Entrevista a Zoé Valdés: La soledad de los cubanos (entrevista a Zoé Valdés)
Por Germanico
30 marzo, 2019
Una isla geográfica, una isla política, una isla que dista mucho de ser esa isla que imaginó Tomás Moro y a la que llamó Utopía. Pero la mayor de todas las distopías, esas hijas bastardas de toda utopía puramente abstracta, puramente teórica, nacida después de la imaginada por Moro, la peor vino a instalarse en Cuba tras una “revolución” que en realidad no fue más que un golpe de Estado “planificado”. El Comunismo llegó con Fidel Castro y el Che Guevara, momento a partir del cual pasó, en su vocación internacionalista de terror, a ser el principal producto de exportación cubano junto con los habanos. Fue frenada esta internacional socialista del terror en parte cuando la CIA dio caza al Che en Bolivia, mientras masacraba y explotaba a pobres campesinos, y también con el triunfo democrático de Salvador Allende en Chile, que abría una vía democrática al socialismo (por supuesto una farsa, pero una farsa que daba al traste con las ideas de la revolución guerrillera y militar). Pero Augusto Pinochet, un militar chileno nada simpático, aunque, según nuestra honorable invitada de hoy, un niño de teta al lado de Castro, vino a dar alas de nuevo al espíritu subversivo revolucionario promovido por el gobierno totalitario de la distópica isla.
La relación con los soviéticos de la URSS no tardó en florecer. Necesitaban abastos. Pero con la caída del Comunismo en la URSS Cuba sobrevivió tirando de los pequeños lobeznos revolucionarios que había criado y amamantado durante la dudosa bonanza de la guerra fría, que ahora era lobos comunistas con la piel de cordero democrático. La inversión más rentable se dio en Venezuela, con el cachorro Hugo Chávez Frías convertido en Presidente después de una fallida tentativa de golpe de Estado al viejo estilo. Abrazado a su mentor, a su ídolo, a su Señor Castro, se dedicó también a sembrar el comunismo en toda América latina, y los brotes rojos salieron por doquier.
Ahora en Venezuela parece que el sucesor del delfín de Castro, el conductor de autobús de Caracas y luego Presidente Nicolás Maduro, ve en peligro su régimen calco del cubano. Le desafía un Presidente de un Parlamento elegido democráticamente, sin amaños, amparándose en una Constitución que formuló el Chavismo Bolivariano antes de convertirse en la locura de “Patria, Socialismo o Muerte”. Esta Constitución permitía al Presidente del Parlamento tomar las riendas del país en determinadas circunstancias que en ése momento se daban. Juan Guaidó no perdió la oportunidad de erigirse en Presidente de Venezuela (provisional, hasta la convocatoria de unas nuevas elecciones) y, al igual que el Occidente cristiano católico tuvo a sus dos papas, Venezuela tiene ahora a dos Presidentes, cuya legitimidad la otorgan terceros países en función de afinidades ideológicas o intereses geoestratégicos. Que Vladimir Putin apoye a Maduro no sorprende, al igual que tampoco sorprende que lo hagan desde la islamo-comunista República Islámica de Irán. Por otro lado el apoyo de EEUU era el esperado: la Revolución Bolivariana les tiene hartos desde hace mucho. Europa ha condenado con cierta dilación a Maduro y se ha puesto del lado de Guaidó, y nuestro Presidente, Pedro Sánchez, ha jugado el juego de fingir que condena lo que en el fondo apoya. Y es que en España ese juego sucio se ha jugado mucho tiempo, y no solo por los peores de entre los socialistas, ni siquiera entre los socialistas en exclusiva. Eso es algo que se puede apreciar en el trato dispensado a Cuba por nuestras autoridades: la mirada al otro lado, acompañada de una condena puramente aparente con un teatro perfectamente organizado desde los bastidores del poder cubano. Incluso Castro se presentó como un tipo simpático, cuyo comunismo no era tan grave como el de otras naciones. Y es que en Cuba sabe de esto mucho, de coreografías de falsos opositores y disidentes que enmascaran el problema real de la disidencia, una y otra vez aplastada y de propaganda de los líderes, que presentan a los opresores como libertadores. Un poco al estilo de Putin.
