente de 1901; fue gobernador de La Habana y un exitoso banquero en Honduras) de fecha 7 de septiembre de 1901. Ese plan consistía fundamentalmente en:
La necesidad de pagar al Ejército Libertador los haberes que la nueva República le adeudaba.
La conveniencia de establecer relaciones estables entre los Estados Unidos y Cuba desde los puntos de vista político y comercial.
El empleo honesto y eficaz de los exiguos fondos que Cuba podría allegar para compensar el gran desastre producido por la guerra.
Este elemental plan de gobierno se cumplió en la primera etapa de su gobierno, la cual se caracterizó por la prudencia y la austeridad, El gobierno de esta etapa fue desempeñado con una concepción paternalista
Para cumplir la primera tarea de ese plan, Estrada Palma solicitó, y le fue otorgado, un empréstito de 35 millones que se hizo con la casa Speyer y Cia. de Nueva York al interés del 5% para el pago del Ejército Libertador y para impulsar la industria y la agricultura del país. En la tabla de la página 466 del libro de Ibarra aparece el resumen de la Comisión Liquidadora de Haberes del Ejército Libertador.
En la segunda mitad de su primer mandato, Don Tomás dio muestras de un carácter obstinado y terco, pero a la vez, fácil al halago. Esto último lo llevó a creerse una persona indispensable para el bien de la patria (el mesianismo de tantos políticos), llegando incluso a darle un matiz autoritario a su gobierno. Don Tomás no se acordaba de ese viejo refrán español: “el cementerio está lleno de indispensables”.
El presidente norteamericano Teodoro Roosevelt en su carta a Gonzalo de Quesada del 14 de septiembre de 1906 - en la que le muestra su preocupación por la posibilidad de tener que tomar la decisión, como presidente de los EE.UU., de intervenir en Cuba - hace indirectamente una evaluación del período de gobierno de Estrada Palma:
«Durante siete años Cuba ha disfrutado de un estado de paz absoluta y su prosperidad se ha desarrollado de una manera lenta, pero segura. Cuatro años también han transcurrido durante los cuales esa paz y esa prosperidad se consolidaban bajo su gobierno propio e independiente ». (Pichardo, 1976, Tomo II, p. 283)
Esa paz se vio rota por los deseos de reelección de Estrada Palma en 1906 y la acusación de fraude en esas elecciones. Los sublevados no acusaban de fraude en la reelección particular del presidente sino en la elección de cargos intermedios. El general Freyre de Andrade posteriormente le confesó a una comisión norteamericana que efectivamente se había cometido fraude en esas elecciones.
El 20 de mayo de 1906 comenzó Estrada Palma su segundo período y en agosto estalló “la guerrita de agosto” en la que estuvieron implicados José Miguel Gómez, Mayor General de nuestra última guerra, y otros antiguos y destacados luchadores independentistas.
Estrada Palma insistió en que los norteamericanos intervinieran pese a que el embajador norteamericano Steinhard le había dado a conocer la renuencia del Presidente Teodoro Roosevelt a intervenir. Los alzados, en particular el mayor contingente de alzados: el comandado por Pino Guerra en Pinar del Río, deseaban también la intervención norteamericana. El embajador cubano en Washington, Gonzalo de Quesada, se dirigió en una misiva a Teodoro Roosevelt describiendo la situación y solicitando la ayuda norteamericana al gobierno de Estrada Palma. En este escenario es cuando se escribe la ya citada carta de Roosevelt a Quesada del 14 de septiembre. Esa importante carta así como un esclarecedor telegrama de Roosevelt a Estrada Palma, se encuentran de manera íntegra en las páginas que van desde la 282 hasta la 285 del segundo tomo de Documentos para la Historia de Cuba de la doctora Hortensia Pichardo y en ambos se pueden observar los esfuerzos que hizo el Presidente Teodoro Roosevelt para no intervenir en Cuba.
