viernes, noviembre 28, 2025

Esteban Fernández-Roig sobre Nilsa Espín Guillois, la hermana de Vilma Espín que se suicidó en el baño de la oficina de Raúl Castro Ruz

 Tomado de  https://www.facebook.com

NILSA

Por Esteban Fernández-Roig

28 de noviembre, 2025

Un increíble día del año1965 una mujer armada y uniformada se encontraba dentro de la oficina de RaúlCastro.

Era supuestamente una ferviente castrista. Se encerró en el baño y se hizo un mortal disparo en la sien.

El hecho -a pesar del escándalo que produjo- el régimen lo mantuvo en absoluto silencio por décadas.

Y no era una mujer cualquiera, era nada mas y nada menos que la cuñada del vice tirano, del hoy chicle masticado Raúl Modesto Mirabal Castro. Era NILSA ESPIN GUILLOIS.


Esa fue sin lugar a dudas una de las miles de historias de las muertes no esclarecidas u ocultadas por el régimen de la isla.

Y por si esto fuera poco su esposo Rafael Rivero se había quitado la vida en un campamento militar de la provincia de Pinar del Río.

A pesar de que Nilsa Espín y y el capitán Rafael Rivero estuvieron vinculados distinguidamente al movimiento clandestino que en Santiago de Cuba lideraba Frank País para apoyar la lucha en la Sierra Maestra, sus nombres fueron borrados de las historias de la revolución ni en ECURED donde aparece hasta un fiel fidelista que en 1958 le tiró un hollejo de naranja a un guardia rural dormiAlfredo Lópeza…

Según un informativo escrito del colega Alfredo López: “Nilsa era una joven alta, pecosa,flacucha, rebelde contra todo y durante las msnifestaciones contra Batista apedreaba a la policía”.

Nada, absolutamente nada, se conoce en Cuba sobre Nilsa y Rafael.

SE LOS TRAGÓ LA TIERRA POR ÓRDENES EXPRESAS DE LOS DIABOLICOS MEDIOS HERMANOS

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VIERNES DE DENUNCIA

¿POR QUÉ SE SUICIDARON LOS CAPITANES RAFAEL RIVERO Y ESPOSA NILSA ESPIN, HERMANA DE VILMA ESPIN?



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jueves, noviembre 27, 2025

Primer ¨Día de dar Gracias en Cuba¨: 26 de noviembre de 1898. Julio M. Shiling: Dios, EEUU y un Día de Acción de Gracias

 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En Cuba  republicana no era tradición celebrar el Día de Acción de Gracias,  pues lo tradicional era celebrar la cena familiar de  Nochebuena  en casa  y `posteriormente para muchas personas (pero no para otras muchas) ir a la Misa del Gallo.

En la segunda  imagen se  ve al gran Theodore Roosevelt INDICÁNDOLE al Tío Sam (que representa al pueblo estadounidense (al igual que Liborio representa al pueblo cubano)  que sea generoso (GENEROUS) con Cuba, la menor de edad, mediante  la reciprocidad (RECIPROCITY) para que Cuba sea próspera (PROSPERITY). 


Theodore  Roosevelt y su tropa de los Rough Riders (sobrenombre del 1st United States Volunteer Cavalry) uno   de los tres regimientos  que se   enviaron en  1898    a combatir en la Guerra Hispano Cubano Norteamericana. La foto es recien concluida la batalla de la Loma de San Juan, cerca de la ciudad de Santiago de Cuba.


Breves palabras que aportan gran luz sobre las relaciones entre EEUU y la anterior República de Cuba, que fueron pronunciadas en 1913 por ese arquetipo de integridad que fue Manuel Sanguily, quien fuera Coronel del Ejército Libertador, Senador de la República y Ministro de Estado [Relaciones Exteriores] del gobierno de José Miguel Gómez, en un memorable discurso en el teatro Politeama (habían dos teatros Politeama encima de de la Manzana de Gómez, los cuales  desaparecieron al agregarle dos pisos al mencionado edificio que hoy es el hotel  Kampiski) ante el cuerpo diplomático acreditado en Cuba:

Mantendrá el Gobierno las relaciones más cordiales en el orden diplomático y de los negocios, con las naciones amigas entre nosotros dignamente representadas, y sobre todo cultivará los grandes y vitales intereses que en franca y afectuosa correspondencia nos ligan a los Estados Unidos, no ya solo en consideración a las ventajas que deriva de ellos nuestra economía, sino por los incomparables servicios que el pueblo y el Gobierno americano han prestado a la causa de la justicia, de la civilización y de nuestra nacional soberanía.

Y no os sorprenda esta sincera manifestación de quien siempre ha vivido inquieto y receloso en el temor de los grandes y los fuertes. Dos veces -una, por la ceguedad de nuestra vieja y orgullosa Metrópoli; otra por enconos fratricidas-, vinieron aquí los americanos traídos por su fortuna o llamados por nuestras discordias, y siempre se retiraron de nuestro territorio, haciéndonos el doble beneficio de construir dos veces la república, y dejándonos en el corazón atribulado, desengaños y escarmientos; más en ambas ocasiones, motivos superiores de admiración y de gratitud por esa magnánima conducta que jamás en la historia habían observado los pueblos fuertes y triunfantes con los débiles, conturbados y decaídos”.

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Dios, EEUU y un Día de Acción de Gracias.

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Es una fecha nacional sacrosanta que reúne patriotismo y devoción divina y define, mejor que ningún otra, los valores inherentes de los EE.UU.

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Por Julio M. Shiling

Noviembre 25, 2020 

Los EE.UU. no son una teocracia. No obstante, la presencia de Dios y el entendimiento de que existe un orden transcendental superior que está conectado con la existencia temporal en la tierra, ha sido parte del tejido nacional estadounidense. Los acontecimientos más relevantes en su historia han estado conectados con una fundamentación relacional con la Divina Providencia. Cuando cada cuarto jueves del mes de noviembre se celebra en EE.UU. el “Día de Acción de Gracias”, probablemente la celebración nacional más autóctona del país.

Podemos citar 3 instantes primordiales en la historia estadounidense que moldearon a esta gran nación. Estas fueron: la llegada de los colonizadores, quiénes eran y a qué vinieron (1607, 1620); la Guerra de Independencia (1775-1783) y la nación nueva; y la Guerra Civil (1861-1865). Estos acontecimientos dictaminaron el armazón moral y filosófico de EE.UU. En cada momento, Dios, el cristianismo y el orden moral que de ahí partió mantuvo una presencia constante.

Los colonizadores

El Acto de la Uniformidad (1559) reglamentó en Inglaterra el ejercicio del culto religioso. La Iglesia de Inglaterra (Iglesia anglicana), con dicho acto, exigía la primacía en el ejercicio de la fe. En otras palabras, la libertad religiosa claudicó y se formalizó la persecución a diferentes denominaciones del cristianismo. Esto llevó a que los miembros de la Iglesia Separatista (puritanos) salieron como exiliados religiosos hacía Holanda en 1607. Los puritanos, parte de la teología calvinista, después de tener choques culturales en Holanda por el ámbito liberal del país, decidieron lanzarse al “Nuevo Mundo” en 1620. De manera particular, fueron hacia Nueva Inglaterra (hoy en Massachusetts) y llegaron el 11 de noviembre (1620). En el curso del viaje, redactaron el “Pacto del Mayflower” (nombre del barco). Este convenio, pese a no constituirse como una declaración de independencia, formuló las normas para un modelo de autogobierno civil.

Los puritanos eran refugiados religiosos. La persecución del culto de religión los llevó a abandonar su país natal. No vinieron buscando oro, ni oportunidades económicas. Querían ejercitar la fe sin intromisión estatal. Este es un punto de apreciación fundamental para entender la idiosincrasia mayoritaria de los colonizadores anglosajonas que irían brotando a través de la nación por nacer. En el otoño siguiente los peregrinos celebraron el primer Día de Acción de Gracias, una celebración que duró tres días.

Lo cierto es que 13 años antes, en Virginia se había establecido el primer asentamiento de Inglaterra. En este caso, en Jamestown, los colonizadores eran feligreses anglicanos. A pesar de las diferencias generadas por la política oficial en la madre patria, los puritanos y los anglicanos se respetaron y no se ejercitó en el nuevo territorio, la monopolización de una secta sobre la otra. Lo que sí se manifestó fue un sentido unísono en cuanto a la idea de soberanía popular, dentro de un esquema de autogobierno pidiendo siempre el favor del Todopoderoso y manteniendo la tolerancia religiosa. La Primera Carta de Virginia (1606), documento que precedió el Pacto del Mayflower (1620) seguía la más línea de priorizar la intelección de la primacía del orden transcendental, incluso sobre el de la monarquía.