Nuestra invitada hoy, Zoé Valdés, no necesita ser presentada. Escritora nacida en Cuba, residente allí durante muchos años en los que ejerció cargos institucionales, terminó por marcharse. Nacionalizada española y francesa, actualmente reside en París. Ya en su novela La Nada Cotidiana nos habló de su Patria, a través de un personaje del mismo nombre, nacido durante la “revolución”.
Valdés no ha dejado de denunciar no sólo a los líderes de su isla, sino a la revolución que exportaron y que siguen exportando, bajo otras formas y otras banderas. Simpatiza con los venezolanos pero nos recuerda que el origen de todo está en Cuba, y que es allí dónde hay que ir a deponer al gobierno injusto y genocida, para atajar el mal de raíz.
No esperen que en esta entrevista deje títere con cabeza. Aunque haya dos a los que sí: uno, el líder del mundo libre, al que yo he llamado durante un tiempo títere de Putin, el inclasificable Donald Trump. Parece que tras tantas provocaciones y Tweets en horas de sueño, no es tan malo el villano como creíamos, o, al menos, no ha podido probarse en la causa del fiscal general que investigaba su colusión con Rusia durante la campaña presidencial estadounidense en 2016. En el ámbito nacional habla del Presidente y los expresidentes sin pelos en la lengua, así como de los líderes de la oposición, en términos no muy elogiosos. Pero no toca a Santiago Abascal, porque sabe que en estos momentos en que España se encamina hacia un Socialismo que ella conoce muy bien, su partido es el único que no va a ceder un milímetro a lo políticamente correcto (esto es, la concesión humillante a los contravalores que defiende el neomarxismo). Lo hablé con ella: ¿Votarás a VOX? La respuesta fue clara, si Abascal reconoce a la verdadera oposición cubana, encabezada por Eduardo Cardet, tendrá su apoyo. Si no se abstendrá de votar.
Les dejo con Zoé Valdés, un auténtico referente intelectual y moral que vino de Cuba para ayudarnos a comprender y combatir al socialismo.
1.- ¿Quién fue Fidel Castro? ¿Qué ha representado el castrismo en Hispanoamérica en particular y en el mundo en general?
Escribí todo un libro, y más, artículos, guiones de cine, con la intención de explicar, y entender yo misma, quién fue Fidel Castro. El libro se titula ‘La Ficción Fidel’, fue editado por Planeta en el 2008, y después por Rayo, en Estados Unidos. También produje un documental, titulado ‘Fidel Castro’, donde Fidel Castro se describe a sí mismo, a través de sus propias palabras y exagerados gestos de orate, sin que el realizador ni la productora que fui interviniéramos en nada ni tampoco añadimos nada, ni una coma ni un punto en sus inflexiones y discursos. Fidel Castro es una gran mentira. Nada de lo que se ha contado acerca de este personaje es verdad. Una mentira de pies a cabeza, construida meticulosamente por él mismo, y luego por los mismos norteamericanos, y por los europeos desencantados del comunismo chino que vieron en él una tablita de salvación en medio del vacío que les dejaba la China comunista. Además, fue desgraciadamente, el peor personaje que escogió el gobierno americano para sacar a Fulgencio Batista del poder, quien por otra parte ya se iba (recordad que Batista restableció el proceso democrático celebrando elecciones en diciembre de 1958, las que ganó Andrés Rivero Agüero), y entonces sembraron a este personaje que ni cubano él mismo se veía y que sintió toda su vida un desprecio incalculable contra los cubanos y contra Cuba. Fue, reitero, sin duda alguna, un tirano, un megalómano totalitario, un comunista con una fascinación personal por Napoleón Bonaparte y por Adolf Hitler. Existió incluso un ejemplar de ‘Mi Lucha’, de Hitler, acotado por Fidel Castro, con anotaciones admirativas y hasta superlativas, relacionadas con el texto del Führer. Un hombre alto de estatura, corpulento, pero un enano de alma, con perdón de los enanos. Muy pronto se dio cuenta de su pequeñez y empezó a tratar de igualarse con José Martí, el hombre más grande de Cuba en todo, en ideas y en valentía, la mente más lúcida que ha dado Cuba. El más universal de los cubanos: José Martí. Al que Castro quiso opacar. Martí le hacía sombra.