Para valorar justamente el desempeño y la persona de Estrada Palma debemos hablar de la gran honestidad que siempre mostró en todas sus responsabilidades; de su honradez, de su austeridad; del noble propósito de darle cierta remuneración a los veteranos mambises mediante la solicitud de un empréstito de varias decenas de millones (la mencionada remuneración había sido prometida por varios altos jefes de la Guerra en el transcurso de la misma); de la ley del 9 de enero de 1904 que ordenaba distribuir las tierras baldías entre los veteranos, iniciando así, el proceso de protección al campesinado; del aumento extraordinario del número de escuelas públicas; del incremento que tuvo bajo su gobierno la emigración española; debemos hablar de la expulsión como persona non grata del Ministro Plenipotenciario de Estados Unidos en La Habana,
Mr. Hebert G. Squiers, por hacer declaraciones a favor de los norteamericanos residentes en Isla de Pinos que en 1903 iniciaron un movimiento con el objetivo que la mencionada isla fuera anexada a los Estados Unidos (leer página 257 de la obra citada de H. Pichardo), lo cual nos habla claramente en contra de la adjudicación a Estrada Palma de un papel de hombre fácilmente manipulable, el cual nunca tuvo; también debemos hablar sobre sus discusiones con respecto al número de bases carboneras norteamericanas en Cuba y con respecto a las gestiones que realizó, a inicios de 1904, para concertar un Tratado de Reciprocidad con Inglaterra. Hortensia Pichardo opina lo siguiente sobre las negociaciones que se llevaron a cabo con los E.U. con relación a las carboneras o estaciones navales:
«Un triunfo diplomático se anotó Cuba al conseguir que las bases fueran arrendadas, no vendidas o concedidas y que La Habana de ningún modo figurara entre ellas.
Otro triunfo se anotó Cuba con respecto al número de las bases, pues los Estados Unidos pretendían cuatro, incluidas en ellas algunas de las mejores bahías de Cuba, Guantánamo, Nipe, Bahía Honda y Cienfuegos, pero al fin quedaron reducidas a dos: Guantánamo y Bahía Honda, y más tarde a Guantánamo solamente.
De acuerdo con el Tratado, los Estados Unidos ejercerían jurisdicción sobre las tierras arrendadas mientras las ocuparan, pero reconocían la soberanía de Cuba sobre dichas tierras».
Es importante señalar que esas negociaciones con relación a las carboneras así como las gestiones que se llevaron a cabo para concertar el Tratado de Reciprocidad con Inglaterra hicieron posible el Tratado Hay-Quesada del 2 de marzo de 1904 por el cual los Estados Unidos renunciaban a favor de la República de Cuba toda reclamación del derecho a Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud.
Cuando valoramos la persona de Don Tomás no debemos de quedarnos en su ciudadanía norteamericana, en el ofrecimiento de la plaza de cartero, o portero, al general Quintín Banderas, y en la solicitud de la intervención norteamericana.
A Don Tomás Estrada Palma le correspondió ser el primero en dirigir según sus palabras: “una república sin ciudadanos”. La herencia española de una política antiliberal, en la que los derechos y libertades de la persona humana eran cedidos frecuentemente a un caudillo, o arrebatados por éste, y la también frecuente manipulación de apelar a ciertos “supremos” ideales, a los cuales el pueblo le debe su total e inobjetable subordinación no eran una buena base para edificar la ciudadanía de un pueblo.