Las subsiguientes colonias que se fueron poblando veían a colonos de diferentes sectas cristianas. Las “Órdenes Fundamentales de Connecticut” (1639) y los “Artículos de la Confederación de Nueva Inglaterra”(1643), fueron otros ejemplos de cómo quedó establecido, como primer derecho, la libertad de culto concebido como un derecho natural. Tomando en cuenta la diversidad entre las denominaciones que abrazaban los colonos a través del nuevo territorio, existía una insistencia de separar el Estado de la iglesia y que esto sería saludable. La idea de separar el Estado de la religión, hay que estar claro, era para proteger a la religión de la manipulación política. No era por un frenesí de secularismo.

 La Guerra de Independencia estadounidense

Los descendientes de los colonizadores originales, pese de haber venido desde diferentes trasfondos denominacionales cristianos, brotaban todos del mismo árbol del cristianismo con un aferramiento profundo a la idea de que la libertad no era una dádiva convencional, sino un obsequio divino y que el arquetipo político ideal era de un gobierno limitado con una ciudadanía piadosa. Los primeros brotes de separatismo eran movimientos que clamaban derechos negados por las autoridades en Inglaterra y que dichos atropellos infligían en sus derechos como hombres libres. En otras palabras, se estaba violando la Ley Natural.

La Declaración de Independencia (“Declaración”) (1776), firmemente anclada en la noción de los derechos preminentes otorgados, no por gobiernos sino por Dios, articuló elocuentemente el derecho de rebelión. Dicha Declaración, curiosamente, fue redactada más de un año posterior al inicio de la contienda bélica. Gran Bretaña inmediatamente lanzó una ofensiva brutal tratando de sofocar lo que entendía era una mera sublevación. Todavía no se había secado la tinta de la Declaración cuando los británicos tomaron control de Nueva York. Un año después, Filadelfia, la capital de la nación incipiente, también lo estaba. El general Washington y el Ejército Continental (el nombre de los FF.AA. independentistas) habían sufrido derrotas terribles.

Los pronunciamientos y las cartas de Washington atestiguan la de un hombre aferrado a la fe, mientras contemplaba el derrumbe de su ejército. Todo cambió en Saratoga, un lugar 189 millas al norte de la ciudad de Nueva York. Comenzando el 19 de septiembre y concluyendo casi un mes después, en la “Batalla de Saratoga” las fuerzas estadounidenses lograron una victoria impresionante capturando más de 5,800 soldados británicos. Esta victoria del general Horatio Gates, alteró favorablemente el curso de la guerra a favor del Ejército Continental. Francia, a raíz de esta conquista por los independentistas, decidió entrar en el conflicto del lado de EE.UU.

A raíz de este triunfo, el Congreso Continental, -una especie de gobierno en armas-, proclamó el 18 de diciembre de 1777, como resultado de este gran acontecimiento que reformuló el giro de la guerra por esa batalla insigne, un día para dar acción de gracias por lo ocurrido. Dicha institución representativa de la nación estadounidense, sostuvo esta proclamación anual de manera continua hasta 1784. Al consumarse favorablemente la Guerra de la Independencia, el ya presidente Washington, oficialmente proclamó el 3 de octubre de 1789 un día de oración nacional y de dar gracias al Ser Supremo en forma colectiva como nación.

 El presidente Washington proclamó, en 1795, una segunda celebración de un Día de Acción de Gracias. En esta ocasión, lo hizo en gratitud por la resolución de lo que fue el primer reto al gobierno federal, una insurrección local llamada la “Rebelión del Whisky”.  Presidentes sucesivos como John Adams y James Madison (ambos miembros del Partido Federalista) siguieron la tradición de hacer fiestas nacionales ese día. Algunos presidentes anti federalistas, hay que destacar, se opusieron. Sin embargo, ya para mediados del siglo XIX más de 16 estados, ejerciendo su propia autoridad territorial, celebraban esta fecha en el mes de noviembre.

La Guerra Civil

Lincoln, nuevamente, desde el primer año de la Guerra Civil puso en práctica la costumbre de establecer un día nacional para rendirle agradecimiento a Dios. (Flickr)

La Guerra Civil estadounidense (o la Guerra entre los Estados) fue el acontecimiento más dramático de los EE.UU. Problemas irresueltos desde la fundación del país, como fue la cuestión de la esclavitud, era una mancha moral, nacional y una inconsistencia con la premisa de los derechos naturales y el enaltecimiento de la libertad como enfoque principal contenido en la propia Declaración.

Estos problemas, hay que insistir, no escaparon la mente de Washington, Adams, Hamilton, Jefferson y otros próceres. La fragilidad de preservar la cohesión nacional en una república recién estrenada y que estaba compuesta por trece colonias autónomas, resultó un reto difícil para solucionar en ese momento. Le tocaría a Abraham Lincoln esa intrincada tarea.

Para Lincoln, la fe en Dios y el apego a una cimentación bíblica, lo llevó a elevar el tema de la esclavitud y su desconexión con los principios fundacionales del país, a una cruzada intransigente de no claudicar y de pagar cualquier precio con tal de abolirla, de alinear a la nación con los ideales patrios y de preservar la unión. La sucesión de los estados del Sur, la proclamación de la Confederación (gobierno de los estados del Sur) y el ataque a una fortaleza federal formalizó la contienda sangrienta. Lincoln, desde el principio de la guerra, celebró un día nacional para darle gracias a Dios y nunca lo dejó de hacer.

En la fase inicial de la guerra, los sureños demostraron saber pelear mejor. Los ejércitos del Norte, comandados por generales ineptos como el general George B. McClellan, le dificultaron seriamente la tarea presidencial a Lincoln. Después de que el “Gran Emancipador” limpió casa y reconstituyó el mando militar colocando a estrellas como George G. Meade, William Tecumseh Sherman y Ulysses S. Grant en puestos militares claves, el curso de la guerra cambio a favor del Norte. Hubo un enfrentamiento sanguinarios en Pensilvania, que alteraron el curso de la guerra decisivamente para los federales como la “Batalla de Gettysburg” (1863).

Lincoln, nuevamente, desde el primer año de la Guerra Civil puso en práctica la costumbre de establecer un día nacional para rendirle agradecimiento a Dios. En 1863, 4 meses después de la victoria decisiva en Gettysburg, Lincoln convirtió el Día de Acción de Gracias en una fecha nacional para celebrarse en el último jueves del mes de noviembre. Posteriormente, esta celebración quedó marcada en el calendario marcado para siempre, enmendándose en 1941, para ajustarla al cuarto jueves de noviembre.

El Día de Acción de Gracias encapsula una celebración ligada, directamente, a la fundación de la nación, a las guerras para alcanzar la libertad, la independencia, rescatar sus valores inherentes y salvar la república. De igual forma, es una ocasión que se estableció para que todo un pueblo tome conciencia de la importancia del papel de Dios en nuestras vidas y de expresar esa gratitud colectivamente, como nación bendecida.

No es una ocasión para encontrar ofertas al día siguiente en las tiendas, o tomar en cuenta otras consideraciones seculares que desvirtúan la esencia de la celebración. Es una fecha nacional sacrosanta que reúne patriotismo y devoción divina y define, mejor que ningún otra, los valores inherentes de los EE.UU.

Haciendo referencia a la virtud que es la gratitud, Marco Tulio Cicerón dijo, “… esta virtud no sólo es la más grande de las virtudes, sino también la madre de todas las demás.”. El Día de Acción de Gracias se inició y se estableció en EE.UU. para darle gracias a Dios Todopoderoso, sin excusas, sin timidez, y de forma pública como una sociedad virtuosa y libre.

Es ahí donde encontraremos siempre la verdadera excepcionalidad de esta nación. Cualquier desviación de o reto a esta base fundacional, es una agresión hacia la república. En estos días de tanta oscuridad, demos gracias a Dios y roguemos para que nos de la fuerza para enfrentar los desafíos de este momento, igual que hicieron Washington y Lincoln en sus tiempos ¡Qué así sea!

El American © 2020

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Tomado  de http://www.ellugareno.com/

Presencia hispana en los Estados Unidos: Quinto Centenario 

(Fragmento publicado 10 de mayo de 2013 en el blog El Lugareño)

Por Frank de Varona *

Menéndez (Pedro Menéndez de Avilés)  zarpó de Cádiz el 28 de junio de 1565 con una flota de 19 naves y más de 1000 hombres, entre ellos cuatro sacerdotes. El capellán de la flota era Francisco López de Mendoza Grajales. El 8 de septiembre de 1565 el Adelantado desembarcó con mucha pompa y ceremonia en la aldea que los indios llamaban Seloy en La Florida y se acercó a una cruz que le presentó el padre Francisco López de Mendoza Grajales y la besó. El capellán había bajado a tierra el día antes. Se cantó el himno Te Deum Laudamus (de gracias a Dios) y se celebró la Santa Misa. Allí se fundó la primera ciudad europea permanente en los Estados Unidos, la cual recibió el nombre de San Agustín. Los indios timuacanos del área imitaron lo que vieron y junto con los españoles intercambiaron comidas. Éste fue el primer Día de Acción de Gracias celebrado en esta nación, más de medio siglo antes del celebrado por los peregrinos ingleses en Plymouth, Massachussets. En San Agustín se creó la primera parroquia católica en lo que es hoy los Estados Unidos y la llamaron Nombre de Dios, el mismo nombre con que se conoce en la actualidad. Fray Alonso de Escobedo, el sacerdote asignado a la misión de Nombre de Dios escribió el primer poema épico que llamó, La Florida, describiendo sus experiencias en el Nuevo Mundo.

