Nota del Bloguista
Sin embargo, LA TAMBIÉN PRESTIGIOSA REVISTA MÉDICA ¨LANCET¨ publicó: The Lancet compara la mortalidad en 1970 con la de 2010 y resalta que Cuba ha bajado del tercer puesto en 1970 al número 36 en 2010: “The ‘top-ten’ countries (with lowest mortality) for both men and women had some surprises for both 1970 and 2010, although there was more consistency in the women’s league table. Australia moved from 44th place for male mortality in 1970 to 6th in 2010; while Paraguay, surprisingly at 5th in 1970, had dropped to 70th 40 years later. Other surprises were Cuba, at 3rd in 1970, and Costa Rica, at 10th—but both had also slid well out of the top ten to 36th and 30th respectively, by 2010. Greece had the lowest male mortality worldwide in 1970, yet by 2010 it was only 22nd in the league. Only Sweden, the Netherlands and Norway kept their top ten places in the male league over the 40 years. The top five countries today are, in order, Iceland, Sweden, Malta, the Netherlands, and Switzerland. Italy, Qatar, Australia, and Israel also moved into the top ten for 2010.”
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Tomado de
http://www.elmundo.esARTÍCULO EN 'SCIENCE'
La sanidad cubana tras 50 años de embargo
viernes 30/04/2010
MARÍA VALERIO
MADRID.- Las pretendidas bondades de la sanidad cubana han hecho correr ríos de tinta a lo largo de los años. Esta semana, dos especialistas de la universidad de Stanford (EEUU) le echan un capote al régimen castrista desde las páginas de la revista 'Science' y defienden cómo el sistema ha sido capaz de ofrecer un buen servicio a los ciudadanos a pesar de los 50 años de embargo estadounidense.
Paul Drain y Michele Barry repasan, en apenas un folio, cómo la sanidad cubana ha sido capaz de obtener indicadores "comparables con los de países desarrollados a pesar del impacto que han tenido las sanciones en el suministro de medicinas y dispositivos médicos". Aún es más; ambos especialistas, estadounidenses, concluyen además que en estos momentos en que EEUU planea la reforma de su sanidad debería aprender algunas lecciones de la isla.
"En estos momentos puede haber oportunidades que aprender de Cuba sobre el desarrollo de una verdadera sanidad universal que priorice la atención primaria. Adoptar algunas de las políticas sanitarias que han tenido éxito en Cuba podría ser una buena manera de empezar a normalizar las relaciones", apuntan sin tapujos ambos especialistas, miembros de un grupo de colaboración socio-sanitario entre la isla caribeña y EEUU.
De hecho, rematan su repaso por los indicadores sanitarios cubanos recomendando al Instituto de Medicina estadounidense "que elabore un estudio sobre el éxito cubano y la mejor forma de establecer una nueva era de cooperación entre los científicos de ambos países".
A juicio de Drain y Barry, a pesar del fuerte impacto que los 50 años de embargo han tenido en el suministro de material médico, las autoridades han sabido paliar las consecuencias reforzando otros puntos fuertes, que le han permitido colocar sus indicadores "al nivel de otros países desarrollados". Sólo algunos datos, Cuba tiene la mejor esperanza de vida, la mayor densidad de médicos per capita, el índice de vacunación más elevado y las tasas más bajas de mortalidad infantil de todos los países de América Latina y el Caribe. Y eso que su inversión en sanidad es muy inferior si se compara con cualquier país europeo, por no hablar de EEUU (355 dólares per capita frente a más de 6.700).
Como explica a ELMUNDO.es Joan Carles March, especialista de la Escuela Andaluza de Salud Pública (un centro colaborador de la Organización Panamericana de la Salud), en los encuentros con profesionales sanitarios cubanos ("incluso los que son críticos con el régimen"), destaca siempre que se trata de "gente muy activa, con unas enormes ganas de innovar, saber y estar en contacto con otros profesionales".