Fidel Castro no es sólo la gran mentira de Cuba, es también la gran mentira de América Latina y del mundo. Un criminal, esto es muy importante subrayarlo, un terrorista y un criminal de los peores. Mafioso y pendenciero, con un inmenso poder. Involucrado hasta el tuétano en el narcotráfico, llevó guerras injerencistas a África y a otros países, Nicaragua, etc. Por menos que eso a otros tiranos los han enjuiciado en una Corte Penal Internacional. Pinochet y otros dictadores que la izquierda no cesa de sacar de los baúles de la historia no son más que niños de teta comparados con Castro y con su hermano.
Creo que es hora de estudiar a profundidad y muy seriamente las gravísimas consecuencias del castrismo en el mundo, en Hispanoamérica, donde ya estamos viendo esos horrendos resultados: Nicaragua, Bolivia, Venezuela, y España, y también en el resto del mundo, donde observamos tristemente que aquellos ideales utópicos y violentos, aquella chapucería hortera de la revolución prendió y se han impuesto en el seno de una juventud desorientada e inculta que, por ejemplo, sin saber quién fue el Che Guevara, el peor asesino de cubanos, un extremista y un fracasado, se viste con las camisetas mostrando orgullosa su rostro y se acicalan con emblemas referentes al comunismo (más de cien millones de víctimas).
Lo peor que le pudo pasar al mundo en 1959 fue la mal llamada Revolución Castro-comunista, que no cubana, que con su tropicalismo pacotillero y superficial dio la idea de que la “fiesta” cubana describía o significaba el sacrificio y la libertad de todo un pueblo, cuando en realidad enmascaraba el dolor y el horror de un país hundido.
2.- Con la caída del Muro de Berlín y el fin de la URSS Cuba se quedó sin su gran apoyo político y económico. ¿Cómo pudo sobrevivir el régimen cubano a semejante golpe?
Durante 30 años los soviéticos nos invadieron. De eso nadie habla. Se esperó la invasión norteamericana, a esa supuesta invasión se refería Castro en sus discursos, la anunciaba como una matraca, para amedrentar al pueblo y de paso dar lástima al mundo, una de sus trampas más repetidas y de sus trucos mejor comprados por los incautos antimperialistas de caviar y champán francés. La caída del comunismo en la URSS y la desaparición física del Muro de Berlín fue un alivio momentáneo para los cubanos, que entonces abrigaron esperanzas, que esperaron que el mundo se ocupara de nosotros, y nos oyera, como había oído la iglesia a los polacos, por ejemplo. Pero nada. Más solos que la una, como dice el refrán. Y nos pasó de nuevo la rueda del olvido por encima.
El régimen cubano sobrevivió mediante la mentira, otra vez la mentira y, además, ya había preparado a muchos personajes provenientes de América Latina, que habían ido en el pasado a entrenarse a Cuba para el día en que tuvieran, o sea les tocara tomar el poder en sus países, estuvieran listos para implantar el sistema castro-comunista. Es el caso de Hugo Chávez, del propio Nicolás Maduro, también de Juan Manuel Santos en otro estilo, ex presidente de Colombia, que pasó de joven por Cuba. Todo eso se encuentra en Google, con fotos y todo, aunque mejor en los libros.
Esos ex guerrilleros colombianos, en su gran mayoría fueron entrenados militarmente por militares cubanos. El plan de Castro era tumbar el capitalismo mundial mediante una guerra de guerrillas internacional, pero en eso surgió Salvador Allende, y le desbarató el proyecto-programa al ganar en las urnas.
Hasta que ocurrió la muerte de Allende, que le vino muy bien a Castro, porque le dio la posibilidad de nuevo de burlarse de los procesos democráticos y de regresar nuevamente con la idea de la violencia. Esa idea de la violencia de la que se nutrieron etarras (ETA) en Cuba, donde también entrenaron y se prepararon para los asesinatos que cometieron y la crueldad que ejercían en España mediante atentados mortíferos. Los conocí, algunos estudiaban en la universidad, les pagaban, solamente por estudiar, salarios con los que jamás los cubanos podíamos soñar ganar, ni trabajando.
¿Cómo salió ileso Castro de la caída del comunismo? Pues ya tenía en remojo a Venezuela. Ese país fue su salvación. Lo chupó como mismo chupaba a la URSS y al resto. Y el mercado europeo, las relaciones comerciales endeudadas con Europa, con España, con Francia, lo privilegiaban siempre, y lo siguen haciendo. Otro hecho importante: Estados Unidos jamás le ha impuesto a Cuba un bloqueo férreo, ni siquiera un embargo, ha sido un mero ‘boycot’ comercial, como bien escribió en un artículo Manuel Pereira.