Menéndez marchó desde San Agustín bajo una severa tormenta hacia el norte y sorpresivamente capturó el fuerte de Carolina. Después marchó hacia el sur y derrotó a otro grupo de franceses. Menéndez pasó a cuchillo a los franceses hugonotes o protestantes que rehusaron convertirse al catolicismo. Por esto ha sido muy criticado, pero historiadores objetivos han escrito que Menéndez no tenía suficiente comida para estos prisioneros ni suficientes soldados para custodiarlos. Fue necesario para sobrevivir la matanza que ocurrió.

Menéndez fundó ciudades y fuertes y estableció las primeras misiones jesuitas en los estados actuales de La Florida, Georgia, las Carolinas y una en Virginia. Gobernó La Florida y Cuba durante 10 años y protegió todos los asentamientos españoles en el mar Caribe construyendo fuertes y murallas para su defensa contras piratas, corsarios y bucaneros.

En febrero de 1566 Pedro Menéndez de Avilés llegó frente al área actual de Miami. Para su sorpresa el adelantado vio una canoa donde venía una persona media desnuda con un crucifijo. No era un indio, sino un español, que había naufragado hacía 17 años. Se llamaba Escalante d´Fontanela y había nacido en Colombia. Cuando tenía 13 años se hundió su barco y vivió entre los indios Tequestas que tenían una aldea en la parte sur de la desembocadura del río Miami a la bahía de Vizcaya (Biscayne). Recientemente se encontró esta aldea cuando se iba a construir un gran edificio frente al mar. Fontanela sirvió a Menéndez de guía y de intérprete y posteriormente publicó sus memorias en 1575 describiendo su vida con los indios del área de Miami y sus visitas a los cayos de la Florida y a otras áreas.

Al año siguiente Menéndez fundó una misión en el área actual de Miami que se llamó Tequesta, como los indios de este lugar. Un hermano jesuita, Francisco Villarreal, trató sin éxito de evangelizar a los indios. El principal problema fue los soldados que lo acompañaron comenzaron a molestar a las indias tequestas. Después que un soldado mató a un indio, los tequestas se rebelaron y mataron a cuatro soldados. La misión fue abandonada. En el área de Charlotte Bay, en un cayo que actualmente se llama Mound Key, Menéndez estableció otra misión que llamó San Antonio a cargo del padre jesuita Juan Rogel, que era el superior del hermano Villarreal. Esta misión entre los indios calusas tampoco tuvo éxito y fue abandonada.

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* Frank de Varona is an educator, historian, journalist, and internationally known expert on politics, economics, foreign affairs and national security issues. He was born in Cuba and, at the age of 17, he participated on the Bay of Pigs invasion in an effort to eradicate communism in Cuba. After spending two years in prison, he returned to the United States, where he earned three college degrees. He is married and has a daughter and a grandson.





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miércoles, noviembre 26, 2025

Jorge Luis González Suárez desde Cuba: Los enormes basureros que proliferan por toda la ciudad generan peste y enfermedades, como la actual epidemia de arbovirosis.

La Habana que fue y ya no es

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Los enormes basureros que proliferan por toda la ciudad generan peste y enfermedades, como la actual epidemia de arbovirosis.

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Por Jorge Luis González Suárez

Noviembre 19, 2025

LA HABANA.- Celebramos un aniversario más de la fundación de San Cristóbal de La Habana. El 16 de noviembre de 1519, hace 506 años, se realizó el acto fundacional. Como siempre, la fecha llega con su ritual conmemorativo y los eventos previstos.

Es un orgullo para quienes nacimos en esta ciudad y también para quienes llegaron de otros lugares del país y hoy viven en la “capital de todos los cubanos”.

Sobre la fundación, varios historiadores discrepan del lugar original. Algunos sostienen que la villa se estableció primero en la costa sur de la actual provincia de Mayabeque.

Otros incluso dudan del sitio exacto de la famosa ceiba donde, aseguran, se celebró la primera misa. Ese árbol estaba casi a la orilla del mar. La ceiba actual ha sido sustituida varias veces por el daño del salitre. Si Cuba era un gran bosque, ¿no pudo haberse elegido otra ceiba cercana?

También la fecha es motivo de dudas. El Acta Capitular, que probaba el día fundacional, se perdió cuando el pirata francés Jacques de Sores atacó y quemó La Habana en 1555.

En los Archivos de Indias tampoco existe copia del documento. Por eso no es posible afirmar con certeza que La Habana se fundó el 16 de noviembre de 1519. Se cree que se escogió esa fecha porque en el santoral católico corresponde a San Cristóbal.

El pequeño asentamiento inicial creció durante cinco siglos hasta alcanzar unos 800 kilómetros cuadrados.

Antes de 1959, la modernización urbanística avanzó de forma constante. A las grandes residencias coloniales se sumaron las mansiones de Miramar y los hoteles y rascacielos del Vedado en los años 50. El resto de la ciudad se llenó de edificios multifamiliares, viviendas humildes, solares, cuarterías y mercados de todo tipo. Todo convivía en una urbe atravesada por amplias avenidas y calzadas.

Las fuentes documentales sobre La Habana son vastas. Hay obras de autores cubanos y extranjeros, además de grabados, fotos y películas. Entre los textos imprescindibles están “Lo que fuimos y lo que somos o la Habana antigua y moderna”, de José María de la Torre; “Habana Antigua”, de Manuel Pérez Beato; y “La Habana; apuntes históricos”, de Emilio Roig de Leuchsenring, primer historiador de la ciudad.

Hoy, caminar por La Habana revela un panorama desolador. Mucho ha desaparecido por la incuria y la desidia de las autoridades. Solo una pequeña parte del casco histórico está restaurada, gracias al fallecido Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal. Esa zona es, además, la más visitada por los turistas.

Los derrumbes son frecuentes y causan heridos y muertos. Tras ellos, o tras demoliciones por mal estado, quedan espacios vacíos. En el mejor de los casos, se convierten en parques o parqueos.

Los enormes basureros que proliferan por toda la ciudad generan peste y enfermedades, como la actual epidemia de arbovirosis. La recogida de desechos es lenta y deficiente.

Si sumamos los apagones que dejan a oscuras grandes zonas, los comercios y servicios cerrados, la falta de agua potable en muchos barrios, el pésimo transporte urbano y el aumento de la delincuencia, tenemos un panorama que recuerda al infierno descrito por Dante.

Juan Formell tituló una de las canciones más conocidas de Los Van VanLa Habana no Aguanta Más”.

Cierto. Esa es una verdad como un templo

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Paquito Vlogs777

2025

Un Reflejo de lo que fuimos y lo que somos / (CUBA)



Pepe Forte

Noviembre 25, 2025

Cuba: Tétrico Panorama de Salud Publica

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DE LOS ARCHIVOS DEL BLOG BARACUTEY CUBANO

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano que desde hace años  he estado publicando.


Un detalle que quizás caracterice la personalidad de Eusebio Leal es la siguiente: 

En las primeras décadas de la República de Cuba, se suscitó un debate científico en la Academia de Ciencias de Cuba sobre la existencia o no de la legendaria ceiba en la reunión del primer cabildo habanero y en la primera misa. Don Fernando Ortíz  tenía la opinión que esa ceiba existió y Emilio Roig de Leuchsering (posteriormente   Historiador de la Ciudad de La Habana y supuesto  mentor de Eusebio Leal) afirmaba que no existió. El debate finalizó saliendo triunfante la idea de la NO existencia de dicha ceiba. Muchos años después Eusebio Leal en un oportunismo por incrementar el turismo a la Ciudad de La Habana y con ello las arcas de la tiranía Castrista  retoma la opinión de Fernando Ortiz y no la de su supuesto mentor, inventando leyendas alrededor de esa ceiba, y de sus supuestas sucesoras, que  es la que está en el templete muy cerca de la costa. Por cierto: ¿ Alguien ha visto alguna vez una ceiba frondosa muy cercana a una  costa? . Las profundas raices de las ceibas y el agua salobre cercana a las costas tienen mucho que ver. En la Península de Guanahacabibes se pueden ver, en el primer y en el segundo farallón,  ceibas raquíticas.

Eusebio Leal hasta desvistió del resano  los pocos restos de la antigua muralla que protegía a La Habana para aparentar que estaban en su aspecto original, lo cual no es  cierto. hay personas, incluyendo la viuda de  Emilio Roig de Leuchsering  y el hijo del Presidente Alfredo Zayas que trabajaba en la Oficina del Historiador de La Habana, que Eusebio Leal Leal nunca fue discípulo de Emilio Roig de Leuchsering.
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La Ceiba

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Sobre una añeja tradición habanera
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Por Waldo Acebo Meireles
Miami
28/11/2019

El pasado 16 de noviembre, de acuerdo a las noticias llegadas de por allá, los habaneros [de origen o adoptados] le dieron las tres vueltas a la ceiba que se encuentra en el Templete, en el extremo noroeste de la Plaza de Armas. Era una añeja tradición habanera, como aquella otra que se celebraba también en noviembre, el día 2, día de los Fieles Difuntos que nada tiene que ver con el Halloween de por acá, ni con el Día de los Muertos mexicano.