A juicio de March, participante en la Red Latinoamericana de Marketing Social en Salud, este impulso, sumado a la importancia que se ha dado a la formación de sus sanitarios, han permitido suplir las limitaciones materiales. "Todo eso, junto con el apoyo de ciertos sectores muy de izquierdas, ha favorecido que puedan mantener una cierta línea, poniendo su sanidad en valor como un elemento destacable". A juicio de los científicos de Stanford, el éxito del modelo cubano (aún con estrecheces) radica en el énfasis que han puesto las autoridades en la prevención de enfermedades y en una amplia red de atención primaria. "Educando a la población en la prevención de enfermedades, [han logrado] una menor dependencia del suministro de fármacos, al contrario que los estadounidenses, muy dependientes de fármacos y alta tecnología para mantener una población sana, a un coste muy elevado", rematan.
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Nota del BloguistaParece que estos doctores no han conocido la muerte de más de 30 pacientes en el hospital siquiátrico de Mazorra por hambre, frio y maltratos físicos.
Cuba antes de 1959, no tenía casi Deuda Externa ni emigrantes que mantuvieran a sus familiares con sus remesas y ayuda humanitaria, luego los logros eran producto del trabajo de los habitantes de la Isla.
Los médicos Paul Drain y Michele Barry no hablan de los decenas y decenas de miles de abortos que se hacen en Cuba anualmente por la precaria situación económica del país provocada por el bloqueo del Estado totalitario a las iniciativas del pueblo cubano y al encadenamiento estatal de las fuerzas productivas del país.
Antes de 1959 las mujeres cubanas no eran coactadas ni ¨educadas ¨ para que abortaran sus fetos cuando tuvieran deformaciones que pudiera llevarlo a la muerte antes de cumplir el año de nacido. En Cuba antes de 1959 los médicos no asesinaban niños recien nacidos para tener la mortalidad baja para exhibirla internacionalmente; después de 1959 esa situación ha cambiado con relación a los ¨fetos no viables¨. En el siguiente video se dan testimonios de prácticamente una política de Estado sobre promoviendo su aniquilamiento.
Para los que no han leido mi ensayo UNA PRIMERA APROXIMACIÓN A LA REPÚBLICA (1902-1958), escrito en Cuba en el 2002 y publicado en la revista Vitral, aquí copio un fragmento pero les doy el adelanto: EN 1958 CUBA TENÍA CASI EL DOBLE DE MÉDICOS POR HABITANTES, O SEA PERCAPITA, QUE LOS EE.UU. .CUBA TENIA UNA MORTALIDAD INFANTIL DE 32.5 FALLECIDOS MENORES DE UN AÑO POR CADA MIL NACIDOS VIVOS MIENTRAS QUE EL PRIMER MUNDO DE ESA ÉPOCA TENÍA UNA TASA DE DE 36 ¿ DESDE UN PUNTO DE VISTA RELATIVO QUÉ HEMOS ADELANTADO Y A QUÉ PRECIO EN CUANTO A DEUDA EXTERNA Y LIBERTADES ? . Ha pasado más de medio siglo y todos los países han bajado sus cifras absolutas; lo interesante es ver la posición relativa con los demás países y los medios y el precio utilizado para alcanzar esos éxitos..
AH ! LAS CIFRAS SON DE FUENTES CASTRISTAS.
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UNA PRIMERA APROXIMACIÓN A LA REPÚBLICA (1902-1958)
( Fragmento )
Por PEDRO PABLO ARENCIBIA CARDOSO
Al instaurarse la República en 1902, la labor de higienización continuó:
¨Los salubristas cubanos, bajo la dirección de Finlay (1902-1908), logran disminuir la mortalidad por tétanos infantil a partir de 1903; erradicar la fiebre amarilla definitivamente en 1908; establecer de manera permanente la vacunación contra la viruela; y elaborar una avanzada legislación en materia sanitaria. Más tarde, al discutirse una nueva ley sobre la estructura del poder ejecutivo en la Comisión Consultiva, se aprobó una Secretaría de Sanidad y Beneficencia, que unía a los departamentos nacionales de Sanidad y Beneficencia, y que entró en funciones el 28 de enero de 1909.