Cuba puede comerciar con el resto del mundo, como ha venido haciendo desde entonces. Cuando se firme la cláusula de la Ley Helms-Burton que hace falta para tumbar al régimen castrista, veremos entonces resultados notorios. Mientras tanto, todo parece indicar que Estados Unidos no desea que Cuba sea libre, porque si lo hubiera querido, ya hubiera sacado hacía rato a los Castro del poder, y a su marioneta, como mismo hicieron con Batista, con Manuel Noriega en Panamá, y con Maurice Bishop en Granada.
3.- Cómo ha evolucionado la relación entre España y Cuba desde el golpe de Castro hasta nuestros días? Y hoy, qué oposición real tiene la dictadura dentro de Cuba?
La relación entre España y Cuba ha sido lamentable en estos sesenta años, ha pasado más por momentos bajos que por altos, desde el punto de vista moral, sobre todo. Franco sentía una extraña fascinación por “el galleguito”, como dicen que él lo llamaba. La dependencia ideológica y económica pura y dura empezó ya con Felipe González, que tenía como mensajeros e intermediarios a Gabriel García Márquez y a Antonio Gades, entre otros. Por cierto, insultos incluidos de Castro hacia González. Por otro lado el mundo de la cultura postrado ante el castrismo, entregado. ETA metida y protegida en y por Cuba con intereses también económicos. Con Aznar hubo un acercamiento a la oposición, mientras el ministro Abel Matutes inauguraba hoteles propios en La Habana, doble moral, doble lenguaje. Cuando se le preguntaba a Aznar sobre los negocios de España en Cuba respondía que ellos querían llegar antes que los norteamericanos, y acto seguido cuando se le inquiría ¿y los cubanos? Aznar lanzaba una trompetilla de medio lado, como dando a entender que los cubanos le importaban un pito. Aquí ya hay más que doble moral, hay cinismo. Zapatero se desentendió o fingió hacerlo, aunque continuaron los negocios, y la deuda con Cuba crecía y crecía, ha crecido tanto que los castristas se les ríen en las caras a los empresarios españoles. Ocurrió la Primavera Negra en el 2003, ocho años pasaron 73 opositores encarcelados por el mero hecho de pensar y opinar diferente y enfrentar al régimen de manera pacífica, ocurrieron fusilamientos de tres jóvenes negros. Zapatero lo único que logró fue un intercambio muy favorable al régimen: el destierro desde las cárceles de esas personas junto a sus familiares, sin derecho a mirar hacia atrás. España se ocupó de ellos durante un año, y poco más. Dentro de Cuba se fueron formando otros grupos desgajados del Movimiento Cristiano Liberación, algunos, no todos. El Movimiento Cristiano Liberación a mi juicio es el movimiento de mayor peso político y moral dentro y fuera de Cuba, es un movimiento de ascetas en relación a lo que perciben en soporte material y económico el resto de opositores desde Estados Unidos. Por eso asesinaron a su líder fundador, Oswaldo Payá, junto a Harold Cepero. En la actualidad, su líder continuador, Eduardo Cardet, elegido mediante votación, se encuentra en la cárcel, desde hace más de dos años, ha sido apaleado, apuñalado, estuvo enfermo; los miembros del MCL son acosados, maltratados y perseguidos en permanencia. El MCL ha conseguido lo que nunca se consiguió antes aglutinar al pueblo que por primera vez dio la cara y dieron sus firmas (35 mil cuatrocientas firmas declaradas para el Proyecto Varela) con sus documentos de identidad, y lo siguen haciendo, más recientemente 10 mil personas firmaron (en papel y mediante carnet de identidad, nada virtual) demandando la libertad de Eduardo Cardet. Firmar ese tipo de documentos en Cuba implica que te expulsen del trabajo y más. La oposición empezó a caer en picada a partir del 2007, desde la presidencia de Bush ya el gobierno norteamericano buscaba renovar a los líderes de la oposición, buscaban de preferencia a una mujer. Con Obama, Hillary Clinton y los proyectos de cambios en el Vaticano que se veían venir, más la posición tan débil y asquerosa del clero cubano (salvo ciertas figuras como el padre Miguel Ángel Loredo y el Obispo de Santiago de Cuba Pedro Meurice) la situación de la oposición empeoró notablemente.