Era tradición en ese día, más bien en la noche de ese día, en la Plazuela del Santo Ángel Custodio, frente a la vetusta iglesia del mismo nombre, en ese reducido lugar que era conformado por el encuentro de la calle Compostela con Cuarteles, era la cima de la única colina existente en la Habana Vieja, celebrar una representación del Don Juan Tenorio de José Zorrilla, esto ocurría invariablemente todos los años, esa obra de sustancia trágico-religiosa que contenía, entre otros cientos, estos versos:

¿No es verdad, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?

Que los habaneros, y también los que no lo eran, sustituían los últimos dos con otros más bien obscenos que hubiesen escandalizados a la pura e ingenua ideal receptora de los mismos.

Pero volvamos a la ceiba, pongámosla con mayúscula la Ceiba del tema, que Pichardo llamó séiba [SIC] y señalaba: “Arbol silvestre, el más grande de todos, el gigante de los campos, que con cien brazos abiertos parece amenazar el cielo”[1] Poético nuestro lexicógrafo, que además de considerar que es una voz indígena, le dedicó poco más de página y media al tema.

Pero volvamos a nuestro asunto, otro de nuestros eruditos consideró que esto de la misa a la sombra de una ceiba es una leyenda sin base alguna, ni documento que lo acredite en las Actas Capitulares habaneras, ni en los Archivos de India, en Sevilla[2].

(Ceiba y Templete, La Habana.)

Es decir que es un cuentecito bonito y que desarrolló una tradición que consistía en darle vuelta a la Ceiba tres veces en la dirección contraria a las manecillas del reloj y pedir un deseo, no tres como están ahora exagerando los habaneros y por otra parte no se realizaba esta actividad, que podía marear a alguna viejecita habanera, el día 16 sino en la noche anterior, y antes de las doce campanadas, así de complicada era la ceremonia.

Otro asunto es que esta de ahora es la quinta ceiba que ocupa tan especial lugar en el imaginario habanero, la primera, la supuesta original falleció en 1757 de muerte natural, sabrá dios a que edad, pero por lo menos tenía unos 250 años; la segunda la talaron en 1827 para construir el Templete, es decir fue asesinada con poco más de 70 años; la tercera a pesar de todos los esfuerzos realizados murió en 1960, mal pronóstico, con unos 140 años; la cuarta, la pobre le tocó ser sembrada por las inhábiles manos para la agricultura que ha demostrado el régimen, y duró hasta 2016, es decir fue una víctima más de esas incapacidades agrarias solo duró 56 añitos. ¿Cuánto durará la actual? No le arriendo ganancias.

Pero si le vamos a creer a otro de nuestros eruditos[3]: “…la ceiba de El Templete fue el emblema de la municipalidad de la villa de La Habana, y el más antiguo y permanente emblema de libertades ciudadanas que conservamos en Cuba. A esa ceiba debiera concurrir nuestro pueblo habanero en peregrinación cada vez que sienta mermadas sus libertades”; tendríamos que acudir a la Ceiba en peregrinación masiva y cotidiana, darle las tres vueltas y pedir un solo deseo. Uno solo es suficiente.

[1] Esteban Pichardo.- Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas.
[2] Emilio Roig De Leuchsenring.- Actas Capitulares Del Ayuntamiento De La Habana T I Vol II pp. 177-180.

[3] Fernando Ortiz.- Archivos del Folklore Cubano, La Habana, Volumen Ill, Num. 3, pp. 287-288.



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martes, noviembre 25, 2025

LA PROBLEMÁTICA DE LA ANEXIÓN Y LA INDEPENDENCIA DE CUBA DE ESPAÑA. ALGUNAS POSICIONES DENTRO DE LOS ESPECTROS POLÍTICOS DE: EE.UU., DE ALGUNOS PATRIOTAS DE LA ISLA Y DE ALGUNAS REPUBLICAS IBEROAMERICANAS

 Nota  del Bloguista de Baracutey Cubano 



Las palabras anteriores son de Manuel  Márquez Sterling  y fueron tomadas de la página 26  de La diplomacia en nuestra historia. Antes de proseguir les diré que SOY UN INDEPENDENTISTA CUBANO, un independentista cubano en el sentido martiano de independencia, el cual generaliza aquel que restringe ese concepto a una relación Colonia- Metrópoli.

José Martí dijo:

¨ La independencia de un pueblo consiste en el respeto que los poderes públicos demuestren a cada uno de sus hijos.¨

y observen que los poderes públicos pueden ser foráneos o no y que el respeto es hacia cada uno de sus ciudadanos y no a una parte.

Por cierto José Martí dijo:

¨Y no quiero a mi patria ¡no! víctima de capataces. La prefiero esclava de los demás a verla esclava de sus hijos.¨, palabras citadas por la relevante historiadora 
Hortensia Pichardo en su libro José Martí-Lecturas para los niños, en su capítulo Mi Patria y en  la página 189 de la edición publicada en Cuba en 1990 por el Combinado Poligráfico de Guantánamo.

Lo cual es compatible con lo escrito en su carta a Máximo Gómez, al escribirle al dominicano su determinación de:

¨no contribuir en un ápice por el amor ciego a una idea en que me está yendo la vida, a traer a mi tierra a un régimen de despotismo personal, que sería más vergonzoso y funesto que el despotismo político que ahora soporta y más grave y difícil de desarraigar, porque vendría excusado por algunas virtudes, establecido por la idea encarnada en él, y legitimado por el triunfo¨ (Tomo 1, 177)

Soy también una persona que no me gusta quedarme en los conocimientos que me han dado, ni repetirlos tal como me los enseñaron, pues hay muchas personas manipuladoras por ahí. No creo tener la verdad absoluta y mucho menos me gusta imponerle mis criterios a alguien, pero me gusta mostrar lo que otros esconden pese a que no soy un exhibicionista   :-)

La Comisión creada en la Asamblea de Guáímaro para estudiar el problema de la anexión de Cuba a los Estados Unidos dio sus conclusiones unánimes de carácter afirmativo a la anexión. El Presidente Carlos Manuel de Céspedes la firmó ( ciertamente sin mucho entusiasmo pero la firmó obedeciendo el mandato popular y el de la comisión) y la envió al representante cubano Morales Lemus. Morales Lemus entregó la carta pero el Secretario de Estado Hamilton Fish (el mayor opositor a la independencia cubana del gabinete del Presidente Grant) no le puso los sellos de haberla recibido pues el Presidente Grant no la aceptó ENTRE OTRAS COSAS por cumplir el pedido de su amigo Rawlings, excompañero de armas y exmiembro del gabinete, que moribundo de tuberculosis le pidió la independencia cubana ya que era algo que los EE.UU. le debía a Cuba; Rawlings era un ferviente admirador de la Independencia cubana sin tener motivos racistas para desearla, como si los tuvieron otros norteamericanos que eran partidarios de la independencia cubana por ideas racistas; Rawlings, ese gran norteamericano, ha sido desterrado de la Historia cubana como tantos otros. Otros, como Teodoro Roosevelt, han sido vilipendeados pese a estos criterios de dos grandes cubanos:

Manuel Sanguily y Enrique José Varona declararon respectivamente, a raíz del deceso de Teodoro Roosevelt, al Heraldo de Cuba el siete de enero del 1919: “ ... ocurrió fatalmente la intervención de los americanos por culpas que no fueron suyas, pues que, al contrario, procuró cuando estuvo en sus manos, evitarlas ...” y “ ... nos dio su consejo sano y desapasionado en momentos de prueba para la nueva nación ...”.