Este fue el primer Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de Cuba, y del mundo. ¨(Álvarez, 2) En las dos primeras décadas la labor con respecto a la salud pública fue tal que: "El país es uno de los más sanos del mundo, como lo demuestran, los datos del último censo, que consignan la proporción de 14,2 de fallecimientos por cada 1 000 habitantes y los publicados por la Cámara de Comercio Americana de la Habana, en su folleto de fines de 1924, que consigna sólo el 12, 54" (Estos últimos años Tomo I, 410) En 1931 la esperanza de vida de los habitantes de Cuba era de aproximadamente 42 años (Atlas Demográfico de Cuba, 57)
En 1958 había aproximadamente 97 unidades hospitalarias, de ellas, 47 prestaban servicios en zonas rurales (Abreu, 40), y 52 casas de socorro municipales además de alguna que otra instalación a cargo del estado y 242 clínicas mutualistas, de ellas 96 en la capital (Anuario Estadístico, 565 y 566 y Álvarez, 2). Las clínicas mutualistas, uno de los representantes de la salud rentada (la otra representante eran las consultas particulares o privadas), eran instituciones que por una módica mensualidad se tenía derecho a consulta, ingreso y cirugía así como a medicamentos; las había de poco más de 2 pesos mensuales, que eran la mayoría, hasta algunas de 10 pesos. En los años cincuenta, aproximadamente millón y medio de personas estaban asociados a las clínicas mutualistas:
¨ Desde la primera mitad del siglo XIX comienzan a fundarse casas de salud privadas y, en la segunda mitad, las asociaciones regionales españolas de ayuda mutua fundan, también, casas de salud mutualistas; ambas consolidan su labor en el presente siglo. Estos dos llamados sistemas de salud (privado y mutualista) tendrían a su cargo, con el SNS estatal (Sistema Nacional de Salud), la atención médica de la población cubana ..." (Álvarez,2)
La Salud en la República, al igual que la Educación, Sistema Judicial, Seguridad Social, Sistema Tributario, Sistema Electoral (salvo en las elecciones de 1901), Sindicalismo, etc., tuvieron siempre su identidad propia, diferenciándose mucho de sus homólogos norteamericanos, lo cual avala la identidad propia que tuvo la República cubana nacida en 1902. Es mi criterio personal que el antiguo Sistema de Salud cubano tenía algunas características muy superiores al Sistema de Salud norteamericano.
HOSPITAL DE SAN LÁZARO. |
En 1958 la tasa bruta de mortalidad de la población era del 6,4 por cada mil habitantes (Zuaznábar, 1) pese a la situación política y de confrontación armada que existía en el país; en 1953 había sido de 6,3 por cada mil habitantes. Esa tasa ubicaba a Cuba entre los países de menor tasa de América Latina y con índices que solamente alcanzaron muchas de sus repúblicas hermanas iberoamericanas veinte años después (Anuario Estadístico de 1988,629 ). La esperanza de vida al nacer era de 58.8 años y la mortalidad infantil en menores de un año era de 32,5 por cada mil nacidos vivos, la cual desde principios de siglo seguía una tendencia decreciente (Zuaznábar, 1) pese al existente rechazo social al recurso del aborto, rechazo que existía hasta en casos en que se presentaran malformaciones fetales en el embarazo, y la no invención todavía en el mundo de algunas pruebas de análisis de laboratorio clínico o algunos instrumentos de la electromedicina(como es, por ejemplo, el equipo de ultrasonido) los cuales permiten detectar tempranamente problemas serios en el embarazo. La esperanza de vida de 58.8 años era superior en esa época a la de muchos países de América Latina y el Caribe, y mayor que las que alcanzaron veinte años después todos los países de África, salvo Argelia y Túnez (Anuario Estadístico 1988, 627). La cifra de mortalidad infantil cubana de 32,5 correspondiente a 1958 era todavía en la primera mitad de los años ochenta mejor que la de muchos países de Latinoamérica en esos años: Paraguay (45,0), Ecuador (69,5), Brasil (70,6), Méjico (53), Colombia (50), Bolivia (124,4), Honduras (82), Perú (98,6), Argentina (35,3), El Salvador (35,1) y Guyana (36,2) (Anuario Estadístico de 1988, 629). América Latina en su conjunto presentó aún en el año 2001 la cifra de 32 (Granma, 5). Cuba en estos dos últimos parámetros tenía índices pertenecientes al Primer Mundo de esos años según los datos de la UNICEF que aparecen en la Tabla de la página 16 del Material de Estudio Nro. 3 del Ministerio de Educación; los valores de Cuba en 1958 en estos dos parámetros con respecto de los Países en Desarrollo y Países menos Desarrollados fueron similares o mejores que los que ellos presentaron en 1992: En China y Vietnam la mortalidad infantil en 1996 era respectivamente de 34 y 40 por mil nacidos vivos (Robaina, 35).
La población cubana en 1958 era de aproximadamente 6 763 736 habitantes y había en el país 6 286 médicos ( sin incluir estomatólogos ) y un total de 32 501 camas y de ellas 28 536 de asistencia médica (Anuario Estadístico de 1988, 564 y 569). Del total de camas de servicio hospitalario 10 643 pertenecían al servicio estatal, servicio en el cual laboraban 1 125 médicos (Zuaznábar, 5). El 51% de las camas de los hospitales estaban situadas en la capital del país (Abreu, 40). Los números de habitantes por cama (237) y de habitantes por médico (1076) en 1958 eran mejores que los de la mayoría de los países latinoamericanos en esa época y más aún, que los que tuvieron esos países aproximadamente 20 años después como se puede comprobar observando la página 675 del Anuario Estadístico de 1988. Observando las cifras de aproximadamente el año 1980 diré, que solamente Puerto Rico (789), Argentina (521), Uruguay (533) y Venezuela (888) tuvieron mejores índices de habitantes por médico que el que tuvo Cuba en 1958; el resto lo tuvieron peor. Al comparar las cifras de aproximadamente el año 1980 con relación al número de habitantes por camas diré que solamente Argentina (176 ), Puerto Rico (229) y Guyana (215) tuvieron mejores índices que el que tuvo Cuba en 1958; el resto de los países latinoamericanos todavía en el año 1980 presentaron índices peores que el que presentó Cuba en 1958. En la Cuba de 1958 el número de camas de asistencia médica por cada 100 000 habitantes era de 422, En América Latina en su conjunto y en estos momentos es solamente de 220 camas (Granma, 5).
La prevalencia de la Lepra en 1958 era de 0,7 por cada mil habitantes (Informe Anual 1976, Anexo p. 46). Las tasas de morbilidad por cada 100 000 habitantes de muchas enfermedades en la Cuba de finales de los años cincuenta eran también mejores que las de muchos países latinoamericanos: Tuberculosis (18,2); Difteria (2,4); Escarlatina (0,1). No se habían presentado casos de Fiebre Amarilla, Tifoidea y Peste Bubónica; al comenzar la República, la Tifoidea, por ejemplo, había presentado una morbilidad de 5,1 por mil habitantes. Las cifras de morbilidad de Viruela, Tifus, Tosferina, Sarampión, Sífilis y Hidrofobia eran de las mejores en América Latina. Las siguientes tasas de muerte por 100 000 habitantes en el año 1958, salvo que se especifique otro año, apoyan lo anterior: Fiebre Tifoidea (0,4); Tétanos (3,0); Tuberculosis en 1959 (16,6); Poliomielitis aguda (0,1); Sarampión (0,4); Meningitis no meningococcica (2,1); Paludismo (0,4); Difteria en 1959 (0,9); suicidio o lesiones autoinfligidas (13,9); accidentes de vehiculo de motor y otros accidentes de transporte (7,2); defunciones maternas (125,3) y defunciones maternas por aborto (9,3). Las dos últimas tasas son por cada 100 000 nacidos vivos. (Informe Anual de 1976, Anexos 36-43). La tasa de mortalidad materna de Cuba en 1958 de 125,3 era mejor que las que aún aparecen en el año 1992 para Países en Desarrollo (350) y Países menos Desarrollados (590) en la Tabla mencionada del Material de Estudio del MINED..