4.- El comunismo en Hispanoamérica dio a luz a un delfín de Castro en Hugo Chávez, primero golpista y luego Presidente electo de Venezuela. Hoy Venezuela está sumida en el caos, su gente muriendo de hambre, y Nicolás Maduro ejerciendo de Presidente sucesor de Chávez frente a un gobierno paralelo presidido por Juan Guaidó. ¿Podríamos estar asistiendo al final de un régimen nefasto y de un poderoso agente de la subversión política de izquierdas hispanoamericana?
Por todo lo que está pasando Venezuela, y hasta muchísimo peor, siguen pasando los cubanos, y lo han vivido durante 60 años. Lo advertimos a los venezolanos y no nos hicieron caso, es más, se rieron de nosotros. Ahí tienen.
No creo que éste sea el final de un nefasto régimen. Sin embargo, creo que estamos asistiendo al final de una época en la que todavía se pudiera salvar algo. Pero, por lo que veo, con lo que vendrá, más socialismo al estilo Obama, Venezuela podría quedar varada en esa eterna espera en la que se ha situado Cuba.
Todavía de Venezuela se habla. A Cuba la han olvidado y la han aislado más, al dedicar todo el esfuerzo en derrotar a Maduro, cuando lo que hay que derrocar verdaderamente es el castrismo en Cuba. Allí es donde hay que ir a cortarle la cabeza de un tajo a la Hidra, al monstruo. Y evitar de ese modo su extensión y perpetuación a través de países – también ya tocados, enfermos- como España, todo sea dicho.
5.- Usted tiene la nacionalidad española. Como española, cuando ve lo que está sucediendo en Cataluña y en el resto de España a consecuencia de ello, y como conocedora de primera mano de cómo operan los totalitarismos ¿Cómo ve las próximas elecciones generales y las pugnas electorales que las preceden?
Lo veo clarísimo. Las divisiones de esa derecha acomplejada y la ambición de poder del señor de Ciudadanos abrirá ampliamente las posibilidades a Pedro Sánchez, que es ni más ni menos un socialista al estilo castrochavista, de puño en alto y de la Internacional vibrándole desde las tripas, pero, al que le gusta mucho la buena vida y el dinero, como a Zapatero y a todos los comunistas de su ralea. Gentuza. La gentuza en el poder. La gentuza ignorante e inculta de ese socialismo y de ese comunismo totalitario, chabacano y petulante de Podemos. Ojalá me equivoque. Pero, lo veo así. Y ellos están tan tranquilos por esa razón, saben que ganarán. Pobre España.
6.- El marxismo cultural se ha impuesto en España a través de la ideología de género, del multiculturalismo, la memoria histórica, del “mundo de la cultura”, de los colectivos de todo “género” (LGTBI), de los grupos antisistema y okupas, de partidos políticos como Podemos o los nacionalismos identitarios periféricos, que no son otra cosa que nacional-socialistas, del anticlericalismo (la religión es el opio del pueblo) etc…todo ese caldo de identidades disolventes, hijas de un comunismo posmoderno y relativista, ¿Cómo se combaten?
El comunismo no tiene nada que ver con el posmodernismo, según lo concibió teóricamente uno de sus artífices Jean-François Lyotard, nada, pero nada que ver. Embellecer al comunismo con ese estilo, de referencia de crecimiento industrializado, con ideas y menciones del pasado, efectividad social-demócrata y tal, es quitarle, rebajarle crímenes y responsabilidades anti humanas al comunismo. Faltó en esa relación que hace usted el último grito de la moda en espantos: el islamo-comunismo. Si usted revisa la historia de Yemén, de Siria, y de tantos países por los que pasó el Che Guevara, se dará cuenta cuán nefasta influencia ejerció también el castro-comunismo en esos países de confesión musulmana y fervor islamista. Estamos tardando para combatirlas, porque se han hecho fuertes y más radicales, y porque nunca creímos lo que ya anunciaba Ayn Rand: el peligro del excesivo confort de la propaganda, el adormecimiento del pensamiento, y el resto, la particularidad de su eficaz estrategia, la cantidad de gente que ellos han ido sembrando durante años, durante décadas, como siniestros espías y predicadores tentaculares, en universidades, editoriales, galerías, centros universitarios, institutos culturales, bajo la máscara de progresistas, feministas, y todos esos “istas” e “ismos” edulcorados, cuando no son más que rotundos extremistas, que han convertido la ideología comunista en religión, y que no poseen ideas, sólo ofuscados sentimientos. No saben pensar. Como decía Guillermo Cabrera Infante, con las ideas se puede discutir, pero con los sentimientos, nada, no se puede hacer nada.