Podemos decir que Estrada Palma no era el hombre adecuado para llevar a cabo la tarea de dirigir la naciente república en esos tiempos difíciles; que era un idealista al querer dirigir una república como un profesor su aula (esa era su profesión) o un director su escuela. Podemos discrepar de su política de austeridad, al no gastar más de lo que ingresaba a las arcas de la república, envés de aumentar los gastos (mediante empréstitos) en construcciones y servicios para que la población trabajadora se viera remunerada en esos tiempos difíciles. Podemos criticarle el haber dado oído y consentimiento a las lisonjas y adulonerías de aquellos que le proponían que se reeligiera para indirectamente verse ellos reelegidos en sus cargos y funciones, y como esas, podemos señalarle otras cosas más. Pero más negativo que todo lo anterior, fue la falta de fe en las capacidades del pueblo cubano para salir adelante por sí mismo en la tarea de gobernarse; falta de fe que se lee en estas palabras de desahogo íntimo, escritas a su amigo Teodoro Pérez Tamayo en una carta fechada en Matanzas el 10 de octubre de 1906:
«... Ha sido siempre mi sentir, desde que tomé parte activa en la guerra de los diez años, que no era el término final de nuestras nobles y patrióticas aspiraciones de Independencia, sino el propósito firme de poseer un gobierno estable, capaz de proteger vidas y haciendas y de garantizar el ejercicio de los derechos naturales y civiles de cuantos residieran en la Isla...... que es preferible cien veces para nuestra amada Cuba una dependencia política que nos asegure los dones fecundos de la libertad, antes que la República independiente y soberana, pero desacreditada y miserable por la acción funesta de periódicas guerras civiles... ». (Pichardo, 1976, Tomo II, p. 289-290)
¿Qué es lo que más le debemos agradecer los cubanos a Don Tomás con respecto a su actuar como Presidente de la República instaurada en 1902? Mi criterio es que le debemos agradecer el haber dejado a un lado su tardío mesianismo y no haber arrastrado al pueblo cubano a una larga y sangrienta guerra civil para mantenerse en el poder; pero considero, que debió tomar otros caminos para ello y no el de solicitar la intervención extranjera.
Al hacer el balance de la figura de Don Tomás, considero que todo lo negativo que le hemos señalado no es suficiente para que sea arrancado del libro de los cubanos buenos que lucharon por fundar y hacer realidad una patria mejor. La personalidad y la labor de Estrada Palma esperan todavía por una evaluación histórica coherente con la verdad y la justicia.
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Cuba y su historia - PRESIDENTES DE CUBA: Tomás Estrada Palma (1902)
Los castristas no le reconocen mérito alguno a Estrada Palma. Ni siquiera el de haber sido el presidente más austero y honesto en el manejo de los fondos públicos que tuvo la República.
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Por Luis Cino Álvarez
25 de febrero, 2022
LA HABANA, Cuba. — Desde hace 63 años, Tomás Estrada Palma, el primer presidente que tuvo la República de Cuba, es constantemente denigrado por el régimen de la Isla. El ensañamiento del castrismo contra su figura ha sido casi tan feroz como el dirigido contra los dictadores Gerardo Machado y Fulgencio Batista.
La más reciente de las andanadas castristas contra Estrada Palma se produjo el pasado 16 de febrero, cuando, con motivo del aniversario 119 de la firma del Convenio de Arrendamiento de Estaciones Navales y Carboneras (1903) —que permitió a Estados Unidos instalar una base naval en la bahía de Guantánamo —, el periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista (PCC), publicó un artículo de Delfín Xiqués Cutiño titulado Comenzó como un arriendo y Estados Unidos lo convirtió en una usurpación.
En dicho artículo, colmado de tergiversaciones históricas, el periodista oficialista no escatimó en acusaciones contra quien llegó a ser elegido, casi por unanimidad, Delegado del Partido Revolucionario Cubano (PRC).
Afirmó el periodista que siendo Estrada Palma “el candidato favorito del gobierno estadounidense”, ganó la presidencia mediante un fraude en las elecciones de 1901. Y fue más lejos aún Delfín Xiqués en sus difamaciones cuando refirió que tras la muerte en combate de José Martí en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895, Estrada Palma “se las ingeniaría para que lo nombraran como Delegado” del partido fundado por el Apóstol.
La verdad histórica que siempre oculta la historiografía castrista es que si Estrada Palma sustituyó a José Martí al frente del partido fue por sus méritos patrióticos (había sido presidente de la República en Armas entre 1876 y 1877) y su honestidad, era el segundo de Martí, el hombre de toda su confianza, al que en sus cartas llamaba “querido hermano”.