Todo esto debemos de enmarcarlo en el desarrollo incipiente que existía de las vacunas y, en general, del desarrollo de las Ciencias Médicas en esa época a nivel mundial (por ejemplo, la vacuna antipoliomielítica que se aplica en Cuba desde hace cuatro décadas fue creada por Albert Sabin a principios de la década de los sesenta), aunque debo recordar que en esos años los niños de entonces recibimos de manera masiva y gratuita en las escuelas, yo era alumno de escuela pública, las vacunas contra el tétanos y el tifus. Existen cifras de una muy citada encuesta de 1957 de la Agrupación Católica Universitaria realizada a una muestra de 2 500 familias de obreros agrícolas que difieren mucho de esos índices (Pino, 119-120) y que a mí personalmente, me hacen cuestionar la representatividad de la muestra o la fiabilidad de las fuentes indirectas por mí consultadas sobre esa investigación, aunque conozca que en el ambiente rural las cifras de morbilidad y mortalidad de muchas enfermedades eran muy superiores a las que se presentaban en el entorno urbano. La prostitución, de la que se habla en el Análisis Globalizador, se había reducido extraordinariamente pese a la propaganda de algunas agencias de viajes extranjeras, publicadas también en algunas revistas extranjeras, que promocionaban a Cuba como el burdel de América. El bajo índice de enfermedades venéreas que presentaba el país y la información aparecida en el periódico El Mundo del 14 de febrero de 1958 que plantea, que aproximadamente 11 000 personas vivían de la prostitución, hablan del bajo índice de prostitución del país. Debo aclarar que en esa cifra se encuentran: los dueños de casas, burdeles y bares, las matronas, los proxenetas, el personal de servicio y limpieza, los policías corruptos, etc. y los llamados inversionistas, que eran los que echaban a andar el negocio (Abreu, 49). Esa actividad se llevaba a cabo generalmente en zonas muy específicas y era criticada y rechazada socialmente.
En 1958 los gastos del presupuesto del Estado para la salud pública fueron el 5,3% (18 millones) del total de gastos del presupuesto nacional para ese año (Zuaznábar, 107).
Los tres sistemas nacionales de salud (estatal, privado y mutualista) existentes al triunfo de la Revolución de 1959, no cubrían las zonas rurales más apartadas del país. En 1959 se inició la construcción acelerada de 50 hospitales rurales (Informe Anual 1976, 22). A finales de la década de los cincuenta, la muerte por enfermedades diarréicas agudas, muertes fácilmente evitables, ocupaba el tercer lugar entre las causas de muerte para todos los grupos de edades y en primer lugar para los menores de un año (Informe Anual 1976, 45); esta situación continuó hasta 1963 en que ocupó el quinto lugar con el 6,0% del total de defunciones del país. La corrupción administrativa en el sistema nacional de salud estatal provocaba que se dieran tristes situaciones como, por ejemplo, la del hospital psiquiátrico ubicado en la localidad de Mazorra; otra mácula en ese sistema de salud estatal es que frecuentemente se utilizó la asistencia médica (en particular los ingresos hospitalarios) con fines políticos dada la existencia de un sistema pluripartidista con elecciones periódicas y el oportunismo de algunas personas.