La carta de Roosevelt al embajador cubano Gonzalo de Quesada del 14 de septiembre de 1906 y su telegrama a Estrada Palma del 25 de septiembre de ese mismo año así lo muestran. Algunos fragmentos de la mencionada carta son:

" Solemnemente conjuro a todos los patriotas cubanos a unirse estrechamente para que olviden sus diferencias, todas sus ambiciones personales, y recuerden que el único medio de conservar la independencia de su república es evitar, a todo trance, que surja la necesidad de una intervención exterior para salvarla de la anarquía y de la guerra civil.
Espero ardientemente que estas palabras de apelación, pronunciadas en nombre del pueblo americano, por el amigo más firme de Cuba y el mejor intencionado hacia ella que pueda existir en el Mundo, serán interpretadas rectamente, meditadas seriamente y que se procederá de acuerdo con ellas, en la seguridad de que, si así se hiciere, la independencia permanente de Cuba y su éxito como República se asegurarán." (Pichardo, Documentos para el estudio de la Historia de Cuba 283)

En el telegrama de Teodoro Roosevelt a Estrada Palma del 25 de septiembre, éste le escribe en un tono invocatorio y suplicante:

" Bajo su gobierno y durante cuatro años, ha sido Cuba República independiente. Yo le conjuro, en bien de su propia fama de justo, a que no se conduzca de tal suerte que la responsabilidad por la muerte de la República, si tal cosa sucediere, pueda ser arrojada sobre su nombre. Le suplico proceda de manera tal, que aparezca que Ud. por lo menos, se ha sacrificado por su país y que lo deja aún libre cuando abandone su cargo." (Pichardo, 285)
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CARTAS CASI SIEMPRE IGNORADAS DEL ANEXIONISMO CUBANO DEL SIGLO XIX

( Muy breve fragmento de mi ensayo Ecos de Una Extraña Petición, Mención del Concurso Vitral 2000, concurso de la revista del mismo nombre de la Diócesis de Pinar del Río; el premio quedó desierto ...por las bases del concurso de haber recibido el premio se tenía que publicar )

Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso

En el estudio del anexionismo cubano se ignoran muy frecuentemente las cartas proanexionistas de Carlos Manuel de Céspedes y de Ignacio Agramonte y se centraliza esa ideología en la figura de Narciso López. Algunos fragmentos de algunas de esas cartas de Céspedes se exponen a continuación:

1) A William Seward, secretario de Estado de los Estados Unidos del gobierno de Andrew Johnson, 24 de octubre 1868. Firmada por Céspedes, Pedro Figueredo, Bartolomé Masó y Francisco Maceo Osorio entre otros:
al acordarnos de que hay en América una nación grande y generosa, a la cual nos ligan importantísimas relaciones de comercio y grandes simpatías por sus sabias instituciones republicanas que nos han de servir de norma para formar las nuestras, no hemos dudado un solo momento en dirigirnos a ella, por conducto de su Ministro de Estado, a fin de que nos preste sus auxilios y nos ayude con su influencia para conquistar nuestra libertad, que no será dudoso ni extraño que después de habernos constituido en nación independiente formemos más tarde o más temprano una parte integrante de tan poderosos Estados, porque los pueblos de América están llamados a formar una sola nación y a ser la admiración y el asombro del mundo entero.68

2) Al agente del Gobierno en Armas en Estados Unidos, el 2 de enero de 1869:

V. comprenderá que en la mente de la mayoría de los cubanos, de los que se precian de conocer nuestra situación social, esta siempre fija la idea de esa anexión como último recurso para no caer en el abismo de males en que según ellos nos lanzaría una encarnizada guerra de razas; y como a eso agregan, que conocen la índole y el carácter de los dependientes de España, nacidos en América y tan dados a formar partidos y a sostener ambiciones, argumento que tiene aquí muchos partidarios que lo apoyan, es conveniente indagar el espíritu de ese Gobierno sobre el particular para poder dirigir en todo caso la marcha de los acontecimientos.69

Según Leuchsenring, en la página 120 de la obra citada, al día siguiente Céspedes demandó del Presidente Grant ayuda para arrancar la Isla de la dominación española e incorporarla como un estado más de la Unión Norteamericana .

3) Circular a los mandos, con motivo del nombramiento de Thomas Jordan, como jefe de operaciones de Camagüey; mediados de 1869.

[Cuento con] que usted con su conocimiento y su voluntad coadyuvará por cuantos medios le sugiera su amor a la patria, a que llevemos a feliz término la consolidación de nuestro gobierno, haciendo conservar el necesario equilibrio de los diferentes poderes que lo constituyen, para que mañana podamos ser dignos de entrar a formar parte de la Gran República Americana que hemos tomado por modelo, y a la cual hemos propuesto ya nuestra anexión...70

La proposición de la que se habla en el fragmento anterior es el acuerdo de la Cámara de Representantes, acuerdo aprobado por unanimidad (y posteriormente firmado por Céspedes), que planteaba:

Hacer presente al Gobierno y al pueblo de los Estados Unidos, que este es realmente, en su entender, el voto unánime de los cubanos y que si la guerra actual permitiese que se acudiera al sufragio universal, único medio de que la anexión legítimamente se verificara, esta se realizaría sin demora.71

Algunos historiadores dicen que este acuerdo no le fue entregado por José Morales Lemus, ministro de la República en Armas en Estados Unidos, al presidente Grant; otros historiadores dicen que lo entregó pero que  Hamilton Fish, Secretario de Estado,no le puso los sellos necesarios para certificar u oficializar que lo había recibido. No obstante, no se puede inferir, en cualquiera de esas dos situaciones, que Grant desconoció de esas intenciones del Gobierno en Armas.

Existieron antecedentes de este acuerdo muy cercanos en el tiempo: las cartas de la Asamblea del Centro al presidente Grant y al general Banks del 6 de abril de 1869. De estas cartas mostraremos respectivamente un fragmento:

(Ignacio Agramonte,  uno de los firmantes de las cartas del 6 de abril de 1869)

Parece que la Providencia ha hecho coincidir estos acontecimientos con la exaltación al Poder del partido radical que representáis, porque sin el apoyo que de ese partido aguardamos, puestos en lucha los cubanos con un enemigo sanguinario, feroz, desesperado y fuerte, si se consideran nuestros recursos para la guerra vencerán ( los cubanos ) si, que siempre vence el que prefiere la muerte a la servidumbre, pero Cuba quedara desolada, asesinados nuestros hijos y nuestras mujeres por el infame gobierno que combatimos, y cuando según el deseo bien manifiesto de nuestro pueblo, la estrella solitaria que hoy nos sirve de bandera, fuera a colocarse entre las que resplandecen en la de los Estados Unidos, sería una estrella pálida y sin valor.72

Después de agradecer a Banks la resolución presentada por él en el Congreso, la cual autorizaba al Presidente de los Estados Unidos a reconocer la independencia de Cuba, se lee:

Cuba desea después de conseguir su libertad, figurar entre los Estados de la gran República; así nos atrevemos a asegurarlo interpretando el sentimiento general . Puede Ud. estar seguro que si los E.U. no se apresuran a proporcionarnos sus valiosos auxilios, una larga guerra mantenida con un enemigo que conociendo su impotencia tala y destruye los campos que ya no volverá a poseer, ha de cubrir de ruinas nuestro hermoso país. A la gran República, como defensora de la libertad, como Nación a cuyos brazos nos lanzaremos terminada la guerra, y como protectora de los destinos de América, le corresponde en rigor, dar con su influjo un término inmediato a esta terrible contienda.73

Esas cartas pueden leerse íntegramente en el libro Ignacio Agramonte. Documentos, de Juan Jiménez Pastrana, editado y publicado  en La Habana, Cuba, en 1974, por la Editorial de Ciencias Sociales al ser Ignacio Agramonte, uno de los firmantes del mencionado acuerdo y de las mencionadas cartas de la Asamblea del Centro.

No obstante el contenido de las cartas citadas de Céspedes, es preciso y justo decir que el Padre de la Patria no fue un ferviente defensor de la anexión a ultranza, pero plantear, que esos planteamientos fueron bien de carácter coyuntural por algunas situaciones en el desarrollo de la guerra o producto de un sentido de integración de toda la América en un estado, o como resultado de las mayoritarias fuerzas anexionistas camagüeyanas presentes en la Asamblea de Guáimaro es hablando popular y gráficamente: " tratar de tapar el sol con un dedo"; para ya no opinar sobre el criterio de que esas fueron veleidades. Un argumento más sólido en contra de la sinceridad de los escritos de Céspedes a favor de la anexión puede ser el siguiente fragmento, escrito por Céspedes en 1869 a la emigración cubana en E.U., citado por Ramiro Guerra en su obra La Guerra de los Diez Años :

Todo se pierde si ustedes no me ayudan con un esfuerzo poderoso. Vengan Yanquis, vengan demonios, venga el infierno entero en nuestra ayuda, con tal que de que venga alguien. Después haremos con los que nos ayuden lo que ahora hacemos con los españoles.

El anexionismo de esos años es un anexionismo liberal democrático y no esclavista como del que había sido portador años antes el general venezolano Narciso López, el histórico chivo expiatorio del movimiento anexionista, por sus relaciones conspirativas con los esclavistas de los estados sureños de Norteamérica; aunque debo de aclarar, que ya desde los tiempos de Narciso López, el núcleo anexionista de Puerto Príncipe, el cual tenía ramificaciones en Oriente y era uno de los tres más importantes del país, estaba francamente inclinado por el modelo demo-republicano, capitalista y antiesclavista de los estados del Norte de la Unión Americana.