Pero el periodista de Granma aseguró que Estrada Palma “ocultó muy bien su pensamiento conservador, su falta de fe en el pueblo cubano, su recelo en que el Ejército Libertador pudiera obtener la victoria contra España y su exceso de confianza en el gobierno de Estados Unidos, tanto que lo acercaba al anexionismo”.
Y continuaba: “Como Delegado de Cuba en el exterior actuó de manera entreguista con el gobierno estadounidense y prepotente con el cubano. Estrada Palma se arrogaba constantemente el derecho de tomar decisiones que únicamente correspondían al Consejo de Gobierno, al cual desinformaba. Además, ignoraba a Máximo Gómez como General en Jefe del Ejército Libertador, entre otras violaciones”.
Y para rematar el enlodamiento de los méritos de Estrada Palma en la lucha por la independencia, afirma que tras el fin de la guerra, al Partido Revolucionario Cubano “lo disolvió de forma unilateral, irresponsable e inconsulta”.
Delfín Xiqués omite que el propio Martí siempre dejó claro que el objetivo del Partido Revolucionario Cubano era preparar y dirigir la guerra por la independencia. Una vez concluida la contienda, la existencia del PRC no tenía sentido, pues se constituirían otros partidos políticos. Pero eso es invariablemente manipulado por el castrismo, que quiere hacer ver que su referente para el partido único es el PRC de Martí.
Como muestras del entreguismo de Estrada Palma a los Estados Unidos, Xiqués refiere que durante su gobierno se firmaron el Tratado de Reciprocidad Comercial, el Tratado de Relaciones Permanentes y el ya citado Convenio de Arrendamiento de Estaciones Navales y Carboneras.
Los castristas no le reconocen mérito alguno a Estrada Palma. Ni siquiera el de haber sido el presidente más austero y honesto en el manejo de los fondos públicos que tuvo la República.
El gran error de Estrada Palma fue que, creyéndose insustituible al frente de los destinos del país, quiso reelegirse, lo que provocó un alzamiento de sus opositores, encabezados por José Miguel Gómez. Y Don Tomás, para evitar un baño de sangre, antes que negociar con los alzados, prefirió agarrarse a la Enmienda Platt y solicitar la intervención norteamericana.
En los primeros años del régimen castrista fue retirada la estatua de Estrada Palma de la Avenida de los Presidentes. De ella sólo quedaron los zapatones de bronce prendidos al pedestal. Sin embargo, en la misma avenida se yergue el monumento a José Miguel Gómez, el caudillo liberal que encabezó el levantamiento armado contra Estrada Palma.
Es curioso que el castrismo, que tanto encono mostrara contra Estrada Palma, haya mantenido el monumento de José Miguel Gómez, su rival. Los méritos patrióticos de ambos están parejos: el primero, presidente de la República en Armas y delegado del PRC; y el segundo, general del Ejército Libertador. En cuanto a deméritos, Gómez, al que llamaban “el Tiburón que se baña pero salpica” fue de los presidentes más corruptos del periodo republicano. Y para colmo, durante su gobierno ocurrió la represión del alzamiento de los Independientes de Color, en la que fueron masacrados miles de negros y mulatos.
Debajo de la alfombra. Zoé Valdés sobre España: Llevamos días angustiosos en la política española, y sin embargo enfrascados en lo que justamente no debiera ser lo úni
Llevamos días angustiosos en la política española, y sin embargo enfrascados en lo que justamente no debiera ser lo úni
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Por Zoé Valdés
2022-02-25
Llevamos días angustiosos en la política española, y sin embargo enfrascados en lo que justamente no debiera ser lo único que acaparara nuestro interés y atención. Leo así algunos sucesos que el Gobierno, la gran mayoría de la prensa y los acólitos han barrido debajo de la alfombra para que no se advierta la mugre. Una mugre que llega al techo.
Así, por debajo de la alfombra, la mugre de que el hermano de Ximo Puig recibió 700.000 euros de ayudas de a pepe timbales de la Comunidad Valenciana. Francis Puig lleva imputado desde el 2019.