7.- Como ciudadana francesa, ¿qué le parecen las insinuaciones referentes a la influencia de Macrón, especialmente a través de Manuel Valls, en nuestra política? ¿Y el voto de 41 senadores galos a favor del Procés?
Emmanuel Macron, como el resto, no es nadie, es una pieza más dentro de la compleja maquinaria de algo monstruoso que desconocemos. Y ahora mismo es poco más que un “pitiminí golpea’o”, como decimos en Cuba, con la situación social francesa. Macron, además, no es nada más que otro presidentico francés, arrogante, que se toma por Napoleón y por De Gaulle, y hasta por Mitterrand… Pero es un cabeza hueca moldeado por su mujer, una ex maestrica nerviosa e irritante. La época de los grandes hombres se ha acabado. Manuel Valls, diría yo, que en medio de su desesperación tiene mejor amueblada la cabeza que Macron, porque viene de la política real, que el otro viene directamente de los bancos, de los Rothschild. En cuanto al voto de los 41 senadores galos a favor del Procès, pues habría que recordarles si hubieran votado igual por Córcega, y que se dejen de hipocresía y gilipuertadas, que no hagan más arabescos que ellos no son bailarines clásicos ni cosa que se parezca.
Todos esos políticos son muy desinformados, les gusta epatar, “épater les bourgeois”, pero llevan una incultura en esos espíritus vacíos y rancios que no se puede soportar más. Recuerde cuando a uno de ellos le mencionaron a Voltaire y respondió con un comentario sobre la marca de ropa Zadig Voltaire. Yo los observo, porque no hay persona más enajenante que un político actual. Dan pena, y dieran risa si la cosa no estuviera poniéndose tan seria. Siguen aferrados a creerse y a hacer creer a los tontolabos del montón que ellos van a cambiar algo, cuando no hacen más que estar ahí, ineptos, viendo cómo pueden robar un puñadito de euros por aquí y otro por allá. Excepciones hay, claro, pocas, y cansadas.
8.- Siempre se habla de Nuevos Órdenes Mundiales. Hoy, con Putin y Trump a ambos lados de una Europa más desunida que nunca haciendo pinza sobre ella, un Islam que ha arrasado todo oriente medio y pretende colarse también en Europa y colonizarla (el islamo-comunismo) y los últimos comunistas aguantando en lugares como su Cuba natal, Venezuela o Corea del Norte, ¿Qué nuevo Orden Mundial cree que está naciendo?
El caos. El desorden mundial. El Islam ya está en Europa, ya estamos viviendo en la Eurabia de Oriana Fallaci, a la que trataron de loca y de todos los adjetivos más insolentes e insultantes que se le puede hacer a una mujer, a una periodista, a una escritora, y a la que ninguna feminista defendió, por cierto.
En cuanto a Trump -esa fijación caída del cielo-, es otra cosa. Trump no es Putin. Trump es un fenómeno norteamericano, de esos milagros que a veces se dan, suceden en Estados Unidos, y que por el momento no lo está haciendo nada mal. Porque ha hecho más en un año por la Paz Mundial que Obama en sus dos mandatos, y todos los presidentes franceses juntos, el zorro de Juan Manuel Santos, y el resto de los energúmenos que nos han gobernado. Putin fue un cerebro de la KGB, y tiene las manos manchadas, enchumbadas de sangre.
9.- ¿En qué trabaja en estos momentos? ¿Qué proyectos se trae entre manos?
He terminado una novela sobre la historia de mi país, el período tan difícil entre los cuarenta y los cincuenta; o sea, el preámbulo del Error, cuando hubiéramos podido ser un verdadero paraíso y nos obligaron a desviarnos. También he entregado una novela sobre Paul Gauguin, y ahora escribo un libro raro, sobre una noche pasada en duermevela, en semi-vigilia en el Museo Thyssen Bornemisza, en Madrid. Entre otros proyectos que tienen que ver de manera oblicua con la literatura, aunque no directamente.
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