¿En cuál de estos escritos de Céspedes se muestra su real posición con respecto a la anexión en esos dos primeros años de la guerra ?. Quizás el siguiente párrafo, extraído de una entrevista realizada años después por un corresponsal extranjero a Céspedes y publicada en La Independencia, nos ayude a ganar en claridad sobre este punto:

Al estallar la guerra había indudablemente una gran mayoría del pueblo en favor de la anexión de la isla a los Estados Unidos. Nunca fui muy partidario de esta medida aunque nunca me opuse a ella; pero yo soy uno entre muchos centenares de miles. El pueblo y el ejército en un tiempo hicieron en el Camagüey una demostración con el objeto de ventilar la doctrina de la anexión. Se adoptaron resoluciones, se apoyaron y se enviaron a la Cámara de Diputados que se hallaba allí en sesión. La Cámara adoptó unánimemente la resolución en favor de la anexión. El documento que inmediatamente se llenó de más de mil firmas del pueblo se envió a Nueva York para que se remitiera a Washington...74

El desprecio y el rechazo a esas intenciones cubanas por parte del Presidente norteamericano Ulises S. Grant, serían la razón fundamental de que en el futuro se descartara esa opción por muchos luchadores cubanos y de manera particular en Céspedes. José Martí tomaría muy en cuentas estas experiencias en la estrategia de preparación y desarrollo de la Guerra Necesaria.

Las razones que motivaron la solicitud y aprobación de la resolución en favor de la anexión podemos encontrarla en el tipo de gobierno que tenía España sobre Cuba y el prestigio que gozaban entre los cubanos, el gobierno y la sociedad norteamericana. El historiador Pedro Pablo Rodríguez plantea sobre esto lo siguiente:

Cuba fue probablemente uno de los primeros países hispanoamericanos, y de lo que hoy llamamos el Tercer mundo, en establecer un vínculo identificador de la modernidad con el modelo social estadounidense, al extremo de que -según avanzó el siglo pasado, y a diferencia de muchas de las naciones de la América española- las modernas sociedades europeas apenas fueron tomadas, en rigor, como los ejemplos por seguir75

Para los criollos, según el historiador Pedro Pablo Rodríguez, desde fines del siglo XVIII estaba muy claro que España, por su precario desarrollo fabril y los lastres remanentes del feudalismo en su vida y sicología social, no era un modelo de modernidad; al abordar el momento en que fueron desechados por los criollos los más avanzados modelos europeos de sociedad, el mencionado historiador plantea:

... hasta mediados del siglo [ siglo XIX ], Gran Bretaña y Francia -y en alguna medida ,Alemania- continuaron siendo los modelos de desarrollo, mientras que la España desgarrada por las discordias internas seguía viéndose como un país a la zaga de la propia colonia.76

y posteriormente señala que desde principios del siglo XIX ya los Estados Unidos eran observados con interés por los propietarios e intelectuales criollos:
.. en ambos sectores, de manera creciente y continua, la república norteamericana se fue convirtiendo en el horizonte común. La intelectualidad liberal se fue entusiasmando con el sistema político basado en el ejercicio de la democracia electoral, lo que, a su juicio, explicaba la estabilidad social y política del país del Norte en comparación con la América hispana, dividida y caudillesca. Por otra parte, mientras aumentaban las relaciones económicas entre Cuba y los Estados Unidos, la sacarocracia se iba interesando no solo por aquel mercado, sino por preparar allí mismo los cuadros que condujesen sus negocios.
Mientras en el decenio de los años 20 solo una pequeña minoría de exiliados, enemigos de absolutismo, residía en los Estados Unidos, para los años 40 era frecuente que la gente pudiente enviara algunos de sus hijos a estudiar ingeniería o comercio al país norteño. De este modo, los Estados Unidos devenían un importante mercado consumidor de las producciones agrícolas de los terratenientes cubanos, a la vez que modelo de eficiencia y de desarrollo mercantil, industrial y tecnológico....77

La esclavitud en los estados del sur de los Estados Unidos era la única mancha del modelo y sistema norteamericano para los liberales de Cuba de esa época, pero ésta desaparece al vencer los estados del norte a los estados del sur en la guerra civil o Guerra de Secesión.
La abolición de la esclavitud en Norteamérica, con la Guerra de Secesión, conmovió la atenta mirada de los liberales cubanos, e incluso levantó las esperanzas de los patriotas, durante los primeros tiempos de la Guerra de los Diez Años, en los beneficios de la anexión o de la independencia asegurada por los Estados Unidos.78

Deseo hacer la siguiente observación: la aceptación de la esclavitud en el Sur (pese al avansadísimo Bill of Rights) por las colonias norteamericanas del Norte, se produjo porque era el único camino para que la aún endeble unión de los de las Trece Colonias no desapareciera. Muchos años después surgiría, según narra José Martí, el Partido Republicano con el objetivo de eliminar ese baldón.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Sobre la causa independentista cubana en el siglo XIX , yo me quedo con la sinceridad de John Aaron Rawlins y no con la actitud de Simón Bolivar. Valoren ustedes.

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EL ESPECTRO POLÍTICO NORTEAMERICANO CON RESPECTO A LA PROBLEMÁTICA CUBANA

(Breve fragmento de mi ensayo Ecos de Una Extraña Petición, Mención del Concurso Vitral 2000, concurso de la revista del mismo nombre de la Diócesis de Pinar del Río, Cuba; el premio quedó desierto ... por las bases del concurso de haber sido premiado el ensayo, se tenía que publicar en Cuba, algo que a la tiranía no le hubiera gustado nada)

Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso


El presidente Grant le prometió inicialmente ayuda a los insurgentes cubanos en una entrevista extraoficial brindada a Morales Lemus, pero en general, fue notoria la posición de Grant en contra de la lucha cubana. Esta actitud fue abiertamente adoptada después de la muerte, 5 de septiembre de 1869, del Secretario de Guerra John A. Rawlins, su amigo y ex compañero de armas. Grant reconoció inicialmente la beligerancia de los cubanos y como consecuencia de ello se habían obtenido ciertas ventajas para la causa cubana en territorio norteamericano; aunque, el historiador Rolando Rodríguez plantea en la obra citada, que el Secretario de Estado Hamilton Fish recibió el reconocimiento pero no le colocó los sellos que lo legalizaban87.

Estas diferentes posiciones adoptadas por personalidades pertenecientes a un gobierno norteamericano, es un ejemplo de la situación general, de que en los diferentes gobiernos norteamericanos han existido personalidades que han adoptado diferentes posiciones con respecto a la causa cubana. No era la misma posición la que ocupaba con respecto a Cuba el Secretario de Guerra Rawlins, de grandes simpatías hacia la causa cubana y llamado "nobilísimo" por el indiscutible historiador antimperialista cubano Emilio Roig de Leuchsenring88, que la posición representada en ese mismo gobierno por el Secretario de Estado Fish.

(John Aaron Rawlins (February 13, 1831 – September 6, 1869) was an United States Army general during the American Civil War, a confidant of Ulysses S. Grant, and later U.S. Secretary of War.)

Poco antes de morir de tuberculosis, el Secretario de Guerra Rawlins le expresó en su lecho de muerte a Creswell, su amigo y compañero de gabinete:

Deseo que le prestéis vuestro apoyo. Cuba debe ser libre. Su tiránico enemigo debe ser aniquilado. Esta República es responsable de ello. Juntos hemos trabajado.89

El historiador Abdala Pupo hace una cita más extensa de las palabras del moribundo Rawlins:

Allí está Cuba, la pobre Cuba que lucha. Quiero que Ud. defienda a los cubanos. Cuba tiene que ser libre. Su tiránico enemigo tiene que ser aplastado. Y no sólo debe ser libre Cuba, sino que deben serlo todas sus islas hermanas. Nuestra República es responsable de su libertad. Yo desapareceré, pero Ud. tiene que tomar a pecho esta cuestión. Por ella hemos trabajado juntos. Ahora le incumbe a Ud. solo velar por Cuba.90

(John Aaron Rawlins cuando era militar)

La imagen de un gobierno norteamericano monolítico y constante en su posición con respecto a Cuba, va en contra del análisis histórico dialéctico de cualquier hecho histórico. Después de comenzada la Guerra de los Diez Años, se presentaron en los Estados Unidos varios proyectos de ley, mociones y resoluciones que reconocían la independencia cubana. El senador Sherman presentó una resolución que autorizaba a Grant a reconocer la independencia, tan pronto considerase que los beligerantes cubanos tenían un gobierno de facto91. Hubo también una proposición que planteaba la anexión.

El presidente Grant con el reconocimiento que inicialmente le dio a la lucha cubana, debido a Rawlins, y su posterior cambio a una posición francamente anticubana, debida a Fish, es una muestra clara de las diferentes posiciones que asumió el gobierno norteamericano en todo el siglo XIX e inicios del XX.

EXPANSIONISMO NORTEAMERICANO Y MEJICANO

El particularizar la posición norteamericana en contra del reconocimiento de la beligerancia cubana, sin plantear la posición oficial que asumieron muchos de los gobiernos de nuestras hermanas repúblicas latinoamericanas en esa guerra, es un error rayano con la manipulación. No plantear esa situación es obviar un necesario análisis dentro del contexto histórico de la región; paradójicamente es muy frecuente mencionar incuestionables episodios expansionistas o imperialistas de E.U. como fueron: la apropiación y colonización del oeste norteamericano y la anexión de una parte del territorio mejicano por Estados Unidos. Pero se omite, o se desconoce, por ejemplo, la ocupación de la región de Yucatán por el Gobierno Mexicano y la guerra de guerrillas que éste tuvo que enfrentar por parte de la población yucateca opuesta a la mencionada ocupación. En otras palabras: se habla mucho (¡ y peor aún: se generaliza !) sobre las reales ambiciones imperiales del presidente norteamericano James Knox Polk, pero se calla, o se desconoce, que el ya mencionado general mejicano Santa Anna, gobernante mexicano en esos mismos años, se ¨anexó ¨ también a Yucatán y para colmo, vendió y deportó como esclavos a Cuba muchos indios yucatecos que se habían opuesto a la ocupación y que habían sobrevivido a la fuerte represión de su gobierno.