Por debajo de la alfombra, la costra de que el Gobierno de Pedro Sánchez adjudicó, también de a pepe timbales, contratos por 3.236 millones de euros durante la pandemia, pero, claro, lo que importa es el hermano de Ayuso.
Por debajísimo de la alfombra también, la peste a pedo y de a pepe timbales han ocultado, cómo no, el dato de los 300 millones de euros que pagó el Ministerio de Sanidad a "empresas de dirección desconocida" por mascarillas de mierda, defectuosas, que no valían un carajo, y, claro, prefieren ahora poner el galillo o gatillo en el cielo por los 50.000 de Tomás Ayuso.
A siete pies por debajo de la alfombra, el insoportable hedor que emana del escándalo de la vicepresidente de la Generalidad valenciana, Mónica Oltra, líder de Compromís, cuyo exmarido fue sentenciado a 5 años de cárcel por abusar sexualmente de una menor tutelada. Cuando estos hechos sucedieron Oltra era, y continúa siendo, la cabecilla política del área de Igualdad y Políticas Inclusivas en el Gobierno. Salpicada no, lo siguiente.
Por debajo de la alfombra, la mojonería gorda de que Ada Colau ha sido imputada por malversación y tráfico de influencias; ojalá sea también amputada del cargo que debió liberar desde los atentados terroristas en Barcelona en el 2017.
Menos mal que también leo que la fiscalía ha desestimado la demanda contra Isabel Díaz Ayuso por no existir pruebas, y al no haberlas no hay caso.
Menos mal que Teodoro García Egea se larga de una buena vez, debió de haberse autocesado antes, porque ya desde el libro de Cayetana Álvarez de Toledo, Políticamente indeseable, daba dentera observarlo pavonearse en el PP. Aunque se ha ido como lo que es, un traidor y un bajo, regalando la más vergonzosa de las entrevistas a Ana Pastor en La Sexta, que en lugar de entrevistar se la pasó acusando a Ayuso o intentando que el otro continuara destripándola.
Dijo García Egea en La Sexta, tipo niño malcriado al que le han birlado la merienda en el colegio, que él no ha hecho nada malo. Por esa sola frase se puede juzgar el nivel de los políticos que nos gobiernan. Simplista no, lo siguiente. Ridículo no, lo otro.
También se ha marchado al parecer Pablo Casado; del Congreso ha salido emocionado, cuentan. Todo va muy de emociones y tal… Y mucho aplauso y mucha niña muerta. La hipocresía y la miseria ideológica del espectáculo barato a plenitud. A ver quién tocará ahora, que siempre tendremos a otro peor para sustituirlo.
De recontra, anuncian que para sustituir a Casado, uno del que cuentan que es la pera y el olmo en Galicia. Cojoño, si hasta Cayetana lo recomienda. Pero tiren de archivos, y esto es lo que trae el barco, gocen de esta entrevista aquí, con el flamante Alberto Núñez Feijóo. Me erizo toda, que diría mi madre. Un sin vivir, que digo yo siempre.
Yo ya no sé, si es que hubiere algo que saberse a estas alturas de cualquier partido.
Cambios se han visto, pero la naturaleza del sistema no ha cambiado
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Por Alejandro Armengol
Miami
23/02/2022
Controlar a los intelectuales siempre ha sido uno de los mayores esfuerzos del régimen cubano. También uno de sus fracasos más manifiestos.
El gobierno de La Habana siembre se ha mostrado preocupado frente a quienes piensan y crean. Una y otra vez resurge el temor de que escritores, pintores, periodistas, economistas, ingenieros, profesores y hasta bibliotecarios, en algún momento cuestionen el sistema.
Bajo su punto de vista, no le falta razón. La oposición en Cuba, en estos momentos, no se define en la lucha armada, sino en la confrontación política. No hay simplemente una batalla ideológica: hay una lucha contra las ideas.
Esta confrontación no se limita a no perder el control de la calle. Va mucho más allá: se dirige al control de las ideas. No importa que no se compartan, basta que se acaten.
Por décadas esta premisa ha sido uno de los pocos dogmas mantenidos sin variación, mientras se ha ido desarrollando un ajiaco ideológico que permite asimilarlo todo, siempre y tanto esté previamente autorizado.