(James Knox Polk)

Sobre la anexión de Tejas es necesario profundizar en la historia. Tejas era una región prácticamente abandonada por el gobierno mexicano, lo cual fue aprovechado por muchos colonizadores norteamericanos para asentarse en dicho territorio. El general mexicano Santa Anna sitió entre el 23 de febrero y el 6 de marzo de 1836 a los tejanos en El Álamo, en San Antonio. La guarnición fue totalmente asesinada. La independencia de Tejas fue declarada el 2 de marzo de ese año y el 21 de abril, en San Jacinto, los tejanos derrotaron las tropas del gobierno mexicano.

Es preciso señalar que la población de la República de Tejas, en número ampliamente mayoritario, deseaba la anexión a los Estados Unidos, pero no fue hasta el 4 de julio de 1845 (casi 9 años después y 8 pedidos de anexión rechazados por el Congreso de los EE.UU.) que el Congreso votó por la anexión de Tejas a los Estados Unidos, el cual en ese momento estaba gobernado por John Tyler, el cual firmó la resolución de anexión de Tejas como su último acto como presidente.

(Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón (21 Febrero 1794 – 21 Junio 1876), frecuentemente conocido como Santa Anna o López de Santa Anna, en 1847)

Es frecuente equiparar, y hasta confundir, la anexión de Tejas con la de los territorios mexicanos apropiados por los Estados Unidos después de la Guerra Mejicana que sostuvo los E.U. con ese país y que le trajo como consecuencias a Méjico, la pérdida de California y otros territorios, aunque es cierto, que fueron sucesos ocurridos en las tierras tejanas los que la desataron. Esta guerra fue provocada realmente por las ya mencionadas ambiciones imperiales del presidente Polk, aunque es interesante saber que en California una parte de la población quería independizarse del gobierno mexicano.

En resumen: es una falta grave y frecuente el omitir u obviar, el proceso histórico de conquistas, expansionismo, escisión, desgajamiento, etc., que conformaron nuestras actuales repúblicas latinoamericanas y sus fronteras, a la vez, que se expone de manera muy desinformada, parcial y tendenciosa, algunos episodios expansionistas o imperialistas de los Estados Unidos.

LAS REPUBLICAS IBEROAMERICANAS Y LA PROBLEMATICA CUBANA

En la Guerra de los Diez Años la posición que asumieron las repúblicas latinoamericanas fue muy moderada y en algunos casos muy parecida a la del gobierno de Grant. En el artículo " 1895 y José Martí. Cómo respondió América Latina " de Héctor García Quintana92 se puede leer como solamente nueve gobiernos latinoamericanos dieron su reconocimiento oficial a la beligerancia cubana y algunos de ellos bastante tardíamente: En 1869 México, Chile, Venezuela, Bolivia y Perú; Colombia en 1870; El Salvador y Brasil en 1871 y Guatemala en 1875. En el libro " Memorias de la Guerra" del General Enrique Loynaz del Castillo se pueden leer fuertes críticas a la falta de solidaridad oficial de los gobiernos latinoamericanos durante la Guerra de Independencia de 1895. Ramiro Guerra resumiendo el comportamiento de los gobiernos hispanoamericanos con relación a la Guerra de Independencia de 1895 escribió:

La guerra cubana de 1895 produjo, por una de las constantes paradojas de la historia de Cuba, resultados diametralmente opuestos a los imaginados por Martí. Las Repúblicas hispanoamericanas se abstuvieron de mezclarse en la lucha .93

Pero esta situación era de esperarse si analizamos determinados antecedentes históricos sobre la ayuda de otros gobiernos hacia los criollos de la mayor de las Antillas, veámoslos:

Philip S. Foner hablando del estímulo internacional a la independencia cubana en la década de los años veinte plantea:

... El principal estímulo a la independencia de Cuba vino de Colombia y México. Aparte del hecho de que se sentían en deuda con los patriotas cubanos que habían combatido en sus ejércitos y esperaban pagar esa deuda ayudando a liberar a Cuba de España, los caudillos revolucionarios sabían que mientras la isla permaneciese en manos españolas seguirían siendo un peligro para la causa emancipadora. Porque Cuba era la base en América desde donde proyectaba Fernando VII reconquistar los nuevos estados independientes. Por eso, no es de extrañar que, durante este período, Colombia y México procurasen fomentar en Cuba la rebelión contra España. 94

y mucho más adelante señala:

En 1830, la década de esfuerzos intensos por la independencia de Cuba se había cerrado. Las autoridades españolas seguían acusando a Colombia y México de proseguir su plan de invadir la isla, pero tal acusación tenía muy poca base real: la oposición de Estados Unidos había resuelto definitivamente la cuestión. Además, con la caída del reaccionario gobierno borbónico en Francia y el ascenso de Luis Felipe al trono de 1830, Fernando VII había perdido toda posibilidad de ayuda francesa para reconquistar sus antiguas colonias. México y Colombia, libres ya de la amenaza de España, dejaron de prestar ayuda a las actividades independentistas en Cuba, y el reconocimiento formal, por parte de España, de las repúblicas hispanoamericanas, que ocurrió en 1836, acabó con todas las esperanzas cubanas de auxilio procedente de aquellos países.95

(Simón Bolivar)

Pero es mi criterio que las verdaderas razones del cese de las promesas de ayuda hacia Cuba por parte de las repúblicas hispanoamericanas podemos encontrarlas en el siguiente fragmento de una carta personal (es decir, sin la finalidad que su contenido se conociera públicamente ) de Bolivar del 20 de diciembre de 1824 al general Santander:

¨Me parece bien que el gobierno de Colombia, por los medios que juzgase a propósito, intimase a España que si en tanto tiempo no reconocía la independencia de Colombia y hacía la paz, estas mismas tropas irían inmediatamente a La Habana y Puerto Rico. Más cuenta nos tiene la paz que libertar esas dos islas: J’ai ma politique a moi. La Habana independiente nos daría mucho que hacer, la amenaza nos valdría más que la insurrección. Yo tengo mi política. Este negocio bien conducido puede producir un gran efecto. Si los españoles se obstinaren, Sucre puede ir a una parte, y Páez a otra, porque ambos están animados del mismo deseo ...¨ 96

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Tomado de http://primaveradigital.org


Hamilton Fish el Fouché estadounidense



Por Frank Cosme Valdés Quintana

Santos Suárez, La Habana (PD) La historia de un país siempre está precedida de hechos que influyen negativa o positivamente en los posteriores acontecimientos de esa nación. Así siempre ha sido siempre y siempre será. Cuba no es la excepción; es más, esa ha sido la regla en estos últimos 143 años.

No se puede desligar la historia cubana de la presencia "constante" de dos naciones, España y Estados Unidos, que tanto ayer como hoy y de acuerdo a la situación internacional, intereses e intrigas de ciertos personajes influyentes que manejan la política a altos niveles en esos países, han perjudicado más que favorecido la causa de la independencia o la libertad de esta isla de las Antillas.

La siguiente anécdota, muchas veces pasada por alto, como tantas otras, ilustra lo que afirmamos.

Hamilton Fish era Secretario de Estado de los Estados Unidos siendo presidente el General Ulyses S. Grant, de memorable actuación en la Guerra de Secesión.

Fue la época en que los cubanos cansados ya del bla, bla, bla sobre autonomismo y reformismo decidieron que el único camino era el separatismo, la independencia.

El General Grant había declarado públicamente que "el deseo de independencia de los cubanos es una legítima y natural aspiración", y que esa independencia constituía "una necesidad manifiesta de los intereses propios de los cubanos y del resto de América, incluyendo los Estados Unidos".

(José Morales Lemus)

Sin embargo, en diciembre de 1874 la prensa de Nueva York anunció un cambio de posición en la política de este presidente. El Sr. Grant, en otro mensaje al Congreso, dejaba traslucir que el gobierno de EU se daba por satisfecho con una solución que dejando a Cuba nominalmente sujeta a España, le diese prácticamente facultad de gobernarse por sí sola.

Visto a secas, cualquiera se preguntaría ¿cómo es posible que el máximo representante de una nación pueda ser tan obtuso para declarar una cosa y después contradecirse? Por la otra mano, cabría preguntarse quién o quiénes están detrás de estas declaraciones, a todas luces sucias jugarretas políticas para quedar aparentemente bien con todos, no solucionar nada y dejarlo todo en el mismo lugar.

Los Joseph Fouché han estado presentes en las historias de todas las naciones. Los Fouché de esta fueron Hamilton Fish, ex-banquero y Secretario de Estado, y su yerno, el abogado Sydney Webster, su consejero, defensor del gobierno español. Eran ellos quienes en la penumbra movían los invisibles hilos de la tramoya anti-cubana.

Los cubanos, confiados como siempre, creían disponer de la indulgencia de los políticos estadounidenses hasta que un desastre ruidoso y de fatales consecuencias los despertó a la realidad.

Hamilton Fish y su yerno se hallaban detrás de todos estos desastres. La hostilidad de estos hacia los mambises detenía el generoso primer impulso del General Grant, hábil en estrategias militares pero ignorante e inexperto en estas sucias maniobras diplomáticas que sus influyentes asesores lograban llevar a su ánimo.

Los fracasos y ruidosos desastres siempre han hallado explicación satisfactoria en algunos historiadores dada la rivalidad que siempre existió entre los grupos cubanos que luchaban por la independencia, rivalidad que siempre ha existido desde que el mundo es mundo en otras asociaciones que han luchado por algo, pero el nivel de intrigas a que han sido sometidos los cubanos, ha sido siempre pasado por alto. Invariablemente, estas intrigas terminaban por dividir aún más a estos grupos que se acusaban mutuamente de los fracasos.

(Hamilton Fish)

Y allá iban tozudamente, cada cual por su lado, a reunir de nuevo en colectas populares los elementos para equipar una nueva expedición, un nuevo buque y... un nuevo fracaso. Nuevo éxito de bufete de Sydney Webster, brazo ejecutor de Fish, este Fouché estadounidense.

Pero siempre hay alguien que hace valer aquellas proféticas palabras de Cristo de "que no hay nada oculto que no llegue a saberse". José A. Echeverría, a la sazón comisionado del gobierno en armas de Cuba en los EU, después del fallecimiento de Morales Lemus, se lo hizo saber al propio Hamilton en una carta donde le desenmascara y la cito textualmente: "Es responsabilidad de la política de su gobierno, que por una parte estimula a los cubanos con su declaración de principios a no ceder en la lucha contra sus opresores, y por otra se encierra en una actitud expectante de los sucesos que en cierta manera uds mismos provocan. El pueblo de Cuba desea la paz y está dispuesto a aceptarla en condiciones honrosas, según propone ahora S.E. el presidente de EU a instancias suyas: más, para un pueblo como el de Cuba, que se ha impuesto sacrificios tan sangrientos por su libertad, no puede haber paz honrosa que no tenga por base su independencia."

En junio de 1898, 22 años después de dada a conocer al público esta carta por el periódico La Independencia en Nueva York, al comenzar las operaciones militares de EU tras la explosión del Maine, un sargento de los Rough Riders, regimiento de caballería comandado por Theodore Roosevelt, cayó muerto en la primera batalla, la de las Guásimas, que sostienen contra las tropas españolas. Fue el primer soldado estadounidense muerto en esta guerra. Su nombre, Hamilton Fish, hijo de Nicolas Fish, primogénito del antiguo Secretario de Estado".

Un nieto pues, con su mismo nombre, resultó ser la primera víctima de esta guerra liberadora de Cuba que tanto el abuelo hizo por evitar.

glofran263@yahoo.com
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Nota de Pedro Pablo Arencibia Cardoso 

Fragmento de mi artículo Enmienda Platt y República publicado en el número 48 de la Revista Vitral, de la Diócesis  de Pinar del Río cuando  aún yo  vivía en Cuba.


El Embajador Manuel Márquez Sterling firmando el nuevo tratado que derogaba implícitamente  el viejo tratado sobre las relaciones entre Cuba y EE.UU.  y con ello La Enmienda Platt. Detrás se encuentra Cordell Gull, Secretario de Estado de los Estados Unidos de América. Esto ocurrio en 1934 durante la presidencia provisional de Carlos Mendieta y Montefur y no  en la presidencia provisional de Ramón Grau San Martín como algunas personas afirman. De pedir la derogación de la Enmienda Platt la pidió personalmente hasta el Presidente Gerardo Machado y Morales al Presidente Calvin Coolidge cuando Machado visitó Washington...

Balance controversial de la Enmienda Platt

El balance de la Enmienda Platt es muy controversial. Considero que sus consecuencias deben analizarse desde al menos dos perspectivas o ángulos diferentes. Una primera perspectiva nos dice que la mencionada enmienda:

1) Propició el aumento significativo de las inversiones extranjeras en un país totalmente destruido necesitado de las mismas. La mencionada enmienda garantizaba, en cierto medida, el ambiente de paz necesario para el desarrollo de las inversiones en el país.

2) Contribuyó grandemente para que no sucedieran en Cuba, largas y sangrientas guerras fratricidas similares a la ocurrida durante y después de la independencia en muchas repúblicas hispanoamericanas y en Haití, o como la ocurrida en los propios Estados Unidos con la guerra de Secesión.

3) Limitó significativamente la posibilidad de una agresión extracontinental por parte de las potencias europeas como la efectuada por Alemania, con la ayuda de Inglaterra, a Venezuela en 1901 mediante los bombardeos a La Guaira, Maracaibo y Puerto Cabello, por ésta no pagar las deudas adquiridas con un poderoso consorcio alemán. Anteriormente, en 1897, la marina alemana ya había realizado demostraciones de fuerza en Haití.

Una segunda perspectiva de la Enmienda Platt nos dice que:

1) Limitó en cierta medida, en cuanto a principios se refiere, la soberanía de Cuba, otorgándole a la república desde un punto de vista formal, una independencia restringida.
2) Creó una mentalidad de Patronato en ciertos segmentos del pueblo cubano mediante la cual, se esperaba que los norteamericanos fueran los que resolvieran nuestros problemas políticos. En otros segmentos de la población cubana, creó o acentuó un sentimiento nacionalista antinorteamericano.

La enmienda Platt nos privó de gozar de una independencia y soberanía total, pero también nos evitó grandes desastres y sufrimientos.

Manuel Sanguily como Ministro de Estado (responsabilidad que corresponde a la de Canciller o Ministro de Relaciones Exteriores en nuestros días) del gobierno de José Miguel Gómez, en su discurso en el teatro Polyteama, a poco más de una década de la imposición de la Enmienda Platt, expresó:

"Mantendrá el Gobierno las relaciones más cordiales en el orden diplomático y de los negocios, con las naciones amigas entre nosotros dignamente representadas, y sobre todo cultivará los grandes y vitales intereses que en franca y afectuosa correspondencia nos ligan a los Estados Unidos, no ya solo en consideración a las ventajas que deriva de ellos nuestra economía, sino por los incomparables servicios que el pueblo y el Gobierno americanos han prestado a la causa de la justicia, de la civilización y de nuestra nacional soberanía.
Y no os sorprenda esta sincera manifestación de quien siempre ha vivido inquieto y receloso en el temor de los grandes y los fuertes. Dos veces -una, por la ceguedad de nuestra vieja y orgullosa Metrópoli; otra por la ceguedad de enconos fratricidas-, vinieron aquí los americanos traídos por su fortuna o llamados por nuestras discordias, y siempre se retiraron de nuestro territorio, haciéndonos el doble beneficio de construir dos veces la república, y dejándonos en el corazón atribulado, desengaños y escarmientos; más en ambas ocasiones, motivos superiores de admiración y de gratitud por esa magnánima conducta que jamás en la historia habían observado los pueblos fuertes y triunfantes con los débiles, conturbados y decaídos" (
Ibarra, 312)

He escogido esas palabras de Manuel Sanguily en el teatro Polyteama, y no las de otro cualquier patriota o ciudadano, por la posición vertical que siempre mantuvo Sanguily en su quehacer político:

Sanguily se opuso en un primer momento, como ya expresamos, a la imposición de la Enmienda Platt. Posteriormente, y ya en la República como miembro del Senado cubano, se opuso a la venta de tierras cubanas a capital norteamericano. En ese cargo de Secretario de Estado del Gobierno de José Miguel Gómez, se opuso de palabra y de hecho a la injerencia norteamericana en Méjico cuando el derrocamiento del presidente Francisco I. Madero y su sustitución por Victoriano Huerta, actitud que suscitó desavenencias con el gobierno norteamericano. Sanguily fue en su momento, él más fuerte y decidido opositor en el Senado cubano a la aprobación en 1903 del Tratado de Reciprocidad Comercial con los Estados Unidos (TRC). La verticalidad de Sanguily llegó hasta el punto de acusar públicamente de corrupto al gobierno de José Miguel Gómez (1909-1913), pese a pertenecer a su gabinete como Secretario de Estado.

El fundamento de la preocupación norteamericana por nuestra estabilidad republicana iba desde los más excelsos y enaltecedores sentimientos humanos de solidaridad, hasta la más fría y calculada preocupación por sus inversiones económicas y su seguridad nacional. En ese amplio espectro, es donde debemos situar los móviles que tuvieron las numerosas personalidades norteamericanas que intervinieron en la confección, aprobación y aplicación de la Enmienda Platt.

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