Este dogma siempre se ejemplificó en manifestaciones burdas, como las famosas reuniones laborales y estudiantiles para “discutir el último discurso de Fidel”, pero también tuvo momentos canónicos, como las tristemente célebres “Palabras a los intelectuales”:
“¿Sentimos el temor de la existencia de un organismo nacional, que es un deber de la Revolución y del Gobierno Revolucionario contar con un órgano altamente calificado que estimule, fomente, desarrolle y oriente, sí, oriente ese espíritu creador? ¡Lo consideramos un deber!”, escribió Fidel Castro en dicho folleto.
“Si nosotros impugnamos ese derecho del Gobierno Revolucionario estaríamos incurriendo en un problema de principios, porque negar esa facultad al Gobierno Revolucionario sería negarle al gobierno su función y su responsabilidad, sobre todo en medio de una lucha revolucionaria, de dirigir al pueblo y de dirigir a la Revolución”, añade.
El entonces gobernante estableció muy claro lo que consideraba los derechos de la revolución. Es decir, sus derechos. Y por supuesto, no todos los derechos eran iguales: unos estaban apoyados con cañones, policías y cárceles y otros dependían simplemente del individuo.
Así que a partir de ese momento todo el mundo debía saber a qué atenerse. Y el principio no ha cambiado hasta hoy. Podrá haber desaparecido físicamente su autor, pero su obra continúa.
Lo que nunca admitirá el régimen es una renuncia a sus “derechos”. Lo que nunca estará dispuesto a ceder es en poder de decisión.
Cambios se han visto. Por años estuvo prohibida la exhibición de la mayor parte del cine norteamericano y perseguidos los homosexuales, para citar dos ejemplos siempre repetidos. Ya no, pero la naturaleza del sistema no ha cambiado.
Lo anterior lleva a reconocer —aunque nunca a compadecer— el triste papel de los represores de todo tipo, que por miedo llevan a cabo tareas que pueden resultarles desagradables —o gustosas, porque para todo siempre hay alguien dispuesto— y que saben, ya que a estas alturas no queda la posibilidad de duda al respecto, que en el futuro enfrentan la posibilidad de ser criticados, separados o incluso sancionados.
Los escritores y artistas de la isla no deben olvidar que, a los ojos del régimen, es igualmente sospechoso un disidente que se cuestiona el curso del proceso social que un creador interesado en difundir su punto de vista.
La única diferencia aceptada es el grado de encubrimiento a la hora de exponer una opinión.
En ambos casos, el grado de distanciamiento del punto de vista oficial lo establece el sistema. No son solo las circunstancias las que hacen más o menos permisible una crítica. El régimen se reserva el derecho de dictaminar sobre qué protestar, cómo y cuándo hacerlo.
Todo escritor y artista honesto que vive en la isla está ante una situación sumamente difícil. Guardar un silencio culpable ante cualquier acción represiva compromete la dignidad intelectual. Manifestarse abiertamente implica no solo un peligro personal, sino también la posibilidad de ver interrumpida la labor creativa. Queda a cada cual determinar qué es más importante.
Como nación, Cuba atraviesa una crisis cultural sin salida. Por décadas el país se ha caracterizado por la existencia de un gran número de intelectuales silenciados o silenciosos. No se puede arengar desde el exterior el asumir un compromiso que se negó al abandonar el país. Sí se puede sugerir que, al menos, se practique un retraimiento decente.
Fidel Castro: ¨Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada¨
La reportera Bernadette Pardo le dice las verdades a Fidel Castro en su cara
En el número 43 de la relevante revista Encuentro de la Cultura Cubana se pueden leer los siguientes interesantes artículos sobre las palabras del tirano Fidel Castro Ruz a los intelectuales en 1961, Ese número 43 de la revista puede leerse completamente haciendo click AQUÍ.
Quisiera ser invisible y recorrer tus calles, ser fantasma barriendo tus escombros, quisiera ser José Martí y con mi prosa llenarte de halagos, quisiera ser Antonio Maceo y con el filo del machete liberarte.
Quisiera pintar tus fachadas, ser aire puro a través de mi isla, lluvia que limpie toda la sangre vertida, olas que se estrellen contra tus arrecifes. Quisiera ser un bohío rodeado por cien palmas reales...
Quisiera volver a ser aquel niño que su bicicleta nueva montaba, quisiera ser la Ruta 33 bajando la loma rumbo al Valle.
Quisiera ser tierra colorada en el medio de un monte oriental, escuchar a un campesino gritando “coge el trillo venao”, quisiera ser la cigüeña que en el mismo lugar me vuelva a depositar, deseo ser mar y cielo cubano.
Quisiera ser palo de escoba convertido en quimbumbia y escuchar de nuevo a los niños gritar en el Parque Martí: “¡Doy, dale!” Quisiera ser nubes bajas que presagian tempestad inminente y un amanecer con un glorioso arcoíris...
Quisiera ser aquel antiguo televisor que por primera vez puso en su pantalla a “La Familia Pilón”. Quisiera ser el Padre de la Patria, ser Carlos Manuel de Céspedes diciendo que “¡Todos los cubanos son mis hijos!”
Quisiera ser un machete cubano esgrimido por un Mambí, quisiera ser una mezcla de Guillermón Moncada y Calixto García. Quisiera cerrar cuarteles y abrir cientos de escuelas e Iglesias... Quisiera ser Cuba 24/7, 365 días del año...
Quisiera volver a nacer siendo cubano, en una Patria sin terror y sin tiranía. Quisiera ser rayos y el fuego que queme a los malvados, bálsamo que cure a los heridos y manantial inagotable que limpie la sangre en los paredones.
Quisiera ser capaz de resucitar sanos y salvos a los mártires, quisiera ser un viento huracanado que sople de San Antonio a Maisí. Ser Tarzán nadando en tus ríos y mares, y Superman volando sobre tú territorio nacional...
Quisiera ser la cegadora que elimine toda la yerba mala, el amuleto que proteja a todos los buenos nacidos en la Tierra mas hermosa que ojos humanos han visto.
Quisiera volver sin ser visto, limpiar con mis manos el Cristo de La Habana, echar unas monedas en la Virgen del Camino. Quisiera ser cocodrilo en la ciénaga y gaviota en la playa.
Quisiera liberar al país y salir ileso para ayudar a la reconstrucción.
Quisiera ser pitirre y tomeguín revoloteando en las alturas, ser un arado abandonado, un gallo despertando a los cubanos, un valiente gritando “¡A degüello!”
Y si no pudiera lograr ni ser todo eso entonces me conformo con ser cada día más cubano en tierra ajena...
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Libro de Pedro Pablo Arencibia: Paradigmas Psicopedagogicos y caminos de la Investigacion Matematica en la Ensenanza de la Matematica Universitaria y Media
OPINIÓN SOBRE EL LIBRO:
Lo he ojeado, aqui y alla; es conmovedor. humano. Tardare en leerlo de tapa a tapa. Comprendo que es holistico, lo que me parece admirable, meritorio, politica, experiencia humana, Matematicas, Ciencias, y tambien ¨very scholar. Una combinacion unica. Gracias. B.M.
“Marco Rubio a Donald Trump: Te diré lo que es un buen acuerdo: que Cuba sea libre
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Licenciado en Matemática Pura en la Universidad de La Habana (UH) y Catedrático universitario con 24 años de experiencia en la docencia universitaria cubana; posee la Categoría Docente Principal de Profesor Titular universitario. Fue expulsado el 29 de enero de 1997 del Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río ( universidad de perfil formativo o pedagógico) por motivos políticos. Activo colaborador desde su fundación de la revista VITRAL y del Centro Católico de Formación Cívica y Religiosa (CFCR) de la Diócesis de Pinar del Río. Colaboró en Cuba con las organizaciones opositoras: Todos Unidos, Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba y con el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC).
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COLABORADORES:
Paul Echániz